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Paraguay: Lugo dice que se siente mas identificado con lula que con Hugo Chávez
Lugo advierte que puede ser objeto de maniobras, incluso de un atentado
Raúl Juste Lores
Folha de São Paulo
En una entrevista que concedió al periodista Raúl Juste Lores, de Folha de São
Paulo, el ex obispo Fernando Lugo afirma que el Partido Colorado tiene mucho que
perder con su candidatura y que tal vez lo dejen participar en las elecciones,
inclusive lo dejen ganar, pero cree que no se debe descartar que no lo dejen
asumir. Informó al diario brasileño que existe riesgo de atentado porque ya
recibió amenazas de muerte en el departamento de San Pedro. Lo que sigue es la
parte fundamental de la entrevista.
El ex obispo Fernando Lugo, 55, es el personaje más disputado del Paraguay en
este momento. Embajadores de los países miembros del Mercosur y de la Unión
Europea pedirán audiencia con él así como los mayores empresarios y hacendados.
Folha: En su campaña, habla de revisar el tratado de Itaipú. ¿Qué necesita
cambiar?
Lugo: El tratado fue firmado en 1973, cuando estábamos en una dictadura férrea.
¿Cómo es posible que Brasil pueda adquirir energía de Paraguay a precio de costo
y no a precio de mercado? Venezuela vende su petróleo a precio de mercado, o
Chile vende su cobre, el gas de Bolivia. Y nosotros vendemos la energía a precio
de costo. Como dice Evo a Lula, nosotros queremos un precio solidario, un precio
justo.
Folha: ¿Cuánto es el precio justo?
Lugo: Tenemos estudios técnicos hechos. Paraguay recibe en torno de 250 millones
de dólares al año. Es poco. En valores de mercado, esa cifra subiría a 1.800
millones de dólares.
Folha: ¿El precio de la energía cedida al Brasil tendría que subir siete veces?
Lugo: Es una diferencia significativa. Pero el desarrollo brasileño no puede
sustentarse en la pobreza de dos vecinos, como dice Lula. Las cláusulas del
tratado no pueden ser cambiadas sin la conformidad de ambos países. Por eso
llevaría nuestra demanda ante Lula. El Brasil consume 98% de la energía de
Itaipú.
Folha: Paraguay es considerado uno de los más corruptos de la región. El dinero
de Itaipú no logró aún desarrollar al país.
Lugo: La imagen internacional que tenemos es de que toda ayuda que viene cae en
saco roto. Eso hace que no tengamos credibilidad para negociar. Un nuevo
gobierno que marque diferencias debe recibir un voto de confianza de los
vecinos.
Folha: Hay un gran debate sobre las diferencias entre las izquierdas
latinoamericanas. Del estatismo de Chávez en Venezuela, las políticas
pro-mercado de Lula en el Brasil, y Bachelet en Chile. ¿A cuál de estos modelos
se siente más próximo?
IZQUIERDA A LA PARAGUAYA
Lugo: No creo que existan hoy las ideologías de izquierda pura. El modelo
ciertamente no es Chávez porque no tenemos 3 millones de barriles diarios de
petróleo. Tampoco tenemos las riquezas naturales de Chile para hacer un TLC con
los Estados Unidos, ni las riquezas de Bolivia. Tenemos que hacer la izquierda a
la paraguaya, seamos realistas.
Folha: ¿No habrá estatismo?
Lugo: No creo en el estatismo, pero tampoco creo en la desaparición del Estado.
Creo en el equilibrio, un Estado más regulador, leyes claras y justas, que el
capital privado lleve en cuenta el precio del medio ambiente y que la dignidad
de las personas sea respetada.
Folha: ¿Cómo espera que sea su relación con Lula?
Lugo: El es un referente de la izquierda inteligente, no es dogmático. Tenemos
que procurar soluciones para nuevos problemas. El fue sindicalista, actuó en los
movimientos sociales, me siento próximo a él.
Folha: ¿Chávez también es motivo de inspiración?
Lugo: Chávez es más distante. El tiene una historia militar con mucha
sustentación popular, pero mi formación es distinta. Vengo de la iglesia, de una
formación humanista y cristiana. Me gusta el pluralismo, de respetar las
diferencias.
Folha: Está primero en las encuestas, pero mucha gente dice que los colorados no
lo dejarán asumir. ¿Hay ese riesgo?
Lugo: La candidatura puede ser impugnada por el Tribunal Electoral y por la
Corte de Justicia que tenemos. Pueden hasta permitir mi candidatura y derrotar
la voluntad popular con fraudes. Tal vez no impugnen, me dejan ganar, y hasta
puede que no entreguen el mando.
El gobierno es hábil en crear escenarios de convulsión, pueden hasta colocar
militares en la ruta. Después de 60 años en el poder, el Partido Colorado tiene
mucho que perder. Y se habla de una eliminación física. Ya fui amenazado en San
Pedro. No es imposible que acontezca algún atentado.
Folha: El señor renunció a su condición de obispo, pero el Vaticano no aceptó su
renuncia. ¿Cuál es su situación ahora?
Lugo: Teológicamente yo soy un obispo hasta la muerte. Pero para la ley
paraguaya soy un ciudadano paraguayo que renunció al ministerio episcopal. El
hecho de la renuncia consciente y pública me habilita. No hay barrera jurídica
para ser candidato a la presidencia, pero ese riesgo no depende de un criterio
jurídico sino político, porque la Corte Suprema toma decisiones políticas.
Folha: Si es elegido, ¿reformaría la Corte Suprema de Justicia?
Lugo: Los ministros de la Corte son referentes de los partidos políticos. Aquí
los jueces son nominados de acuerdo con el peso de cada partido. Y los jueces
reciben órdenes de los partidos. La justicia debe ser autónoma, soberana,
independiente. Ellos no pueden ser afiliados a ningún partido.
Folha: Si es elegido, será el primer presidente no colorado en 61 años. ¿Cómo
gobernará con una máquina opositora?
Lugo: Para comenzar, tenemos que hacer cumplir las leyes irrestrictamente. Las
leyes son hechas por y para colorados. La ley dice que los cargos públicos son
para los más capaces e idóneos. La inmensa mayoría de los empleos del
funcionariado son para los afiliados del partido.
Folha: Venezuela, Bolivia y Ecuador van camino a reformar sus Constituciones, en
el intento de refundar sus países. ¿Paraguay hará lo mismo?
Lugo: Sí, tenemos que cambiar la Constitución. Aquel contexto era totalmente
diferente. Vivíamos el inicio de la transición, el presidente todavía era un
militar, la cúpula del poder estaba ligada a Stroessner, no había movimientos
sociales y los partidos políticos que existen hoy.
La Procuraduría General de la República hoy depende exclusivamente del Poder
Ejecutivo. La comisión que fiscaliza la magistratura también está politizada.
Folha: La justicia será reformada entonces.
Lugo: Doy un ejemplo. El proceso de las víctimas del incendio de un supermercado
en Asunción, donde murieron 400 personas. Fueron seis meses de audiencias
públicas. Cuando el veredicto apuntaba a una pena suave, hubo una protesta
fuerte, con 200 jóvenes presionando. Entonces la Corte decidió un nuevo proceso
con nueva audiencia. Eso muestra la fragilidad de nuestras instituciones.
Folha: Pero en los países donde se hace una amplia reforma de la Corte Suprema
la regla fue que los nuevos presidentes cambiasen los viejos jueces por sus
aliados. En la práctica poco cambia. ¿Qué garantía da de que será diferente?
Lugo: La instancia para nominar a los jueces tiene que ser apartidaria. Después
de una selección, la lista podría ser sometida a votación del Parlamento. Y los
jueces no podrían ser afiliados a los partidos.
Folha. El señor es un novato en la política partidaria. ¿Cómo formará su equipo?
Lugo: Ser un outsider me da ventajas y desventajas. Podré escoger con libertad
los mejores asesores, los mejores técnicos, los expertos paraguayos en todas las
áreas. Colocar el país por encima de los partidos, un grupo heterogéneo me
apoya.
De socialistas a gente de oligarquía, campesinos, sindicatos, empresarios,
demócratas-cristianos y movimientos sociales. Mi mayor desafío es la
gobernabilidad, si no tenemos mayoría en el Congreso, tenemos que hacer acuerdos
con base a un proyecto de país.
Folha: El Paraguay todavía tiene varias empresas estatales. ¿Usted las
privatizará?
Lugo: Cien por ciento no. Confío en una economía mixta, priorizando la
eficiencia. Invitaría a empresas privadas a participar, pero algunas deben
continuar en manos del Estado.
Folha: ¿Puede dar algún ejemplo?
Lugo: Las ferrovías que no funcionan y precisan de mucha inversión, necesitamos
crear nuevas rutas, los empresarios podrían explotar peajes por 20, 30 años.
Contratos justos y que ofrezcan un buen servicio.
Folha: El señor fue amonestado en 2005 y se transformó en obispo emérito. Como
el Vaticano ya persiguió antes obispos considerados muy izquierdistas, ¿pudo
haber existido alguna razón política?
Lugo: Fui obispo por once años. Yo presenté mi renuncia. Tuve cinco trombosis en
la pierna, estaba mal en aquella época. Siempre pienso que un obispo puede ser
acelerador o freno. Aquella diócesis necesitaba de un obispo fuerte, saludable,
robusto. No podía viajar tanto. Pero hay versiones de que el Partido Colorado y
el gobierno pidieron que me retire de San Pedro. Que mi trabajo con los sin
tierras causaba convulsiones.
Folha: Trabajaba con los sin tierras.
Lugo: Cuando llegué en 1994 hubo 112 ocupaciones de tierras, 52 de ellas en San
Pedro. Eso llamó la atención. Los sin tierra tienen autonomía, pero yo
acompañaba el proceso. Una vez celebré una misa (confirmación de bautismo) en un
terreno donde había una ocupación. El pastor tiene que ir donde están las
ovejas. Los latifundistas comenzaron a acusarme de instigador.
Folha: Hay mucha desconfianza, principalmente de Estados Unidos, en cuanto al
crimen organizado financiando el terrorismo en Ciudad del Este. ¿El señor
comparte esa sospecha?
Lugo: Hay sospechas en toda la triple frontera, no sé en Ciudad del Este. Es
realmente extraño que a pesar del auge comercial de la ciudad, no se vean
reflejados los frutos del desarrollo en la región. Puede ser que ese dinero vaya
a otros lugares. Debemos hacer una investigación seria, prefiero esperar una
investigación seria antes que hablar de financiamiento al terrorismo.
Folha: ¿El Brasil es un buen vecino?
Lugo: El Brasil ejerce un liderazgo dentro de la región y tiene múltiples
responsabilidades planetarias. Mercosur debe ser fortalecido. Paraguay recibió
mucho de Brasil pero también el Brasil recibió mucho de Paraguay. Queremos que
Brasil sea fraterno, solidario, y pague más por la energía.
Folha: Pero el gobierno paraguayo firmó ese tratado.
Lugo: Claro, los gobiernos paraguayos tienen la culpa de eso. Tuvimos gobiernos
débiles negociadores en el peor sentido, que no supieron prestigiar, honrar al
país.
Folha: ¿Qué espera del Brasil?
Lugo: Nuestra política externa siempre fue muy pendular. Hasta 1954 teníamos más
relaciones con la Argentina. Y Stroessner da un giro al Brasil. El Brasil aportó
mucho al desarrollo del este paraguayo con Itaipú, puente, tierras, inversiones.
Queremos apenas una mayor justicia en el tema eléctrico.
Folha: ¿Qué espera de Lula?
Lugo: Lula tenía un eslogan de Hambre Cero, que todos los brasileños pudiesen
comer tres veces al día. Yo estaría contento si en Paraguay consiguiese lo
mismo. Quién sabe si él me ayuda, sin privilegios.
Folha: ¿El señor ya lo conoce?
Lugo: Todavía no. Yo antes estuve en el Foro Social de Puerto Alegre, pero él
fue a Davos en aquel año.