A propósito de la descalificación de movimientos de izquierda
para la Asamblea
La mezquindad como forma de hacer política
Kintto Lucas
El Movimiento Bolivariano Alfarista fue descalificado para participar en las
elecciones a la Asamblea Constituyente. No hay duda que, tanto el Tribunal
Supremo Electoral (TSE) como el Tribunal Constitucional (TC) cometen una gran
injusticia con ese movimiento, similar a las tantas que ya está acostumbrado el
país.
En la descalificación de este movimiento de izquierda, que ha venido apoyando al
Presidente de la Republica Rafael Correa desde la primera vuelta de 2006, que se
ha movilizado en diversas oportunidades en apoyo al mandatario y en contra del
anterior TC y del Congreso, y que tiene en su interior algunos fundadores de
Alfaro Vive así como integrantes de diversos sectores sociales, vuelve a colocar
sobre la mesa la mezquindad de algunos sectores de izquierda que cuando tienen
representantes en determinados ámbitos del Estado, le cierran las puertas a
quienes deberían sus aliados.
Si realmente se hubiese aplicado en forma estricta el reglamento para la
elección de asambleístas y se hubiese contabilizado técnicamente el 1 por ciento
de las firmas a todos los movimientos y partidos, tal vez muchos no hubiesen
sido aceptados a nivel nacional y otros tantos en las diversas provincias. La
diferencia está en que esos partidos y movimientos que finalmente fueron
aceptados, tienen representantes en el TSE a nivel nacional o en las provincias,
o en el TC en caso de que hubiesen sido descalificados, o sino tienen buenas
palancas en esas institución del Estado
Algo similar a lo que ocurrió con el Movimiento Bolivariano Alfarista que
presentó 117.000 firmas, pasó en Pichincha con el movimiento provincial Contigo
somos más que reúne a algunas personas de izquierda vinculadas a la cultura.
Los partidos de izquierda (Pachakutik, MPD, Socialista) que tienen
representación en el TSE o en el TC, incluido el gobierno que tiene un amigo
directo del Ministro de Gobierno, o sea ministro de la política, como presidente
del TC, deberían exigir que se dé las posibilidad de participar a todos esos
movimientos. Deberían dejar de ser mezquinos. ¿Qué temen? ¿Tal vez perder uno o
dos asambleístas?.
Con la mezquindad y el egoísmo no se construye ningún proceso de cambio, y eso
parece que siguen sin entenderlo los movimientos y partidos de izquierda. Los
hombres libres, verdaderamente libres, deben oponerse a la mezquindad como forma
de hacer política...