Latinoamérica
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Entrevista a José Vicente Rangel, ex-vicepresidente de Venezuela
El funcionamiento del gobierno, es uno de los factores que nos ha
perjudicado más. Se necesita llevar al gobierno a un proceso gerencial
El movimiento estudiantil
Ahora sí hay oposición
El frente interno
Arturo Cano
La Jornada
"No comparto esa afirmación del presidente Hugo Chávez, porque es
contradictoria con su discurso sobre el poder popular". José Vicente Rangel, ex
vicepresidente de Venezuela, se refiere a la idea expresada por el mandatario
venezolano de que una parte de sus seguidores no están "maduros para asumir un
proyecto abiertamente socialista". En entrevista con La Jornada, Rangel sostiene
que esa idea es, además, "contradictoria con la propia votación. Que casi 50 por
ciento, en una elección tan difícil, con tantos ataques mediáticos, con tanta
desinformación, que casi la mitad del país se pronuncie por un proyecto
socialista no ha ocurrido en ninguna parte del mundo".
Rangel, de 78 años, fue primero canciller y luego vicepresidente, de abril de
2002 a enero de este año. El domingo 2, estuvo en las primeras filas cuando Hugo
Chávez aceptó su derrota en el referendo.
–¿Qué debe revisar el chavismo?
–El funcionamiento del gobierno, es uno de los factores que nos ha perjudicado
más. Se necesita llevar al gobierno a un proceso gerencial…
–Hay muchas quejas, incluso en las filas del chavismo, respecto de la ineficacia
del aparato de gobierno.
–Sí, de falta de atención. Gran parte de la burocracia es de la IV República y
los que se han incorporado de la V rápidamente han asimilado lo malo. Eso es
clave. Luego, entender que el desafío es económico, no es político, porque si
abres la compuerta para dialogar con los sectores del país, se tranquiliza la
política. Pero lo que no se tranquiliza es la economía.
El panorama complicado que dibuja Rangel incluye una elevada inflación (la más
alta de América Latina), el dólar paralelo "que perturba mucho el mercado" y la
baja productividad.
–En la calles se escuchan también muchas historia de corrupción.
–Ese tema se ha convertido en una bandera política, y la pregona
fundamentalmente la derecha, la más corrupta. Pero sí hay corrupción, no en la
magnitud de la IV República, pero sí hay, eso no se puede negar. La corrupción
es un Estado dentro del Estado y tiene una continuidad asombrosa. Pero eso de
que todo el gobierno es corrupto es un cliché.
En su recuento, Rangel deja un espacio especial para el tema de la inseguridad:
"Aquí hay misiones (programas sociales) para todo. ¿Por qué no se crea una para
encarar el problema de la inseguridad? Es un clamor general".
Según todos los sondeos de opinión, la inseguridad pública es el tema que más
preocupa a los venezolanos, con niveles de entre 70 y 80 por ciento. Venezuela
se consideraba a sí misma una nación "segura", pero a partir del caracazo (1989)
los niveles delincuenciales comenzaron a crecer hasta tener al país a la par de
Brasil o México.
Rangel juzga al chavismo frente a este tema: "Se maneja una noción equivocada,
de que es un problema social proveniente de la pobreza, y eso no es cierto. Eso
es un prejuicio, equivale a decir que pobre y delincuente son la misma cosa.
Ahora, si los índices de pobreza han bajado, como en efecto ha ocurrido, ¿por
qué no se traduce en una disminución de la delincuencia? Hay un prejuicio para
abordar el tema, porque como éste es un gobierno social entonces no se puede
aplicar una política que pueda de alguna manera, por la vía represiva, enfrentar
la delincuencia. Es una trampa, porque se termina no haciendo nada,
paralizándonos. Y además es un tema óptimo para campañas en contra del gobierno.
El movimiento estudiantil
–¿Perdieron a los jóvenes?
–Cuando irrumpió ese movimiento (de los estudiantes universitarios), la
caracterización por parte del gobierno, del chavismo, fue equivocada, porque le
atribuyó una paternidad ofensiva, lo descalificó a priori.
–El presidente Chávez les llamó "hijos de papi".
–Y automáticamente se sumaron a la oposición.
–No se reconoció que era un movimiento legítimo el de los estudiantes.
–Exacto. Y con criterios nuevos, que incluso desplazó al liderazgo de la
oposición. No se supo apreciar ese hecho para haber incidido, para haber
profundizado la división que se empezó a plantear, ahí hubo una falla, una
descalificación equivocada.
Rangel, sin embargo, no considera que la oposición le haya ganado al chavismo a
la juventud venezolana.
"Ganó a los jóvenes que más suenan en los medios, porque tuvieron una tarima muy
especial, los medios. Pero la juventud del chavismo es cuantitativamente
superior".
–Los jóvenes chavistas son minoría en las universidades.
–En algunas, en la Central, en la Católica, pero no en las universidades nuevas,
como la Bolivariana o la de las Fuerzas Armadas, más o menos en 18 instituciones
el chavismo es mayoría.
Ahora sí hay oposición
–En la estación de radio Negro Primero (pro chavista) decían hoy: "Ellos no
ganaron, nosotros perdimos".
–Puesto así cualquier recurso retórico es aceptable. Lo más importante del 2 de
diciembre es que aparece la oposición. Lo que suceda ahora depende de su
comportamiento. Porque Chávez ha tenido mucha oposición, pero errática,
aventurera, y quizá la participación de la oposición unida el 2 de diciembre que
se traduce en una victoria, que no se puede ver en función de los guarismos
electorales, es un hecho político que quizá la convenza de que esa es la vía
correcta, y no la abstención que se produjo cuando la elección de la Asamblea
Nacional (1995), que le entregó toda la Asamblea al chavismo.
–Ustedes siempre han hablado de dos oposiciones, es decir, ya existía la
oposición democrática.
–Sí, pero muy mimetizada, con un lenguaje ambiguo. No se atrevían a encarar a
los sectores más radicales, en esta oportunidad lo hicieron, se enfrentaron a
los abstencionistas que constituían una fuerza importante. Y no abstencionista
era decir no violento, tuvieron el coraje de desafiar ese veto, que yo llamaba
el veto de Altamira. Entonces sí hay un elemento nuevo que el gobierno está en
la obligación de valorar, porque al gobierno y al país les ha hecho mucho mal no
tener una oposición. Si se empieza a reconstruir una oposición leal a las reglas
del juego y a la Constitución, eso va a beneficiar al país, pues acaban la
zozobra, la aventura, el golpe. Y en segundo lugar va a beneficiar al propio
chavismo, porque la actuación de los sectores radicales de la oposición
radicaliza a sectores del chavismo.
El frente interno
–¿No fue parte del problema que en la propuesta entraron muchas manos?
–Exacto. Quizá lo que incorporó la Asamblea Nacional (Congreso) no se debió
hacer, no era el momento. Con los 33 artículo propuestos por Chávez era más que
suficiente; ya de por sí tenía cosas que eran complicadas, como la nueva
geometría del poder.
–¿Minimizaron ustedes rupturas como las del partido Podemos y el general Raúl
Baduel (ex ministro de Defensa)?
–No. La disidencia de Podemos perdió en los dos estados que controla, Aragua y
Sucre. Y la de Baduel fue una incidencia fundamentalmente mediática, no tiene
peso en las fuerzas armadas.
–¿No estamos asistiendo con Baduel a la construcción de un polo chavista sin
Hugo Chávez?
–No, el chavismo repudia a Baduel en forma total.
–En sus discursos él se dirige al chavismo, no a la oposición.
–Sí, pero el chavismo está blindado ante él. El chavismo puede perdonar muchas
cosas, menos la deslealtad a Chávez.