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Argentina: La lucha continúa

Finalmente detuvieron al represor Arrillaga

ARRILLAGA, UN ANCIANO DE VOCACIÓN GENOCIDA

En la tarde del viernes, luego de buscarlo infructuosamente en su departamento de la calle Arcos en el barrio porteño de Belgrano el día anterior, fue detenido el general retirado Alfredo Manuel Arrillaga, sindicado como uno de los más brutales jefes militares de esa época en la ciudad, en su despacho del Círculo Militar, Santa Fe 750 donde oficiaba de "vicepresidente", secundando al general genocida Roberto Felipe Domínguez. Arrillaga cumplió tareas en la jefatura del ejército durante los años de plomo y se retiró en 1990. Entre sus "méritos" señalaba haber sido el Jefe a cargo de la represión durante el copamiento de La Tablada en el gobierno de Raúl Alfonsín. El genocida que no estaba cumpliendo prisión domiciliaria, fue traslado esta noche con destino a Mar del Plata para comparecer en el mismo Juzgado Federal.

La agrupación H.I.J.O.S. Resiste, invitó a toda la comunidad a concurrir a las puertas del Tribunal a la espera de que "estos genocidas para recordarles una vez más que a donde vayan los iremos a buscar y que un pueblo comprometido con la verdad y la justicia, no olvida ni perdona".

Fuente:
www.0223.com.ar

Arrillaga y La Tablada

Apenas amanecía cuando las radios empezaron a transmitir la confusión que se vivía en el Regimiento de Infantería III de La Tablada, el 23 de enero de 1989. En un primer momento, el recuerdo cercano de las rebeliones carapintadas de Semana Santa y Monte Caseros llevó a creer al gobierno alfonsinista que eran otra vez los seguidores de Mohamed Alí Seineldín. La confusión se disipó al mediodía: el copamiento no era militar sino civil. Un grupo de unos cuarenta militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) era el responsable de la irrupción. El desconcierto precedió a la condena unánime de un ataque que le permitió a las Fuerzas Armadas agitar nuevamente el fantasma del "rebrote subversivo" y llevó a la mayoría de la sociedad a desentenderse del modo en que se reprimió el asalto. La Justicia tampoco se hizo eco y recién en 1997, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó que hubo ejecuciones y torturas a los detenidos. Se reconocieron 39 muertos, entre ellos 11 militares y 2 policías.

La represión tapada

El general Alfredo Arrillaga fue el encargado de recuperar el cuartel. Hoy en día se sigue ufanando de la efectividad de su estrategia que no ahorró cañonazos y apeló, se sospecha, a armas prohibidas como el fósforo blanco. Durante la dictadura, Arrillaga revistaba en Mar del Plata y fue uno de los señalados como responsables de la "Noche de las Corbatas", el operativo que en la oscuridad asesinó a cinco abogados defensores de presos políticos. Más de tres mil efectivos del Ejército y la policía acudieron a La Tablada para desalojar al reducido grupo de guerrilleros.

Durante el juicio se difundió la grabación de un diálogo entre Arrillaga y el general Francisco Gassino, donde el responsable de la represión dijo: "Tengo catorce paquetes (detenidos) y dos en otra unidad". La abogada defensora de los presos, Marta Fernández, explicó que "hubo trece presos vivos dentro del cuartel. Entonces ¿dónde están los otros tres?

Los cuerpos mutilados, reventados, sangrantes fueron expuestos a la prensa en la mañana del 24 de enero apenas minutos después de que el entonces presidente Raúl Alfonsín recorriera el lugar. Pocos meses más tarde, el jefe de la Policía Federal, Juan Angel Pirker, sentenció: "Yo los sacaba con gases lacrimógenos". Se abrieron causas paralelas por la violación a los derechos humanos pero ninguna avanzó. En diciembre de1997, la CIDH, el organismo de la OEA, encargado de velar por el respeto de los derechos humanos, concluyó que "el Estado argentino es responsable" por las siguientes violaciones:

* El derecho a la vida de Carlos Alberto Burgos, Roberto Sánchez, Iván Ruiz, José Alejandro Díaz, Carlos Samojedny, Francisco Provenzano, Berta Calvo, Ricardo Veiga y Pablo Martín Ramos. Burgos y Sánchez habrían sido ejecutados en la guardia dentro del cuartel, según los testimonios de cuatro soldados (Aibar, Miranda, Medina y Rojas). "Las autoridades no lograron identificar los cadáveres de dichas personas a fin de establecer la causa de la muerte", señala el informe. Ruiz y Díaz también fueron ejecutados después de ser detenidos. En fotos de la revista La Semana, número 1227, y en un video de Canal 13 se los ve cuando se entregaron.

* El derecho a la integridad personal de todos los detenidos. El pronunciamiento alude a "los datos reunidos por Amnistía Internacional que mediante una comparación de los informes médicos de los detenidos, de fechas 24 y 28 de enero de 1989, demuestra que el número de heridas había aumentado en ese lapso, durante el cual habían estado privados de su libertad y bajo el control exclusivo de agentes del Estado argentino". La comisión consideró plenamente probado que Luis Alberto Díaz, Claudio Néstor Rodríguez, Carlos Motto, Claudio Omar Veiga y Sebastián Ramos fueron torturados.

* El derecho a recurrir el fallo condenatorio ante un tribunal superior.

Cuerpos NN

Varios familiares no pudieron reconocer los cuerpos. El juez Gerardo Larrambebere dejó los cadáveres sin nombre en la morgue. En febrero del ‘89, los forenses pidieron autorización para "depostar" los cuerpos –es decir quitarles las partes blandas–, el juez dio el visto bueno. Descuartizados fueron enterrados como NN en el cementerio de la Chacarita. Recién en diciembre de 1997 se autorizó la exhumación. Las pruebas de ADN todavía no concluyeron.

La abogada Marta Fernández, viuda de Carlos Alberto Burgos, explicó que "faltan ocho cuerpos. Cuando sepamos a quiénes pertenecen esos cinco cadáveres –algunos de ellos con huesos que no les corresponden– sabremos quiénes son los tres desaparecidos. Creemos que apelaron a la depostación como un modo de impedir la comprobación de las secuelas del fósforo blanco". Los muertos sin identificar son Iván Ruiz, José Alejandro Díaz, Carlos Burgos, Carlos Samojedny, Roberto Sánchez, Juan Manuel Murúa, Roberto Vital Gaguine y José Mendoza.

Acta 30 de Abril de 2001

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.
http://www.nuncamas.org/juicios/marpla/2001/actas/acta_300401.htm
En la ciudad de Mar del Plata a los treinta días del mes de abril de dos mil uno, siendo las 10 hs., fecha fijada para la presente; se constituyen en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata sus integrantes Dres. Mario Alberto Portela, Roberto Atilio Falcone y Néstor Rubén Parra, juntamente con el Sr. Secretario, Dr. Facundo Luis Capparelli. Acto seguido el Dr. Mario Alberto Portela, quien presidirá la audiencia, solicita al Sr. Secretario que informe acerca de la presencia de las partes. Seguidamente el Dr. Capparelli certifica que se encuentran presentes el Sr. Fiscal General, Dr. García Berro, como asimismo los representantes legales del Colegio de Abogados de Mar del Plata, Consejo Escolar de General Pueyrredón; Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Mar del Plata) APDH; Madres, Familiares y Abuelas de Detenidos y Desaparecidos; Asociación Abuelas de Plaza de Mayo MdP; Argañaraz de Fresneda María de las Mercedes y Dr. Fresneda Tomás; Dr. Arestin Salvador Manuel; Dr. Alais Raúl Hugo; Dr. Candeloro Jorge Roberto; Dr. Centeno Norberto Oscar; Renzi Lidia Elena y Vacca Nora Inés; Iorio Liliana Inés; Lazzeri Patricia Emilia, Retegui Liliana Beatriz Ramona; Garaguso Delia Elena y Roldan Tristán; Bourg Juan Raúl y Rodríguez de Bourg Alicia Isabel; los Dres. Irineo Di Matteo, Luis Cazeaux; Ana Laura Vulcano; María Estela Murgier; Rodolfo Díaz; Alfredo Battaglia; María Eva Centeno; Agustina Palacios, Fortunato De la Plaza y Juan Carlos Wlasic. Seguidamente, el Sr. Presidente, convoca a prestar declaración testimonial al Sr. Eduardo Salerno, nacido el 23 de febrero de 1945 en la ciudad de Córdoba, LE nº 7.984.328, quien manifiesta que: fue socio del Dr. Candeloro en el estudio jurídico e integró la asociación gremial de abogados, integrada entre otros por los doctores Begue, Fertita y Romanin. Que dicha gremial llevó adelante una intensa actividad y se caracterizó porque todos sus integrantes estaban unidos por lo que no querían: la opción por la ilegalidad del Poder Judicial. Que en los años 1971 y 1972 habían descubierto unas casas de tortura de la policía de la provincia de Bs. As. En èsta ciudad, que los habeas corpus no funcionaban. Que en ese entonces la CNU ya tenía posición encontrada con ellos. Que fue víctima de hostigamiento por su actividad profesional lo que motivó que en el año 1974 se fuera a la ciudad de Córdoba luego de que fueron a buscarlo al estudio jurídico a él y al doctor Candeloro, pero al poco tiempo regresó a Mar del Plata. Que en 1975 una patota le cayó en el estudio y el jefe de la misma le dijo "cuando encontremos a Candeloro lo vamos a matar, a usted no lo matamos porque tenemos que encontrar a Candeloro.". Que el día 19 de marzo de 1975 en horas de la madrugada sintió un tiroteo y al asomarse por la ventana de su domicilio ubicado en al calle Bolivar 3020 personal del ejército derribó la puerta y lo llevó detenido junto con personal policial. Que el tiroteo fue para simular un enfrentamiento en el caso de que él muriera, que esto lo dice porque abservó un conscripto disparando hacia el aire. Que lo llevaron a una casa ubicada en la calle Moreno a la altura de Santa Fe o de Corrientes perteneciente a la Alianza Nacionalista, donde detienen a algunas personas más, las que luego son liberadas al llegar a la Comisaría Cuarta por resultar conocidas del Coronel Barda. Que a él lo llevan a los buzones de la Comisaría Cuarta donde se encuentra con el doctor Fertita, con Claudia Demarco y con un joven de apellido Parraga. Que al segundo día lo vio a Amilcar González que estaba destrozado. Que el día 24 de marzo lo llevan a un calabozo de la Comisaria Cuarta con el doctor Fertita, Parraga, Serra y otros más. Que por la noche vino a buscarlo Blaustein y lo llevó a un cuarto donde estaba el policía Pochiari, a quien conocía porque le llevaba un juicio a una tía de él, quien le ató las muñecas con una soga por detrás de la espalda. Que en ese momento él le entrego una cadenita de oro con el nombre de su hijo por si no volvía y Pochiari se desplomó y le dijo: "usted va a volver". Que salió por una puerta de la Comisaría Cuarta y allí lo subieron a un Ford Falcon verde y le pusieron una capucha. Que lo llevaron a "La Cueva" le bajaron los pantalones, lo ataron a una mesa de cocina y le pusieron un cable en el dedo gordo del pie. Que lo comenzaron a torturar con picana eléctrica incluso en los testículos mientras le pusieron una madera en la boca. Que quien preguntaba durante la tortura era el militar Alfredo Arrillaga, le preguntaba sobre Candeloro y sobre la gremial de abogados entre otras cosas. Cuando volvió a la Cuarta estaba destruido, cuando despertó observó a su lado la cadena de oro. Que durante su estadía en la Comisaría Cuarta observó a una persona, que con el tiempo supo que se trataba del militar Alfredo Arrillaga, recorría los calabozos y mediante gestos seleccionaba "éste si, éste no"; los elegidos eran sacados de los calabozos desconociendo para qué, presumiendo para torturarlos. Que luego lo llevaron en un colectivo hasta la Base Aérea y allí lo subieron a un avión que los trasladó hasta Azul, ingresando al penal de Sierra Chica. Que estaba destruido, no sentía nada, tenía olor a piel quemada, orinaba sangre, no podía estar de pie. Que al momento de sacarle la foto en el momento del ingreso al penal, se caía de la silla mientras la fotógrafa y el párroco del penal se reían a carcajadas. Que lo llevaron a la celda cuarenta y cinco del pabellón seis y a Fertita que lo trasladaron con él a la celda cero cinco del pabellón seis. Que un compañero de cárcel a los pocos días salió y le avisó a sus padres que él estaba en Sierra Chica. Que su padre concurrió y se entrevistó con el director de la cárcel, con quien discutió hasta que le reconoció que estaba allí. Que esto fue posible porque desde el 24 de marzo de 1976 él estaba detenido a disposición del PEN por decreto firmado por Isabel Martínez de Perón. Que el habeas corpus que presentaron sus familiares nunca tuvieron solución. Que su hermano presentó el habeas corpus en manos al Fiscal Federal Gustavo Demarchi quien lo miró mal, sin decirle nada, y lo guardó en un cajón. Que anoche en la cena su hermano le manifestó que nunca tuvo tanto miedo como esa vez. Que jamás tuvo novedad de ese habeas corpus. Que eso era un clara opción de cierto sector de la justicia por la ilegalidad. Que la intervención del doctor Demarchi fue tristísima y no puede dejar de señalarlo. Que el día 22 de mayo de 1976 cerca de la oficina del director fue entrevistado en el penal de Sierra Chica por el Dr. Figueroa, secretario del Juzgado Federal de Mar del Plata. Que el doctor Figueroa le tomó declaración por un sumario penal seguido en su contra a raíz del procedimiento en el que lo secuestraron, que el trato del doctor Figueroa fue prepotente, era un gestor de la impunidad. Que durante la entrevista le dijo: "mire doctor si quiere llorar, llore, si usted dice algo de tortura de acá no se va". En un momento también le dijo: "mire que sabemos de su mujer" que de esta forma le hizo entender que él era un objeto para el Poder Judicial. Que finalmente salió en libertad el 27 de septiembre de 1976, y a los pocos días fue citado por el Teniente Coronel Costa a una audiencia, donde éste le dijo: "usted tiene que entender que la patria está en peligro, tiene que dedicarse a otras cosas, adopciones, etc." que al tiempo le cayó una patota a su casa, revisaron todo sin decir ni romper nada. Que unos días previos al secuestro de los abogados durante la noche de las corbatas, el Coronel Costa lo llamó y le preguntó "usted va a salir de la ciudad", no me voy a quedar acá, le contestó. Que la noche que apareció el cuerpo de Centeno, él estaba muy mal y se quedó despierto hasta que saliera el diario La Capital. Que allí se lo nombraba a él como despidiendo los restos del extinto, que eso le dio mucho miedo. Que sus padres lo fueron a buscar, también desesperados y lo llevaron a Córdoba en auto, al poco tiempo se radicó en Brasil. Que luego se enteró que un grupo cayó en su casa a buscarlo cuando él ya se había ido. Que ignora las razones que motivaron el secuestro, desaparición y muerte de los abogados, aunque destaca que en la Universidad había un gran enfrentamiento. Que el día siguiente a la muerte de Piantoni, se encontró con Josué Catuogno y le dijo que estaba muy apenado por la muerte de Piantoni, que tal vez iría al velorio y entierro. Que Catuogno le dijo "no vaya doctor, lo van a matar". Que un policía de apellido Giordano, declaró ante el Juez Baltazar Garzón en España y entregó un diquette con el nombre Sicilia 1995 o Sicilia 1996, no recuerda bien, cuyo contenido se vincula con la desaparición de los abogados, el lugar donde estarían enterrados y la relación con todo esto de algunos abogados próximos a la CNU como el doctor Cincotta y el doctor De la Canale. Que seguidamente el compareciente es interrogado por el Tribunal, el Ministerio Público y los representantes legales de los denunciantes. Que se deja expresa constancia que entrega y ratifica la declaración prestada ante la CONADEP en el año 1984. Que el enfrentamiento al que hizo mención existía además de en la Universidad, en el seno de la CGT. Que concluida la declaración del testigo, el doctor Wlasic toma la palabra denunciando las amenazas que viene sufriendo el Dr. Garamendi por parte del policía Bicareli, solicitando al Tribunal se adopten las medidas que estime corresponder. Que siendo las 14.30 horas se convoca a las partes para la próxima audiencia del día 07 de mayo a las 10 horas. Citando a las partes para la firma del acta el día miércoles 02 de mayo entre las 10 y las 13 hs. Firmando los comparecientes de conformidad, todo ello ante mí, de lo que doy fe.
Revelación sobre abogados desaparecidos en Mar del Plata en 1977
Entre la tarde del 6 y la madrugada del 13 de julio de 1977 fueron secuestradas en Mar del Plata once personas, entre ellas varios abogados. La lista incluye a los letrados Norberto Centeno, Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alaiz, Camilo Ricci, Carlos A. Bozzi y Tomás J. Fresneda. Las otras cinco personas fueron José Verde y su esposa, María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda –embarazada de 4 meses- Maria Esther Vázquez de García y su esposo Néstor Enrique García Mantica. De todos ellos, solo José Verde y su esposa, el Dr.Camilo Ricci y el Dr. Carlos A. Bozzi sobrevivieron a aquellos trágicos días. La simultaneidad del secuestro de seis abogados en solo dos días, y el alojamiento de los mismos en las instalaciones del viejo radar situado en la Base Aérea de Camet, cercana a la ciudad de Mar del Plata, bautizó a esa noche como LA NOCHE DE LAS CORBATAS. En total fueron ejecutados catorce abogados, que habían interpuesto hábeas corpus a favor de detenidos por el Ejército. Arrillaga fue el encargado de dar el tiro de gracia en la nuca a cada uno y ordenar su disposición final.
La mayor parte de los abogados desaparecidos durante "La noche de las corbatas" estarían "enterrados en una zona ubicada en Santa Clara del Mar", reveló el lunes Eduardo Salerno en la audiencia del "Juicio por la Verdad" que se sigue en Mar del Plata. Sostuvo que fue el ex policía Carlos Giordano quien habría dado ese informe al juez español Baltasar Garzón, a través de un disquete en el que constarían los detalles sobre "de qué manera fueron asesinados los abogados marplatenses".

El abogado Salerno, uno de los sobrevivientes, relató que en su cautiverio en "La Cueva" había sido interrogado con torturas por el paradero de Jorge Candeloro, su ex socio en Mar del Plata. Candeloro desapareció en Neuquén.

Salerno aseguró que actúo en esas torturas el jefe de Inteligencia Alfredo Arrillaga, reconocido luego, cuando en 1989 participó en la recuperación del cuartel de La Tablada.
Ex espía del Ejército confesó haber cometido tres ejecuciones en 1977
Le dijo a la Justicia española que asesinó y enterró a las víctimas en una playa cerca de Mar del Plata de orden de su Jefe, el Teniente Coronel Arrilllaga.

El ex agente civil de inteligencia del Ejército Ricardo Alberto Oliveros Azan confesó ante la Justicia de España que ejecutó en forma sumaria a dos mujeres y un hombre, en Mar del Plata, en septiembre de 1977, cumpliendo un "acto de servicio".

Oliveros, al declarar en el Juzgado de Instrucción Nº5 de Madrid, identificó a dos de sus víctimas como Mercedes Longo y Patricia Silvia o Silva, y reiteró que ambas fueron enterradas en una fosa clandestina en la playa de Mar de Cobo, 20 kilómetros al norte de Mar del Plata. Además se hizo cargo de otro crimen: "También soy responsable de la ejecución sumaria de otro terrorista llamado (Raúl) Del Monte, alías El Pájaro".

En Mar del Plata, familiares de desaparecidos señalaron que Longo era madre de seis hijos, trabajaba de enfermera, y fue secuestrada en julio de 1976, pero no consignaron datos de la otra mujer. Sobre Del Monte recordaron que fue secuestrado en diciembre de 1976, en Buenos Aires.

La confesión de Oliveros se produjo el jueves pasado ante el juzgado que antes estaba a cargo de Baltasar Garzón, pero recién trascendió ayer. De todas maneras, el confeso asesino y ex agente de inteligencia continúa en libertad, pero ha sido citado de nuevo a declarar para el miércoles 18 ante el juez Fernando Grande Marlaska.

En una declaración anterior, el ex espía ya dijo que el suboficial Nicolás Cafarelo le confesó haber hecho el pozo para la tumba clandestina en Mar de Cobo, de la cual Oliveros dibujó un plano de localización y se lo entregó al juez. Sobre Cafarelo, añadió que era el chofer del general Alfredo Arrillaga, máximo responsable de la represión ilegal en Mar del Plata y acusado por "La Noche de las Corbatas", en junio de 1977, cuando fueron desaparecidos y asesinados varios abogados.

La policía española detuvo a Oliveros en febrero en el pueblo español de Mojacar por pedido de la Justicia argentina, que finalmente no ratificó esa solicitud, basada en una causa por robo con intimidación, y el ex agente quedó en libertad.

Pero como en su declaración dijo que en Argentina había sido agente de inteligencia del Ejército desde 1977, fue citado a declarar en la causa contra la dictadura militar que tramita el Juzgado de Instrucción Nº5.

Oliveros es conocido en Mar del Plata. En 2000 estuvo medio año preso por coacción agravada y cuando fue detenido se le secuestraron armas y carpetas con informes de inteligencias de distintos grupos políticos y sociales. En 1999 ingresó con una patota a punta de pistola a la catedral marplatense, y desalojaron a golpes a un grupo de piqueteros que reclamaban puestos de trabajo.
Arrillaga: El carnicero de La Tablada
Por Nora Veiras

Apenas amanecía cuando las radios empezaron a transmitir la confusión que se vivía en el Regimiento de Infantería III de La Tablada. Fue hace exactamente diez años, el 23 de enero de 1989. En un primer momento, el recuerdo cercano de las rebeliones carapintadas de Semana Santa y Monte Caseros llevó a creer al gobierno alfonsinista que eran otra vez los seguidores de Mohamed Alí Seineldín. La confusión se disipó al mediodía: el copamiento no era militar sino civil. Un grupo de unos cuarenta militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) era el responsable de la irrupción. El desconcierto precedió a la condena unánime de un ataque que le permitió a las Fuerzas Armadas agitar nuevamente el fantasma del "rebrote subversivo" y llevó a la mayoría de la sociedad a desentenderse del modo en que se reprimió el asalto. La Justicia tampoco se hizo eco y recién en 1997, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó que hubo ejecuciones y torturas a los detenidos. Se reconocieron 39 muertos, entre ellos 11 militares y 2 policías.

Uno de los antiguos dirigentes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Enrique Gorriarán Merlo, era el máximo jefe político de la agrupación que efectuó el asalto que terminó en masacre al igual que 14 años antes había sucedido con el copamiento del Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno de Monte Chingolo. Gorriarán Merlo justificó el copamiento de La Tablada en la inminencia de un golpe de Estado, encabezado por los seineldinistas. "Fuimos a defender la democracia, no a atacar a un cuartel", le dijo a Clarín en octubre de 1998 Joaquín Ramos, uno de los detenidos que junto a Luis Ramos, consiguió ese año la autorización para cumplir su condena en España gracias a la doble nacionalidad. La hipótesis del golpe nunca se pudo corroborar y todavía se sospecha si no fueron protagonistas de una operación de inteligencia que los impulsó a un ataque divorciado de todo consenso social y político.
El 5 de octubre de 1989, la Cámara Federal de San Martín condenó a Roberto Felicetti y Claudia Acosta a reclusión perpetua. Fray Antonio Puigjané, quien no participó del asalto y se presentó espontáneamente a la Justicia, recibió 20 años de cárcel. Los otros quince fueron condenados a penas de 10 a 15 años. Después de diez años, seis están bajo el régimen de libertad condicional. A Gorriarán Merlo lo apresaron el 29 de octubre del ‘95 en un confuso procedimiento realizado por agentes argentinos en México. Está condenado a reclusión perpetua. Su ex esposa, Ana María Sívori, fue detenida en Rosario y purga una pena de 18 años.

La represión tapada

El general Alfredo Arrillaga fue el encargado de recuperar el cuartel. Hoy en día se sigue ufanando de la efectividad de su estrategia que no ahorró cañonazos y apeló, se sospecha, a armas prohibidas como el fósforo blanco. Durante la dictadura, Arrillaga revistaba como Jefe de Inteligencia del GADA 161 en Mar del Plata y fue el principal responsable de la "Noche de las Corbatas", el operativo que en la oscuridad asesinó a cinco abogados defensores de presos políticos. Más de tres mil efectivos del Ejército y la policía acudieron a La Tablada para desalojar al reducido grupo de guerrilleros.
Durante el juicio se difundió la grabación de un diálogo entre Arrillaga y el general Francisco Gassino, donde el responsable de la represión dijo: "Tengo catorce paquetes (detenidos) y dos en otra unidad". La abogada defensora de los presos, Marta Fernández, explicó que "hubo trece presos vivos dentro del cuartel. Entonces ¿dónde están los otros tres?
Los cuerpos mutilados, reventados, sangrantes fueron expuestos a la prensa en la mañana del 24 de enero apenas minutos después de que el entonces presidente Raúl Alfonsín recorriera el lugar. Pocos meses más tarde, el jefe de la Policía Federal, Juan Angel Pirker, sentenció: "Yo los sacaba con gases lacrimógenos". Se abrieron causas paralelas por la violación a los derechos humanos pero ninguna avanzó. En diciembre de1997, la CIDH, el organismo de la OEA, encargado de velar por el respeto de los derechos humanos, concluyó que "el Estado argentino es responsable" por las siguientes violaciones:
* El derecho a la vida de Carlos Alberto Burgos, Roberto Sánchez, Iván Ruiz, José Alejandro Díaz, Carlos Samojedny, Francisco Provenzano, Berta Calvo, Ricardo Veiga y Pablo Martín Ramos. Burgos y Sánchez habrían sido ejecutados en la guardia dentro del cuartel, según los testimonios de cuatro soldados (Aibar, Miranda, Medina y Rojas). "Las autoridades no lograron identificar los cadáveres de dichas personas a fin de establecer la causa de la muerte", señala el informe. Ruiz y Díaz también fueron ejecutados después de ser detenidos por orden del General Alfredo Arrillaga. En fotos de la revista La Semana, número 1227, y en un video de Canal 13 se los ve cuando se entregaron.
* El derecho a la integridad personal de todos los detenidos. El pronunciamiento alude a "los datos reunidos por Amnistía Internacional que mediante una comparación de los informes médicos de los detenidos, de fechas 24 y 28 de enero de 1989, demuestra que el número de heridas había aumentado en ese lapso, durante el cual habían estado privados de su libertad y bajo el control exclusivo de agentes del Estado argentino". La comisión consideró plenamente probado que Luis Alberto Díaz, Claudio Néstor Rodríguez, Carlos Motto, Claudio Omar Veiga y Sebastián Ramos fueron torturados.
* El derecho a recurrir el fallo condenatorio ante un tribunal superior.
Cuerpos NN
Varios familiares no pudieron reconocer los cuerpos. El juez Gerardo Larrambebere dejó los cadáveres sin nombre en la morgue. En febrero del ‘89, los forenses pidieron autorización para "depostar" los cuerpos –es decir quitarles las partes blandas–, el juez dio el visto bueno. Descuartizados fueron enterrados como NN en el cementerio de la Chacarita. Recién en diciembre de 1997 se autorizó la exhumación. Las pruebas de ADN todavía no concluyeron.
La abogada Marta Fernández, viuda de Carlos Alberto Burgos, explicó que "faltan ocho cuerpos. Cuando sepamos a quiénes pertenecen esos cinco cadáveres –algunos de ellos con huesos que no les corresponden– sabremos quiénes son los tres desaparecidos. Creemos que apelaron a la depostación como un modo de impedir la comprobación de las secuelas del fósforo blanco". Los muertos sin identificar son Iván Ruiz, José Alejandro Díaz, Carlos Burgos, Carlos Samojedny, Roberto Sánchez, Juan Manuel Murúa, Roberto Vital Gaguine y José Mendoza.
QUIÉNES SIGUEN AHORA: DOMÍNGUEZ, SHAW Y GÓRIZ (CASUALMENTE TODOS DIRECTORES DEL CÍRCULO MILITAR DEL EJÉRCITO)
El Presidente, General Domínguez, está sindicado del secuestro y homicidio de Meliton Bustos. Además, está imputado de supresión de identidad y secuestro de bebés, y el Coronel Góriz asesinó personalmente a Emilio Papetti, que era Soldado Conscripto a su cargo. Aún están en libertad. Se los mantendrá informados a medida que queden detenidos este viernes a la noche.

El retorno de los brujos
Amenazaron a la madre de Jorge Emilio Papetti, desaparecido por la dictadura oligárquico-militar en 1977
Familiares del soldado-conscripto Jorge Emilio Papetti acaban de radicar una denuncia contra el Coronel Góriz, ya que este jueves recibieron amenazas e intimidaciones telefónicas, según se informó a Análisis Digital y Diario Junio. Una voz anónima le dijo Margarita Papetti "vieja de mierda, así que te hiciste sacar sangre", tras una reunión con integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense. Papetti se encuentra desaparecido desde el 16 de marzo de 1977, cuando cumplía una guardia en el Regimiento de Caballería Número 6 Blandengues, en nuestra ciudad. La historia oficial dice que se fugó y fue declarado desertor, aunque su cuerpo no ha sido encontrado. Le faltaban pocos días para cumplir 24 años.
"Vieja de mierda, así que te hiciste sacar sangre", le dijo una voz anónima en el teléfono a Margarita Papetti, la madre del soldado desaparecido el 16 de marzo de 1977. En efecto, el pasado 11 de octubre integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense estuvieron en Concordia recogiendo muestras de sangre a familiares de detenidos-desaparecidos durante la última dictadura militar.
Desde el Registro Único de la Verdad manifestaron su "más enérgico repudio ante la intimidación recibida" por la madre del soldado Papetti, a través de un llamado telefónico, y enmarcaron estos hechos con "la ofensiva de estos sectores retrógrados y minoritarios, que siguen utilizando las prácticas de la dictadura militar", y lanzaron un llamado "a todos los sectores de nuestra sociedad a condenar y repudiar este accionar que pretende instalar el miedo a través de actos cobardes amparados en la impunidad, a efectos de aislarlos y verlos desterrados de este país para siempre".
También desde la Delegación de la Subsecretaría de Derechos Humanos de Concordia, el profesor Rubén Bonelli, repudió energicamente la utilización de estas prácticas intimidatorias.
Papetti había ingresado el 20 de abril de 1976 como soldado conscripto al Regimiento Caballería de Tiradores Blindados 6, en Concordia. El 16 de marzo de 1977, casi ya de baja y ascendido a dragoneante, fue detenido dentro del regimiento mientras estaba de guardia. Algunos de sus compañeros oyeron sus gritos de protesta cuando se lo llevaban y alertaron a las padres de lo sucedido.
Al día siguiente el padre del dragoneante se entrevistó con el teniente coronel Naldo Miguel Dasso, que era jefe de la unidad, en presencia del segundo jefe, mayor Osvaldo Antonio Larocca. Dasso explicó que Papetti, sospechoso de extremismo, había sido trasladado a otra ciudad "por órdenes superiores" pero que a la altura de Villaguay se había fugado después de haber obtenido permiso para ir al baño en una estación de servicio. El padre presentó el caso ante el juez de Instrucción de Concordia, Oscar Satalia Méndez.
Sin embargo, un detenido declaró posteriormente que el 18 de marzo de 1977 fue secuestrado en su domicilio y trasladado al Regimiento 6, que allí, según se determinó, Górdiz ordenó encapucharlo. Lo golpearon y lo picanearon para después exigirle que reconociera a unos detenidos. Cuando le levantaron la capucha vio, entre otras personas, a Papetti, que no tenía nada que ver con la "subversión" estaba ya demasiado lesionado, con posible fractura de costillas y una tos persistente por la implosión de un pulmón acuchillado.
Góriz lo trasladó, ante la ignorancia de Dasso, a un lugar cercano a la represa de Salto Grande, donde lo interrogó y torturó nuevamente. Por la noche lo llevaron a la cárcel de Concordia y de allí, a la mañana, a la ciudad de Paraná, en un camión tanque acondicionado para transportar personas de modo clandestino. En Paraná lo encerró en el Escuadrón de Comunicaciones Blindado 2 y de allí a la Unidad Penal Número 1, donde murió sin atención médica.
Finalmente, Papetti fue dado de baja de su regimiento el 28 de mayo de 1977 por "primera deserción calificada". El cuerpo del dragoneante Jorge Emilio Papetti no ha sido encontrado. Desde la nulidad de las leyes de impunidad, Dasso fue erróneamente imputado en la causa que lleva el número 55.045, en la que investigan las desapariciones de Papetti, Julio Solaga, Sixto Zalazar y Mario Valerio Sánchez. Pero recientes investigaciones determinaron que el único responsable es el hoy "director gastronómico" del Círculo Militar, Coronel Góriz, a punto de ser arrestado para siempre.

Fuente: lafogata.org