Latinoamérica
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La memoria y los desmemoriados
Natalia uval
La Diaria
La madre del detenido-desaparecido Washington Barrios contó lo que Gavazzo y
Silveira no recuerdan.
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"...Nuestros más antiguos nos enseñaron que la celebración de la memoria es
también una celebración del mañana. Ellos nos dijeron que la memoria no es un
voltear la cara y el corazón al pasado, no es un recuerdo estéril que habla
risas o lágrimas. La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el
corazón humano tiene para andar sus pasos. Las otras seis son la verdad, la
vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y
el amor.
Por eso, dicen, la memoria apunta siempre al mañana y esa paradoja es la que
permite que en ese mañana no se repitan las pesadillas, y que las alegrías, que
también las hay en el inventario de la memoria colectiva, sean nuevas."
Subcomandante Marcos "Carta a la digna argentina" México, marzo de 2001
Habíamos ido a hacer otra entrevista a una cooperativa de viviendas del SUNCA,
en Malvín Norte. Nené estaba de visita, con una pasta frola que había traído
para nuestra entrevistada y su familia. Se sumó a la ronda, y sólo se metió en
la conversación cuando nos referimos al decreto del "Nunca más" que emitió
recientemente el gobierno, para criticar algunas declaraciones de los ministros.
"El grupo de madres se está yendo con esa incertidumbre y esa tortura en la que
nos tienen continuamente, de no saber dónde están los restos de nuestros hijos",
expresó.
La madre del detenido-desaparecido Washington Barrios, Nené, recuerda cada
detalle: cómo iban vestidos, los desperdicios que dejaron los que saquearon su
apartamento, los gestos de los represores, lo que dijeron. Ellos, en cambio, no
recuerdan nada, según aseguraron al juez Luis Charles en mayo del año pasado,
cuando los pusieron frente a frente con sus víctimas.
Washington nació el 17 de setiembre de 1952 en Colombia pero se nacionalizó
uruguayo. Vivió su infancia en el barrio Brazo Oriental, en Montevideo. El
ejército argentino lo detuvo en Córdoba, donde estaba refugiado, el 17 de
setiembre de 1974. Tenía 22 años, estudiaba abogacía y había militado en el
Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y en el Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP, Argentina). Cuatro meses antes, el 21 de abril de 1974, en
Montevideo, las Fuerzas Conjuntas lo habían ido a buscar a su domicilio. No lo
encontraron, pero asesinaron a su esposa, Silvia Reyes, que estaba embarazada de
tres meses, y a dos amigas. Tenían 19 y 20 años.
LA VISITA
Un mes después de la detención del hijo de Hilda Fernández (que así se llama
Nené), aparecieron en el domicilio de los padres José Gavazzo y Armando Méndez,
que en aquel momento integraban el Organismo Coordinador de Operaciones
Antisubversivas (OCOA).
Le entregaron a Hilda una carta escrita por su hijo, que decía: "Vieja, viejito:
que se porten bien la flaca y el gordo (sus dos hermanos). Yo estoy bien. Pronto
nos vamos a ver". Gavazzo le dijo que había visto a su hijo y que dentro de
poco, tal vez tres meses, ella lo iba a poder ver, y agregó que había una moto
de Washington en el taller, que la fuera a buscar y que hiciera con ella lo que
quisiera. Hilda les contestó que con esa moto no le devolvían la vida de su
nuera ni de su nieto por nacer, ni la vida de las otras dos chicas. "Bueno,
señora, usted imagínese que esto es una guerra, y hay vencidos y vencedores", le
respondió Gavazzo.
LOS LADRONES
Silvia y Washington llevaban seis meses de casados. Después de matar a Silvia,
los represores robaron todas las cosas del apartamento. "Se llevaron los
muebles, hasta los tapones de las cajas de los fusibles. Lo único que dejaron
fue cáscaras de banana y de manzana y un tarro vacío de Bracafé sobre la mesada
de la cocina. Vinieron camiones a llevarse todos los muebles", recuerda Hilda.
También tenían intenciones de quedarse con el apartamento, porque fueron a
preguntar a los administradores si era propiedad de Washington. Pero como era
una sucesión de los padres de Hilda, no tuvieron suerte.
EL CAREO
En mayo del año pasado el juez Luis Charles interrogó al mayor retirado José
Gavazzo, al coronel retirado Jorge Silveira y a los militares Juan Rebollo y
Armando Méndez por la desaparición de Washington. Habían perdido la memoria.
"¿Usted no se acuerda de nada? ¿No se acuerda tampoco de cuando en Buenos Aires
le sacó el hijo de los brazos a Sara Méndez?", le espetó Hilda a Gavazzo.
"Ellos tenían unos nervios... Mataron, asesinaron, pero con la verdad tiemblan",
afirmó la madre de Washington a La Diaria.
Hilda considera que todavía falta mucho en la búsqueda de la verdad y de la
justicia por los hechos que acontecieron durante la última dictadura
cívico-militar: "No se puede decir nunca más hasta que no esté todo aclarado,
para que esto no se repita en el futuro. La gente recién ahora está tomando un
poco de conciencia, recién ahora se pregunta si realmente pasó lo que pasó.
Tardaron mucho tiempo. Yo hace 32 años que estoy en esta lucha".