Latinoamérica
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Adolfo Zaldívar, Bachelet y el modelo económico
Marcel Claude
Argenpress.info
Recientemente el senador democratacristiano, Adolfo Zaldívar, hizo un conjunto
de planteamientos críticos al actual gobierno de Michelle Bachelet, en el
sentido que este primer año de gobierno habría sido un período perdido para el
país, fundamentalmente por no haber corregido el modelo económico, por no asumir
un rol más social y por haber adoptado posiciones neoliberales. La crítica de
Zaldívar apuntaba directamente a la presidenta Bachelet y a su ministro de
hacienda, Andrés Velasco. Ella no tardó en contestar que se habían despachado 55
normas, firmado 12 tratados internacionales y se contaba con el presupuesto
público más expansivo de los últimos años con un fuerte énfasis social.
Desde la perspectiva ciudadana más o menos informada, es muy difícil entender
los planteamientos tanto de Adolfo Zaldívar como de la presidenta. Por una parte
resulta totalmente incomprensible el planteamiento político de Zaldívar que
pareciera olvidar que milita en uno de los partidos eje de la Concertación, la
que en su conjunto ha adoptado el modelo impuesto por la dictadura militar, no
sólo aplicando sus preceptos económicos, sino también, dándole una legitimidad
política mayor al punto que importantes figuras del gobierno militar -que fueron
los autores intelectuales de dicho modelo- han llegado a sostener que la
Concertación ha administrado mejor el modelo económico que la propia derecha.
Adolfo Zaldívar se olvida que fue durante el gobierno de Eduardo Frei
Ruiz-Tagle, militante democratacristiano al igual que él, cuando el proceso de
legitimación del modelo económico se concretó definitivamente y se olvida
también que la Democracia Cristiana, partido del que Adolfo Zaldivar fue su
presidente no hace mucho tiempo atrás, participó activamente de esa legitimación
política de la herencia económica de la dictadura.
En consecuencia, no es difícil entrever en el discurso de Zaldivar una operación
comunicacional para reposicionarse en el debate político, teniendo en cuenta las
enormes fisuras y quiebres que tiene dicho modelo y que hoy son evidentes para
la gran mayoría de los chilenos. El problema de levantar estos temas como un
truco mediático exclusivamente, solo lleva a la confusión y a la frustración de
la ciudadanía, puesto que, en la práctica estas figuras públicas no sólo no van
a cambiar el modelo, sino que, hasta ahora, no lo han hecho. Adolfo Zaldívar
sabe muy bien que esto es así y sabe también que el sistema político que no es
democrático, no tiene forma de hacerle pagar las consecuencias políticas de su
inconsecuencia.
La respuesta de la presidenta no deja tampoco de ser confusa, puesto que
simplemente no contesta el cuestionamiento hecho por Zaldívar y pareciera ser
que sólo la cuestionaban por no haber hecho nada. Truco mediático de por medio,
la presidenta se olvidó brutalmente que las 55 normas, los tratados comerciales
y el presupuesto escuálidamente más cargado a lo social, no modifican un ápice
el famoso modelo puesto que no se han alterado ninguna de las características
que hacen de éste una maquina depredadora de personas y recursos naturales.