Argentina: La lucha continúa
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De Clemente a Fuentealba
Prof. Juan Carlos Sánchez
La semana pasada, una multitud colmaba la Plaza de Mayo para reiterar la
exigencia de la aparición con vida de Jorge Julio López, a un año de su
desaparición, en el medio de una causa judicial orientada a satisfacer las
necesidades del poder político antes que investigar las causas de este hecho y
la determinación de los responsables de esta aberración en democracia.
Hoy, en Venado Tuerto, se cumple un nuevo aniversario del asesinato de Clemente
Arona bajo un supuesto 'accidente' automovilístico a manos del agente de la
Policía de la Provincia de Santa Fé, Roberto José Mandelli, quien fue sobreseído
en diciembre del año pasado por la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo
Penal, sita en Rosario. La maraña judicial que tuvo que enfrentar Ana Braghieri,
la madre de este joven, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre de
dicha localidad tiene los mismos sinsabores que sufre Sandra Rodríguez, en la
causa por el asesinato de su marido, el Prof. Carlos Alberto Fuentealba.
Igual que el 18 de septiembre pasado, Ana y quienes la acompañan harán la ronda
en la plaza principal de una localidad santafesina, cuyos habitantes, en su gran
mayoría, restan importancia a lo sucedido prefiriendo refugiarse en las mieles
de la soja. Sin embargo, todavía siguen en la lucha para que los responsables de
una muerte tan absurda no queden impunes, pese a las amenazas y a las
intimidaciones que se vienen repitiendo sistemáticamente.
El encubrimiento policial y la responsabilidad del poder político es evidente.
En Santa Fé, un Jefe de Comando, como Dante Moscardo; un Jefe de Tercios, como
Dante Sandobal y tres agentes, como César Correa, Walter Gómez y el nombrado
anteriormente tuvieron la cobertura institucional y política que les permitió
evadir, aún en la actualidad, asumir la responsabilidad por atropellar y
abandonar a una persona junto a un Intendente como Roberto Scott, con estrechos
lazos con la pasada dictadura militar, quien sigue sosteniendo la inexistencia
de los Derechos Humanos como fiel émulo de Videla. En Neuquén, un simple
sargento como Darío Poblete, ennegreciendo este apellido por la debida memoria a
José, viejo militante por los Derechos de las Personas con Discapacidad y
persona con discapacidad motriz asesinado por la banda de Etchecolatz y de Camps,
tuvo el apoyo de las jerarquías policiales y del mismo Gobernador Provincial,
Dr. Jorge Sobisch, quien se postula para Presidente de la Nación, en un claro
aval a la metodología represiva diseñada por el actual Gobierno Nacional.
Clemente Arona, Jorge Julio López y Carlos Fuentealba, tres vidas, tres muertes
a manos de un Estado que debía garantizar su vida y su dignidad humana y que
sigue evadiendo su parte de responsabilidad de la mano de una justicia cómplice
de las aberraciones ejecutadas por los esbirros, de los que siguen perpetuando
la enseñanza recibida de los dictadores del `76.
Pero ellos son sólo una muestra de la realidad, porque el aparato represivo
permanece intacto para atender las necesidades de los gobiernos, a nivel
provincial y nacional, en vista de la creciente protesta social que continúa
siendo criminalizada mediante la sustanciación de causas penales a todos los
luchadores populares y sociales. Muchos de ellos están encarcelados; algunos, en
huelga de hambre y otros, la gran mayoría, con más de un año en las cárceles
kirchneristas, tanto en Santa Cruz como en Ezeiza.
De Clemente a Fuentealba, nos encontramos con una impunidad galopante, con una
terrible oscuridad que hace temer por los Derechos Humanos pese al discurso
oficial. Pero no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos ni con los
genocidas de ayer, ni con los represores de hoy, seguimos caminando para
encontrar el camino de la memoria para encontrar la verdad y alcanzar la
justicia, la verdadera, la que lleva al juicio y castigo de todos aquellos
criminales con uniforme o sin él que continúan con su macabra obra para
beneficio de los mismos de siempre...