La Vieja Europa |
Una izquierda que acepta la política centrista de estado
Escenas italianas: cuando veas la barba de tu vecino....
Santiago González
Rebelión
Estaba en Italia en pleno imbroglio: manifestación contra la
ampliación de la Base Militar italo-estadounidense (es un decir) de Vicenza,
ampliación de efectivos italianos en Afganistán (con algún muerto ya), tras el
anuncio de la retirada de sus tropas en Iraq y debate en el Senado de una moción
presentada por D’Alema, Ministro de Exteriores y responsable de la coalición
Olivo y de la organización aggiornada de lo que fue el Partido Comunista
Italiano, actual Izquierda Democrática o Democracia de la Siniestra.
Éste venía a decir que la política exterior italiana giraría en el respeto a las
resoluciones de las Naciones Unidas y de la búsqueda de la paz. Es decir, el
lenguaje edulcorado de no decir nada, abstracto y que se compadecía mal con el
apoyo real a la estrategia estadounidense en su recreación neocolonial en
Afganistán (cuya invasión fue ilegal y no sancionada por las Naciones Unidas) y
en el Nuevo Oriente Medio.
Además, dentro de la política de seguridad y vecindad que practica la OTAN
aceptó y apoya el primer Tratado militar con un país mediterráneo, que desde
hace varias décadas ocupa ( e invade) otros, como Líbano, Siria y el resto de
Palestina, en contra de muchísimas resoluciones de las Naciones Unidas y del
derecho internacional. En paladino, en septiembre del año pasado, poco después
de la invasión y destrucción del Líbano, Italia y su Ministerio de Exteriores
(al igual que otros Gobiernos ‘progresistas’) ha suscrito con Israel, un Tratado
que refuerza su impunidad. ¿Alguien ha reclamado daños de la destrucción
gratuita en Líbano o en las periódicas razzias sionistas en los
Territorios Ocupados?. ¿El envío de tropas al sur de las fronteras libanesas ha
sido seguido de más pasos para alterar la política de ocupación israelí? ¿La
Conferencia Internacional para resolver el conflicto israelo-palestino, dado que
Israel amplia la ocupación con nuevos asentamientos y no reconoce a ningún
Estado ni fronteras palestinas, se convocará ‘cuando las circunstancias lo
aconsejen’ como dicen al unísono Prodi-Rodríguez Zapatero sin embargar o
presionar a Israel? Hay más similitudes entre el Gobierno de Prodi y el de
Rodríguez Zapatero. También hay un cierto paralelismo entre las actuaciones de
esta Refundación Comunista y el apoyo crítico, socio preferente de IU, con el
Gobierno de Rodríguez Zapatero y su capacidad (¿) de influencia para realizar
políticas de izquierda o amoldarse a los deseos del partido que ganó al PP.
Como decíamos, en esa tesitura de divergencias entre teoría y práctica, se
produce la votación en el Senado. La derecha aznarista, perdón, berlusquiana
vota en contra. La coalición que apoya al Gobierno, a favor. ¿Todos?. No.
Algunos contrarios a la política berlusquiana, que se han manifestado en contra
de la ampliación de la Base Militar de Vicenza, en contra del seguidismo a la
política imperialista del Presidente Bush y que rechazan que los soldados que se
vayan de Iraq, retornen en apoyo estratégico estadounidense, al Afganistán de la
OTAN, votan en contra: Bulgarelli (verde); Turigliatto, Grassi y Giannini de
Refundación Comunista; Franca Rame, la dramaturga y Rossi del Partido de los
Comunistas Italianos.
Aunque gana el ‘sí’, el sistema italiano establece que la votación la gana quien
saque la mayoría absoluta del número presente de senadores y la suma de ‘noes’ y
abstenciones supera a ese ´sí’ relativo. El Primer Ministro italiano, el antiguo
responsable de la Comisión Europea, Prodi, dimite.
Por votar coherentemente a favor de una política de izquierdas, dada la
contradicción de la ‘búsqueda de la paz’ gubernamental con el apoyo a la
estrategia estadounidense, a esos parlamentarios les llegan las presiones,
insultos y un cierto linchamiento moral. El ojo del huracán recae en Turigliatto,
se le expulsa del PRC, los periódicos le sacan buscadas fotografías con el
rostro desencajado y vencido. Los periódicos de más difusión, La Reppublica (El
País), La Corriere de la Sera (El Mundo), Il Mattino, Il Messagiero, y los otros
de la ‘Unione’... hablan de una izquierda radical que no tiene compostura para
formar parte de un Gobierno progresista, trotskistas y demás ralea anclada en la
senilidad del mayo del 68, que hay que buscar apoyos más centristas que,
inmediatamente, llegan de los flecos democratacristianos,... La presión
mediática en contra de una izquierda coherente, a la que bombardean
continuamente como no lo hubiera logrado un planificador de campañas
publicitaria, y califican de ‘radical’, sin sentido de estado, es de gran
intensidad y fuerza. Y los partidos que se llaman de izquierda la asumen en sus
réplicas a la defensiva. Nadie habla de la contradicción política del Gobierno
Prodi y de la soberbia de D’Alema sabiendo que posteriormente a la votación de
marras y tras la manifestación contra la Base Militar de Vicenza, se tendría que
votar la fijación presupuestaria para el incremento de efectivos a Afganistán,
es decir que si no querían caldo, los bufones izquierdistas, tomarían una olla
entera de caldo, dado que vendrían las reformas ‘centristas’ en los planos
económicos, laborales y sociales.
Prodi en medio de esa euforia de ataques a esos izquierdistas y aceptación
defensiva de los partidos que se reclaman de izquierdas, enuncia doce puntos que
prefiguran una oleada de discutibles reformas, tabla de salvación ‘progresista’,
para volver a formar Gobierno. Epifani, Secretario del sindicato CGIL, con esa
retórica italiana, dando a entender el apoyo global a Prodi, comenta asustado el
corte ‘liberal’ de las medidas que regirían en el posible nuevo gobierno de la ‘Unione’,
reclama que le hubiera gustado que un punto o medio lo hubiera dedicado a la
lucha contra la precariedad (¡) y los sindicatos consideran que la anunciada
reforma de las pensiones, tras la efectuada por el anterior Gobierno de
Berlusconi, no debe formar parte de la agenda del nuevo Gobierno.
En Nápoles, por lo menos, hay un gran despliegue de carteles y se anuncian actos
del Olivo, el Partido Democrático de Izquierda y de Refundación Comunista,
pidiendo el sostén y apoyo al Gobierno Prodi,... tapando aquellos que anunciaban
la manifestación contra la Base de Vicenza, firmados entre otros por Refundación
Comunista. Igualmente, se hace una campaña contra el ticket sanitario (una tasa
por utilizar los servicios públicos sanitarios),... Parecerían actividades de
rearme de la izquierda, pero también de intentar explicar el porqué de apoyar a
un Gobierno cada vez más con la etiqueta de ‘centrista’ conservando las ínfulas
de defensa de la tradicional política de izquierdas,... hasta la próxima
‘política de estado’.
Es cierto que Italia tiene graves problemas de economía informal, sumergida,
corrupción y camorra. Agujeros que drenan recursos para políticas más
equitativas y de desarrollo. Ante la agresiva política tacheriana de Berlusconi,
de desarme del Estado social hay un gran miedo a que este delincuente vuelva al
Gobierno ante la derechización sociológica de una gran parte de los italianos.
Pero, también parece que las coaliciones que apoyan al Gobierno de Prodi, se
están decantando en prácticas políticas miméticas al de sus contrincantes y que
justifican políticas, que antes de entrar en el Gobierno, criticaban. En cambio
presionar al expresidente de la Comisión Europea, Prodi, y trabajar en reformas
limitadas por la izquierda, esa actitud defensiva y de justificar, lo que
entendemos contradictorio e injustificable, han reforzado el mensaje
unidireccional de ‘centrar’ más el Gobierno y quitarse resabios infantiles
izquierdistas dando paso a los caballeros blancos democratacristianos que
formaban parte del apoyo del anterior Gobierno Berlusconi (¿para hacer lo mismo
que él?).
En resumen, ha llegado el miedo escénico. Franca Rame, ha hecho declaraciones
públicas de apoyar el envío de tropas y del presupuesto correspondiente y
dimitir a continuación. ¿El miedo a Berlusconi, es hacer lo que apoya Berlusconi
y después no asumir la contradicción y huir de tener que dar cuenta de la
justificación? Otros parece que tomarán decisiones de ‘estado’.
Prodi y su ‘centrismo’ ganan. Berlusconi, sin estar en el Gobierno, gana. La
izquierda pierde. Rehacer un lenguaje y cultura de izquierdas pierden mucho más.