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Colombia. El olor a narco-paramilitar del presidente.
Dentro de algunas semanas circulará en castellano el libro "Colombia,
laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado", del periodista
y escritor colombiano, residente en Paris, Hernando Calvo Ospina. El prólogo
tiene la firma de Ignacio Ramonet, director del prestigioso mensual francés Le
Monde Diplomatique. Con la autorización del autor y la editora publicamos el
Capitulo XVI.
Por Hernando Calvo Ospina
- El narco-paramilitarismo al Congreso
Fue como un "parte de guerra". Acababan de pasar
las elecciones legislativas del 10 de marzo de 2002, y el líder narco-paramilitar
Salvatore Mancuso se congratulaba por Internet de que un importante porcentaje
de los elegidos comulgaba con los "ideales" paramilitares. "Podemos afirmar
con los datos a la mano, que la meta original del 30% ha sido largamente
superada y constituye un hito en la historia de las AUC (...) Es motivo
de inmensa satisfacción que los candidatos de nuestras preferencias, surgidos en
su mayoría de nuestras bases sociales y políticas, y como tales, fruto de un
vasto y firme esfuerzo formativo por parte de las Autodefensas, hayan alcanzado
un masivo respaldo de los electores."
A pesar de nunca haberse opuesto resueltamente al paramilitarismo, el dirigente
liberal Carlos Lemos Simmons dijo ante tales resultados electorales: "Eso
significa que hoy la mayor parte y la fuerza más importante en el Congreso la
constituyen las Autodefensas (...) Pero lo que más asombra de todo este
asunto es la indiferencia con que ha asumido tal anunció el país. Un hecho de
tanta gravedad no ha suscitado en los medios, en los gremios, en el Gobierno, en
la Iglesia, en la llamada sociedad civil, en las ONG o en la comunidad
internacional la menor reacción (...) Por bastardas consideraciones
electorales, lo que ayer era vitando y malo se volvió útil y bueno hoy...".
(1)
El ministro del Interior de entonces, Armando Estrada
Villa, confirmó lo dicho por Mancuso pero ninguna medida anunció: "el
análisis de esas personas, su votación y los sitios donde fueron elegidos, por
ser sitios de influencia paramilitar, se llega a la conclusión de que los
paramilitares ordenaron votar por ellos o llegaron a acuerdos para que éstos
presionaran a las comunidades para que votaran por determinados nombres."
(2)
No era un secreto que los políticos de las regiones donde
los paramilitares mandaban les pagaron 100 millones de pesos por lograr la curul
al Senado. " A cambio de ese dinero, los señores de la guerra
garantizaron a sus protegidos que durante la campaña no tuvieran competencia en
sus jurisdicciones, y el día de la elección que el pueblo votara masivamente por
ellos. A cambio de ese ‘aval’, los elegidos se hacen los de la vista
gorda ante sus actividades, e incluso han llegado a adjudicarles contratos
públicos para sus empresas..." (3)
El stablishment sabía que el paso decisivo de
paramilitarización del Estado se volvería realidad en esas elecciones, pues todo
venía preparándose para ello. El mismo día de las votaciones Francisco Santos
Calderón, que unos meses después sería elegido vicepresidente de Colombia, había
escrito en su periódico El Tiempo: "... lo cierto es que el Congreso
que vamos a elegir va a ser aún peor que el que ahora tenemos. Va a ser, con
algunas excepciones, un Congreso al servicio de los caciques políticos
tradicionales, de los "narcos" y de los paramilitares." No lo dijo por
visionario, sino por conocimiento de causa.
No se abrió ni una simple investigación oficial para verificar las relaciones de
estos congresistas con el paramilitarismo. Y al contrario de los elegidos de la
Unión Patriótica, de otras formaciones políticas de izquierda o simples críticos
del sistema, no se vieron confrontados a un plan de exterminio, pues los
defensores del sistema rara vez se matan entre ellos.
- Uribe Vélez, un pasado entre narcotraficantes
Un columnista de El Espectador, Fernando
Garavito Pardo, debió exiliarse en marzo del 2002 por amenazas a su vida, luego
de haber publicado una serie de investigaciones sobre presuntos
nexos del entonces candidato a la presidencia Álvaro Uribe
Vélez con el narcotráfico y el paramilitarismo.
(4)
Esas denuncias coincidieron con las de Ignacio Gómez
Gómez, quien también debió irse del país por la misma causa. Cuando en el 2002
el Comité Mundial para la Protección de los Periodistas, CPJ, le entregó el
Premio Internacional de Libertad de Prensa, explicó que tal galardón lo recibía
"Por el trabajo de los antecedentes que relacionan a Álvaro Uribe Vélez con
el Cartel de Medellín. Es una investigación que se hizo en cinco partes. Una de
ellas tenía que ver con la coincidencia cuando Pablo Escobar era miembro del
Congreso y tenía muchísima actividad política o proselitista en los barrios
pobres de Medellín, y por entonces Álvaro Uribe era el alcalde de Medellín y
hacía programas muy paralelos a los de Pablo Escobar. Después Álvaro Uribe fue
director de la Aeronáutica Civil. Antes de él, desde 1954 hasta 1981, el Estado
había concedido 2.339 licencias, y durante los 28 meses que él ejerció, concedió
2.242 licencias, muy poco menos que en los 35 años anteriores, con el agravante
que muchísimas de esas licencias, como 200, quedaron en manos del Cartel de
Medellín (...) Cuando el helicóptero [del padre] era objeto de la
herencia, fue encontrado en un laboratorio famosísimo de Pablo Escobar llamado
Tranquilandia. El helicóptero pertenecía a [Álvaro] Uribe y su hermano.
Además había una estrecha relación entre el papá de Uribe y el clan de los
Ochoa, que era una familia muy importante en el Cartel de Medellín. Y la última
parte[de la serie] fue cuando Pablo Escobar escapó de la cárcel y trató
de hacer un nuevo acuerdo con el gobierno, y el encargado de llegar a ese
acuerdo fue Álvaro Uribe Vélez. (...) De las cinco historias Nosotros
sólo alcanzamos a publicar una, que es la relacionada con el helicóptero. Y el
día que la publicamos el presidente se puso demasiado bravo, me insultó a mí por
la radio…"
Empezaron, entonces, las amenazas contra él, el director del noticiero y sus
familias. La serie se suspendió y ninguna televisión quiso difundirlas, en
Colombia ni en el exterior…
Así se ha conocido que el actual presidente de Colombia vivió sus primeros años
de vida en el seno de una familia de clase media con regulares problemas
financieros. Un día cualquiera la situación empezó a cambiar radicalmente a
partir de los negocios del padre Alberto Uribe Sierra como agiotista, aunque por
las investigaciones se puede decir que la palabra exacta para las actividades
del padre es "testaferro". O sea dueño ficticio de propiedades de
narcotraficantes, algo que había iniciado con el clan de los capos Ochoa,
familiares de su esposa. Los Uribe empezaron la acumulación de su propio capital
y de extensas propiedades rurales: "Uribe Sierra vivía tan inmerso en ese
mundo de negocios alucinantes, que, relataba un amigo, hoy podía tener 23 fincas
o 10 y amanecer mañana con 41." (5)
Eso sólo lo puede lograr un mago. Y, casualmente, a los ‘narcos’ en Colombia se
les dice ‘mágicos’.
A pesar de su alta envestidura, el presidente Uribe Vélez nunca ha dado una
aclaración objetiva sobre la procedencia de su gran fortuna. Cuando se ha visto
obligado a tocar el tema, las frases dicen de todo sin precisar nada. Si un
periodista le insiste aparece su agresividad. Ninguna autoridad se ha decidido a
investigar.
El padre del presidente murió en un asalto que realizaron las FARC a su hacienda
en junio de 1983. Los Uribe dicen que los guerrilleros pretendían secuestrarlo y
él se atrincheró para impedirlo; que el ataque se hizo para desbaratar el campo
de entrenamiento paramilitar que ahí existía, aseguró el grupo guerrillero. Esa
es la parte trágica de la historia. Cuando Álvaro Uribe Vélez supo del ataque,
utilizó un helicóptero para llegar hasta el lugar e intentar el rescate de su
padre y hermanos. Al preguntársele sobre esto, el presidente de Colombia ha
respondido: "Me monté casi de noche en el primer helicóptero que consiguieron
(...) El periódico El Mundo dijo al otro día que el helicóptero era
del hacendado Pablo Escobar."
(6) Según informó la
prensa, la aeronave era una de las más modernas del país en cuanto a tecnología
de navegación, por lo tanto el "hacendado" no la iba a prestar a cualquiera.
Siendo alcalde de Medellín, con gran despliegue mediático Uribe Vélez presentó
en Bogotá el programa "Medellín sin tugurios". Muy poco después se conoció que
era un plan con aparente sentido cívico financiado por Escobar Gaviria, quien
buscaba la solidaridad social y la aceptación política. El referido programa
consistía en construir mil casas para donarlas a pobladores que dormían en
casuchas cerca de un basurero.
Las extrañas "casualidades" del presidente Uribe Vélez con algunos capos del
narcotráfico no se detienen. En marzo de 1984 la policía llegó hasta lo que se
consideraba el laboratorio de procesamiento de cocaína más grande y moderno del
mundo, conocido como ‘Tranquilandia", cuyo propietario principal era Escobar
Gaviria. Ahí se hallaron varias aeronaves, tres de las cuales tenían licencia de
funcionamiento expedidas por la Aeronáutica Civil cuando su director era Álvaro
Uribe Vélez (marzo 1980, agosto 1982) También se encontró un helicóptero que por
herencia pertenecía a los hermanos Uribe Vélez...
A pesar de todo ello, el presidente insiste en afirmar: "no tuve relaciones
con Escobar, ni cuando se usaba." (7)
Después de dejar la dirección de la Aeronáutica, el futuro presidente de
Colombia fue elegido gobernador del departamento de Antioquia. Desde ese cargo
se convirtió en el principal promotor e impulsor de las Cooperativas de
Seguridad Rural, "Convivir". El jefe narcoparamilitar Carlos Castaño Gil diría
que Uribe Vélez logró "sacar adelante cooperativas de seguridad, con las
cuales nunca estuve de acuerdo. No voy a negar que a las autodefensas les
sirvió, pero no tanto se avanzó con ellas. Quienes las aprovecharon fueron los
narcotraficantes, que se dedicaron a montar pequeñas Convivir en sus fincas..."
(8)
El 30 de julio del 2004 la Presidencia de Colombia rechazó públicamente un
documento desclasificado en mayo, y proveniente de la Defense Intelligence
Agency, DIA, uno de los servicios de seguridad más secreto y poderoso de Estados
Unidos, dependiente del Pentágono. El informe dice en su aparte: "Álvaro
Uribe Vélez, político y senador colombiano, colabora con el cartel de Medellín
desde altos cargos en el gobierno. Uribe estuvo implicado en actividades de
narcotráfico en Estados Unidos. Asesinaron a su padre en Colombia por conexiones
con el tráfico de narcóticos. Uribe ha trabajado para el cartel de Medellín y es
amigo personal de Pablo Escobar Gaviria..."
(9)
El comunicado de la Presidencia no da ningún argumento que
desmienta con severidad tan grave señalamiento, pero pretende que se desestime
el documento porque "se trata de información que no fue evaluada", pues
el texto dice, efectivamente, "Not finally evaluated". Lo llamativo es
que contra muchos de los numerosos narcotraficantes que se encuentran ahí
descritos sí se utilizó esa información en investigaciones y juicios.
- Familiares del presidente...
"No tengo
idea, no me he enterado de eso", respondió el
presidente Uribe Vélez ante la pregunta del periodista. Ni una palabra más. El
día anterior, 21 de junio de 2005, el congresista Gustavo Petro Urrego había
afirmado en una sesión parlamentaria que el hermano del presidente colombiano,
Santiago, había sido investigado penalmente por la creación de un grupo
paramilitar y el asesinato de varios campesinos. "En los procesos judiciales
del pasado aparece sindicado el hermano del presidente de la república como
conformador, auspiciador y erector de grupos paramilitares", sostuvo Petro
Urrego.
El grupo paramilitar "Los doce apóstoles" habría tenido sede en la hacienda "La
Carolina", en el departamento de Antioquia, cuya propiedad comparten los
hermanos Uribe Vélez. El hermano del Presidente fue interrogado por la fiscalía
en 1997 respecto a delitos de secuestro, extorsión y asesinato cometidos por
"Los doce apóstoles" entre 1993 y 1994. El grupo paramilitar fue acusado de
asesinar 50 personas, y de haber cometido una masacre de la cual fueron hallados
los cuerpos de cuatro personas y otras dos permanecen desaparecidas. Por este
caso existe una demanda en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La misma noche que el congresista hizo la denuncia, el fiscal Luis Camilo Osorio
confirmó que el hermano del mandatario había sido objeto de una investigación en
1999, pero también indicó que se había declarado "un auto inhibitorio a favor
del señor Uribe Vélez y se ordenó el archivo definitivo" ese mismo año.
Petro Urrego insistió en que Álvaro Uribe Vélez, por ser el presidente de la
nación, debe "explicarle a toda Colombia qué pasó con el proceso judicial que
se seguía contra su hermano, que lo vinculaba directamente al paramilitarismo y
a delitos de lesa humanidad..."
El parlamentario también denunció que tres parientes del Presidente colombiano,
entre ellos dos primos hermanos, lideraron otra banda paramilitar conocida como
"Los Erre", señalada de haber asesinado a otro medio centenar de personas en
varios municipios del departamento de Antioquia. Estos familiares fueron
condenados en primera instancia y estuvieron presos cerca de un año, hasta que
un juez de apelaciones los puso en libertad y archivó el caso por considerar que
no había pruebas suficientes contra los acusados. Los parientes del mandatario
son Carlos Alberto Vélez Ochoa, Juan Diego Vélez Ochoa y Mario Vélez Ochoa,
también familiares del clan de los capos Ochoa.
"Le reclamo a Uribe que, sabiendo que sus familiares directos están
procesados por paramilitarismo, se atreve a llevar una ley que declara la
impunidad para los paramilitares..." Fue la especie de acusación lanzada por
Petro Urrego durante esa sesión del Congreso colombiano, que culminó con la
aprobación de la llamada "Ley de Justicia y Paz", la cual confiere estatus
político a los narco-paramilitares que se encuentran en "negociación" con el
gobierno del presidente Uribe Vélez. Con la ley se beneficiarían sus familiares.
Por fin, el 4 de diciembre de 2006, en declaraciones a W Radio de Bogotá,
el presidente Uribe Vélez debió admitir que su hermano sí fue investigado por
involucramiento con el paramilitarismo.
NOTAS
El Tiempo. Bogotá, marzo 28, 2002.
El Colombiano. Medellín, abril 24, 2002.
"Los tentáculos de las AUC" Semana. Bogotá, julio 10, 2005.
Garavito, junto al corresponsal para América Latina de la revista estadounidense
Newsweek, Joseph Contreras, publicaron "Biografía no autorizada de Álvaro
Uribe Vélez. (El señor de las Sombras)". Ed. Oveja Negra. Bogotá, 2002.
El Mundo. Medellín, 16 de junio 1983.
El Tiempo. Bogotá, abril 21, 2002.
El Tiempo, abril 21, 2002.
Aranguren Molina, Mauricio. "Mi confesión. Carlos Castaño revela sus secretos".
Ed. Oveja Negra. Bogotá, 2001.
La información completa se encuentra en: http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/index.htm