Pueblos originarios
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Le aplican una 'ley antiterrorista' de la dictadura de
Pinochet
El Gobierno de Michelle Bachelet festeja la captura de líder mapuche
Ernesto Carmona
En una semana plagada de grandes fracasos políticos, el gobierno que encabeza en Chile la socialista Michelle Bachelet pudo por fin reivindicar un "éxito": la captura del líder mapuche José Huenchunao Mariñán, de 36 años, el único dirigente aún libre de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), organización indígena perseguida bajo la acusación de practicar "terrorismo".
Los jefes de la policía y del ministerio del Interior exhibieron la aprehensión del prófugo como una victoria gubernamental, en una semana marcada por nuevos desastres en el flamante sistema de transporte público capitalino denominado Transantiago, cuya ineficiencia golpea principalmente a los habitantes pobres de la ciudad. El nuevo sistema de transporte urbano, implementado desde sus escritorios por tecno-burócratas que jamás lo utilizarán, trajo nuevos sufrimientos en vez de mejorar la calidad de vida de los usuarios pobres y amenaza con convertirse en un problema político tan grave como el conflicto estudiantil de los secundarios, los llamados "pingüinos" que el año pasado pusieron en jaque al gobierno.
Todavía no se apagan los ecos de la destitución o renuncia del embajador democratacristiano en Venezuela, Claudio Huepe, desde que perdió el favor de su jefe, el canciller Alejandro Foxley, quien maneja las relaciones exteriores al gusto estadounidense. La detención de Huenchunao tampoco apagó la escandalosa remoción de una nueva directora que apenas duró 36 horas en el cargo de jefa de Chile Deportes, repartición del Estado que desde el año pasado se encuentra bajo escrutinio público y parlamentario por corrupción.
"Fin de la Historia"
La misma gran prensa de derecha que amplifica los desaciertos del Transantiago, celebró la captura del indígena. El subsecretario del Interior, Felipe Harboe, del PPD, dijo que su detención 'puso fin a una historia', probablemente refiriéndose al centenario conflicto que libran los mapuches por sus tierras con el hombre blanco chileno, tanto del sector privado, como del Estado, incluidos el ejército, la clase política y la policía militarizada de Carabineros.
Huenchunao llevaba 6 años prófugo, primero requerido por la Ley de Seguridad Interior del Estado y desde agosto de 2003, por haber sido condenado a 10 años acusado de incendiar el fundo Poluco Pidenco, perteneciente a la Forestal Mininco, de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), cabeza del poderoso grupo económico fabricante de celulosa y papel que encabezan los hermanos Eliodoro y Bernardo Matte. El empobrecido Huenchunao deberá, además, indemnizar al Grupo Matte.
La "historia" que alude el funcionario del gobierno comenzó con la usurpación de tierras de la conquista española, que en 300 años no pudo traspasar la frontera del país indígena, rebeldía que los libros de historia reivindican como hazaña, aunque después fueron las propias tropas del ejército chileno quienes sometieron a sangre y fuego a la etnia mapuche y redujeron su espacio físico al límite de una sobrevivencia en extrema pobreza.
Desde que se instauró la llamada "transición a la democracia" en 1990, los cuatro gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia que sustituyó en el poder a la dictadura se han negado sistemáticamente a elaborar una "política indígena" seria y a negociar con las organizaciones que representan a un 10% de la población de 15 millones del país.
En 1997, bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, con la fundación de la Coordinadora Arauco Malleco –el más radical de los grupos mapuches– cobró fuerza el malestar indígena contra la complicidad gubernamental en la continua usurpación de tierras autóctonas de la CMPC, el grupo Anacleto Angelini, Agustín Figueroa Yávar (paradójicamente el dueño de la Fundación Neruda) y, en general, el gran capital forestal aliado a la celulosa y el papel.
Historial de violaciones
Los medios de comunicación chilenos, que están habituados a estigmatizar a los mapuches, especulan que la captura de Huenchunao dejaría acéfala a la Coordinadora, pronosticando el fin de la lucha indígena por la reivindicación de sus tierras. La justicia chilena aplica exclusivamente a la etnia mapuche un trato discriminatorio basado en la "ley antiterrorista" 18.314 establecida en 1984 por la dictadura de Augusto Pinochet, práctica racista que ha sido condenada por la Organización Naciones Unidas (ONU).
La ONU también ha criticado la discriminación periodística contra los indígenas practicada por casi toda la prensa, en particular los 22 diarios de la cadena El Mercurio, de Agustín Edwards, que se imprimen en papel fabricado por los Matte con árboles sembrados en territorio reivindicado por los mapuches. Por ejemplo, en abril de 2004, el relator de Naciones Unidas Rodolfo Stavenhagen dio a conocer un informe oficial reprobatorio de las prácticas del gobierno de Chile, durante el 60º período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra.
El dossier Stavenhagen contiene un diagnóstico y recomendaciones sobre las violaciones de Derechos Humanos de los Pueblos originarios en Chile y México, pero antes se conoció otro lapidario informe sobre la situación del pueblo mapuche, emitido en marzo 2003 por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), órgano consultivo de la ONU que agrupa a 115 organizaciones de Derechos Humanos en 95 Países. La FIDH envió una misión a Chile entre el 21 de abril y el 1º de mayo de 2002, encabezada por la abogada Paulina Palacios y la periodista francesa Nicole Debue.
Pero los años pasan y todos estos informes resbalan sobre la dura epidermis del gobierno de Chile, sea quien sea el jefe o la jefa del Estado. La detención de Huenchunao más bien evoca los mejores tiempos de la dictadura. El título del diario gubernamental La Nación "denunció" a sus lectores que "Comunidades ayudaban a ocultarse a Huenchunao". Obviamente, durante todos estos años no podía ocultarse en las grandes ciudades, ni en el ni en el exterior, sino en sus comunidades indígenas.
Show terrorífico
El dirigente fue detenido en las cercanías de Tirúa, cuando abandonaba una vivienda de la comunidad Pascual Coña, de la que forma parte. Su captura fue un trabajo conjunto de varios años entre el Ministerio Público, la Policía de Investigaciones, Carabineros de Chile y el Ministerio del Interior, quienes militarizaron la zona precordillerana del Lago Lleu-Lleu, donde sospechaban que estaba refugiado el dirigente. 'Nosotros trabajamos las 24 horas, permanentemente para buscar resultados y la detención de José Huenchunao pone fin a una historia', se jactó el vice ministro del interior.
El prisionero, capturado desarmado en la madrugada, fue trasladado a Lebu para interrogatorios de Mario Elgueta, el fiscal adjunto de Cañete. Luego lo escoltó una desproporcionada custodia policial, que incluyó helicópteros, buses blindados y tropas de la Patrulla de Acciones Especiales (PAE) de Carabineros. Más tarde fue llevado en helicóptero a Angol –con una escala en Concepción para reabastecer combustible–, donde le formalizarán cargos. Según Ximena Hassi, fiscal regional del Ministerio Público, con su captura 'toda la cúpula de la CAM queda completamente detenida'. En noviembre de 2006 fue apresado José Llanquileo y el 21 de febrero de 2007, Héctor Llaitul Catrillanca, de 37 años.
Llaitul Catrillanca, sindicado como jefe operativo de la CAM y sometido nuevamente el martes a una audiencia pública en Nueva Imperial, está recluido en la cárcel de Temuco, acusado de quemar maquinaria forestal en el fundo 'Las Praderas', de Chol Chol. Paradojalmente, en el caso de Huenchunao, Hassi destacó que en el nuevo sistema de justicia penal-oral de la llamada Novena Región no existe ninguna causa que involucre al dirigente, aunque debe ser interrogado porque aparece mencionado en varios atentados incendiarios registrados en la provincia de Arauco. Huenchunao.
Huenchunao, quien deberá cumplir la sentencia de 10 años, aparecía
públicamente como 'werkén' o vocero de la CAM, moviéndose de una comunidad
mapuche a otra, en lugares de difícil acceso para la policía. 'Nuestra lucha
[...] ni siquiera es contra los chilenos, sino contra los ricos que nos usurpan
nuestros derechos y contra las autoridades que se hacen cómplices', dijo
Huenchunao en una entrevista publicada el 23 de mayo de 2001 por el diario
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