Latinoamérica
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Una fase crucial para la revolución en Bolivia
El gobierno de Evo Morales atraviesa la mas profunda
crisis de su gestión. En medio de duras confrontaciones parlamentarias y
callejeras la Asamblea Constituyente quedó suspendida por un tiempo indefinido,
paralizada por el debate sobre un tema absolutamente secundario.
Peppe Letizia y Leonor Pereira
In Defence of Marxism
El de la capitalidad plena para la ciudad de Sucre, departamento de Chuquisaca,
actualmente capital política del Estado pero no administrativa. El paro
convocado por las organizaciones cívicas ultra derechistas del oriente del país
(la llamada "media luna") fue acatado por primera vez también en Cochabamba,
histórica fortaleza del Movimiento al Socialismo, y en Chuquisaca. El prefecto
masista de este último departamento - lugar de los peores enfrentamientos -
renunció hace unos días (aunque después de una semana retiró su renuncia debido
a las presiones de la ejecutiva del MAS) dejando claro que su partido y el
oficialismo no tienen una salida clara a la situación.
La manifestación convocada el día lunes 10 de septiembre en Sucre por las
organizaciones cercanas al gobierno con el objetivo de defender la Asamblea fue
más pequeña de lo esperado: de los 100.000 anunciados, llegaron en la ciudad
algo como 15.000, en su totalidad campesinos, colonizadores y representantes de
cocaleros y pueblos originarios radicalizados. Aun si los rumores de golpe
denunciados a Altercom por el diputado del MAS Antonio Peredo fueran solo
chismes, queda claro que en esta coyuntura el gobierno se juega toda su fortuna,
y el movimiento popular boliviano se juega otra oportunidad de asestar el tiro
de gracia a la derecha, a la oligarquía y al imperialismo.
El pasado mes de julio la derecha, después de haber logrado atar por meses los
trabajos de la Asamblea al debate sobre el reglamento, encuentra la llave para
llevarla al fracaso total: precisamente introduciendo en la discusión el tema de
la capitalidad plena para la ciudad de Sucre, como decíamos antes capital
política del Estado, mientras que La Paz es la capital administrativa, como
resultado de una guerra civil declarada por la burguesía del altiplano después
de la independencia. Con una resolución aprobada por mayoría, el MAS quita el
tema del debate. En La Paz empresarios privados, la alcaldía y la prefectura
departamental, con el apoyo de la Central Obrera Departamental organizan un
cabildo popular en la Ceja (barrio de El Alto) al que asisten dos millones de
ciudadanos, con la consigna "la sede no se mueve". La ciudad se llena de
pancartas y murales que asignan a La Paz el papel de guardian de la unidad
nacional.
En la práctica - y a pesar de los llamamientos a la abstención hechos por muchas
organizaciones - los trabajadores alteños y paceños acuden en masa, manifestando
su voluntad de lucha contra las maniobras de la derecha y de la oligarquía de la
"media luna", percibiendo claramente el peligro de la contra-revolución. Sin
embargo, desde el palco sólo se hacen llamamientos a defender la paceñidad. La
disposición de las masas a la lucha no encuentre propuestas, organización o
puntos de referencias que la puedan canalizar. El cabildo acaba como una
victoria de las instituciones que lo promovieron, y sobre todo como otra papa
caliente en las manos del gobierno, porque si el asunto es la "paceñidad" la
respuesta no puede que ser la "sucreñidad". En la ciudad de la Constituyente,
Sucre, se desata una oleada de marchas y movilizaciones, con tal nivel de
enfrentamientos con la policía que obligan el gobierno a enviar en Sucre otros
uniformados de los demás departamentos, para permitir que la Asamblea sesione.
Aquí también se movilizan la alcaldía, el Comité Cívico, los empresarios, los
universitarios, mientras que - como decíamos - el prefecto masista del
departamento se ve obligado a la renuncia, aunque temporal. Piden, y obtendrán,
que sea la Corte Constitucional la que se pronuncie sobre la posibilidad de
debatir el tema de la capitalidad en la Constituyente.
...y el Parlamento se divide
Mientras tanto el gobierno abre otro frente de confrontación. Tal vez con el fin
de intentar un desesperado salvamento de la Constituyente, tal vez con el
objetivo declarado de liberarse de aquella parte del aparato del Estado que
pertenece al viejo sistema político y que de manera consciente obstaculiza
incluso las reformas más tibias, Morales y su gabinete deciden someter a proceso
y sustituir cuatro de los cinco magistrados del Tribunal Constitucional,
acusándoles de prevaricación. La oposición se moviliza en defensa de los
magistrados y por dos veces las sesiones parlamentarias acaban en caóticas
peleas. El resultado es que el parlamento se divide en dos, con los diputados
del MAS reunidos en la sede de la Vicepresidencia, donde aprueban la medida del
gobierno, mientras que la oposición queda en el parlamento manifestandose en
defensa de la "democracia" y del "Estado de derecho". Por unos días el país
queda de hecho sin poder legislativo, y sin saber si tiene o no un Tribunal
Constitucional, hasta que el Senado decide archivar el caso.
El MAS vuelve a la carga con otras demandas de juicio en contra de los
magistrados, como la formulada a través del Prefecto masista de Potosí, que los
denuncia por haber empantanado el proceso en contra de la empresa brasilera
Queiroz Galvao, culpable de la pésima ejecución de la carretera Potosí - Tarija.
Hasta el día de hoy estos magistrados se niegan a declarar ante el Congreso,
dejando otro vacío y confusión de poderes en la estructura estatal.
La ofensiva de la derecha...
En medio de tanta confusión política e institucional la derecha llama a un paro
cívico nacional, acatado en seis de los nueve departamentos del país, con la
excepción de La Paz, Oruro y Potosí. En el departamento de Cochabamba, como
decíamos histórica fortaleza del MAS, el paro provoca duros enfrentamientos
sociales con varios heridos, mientras que en Santa Cruz rondas de la paramilitar
Unión Juvenil Cruceñista le aseguran el éxito. Los representantes cívicos e
institucionales de los seis departamentos conforman una supuesta "Junta
Democrática", declarándose en estado de emergencia en defensa de la "democracia
y del Estado de Derecho". Cada hora, y durante días, es televisado un
pronunciamiento de Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico pro Santa
Cruz, en el cual pide al gobierno "que escuche la voz de los seis
departamentos", que - en su decir - reivindica el "respecto de la ley, el
consenso (tanto en la Constituyente como en parlamento), la democracia y la
unidad".
La hipocresía de la clase dirigente no tiene límites. Los que ahora hablan de
"consenso, democracia y unidad" son los mismos que tenían, y todavía tienen
guardado en sus cajones, los planes para dividir el país si fuera necesario para
salvaguardar sus intereses de clase. Las palabras de Marinkovic dejan en claro
la nueva estrategia de la derecha. Mientras que en la "media luna" se disfrazan
de corderos, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia llama con
insistencia a la concertación y la principal agrupación de la oposición,
PODEMOS, invita el gobierno al dialogo nacional. El prefecto de Cochabamba,
Manfred Reyes Villa de NFR (Nueva Fuerza Republicana, una agrupación menor de la
derecha) que pide la renuncia de Evo Morales es duramente reprochado por el jefe
de PODEMOS, Jorge "Tuto" Quiroga.
...y sus intenciones
¿A qué apuntan la burguesía nacional, la derecha política y el imperialismo? Es
claro que para ellos ninguna opción puede descartarse, ni la de recurrir
nuevamente al tema de la Autonomía para dividir el país, ni tampoco la del golpe
de Estado para liberarse definitivamente del MAS y de Evo Morales: son solo
consideraciones de oportunidad y conveniencia las que le hacen inclinar a una u
otra. Algunos sectores económicos del oriente no viven un buen momento: los
grandes ganaderos aglutinados en la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz)
- que recordemos hace un año llamaban los demás sectores empresariales a
defender sus predios en armas - ahora piden al gobierno "tomar acciones para
socorrerlos" (La Razon 20/9/07), en otras palabras dinero para hacer frente a la
sequía que afecta sus actividades. Los productores de soja - uno de los
principales productos de exportación en el departamento y a nivel nacional -
hacen lo mismo, a parte de seguir presionando para mantener las preferencias
arancelarias con Estados Unidos.
El buen desempeño del sector minero - que ya analizamos en un precedente
articulo La nacionalización del gas: ¿una victoria pírrica? - está revirtiendo
la situación económica a favor del altiplano, donde una nueva capa de
enriquecidos, con gran disponibilidad de efectivo, ahorra y compra bienes de
lujo en Santa Cruz. Por razones como estas el discurso autonomista puede ser,
por ahora, tranquilamente dejado de lado, considerando además que la Autonomía
planteada por los cívicos cruceños nunca les había permitido lograr una
verdadera y amplia base social en el país. Sin embargo, está claro que ni los
planes secesionistas ni tampoco los de un golpe de Estado son abandonados
definitivamente por la burguesía y el imperialismo. Para un golpe de Estado
sería indispensable el apoyo de las Fuerzas Armadas, o por lo menos de una parte
de estas. En el gobierno confían bastante que los 4 millones de dólares en
equipamiento que fueron donados por el gobierno venezolano a las FFAA y a la
policía bolivianas sean suficientes para garantizar su apoyo. La historia -
véase el caso de Pinochet en Chile - demuestra lo contrario. En realidad solo
una movilización masiva de obreros y campesinos en las calle, que haga también
un llamamiento a la base proletaria del ejercito, puede obstaculizar cualquier
plan golpista.
Burguesía, imperialismo y derecha persiguen por ahora bastante evidentemente el
objetivo de construir un clima de unidad nacional, de co-gobierno (o mejor seria
decir de manejo total) de la Constituyente y de la economía, al fin de prevenir
y aguar cualquier intento reformador que choque con sus intereses, y cortar de
una vez por todas los enlaces que unen el gobierno a su base social, sembrando
en ésta la desmoralización, la desconfianza y la pasividad, para luego echar a
un lado Morales y su movimiento sin esfuerzos. Por esto enarbolaron el tema de
la capitalidad plena para Sucre: lograr a trasladar el gobierno fuera de la
conflictividad del altiplano seria para ellos un logro importante pero
secundario, como una cereza sobre la torta.
Por esto por ejemplo este año invitaron a Evo Morales a la Feria de Santa Cruz,
lo que no hicieron el año pasado. Y, justo mientras escribimos, el gobierno cae
otra vez con ambos pies en la trampa. El acuerdo nacional suscrito con las
fuerzas de oposiciones por el vicepresidente Alvaro García Linera - el
incansable tejedor del dialogo y de las peores concesiones a la derecha, siempre
a la espalda de los movimientos sociales - hace solo volver atrás las manecillas
empeorando y profundizando los problemas. El oficialismo, después de casi un año
de lucha sobre el tema, se compromete al respecto de la Ley de Convocatoria de
la Constituyente, la cual preveía que cada articulo de la nueva Constitución sea
aprobado por una mayoría de los 2/3 de los asambleístas, y a la incorporación
del tema de la capitalidad en el debate. Además, se conforma una comisión
política nacional que se encargará de solucionar los problemas en la Asamblea:
dicho sin otros términos nada mas que una mordaza al espíritu original de la
Constituyente.
Las reacciones
Se puede decir sin duda alguna que la ofensiva de la derecha ya ha conseguido en
parte sus objetivos: a la Constituyente que renacería de semejante "acuerdo
nacional" ¡le hace falta solo una lápida! Para nosotros esto no es una sorpresa:
en cada uno de los artículos que hemos escrito advertíamos como, en el proceso
revolucionario que Bolivia vive, la Asamblea Constituyente no podía solucionar
ninguno de los problemas reales del país, siendo solo útil a la burguesía para
reorganizarse, encontrando pretextos para tumbar las expectativas de cambio, y
apoyos en los elementos más derechistas de campo popular. En efecto, y por la
misma política conciliadora del gobierno, la Constituyente se ha convertido en
un instrumento para desviar la energía revolucionaria de los movimientos
populares que derramaron sangre para que fuera convocada al pantano del
constitucionalismo y la maraña legal.
Esta convicción, a la luz de la experiencia, parece abrirse paso entre mucho de
los luchadores sociales de estos años. Esta es la declaración al propósito del
dirigente de las Juntas Vecinales del distrito 8 de El Alto Carlos Barrera:
"cuando llegó el MAS al poder se dijo que habrá una revolución democrática y con
la Asamblea Originaria esperábamos reformas estructurales profundas. Un cambio
del modelo a nivel político, económico y social; lamentablemente eso no se está
dando, por eso decimos que la Asamblea no resolverá los problemas de miseria y
hambre de nuestra sociedad" (Alerta Laboral n.52, Agosto 2007 - revista mensual
del Centro de Estudio para el Desarrollo Laboral y Agrícola CEDLA).
Y este es el rasgo más sobresaliente de la actual coyuntura: hay todo tipo de
indicios de que el MAS está perdiendo el apoyo del proletariado urbano, el que
le permitió ganar con su aplastante mayoría en el diciembre del 2005. La
manifestación de Sucre del 10 de septiembre es una prueba. No hubo
movilizaciones en las ciudades, ni declaraciones de dirigentes sindicales o
gremiales en defensa del gobierno, como en el pasado, sino solo pasividad. El
hecho de haber presionado el prefecto dimisionario de Chuquisaca para que
ratifique en su cargo, o sea el hecho de preferir mantener en el gobierno del
departamento a una persona que claramente no comparte la misma trayectoria
política, antes que convocar nuevas elecciones, prueba que hay en el mismo
partido conciencia del fenómeno, y que se espera poder recuperar la situación.
Las condiciones del país sugieren todo lo contrario.
La situación del país...
En nuestro articulo precedente citado antes, ya se esbozaba un análisis de la
situación económica de Bolivia, y como ésta de ninguna manera estaba ayudando el
país a liberarse de su atraso. Las cosas vistas desde la perspectiva de los
trabajadores bolivianos son aun peores de lo que pueden decirnos las cifras
macro económicas. Como decíamos, el auge de la minería está generando una nueva
capa de enriquecidos cuya demanda contribuye al alza de los precios, y hace
bloque social contra las reformas del gobierno. La actividad de los pequeños
campesinos, del sistema cooperativo agropecuario, o sea la parte de la
producción agrícola orientada al consumo interno, sufre por la falta de
mecanización, de las ayudas del Estado, de la industria y de la química, así que
muchos abandonan el campo hacia los centros mineros o las grandes ciudades,
provocando ulterior escasez de alimentos.
"En los últimos cinco años, la importación de alimentos se incrementó en 18,23%"
(CEDLA), lo que contribuye al alza de los precios: suben el pan, los demás
víveres, el transporte, el precio de las casas, mientras que el Plan Vivienda
del gobierno yace hundido por los escándalos de corrupción que afectaron el
ministerio correspondiente. La inflación registrada en el primer semestre del
año fue del 6,43%, lo que engulló - exactamente como habíamos previsto hace un
año - el aumento del 5% del salario básico, para los que lo obtuvieron. Una
investigación realizada en Potosí demuestra por ejemplo que de las mas que 300
empresas de la ciudad, pequeñas y medianas, mas que la mitad no concedieron
ningún aumento.
Nubarrones aún mas obscuros se perfilan al horizonte. La condonación de la deuda
por unos organismo multilaterales "estaría reduciendo las fuentes de
financiamiento de carácter concesional, situación que podría conducir al
Gobierno a contratar créditos en condiciones más duras (tasas de interés más
altas que las concesionales y plazos más cortos para el servicio)", mientras que
estalla la deuda interna, contraída por las administraciones descentralizadas
que son parte de la batalla política, que "se proyecta como un costo económico
elevado, el mismo que se expresaría en un incremento del servicio y podría
agudizarse a partir del 2012, cuando el Gobierno inicie el reembolso del capital
de la deuda contraída con las Administradoras de Fondos de Pensiones", con
posibles efectos alarmantes sobre las jubilaciones futuras (CEDLA).
La construcción del "capitalismo andino", el pacto entre socios que el gobierno
quería impulsar con la burguesía nacional y las transnacionales para desarrollar
el país, es un barco que hace agua por todos los costados. No hay inversión
productiva interna y la única inversión extranjera persigue como siempre los
objetivos del saqueo. Recordando la continua escasez de combustible en el país
exportador de gas y sin dar otras cifras solo basta citar un ejemplo más: la
construcción de la carretera Potosí - Tarija era ejecutada como decíamos por una
empresa de Brasil, la Queiroz Galvao, con un crédito especial otorgado por el
mismo país vecino (el Proex). El embajador de Brasil ha declarado que "el
crédito Proex se va junto con Queiroz Galvao" (La Razon - 19/9/07). Como en
Venezuela, la única inversión programada es por el Estado, precisamente con la
ayuda del gobierno de Caracas.
Como el mismo Morales en su último discurso publico en Cochabamba tuvo que
admitir "no hay plata para atender todas las justas demandas de las
organizaciones sociales", o sea no hay plata para los jubilados que amenazan con
entrar en huelga de hambre, no hay plata para los trabajadores de la empresa de
Almacenes de la Aduana Nacional, que están en pie de lucha pidiendo la
nacionalización de su empresa, no hay plata para adecuar los sueldos a la
inflación. Pero era justamente por este motivo que surgió la Agenda de Octubre,
cuyo significado era y es "la plata está en nuestros recursos naturales y en
nuestras empresas capitalizadas".
La misma reforma agraria arriesga con quedarse en papel o simplemente no cumplir
con los objetivo de la base social del MAS. En esta semana hubo un bloqueo en la
carretera Oruro - La Paz protagonizado por organizaciones campesinas de gran
tradición de lucha como la Federación Tupaj Katari y el Movimiento Sin Tierra.
Estas son la declaraciones de sus dirigentes publicadas por La Razon del
19/9/07: "están dotando de tierras a muertos y a los bebes que recién van a
nacer, hay corrupción en el saneamiento"; "solo dan titulación a las Tierras
Comunitarias de Origen donde hay miles de hectáreas para pocas familias, lo que
está ocasionando latifundistas indígenas". La postura de estas organizaciones se
puede ver claramente en las declaraciones hechas a Radio Panamericana por sus
dirigentes: exigiendo la renuncia de la Ministra del Desarrollo Rural, se
dirigían a Evo pidiendo textualmente que se libere de toda la ala derecha de su
gobierno, expresando no solo gran instinto de clase, sino también la confianza
en la posibilidad de seguir presionando el gobierno.
Así en Potosí campesinos en la comunidad de Santa Lucia piden al Prefecto
masista que les entregue 50 hectáreas de la hacienda La Cayara, mientras que en
Santa Cruz un conflicto armado por tierra cerca de San Julián, ciudad gobernada
por el MAS, dejó varios heridos. Lamentablemente ni el mismo proyecto de la
nueva Constitución elaborado por el MAS ayuda a solucionar el problema de la
tierra, en la medida que reconoce la propiedad privada que cumpla con "una
función social", cosa que (como analizamos en un articulo del año pasado
¡Defender y profundizar la revolución en Bolivia!) significa simplemente
mantener las cosas casi como están, mantener el déficit productivo de un país
con grave insuficiencia alimenticia y una agricultura en su mayoría extensiva y
orientada a la exportación. Por no hablar de la cuestión del control y de la
participación social, que en la propuesta del MAS deviene un borrador de la Ley
de Participación Popular, con la creación de un organismo, el Congreso Social
Plurinacional, meramente consultivo y sin verdaderos poderes.
...y del movimiento obrero
Éstas son las razones objetivas de la decepción en el movimiento obrero y de la
impaciencia en el campesinado. El único recurso para el gobierno para revertir
la actual situación sería dar un poderoso giro a la izquierda, apoyarse en el
movimiento de masas, acelerando la nacionalización de las capitalizadas como
ENTEL, ENDE y ENFE (teléfonos, electricidad y ferrocarriles), los planes de
industrialización programados con Venezuela, la reforma de las jubilaciones y la
institución del seguro sanitario universal que garantice atención medica a todos
y una verdadera reforma agraria, sacando plata y capacitación técnica de sus
riquezas naturales (gas y minerales, como estaba planteado en la Agenda de
Octubre), del ALBA y del ayuda de Venezuela y Cuba. Tendría que seguir el
ejemplo de Huanuni para hacer renacer a COMIBOL e impedir que el auge de la
minería se convierta en fuerza para la oposición y nuevo saqueo, a través de los
contratos de riesgo compartido que muchas cooperativas mineras suscribieron con
transnacionales del sector.
En caso contrario, como dijimos hace tiempo, el ciclo de lucha que encontró en
el MAS su referente político no tiene otra alternativa que acabar, sea por las
vía democráticas o mediante un golpe, con una derrota para todos los
trabajadores de Bolivia, que tendrían primero que recuperarse de la derrota
antes de poder volver a la carga. Por esto el movimiento obrero no puede
mantenerse al margen, abstenerse de la actual batalla. Una movilización de masas
de carácter nacional con reivindicaciones de carácter social podría revertir la
situación, y quitarle a la derecha la escena y el apoyo de las capas medias de
la sociedad, así como en pasado las movilizaciones de mayo-junio 2005
oscurecieron el cabildo autonomista de Santa Cruz.
El movimiento obrero organizado, la COB, o sus federaciones mas combativas,
deberían dirigirse al gobierno, dirigirse a Evo Morales, proponer a él un frente
para defender, cambiar y profundizar el rumbo de la revolución, con un programa
que recupere el verdadero sentido de la Agenda de Octubre, pidiendo que se rompa
con el ala derecha de su gabinete, y que la dirección política del proceso
revolucionario vuelva a los trabajadores y campesinos, a las asambleas populares
como única vía para cumplir con las expectativas de cambio que se ponían en la
Constituyente, y de verdad unir el país mas allá del localismo fomentado por la
derecha. Esto permitiría ganarse una audiencia y hacer palanca en la izquierda
del MAS, en el malestar de los asambleístas, y ganarse la confianza de los
movimientos indígenas y campesinos que son la última base social organizada del
gobierno.
Un ejemplo interesante en este sentido es el ofrecido por los mineros
asalariados, cuya organización (la gloriosa FSTMB) firmó un documento con las
organizaciones campesinas cercanas al MAS que fueron a Sucre, en el cual se
llama a conformar comités populares en todo el país en defensa de la
Constituyente y de su espíritu. El documento en sí no ofrece un balance crítico
de la política del MAS, pero si de verdad se trabajara para conformar estos
comités eso sería un importante paso adelante. En efecto comités de obreros,
campesinos, indígenas, que surgieran necesariamente en defensa no del contenedor
sino del contenido, o sea de los cambios que todos se esperaban de la
Constituyente (salud, tierra, trabajo, instrucción), podrían hacer superflua la
misma Asamblea, sobrepasada por organismos de verdadero poder y democracia
obrera, producto de la misma lucha contra la burguesía y al imperialismo.
Es posible que propuestas como esta se queden en nada, no solo por la política
de los García Linera, sino también por la falta de una dirección consciente del
proletariado, que nazca compartiendo plenamente análisis y perspectivas y sepa
estar conectar con la conciencia y la expresión de la lucha de clases, para
conducir con la mas gran flexibilidad táctica los asalariados a conquistar la
confianza de la mayoría campesina y acabar con el capitalismo. Organizar los
revolucionarios entorno a esta necesidad es el reto más importante ahora: la
evolución de los acontecimiento solo demuestra que nuestro tiempo no es
indefinido.
Fuente: lafogata.org