Internacional
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La primera invasión de USA en el extranjero: la captura de
Florida en 1816
Del asalto a "Fort Negro" a Iraq
William Loren Katz
El año 2006 será recordado como el momento en el que los USamericanos
ajustaron cuentas con los dirigentes que les mintieron para obtener apoyo
público para invadir y ocupar Iraq. Pero en vista de la preocupación del público
por una elección crucial y las noticias diarias de una guerra funesta, pocos se
dieron cuenta de un significativo aniversario en 2006: hace 190 años, USA lanzó
su primera invasión al extranjero. Los paralelos con la actualidad son
esclarecedores.
En julio de 1816, el general Andrew Jackson, comandante del Distrito Sur de USA,
ordenó que unidades del Ejército, de la Armada y de los Marines invadieran
Florida, entonces bajo bandera española. Jackson actuó, probablemente por orden
del presidente James Madison, sin una declaración de guerra del Congreso. Ni
España ni su puesto avanzado colonial posaban una amenaza para USA o sus
ciudadanos. Más bien, el presidente y el general – ambos destacados dueños de
esclavos – habían concluido que la economía esclavista y su "propiedad" humana
eran amenazadas por los varios miles de americanos nativos y de afro-americanos,
incluyendo esclavos fugitivos, que se habían unido en la Nación Seminola en
suelo de Florida.
Como en el caso del ataque del presidente George W. Bush contra Iraq, la primera
incursión al extranjero de USA tuvo un enorme impacto en el poder ejecutivo y
sus poderes presidenciales, en el respeto a la Constitución por los que habían
jurado protegerla, y en el derecho del público a saber. El historiador William
Weeks subraya que este episodio estableció una serie de peligrosos precedentes,
algunos de los cuales lamentó posteriormente el Secretario de Estado, John
Quincy Adams:
El presidente Madison y el Secretario Adams violaron la Constitución cuando
dejaron de lado la contribución del Congreso en la decisión del Ejecutivo de ir
a la guerra. La Constitución otorga poderes de guerra sólo al Congreso.
Adams, al defender la invasión, mintió al Congreso y al público sobre los
motivos para realizarla.
Adams proclamó que los USamericanos que se oponían a la guerra no sólo estaban
equivocados sino que daban ayuda y alivio a los enemigos extranjeros de la
nación, y encubrió atrocidades cometidas bajo el comando del general Jackson.
[1]
¿Constituía Florida, en ese tiempo distante, una mayor amenaza al país más
fuerte de las Américas que Iraq 19 decenios después? No, en realidad. Más bien,
la elite poseedora de esclavos estaba convencida de que los africanos que huían
de la esclavitud en las plantaciones sureñas al aire libre de Florida planteaban
un peligro inmediato para Georgia, las Carolinas y tal vez para todo el sistema
de plantaciones esclavistas. En el lenguaje de nuestros días, consideraban que
esos hombres y mujeres – que no vivían bajo amos blancos, que portaban armas,
estaban aliados con americanos nativos y acogían a fugitivos en sus aldeas –
como potenciales "terroristas." Así que los dueños de esclavos utilizaron el
apalancamiento permitido por su poder económico para orientar a la Casa Blanca
hacia una reacción militar a la amenaza detectada.
¿Quién era realmente "el enemigo? Africanos que habían escapado de las colonias
inglesas del sur y que desde 1738 estuvieron entre los primeros exploradores y
colonos pioneros de Florida, donde construyeron comunidades libres, autónomas.
Florida era su "sueño americano." Cuando los indios seminolas huyeron hacia el
sur de la persecución de los creek, los africanos en Florida los acogieron y les
enseñaron métodos de cultivo de arroz que habían llevado a las Américas de
Senegambia y Sierra Leone. Combinando la amplia gama de sus conocimientos y
habilidades, los dos pueblos se unieron en una nación seminola multicultural que
estaba dispuesta a combatir a las fuerzas armadas de caza de esclavos de las
colonias USamericanas en defensa de su derecho a la autodeterminación. [2]
Después de la Revolución USamericana de 1776, el recién nacido USA aumentó las
correrías de caza de esclavos a Florida. En 1812, los acontecimientos se habían
escalado. El gobierno del presidente Madison suministró apoyo clandestino a una
fuerza privada llamada "los Patriotas," que cruzaba la frontera para saquear,
capturar a personas libres para esclavizarlas, y que quería incorporar la
península de Florida a la nueva nación. Un año más tarde, la milicia de
Tennessee y tropas del gobierno federal se sumaron a los Patriotas, pero la
alianza seminola rechazó a esa fuerza combinada. En realidad, la resistencia
seminola condujo a la derrota en el Congreso, en abril de 1814, de una
resolución Patriota para anexar Florida.
En 1816, sin embargo, Andrew Jackson, convertido en un famoso héroe de la guerra
y "combatiente indio," decidió capturar Florida a fin de cerrar lo que llamaba
"su refugio perpetuo para nuestros esclavos." Ordenó que su comandante de
operaciones, general Edmund P. Gaines:
provocara un ataque contra "Fort Negro" en el río Apalachicola, capturara sus
poderosos cañones y a sus 300 residentes negros y seminolas, y "restaurara los
negros y la propiedad robados a sus legítimos propietarios." [3]
Navegando por el Apalachicola, los barcos de USA pasaron 80 kilómetros de
amplios y crecientes campos de maíz africano a lo largo de las riberas del río.
[4]
Al llegar a "Fort Negro," las fuerzas de USA enfrentaron a un comandante negro
llamado García, que tenía cuatro piezas de artillería pesada, seis cañones
ligeros, un amplio arsenal y profundo desprecio por los intrusos. García
enfrentaba a dos cañoneras de la Armada, a cientos de soldados regulares en
Ejército de USA y a 500 indios creek que esperaban capturar a seminolas
escapados.
Gaines ordenó la rendición del fuerte y envió una delegación de creek a negociar
con García. Éste rechazó la orden, repudió a la delegación y disparó un tiro de
cañón por sobre la cabeza de los creek. El cirujano Marcus Buck, asignado al
Cuarto Regimiento de Infantería de USA, escribió: "Nos complació su enérgica
oposición, aunque eran indios, negros y nuestros enemigos. Muchas circunstancias
nos convencieron de que en su mayoría estaban determinados a no ser capturados
vivos." [5]
Las fuerzas de Gaines rodearon "Fort Negro" y abrieron fuego, pero los primeros
intercambios de artillería resultaron ser insignificantes. Entonces, por
accidente, un obús, calentado en la cocina de la nave y lanzado al fuerte, dio
en el almacén de municiones de García. La espectacular explosión resultante
destruyó Fort Negro y mató a 270 personas. De los 64 supervivientes, García fue
ejecutado y los restantes fueron devueltos a la esclavitud.
Cientos de otros africanos y seminolas en la región huyeron al río Suwannee,
donde construyeron aldeas que se extendían por la costa del mar a la Bahía de
Tampa. [6] Dentro de meses, la nación negra e india reubicada eligió a Billy
Bowlegs como su rey, y a su principal consejero negro, Nero, como su comandante
militante. Juntaron caballos, ejercitaron y se prepararon para la defensa contra
futuros ataques. [7]
Andrew Jackson, revitalizado por su victoria, notificó al presidente entrante,
James Monroe, que estaba listo para capturar Florida "en sesenta días." Sus
tropas capturaron Pensacola en mayo de 1818. El general incrementó entonces la
violencia, y se lanzó a "una campaña de terror, devastación, e intimidación" que
incluyó la quema de "fuentes de alimentación en un esfuerzo calculado por
imponer el hambre a las tribus," según el historiador William Weeks. Su
"exhibición de asesinato y saqueo conocida como la Primera Guerra Seminola,"
escribe Weeks, formó parte del objetivo de Jackson de "desasentar o eliminar del
sudeste a los americanos nativos." [8]
El Secretario de Estado, John Quincy Adams, que creía en "la remoción de los
indios, la esclavitud india, y el uso de la fuerza militar sin aprobación del
Congreso," y que era "mejor errar del lado del vigor que del lado de la
debilidad," defendió la invasión, así como las brutales operaciones de búsqueda
y destrucción de Jackson. Al presentar esa defensa, escribe Weeks, "deformó,
disimuló, y mintió sobre los objetivos y la conducción de la política exterior
USamericana ante el Congreso y el público" – un esfuerzo, considera Weeks, que
"constituye una deformación monumental de las causas y de la conducción de la
conquista de Florida por Jackson, que recuerda a los historiadores que no
busquen la verdad en las explicaciones oficiales de los eventos." [9]
En 1819, USA persuadió a una España cansada de la guerra para que le vendiera
Florida por 5 millones de dólares que ingresó a la Unión en 1822 como otro
Estado esclavista.
Aunque la primera Guerra Seminola había terminado en un trato inmobiliario que
borró todas las reivindicaciones de los habitantes originales de Florida,
todavía hubo muchos años de guerra. USA se había metido en un cenagal que, a
veces, inmovilizaba a la mitad de su ejército en continuas escaramuzas en las
tierras pantanosas de Florida.
La Segunda Guerra Seminola comenzó en gran escala en 1836. Ese año, poco después
de llegar a tomar el comando de las operaciones de USA en Florida, el general
Sidney Thomas Jesup advirtió sobre las consecuencias de la guerra: "Ésta es,
podéis estar seguros, una guerra negra no india, y si no es aplastada
rápidamente, el sur sentirá sus efectos en su población esclava." Analizó la
tarea que se presentaba:
"Las dos razas, la negra y la india, se aproximan rápidamente; son idénticas en
sus intereses y sentimientos... Si los indios permanecen en este territorio, los
negros de entre ellos formarán un punto de reunión para negros fugitivos de los
Estados adyacentes; y si son removidos, la fortaleza del país será
inmediatamente ocupada por negros." [10]
La guerra continuó: los oficiales de USA violaban acuerdos de tregua, capturaban
a mujeres y niños como rehenes, atacaban aldeas pacíficas y destruían cosechas.
El Ejército hizo lo posible por enfrentar a los negros contra los indios
mediante varias maniobras diplomáticas, pero los intentos de división racial
fracasaron. Al no poder quebrar la solidaridad seminola, USA perdía la
posibilidad de lograr una victoria militar. Los seminolas, utilizando tácticas
tradicionales de guerrilla, continuaron haciendo la vida difícil al ejército más
moderno de las Américas. En Nochebuena de 1837, unos 400 seminolas rojos y
negros, aunque superados en número por más de dos a uno, infligieron la más
abrumadora pérdida sufrida por el Ejército de USA en décadas de guerras indias.
[11]
Después de un año de guerra de guerrillas, Jesup volvió a declarar su punto de
vista: "Los guerreros lucharon mientras les duró la vida," lo que adscribió a
"la determinación de los que influencian sus consejos – quiero decir los
dirigentes negros." Concluyó: "Los negros dirigen a los indios, y es importante
que se sientan seguros; si se alarman y resisten, la guerra recomenzará." Jesup
propuso que se permitiera que toda la nación seminola, con sus miembros negros,
migrara al oeste. Aunque los colonos recibieron la idea con "violentas
protestas," en última instancia la proposición de Jesup resultó ser el único
plan que podía llevar a la paz. [12]
1.500 soldados de USA habían muerto en la Segunda Guerra Seminola. El Congreso
había gastado más de 40.000.000 de dólares (¡anteriores a la Guerra Civil!) y
miles de soldados fueron heridos o murieron de enfermedad. Las pérdidas
seminolas, en particular entre los civiles, fueron indudablemente mucho más
elevadas.
Finalmente, miles de seminolas rojos y negros, después de recibir promesas de
que podrían seguir libres y unidos como nación, aceptaron migrar al Territorio
Indio de Oklahoma. Otros no se rindieron ni abandonaron su patria en Florida.
Los seminolas de Florida habían operado la mayor estación del Ferrocarril
Subterráneo, como apodaban a una red organizada e ilegal para ayudar a escapar a
los esclavos, y habían emergido invictos, con su comunidad intacta, después de
50 años de asedio. Su logro no tiene igual en la historia de USA.
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William Loren Katz es autor de "Black Indians: A Hidden Heritage." Su nueva
edición, revisada, de "THE BLACK WEST "[Harlem Moon/Random House, 2005] también
incluye información sobre la ocupación de las Filipinas, y se encuentra en las
librerías. Para contactos abra su sitio en la Red: www.williamlkatz.com
Notas
[1] William Weeks, John Quincy Adams and the American Global Empire (Kentucky,
1992); Vea también: Noam Chomsky, "Failed States," [New York, 2006] 89-92 para
una discusión de cómo precedentes establecidos por la invasión de Florida en
1816 tuvieron impacto en la política exterior de USA hasta la actual ocupación
de Iraq.
[2] Las siguientes fuentes informan este artículo: Kenneth W. Porter: "The Negro
on the American Frontier" [Nueva York, 1971] una colección que marca nuevos
rumbos de artículos eruditos sobre afro-Usamericanos y americanos nativos,
basados en fuentes de primer orden que presenta información fiable sobre la
alianza seminola. Fuentes más recientes confirman las principales conclusiones
de Porter: Daniel F. Littlefield: "Africans and Seminoles from Removal to
Emancipation" [Greenwood Press, 1977]; William Loren Katz: "Black Indians: A
Hidden Heritage" [Atheneum 1986] una historia popular; Kevin Mulroy: "Freedom on
the Border: Seminole Maroons in Florida, the Indian Territory, Cuahuila, and
Texas" [Texas Tech University Press, 1992]; Kenneth W. Porter: "The Black
Seminoles: History of a Freedom-Seeking People," [University Press of Florida]
1996, "revisada y editada por Alcione M. Amos y Thomas P. Senter" de un
manuscrito de Porter.
[3] Major General Sidney T. Jesup, Jesup Papers, box 14; 25th Congress, Second
session, 1837-1838, House Executive Doc., Vol. III, no. 78, p. 52.
[4] Porter, 202, 212.
[5] Informe del coronel Clinch sobre "la destrucción de Fort Negro, en el
Apalachicola, 29 de julio de 1816" [Washington: War Records Office, National
Archives]
[6] Porter, 219
[7] Porter, 221
[8] Porter, 223
[9] William Weeks, Op. Cit.; Vea también Richard Immerman y Regina Gramer,
Passport, (boletín de la Society of Historians for American Foreign Relations,
agosto de 2005.
[10] Washington Chauncey Ford, ed., Writings of John Quincy Adams [Macmillan,
1916], volumen 6, p. 385n
[11] Major General Jesup, in American State Papers, Military Affairs, vol. 7,
820-822; vea también Porter, 272, 281, 282.
[12] Sobre los esfuerzos de USA por sembrar la discordia racial, vea
intercambios entre el general Gaines y King Hatchy en American State Papers, 1
(Washington, D.C., 1832) 723, y Chief Emachutochustern al General Thompson,
Indian Agent, 1835 en American State Papers, Military Affairs 4, (Washington,
D.C., 1861) 463; Porter, 1996, "revised and edited," 88-93; Porter, "Seminole
Flight from Ft. Marion," Florida Historical Quarterly xxvi (July, 1947) 92-98.
[13] Major General Jesup, March 26, 1837 en American State Papers, Military
Affairs, VII. 835.; Porter, 276-277; Mulroy, 29.