La deforestación de la selva amazónica volvió a crecer después de tres años de sucesiva disminución. La deforestación fue creciente en las regiones centro oeste y norte de Brasil. Informaciones divulgadas por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) revelan que el área devastada de la selva entre junio y septiembre de este año ha aumentado 60% en Pará, aproximadamente 80% en Mato Grosso y 600% en Rondônia comparada con el mismo período de 2006.

De acuerdo con el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Renovables (Ibama), uno de los factores del aumento fue el grilaje – apropiación indebida de tierras – que creció significativamente. La agresión también se ha intensificado dentro de las llamadas Unidades de Conservación (Ucs). Cerca de 25% de la devastación ocurrida en Pará los últimos tres meses se ubicó en áreas teóricamente protegidas.

Para el agrónomo y consultor del área de medio ambiente y recursos naturales, Flavio Garcia, la divulgación de estas informaciones por el gobierno solamente ahora está relacionada con el proyecto de concesiones de selvas públicas.

"La deforestación ya ocurre hace tiempo y ahora, ciertamente, con la entrega de las selvas para las grandes madereras mundiales y por medio de las concesiones forestales, el gobierno va a entrar con una campaña difamatoria contra sí propio. Evidentemente son los grandes intereses que durante todo ese período de diez años han afectado la selva. No se buscó nada para fortalecer, ni en calidad, ni en cantidad, la estructura del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Renovables." Flavio hace referencia al proyecto divulgado recientemente por la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, de liberar la Unidad de Conservación de la Flona del Jamarí, en Roraima, para el uso de empresas particulares. El gobierno alega que la privatización puede contribuir para la disminución de la deforestación y del grilaje en las tierras de la región.