'Si la política es solo elección de candidatos, estamos
jodidos'
Katy García
Prensared
Víctor de Gennaro, dirigente sindical y el militante social Carlos Di Marco,
debatieron sobre los avances y retrocesos del movimiento social en la
construcción de una alternativa de cambio que vislumbran cercana. 'Un acuerdo no
se construye entre 400 dirigentes de capital', afirmó el líder de de la CTA.
En el marco de la semana de reflexión en homenaje a un nuevo aniversario del
asesinato de Monseñor Enrique Angelelli, organizada por el colectivo Tiempo
Latinoamericano, ante un salón repleto de militantes de organizaciones sociales
locales Carlos Di Marco y Víctor de Gennaro analizaron la situación actual del
movimiento social.
De Marco comenzó recordando al dirigente Wenceslao Pedernera, asesinado frente a
sus hijos en La Rioja, en 1976. "Hablar de construcción política en el presente
y para el futuro es hacer memoria" expresó. Desde su lugar de laico de la
iglesia católica argentina, reivindicó el derecho de los cristianos a hacer
política.
Por su parte, el secretario de relaciones institucionales de la Central de
Trabajadores Argentinos (CTA), analizó las marchas y contramarchas del
movimiento social en la construcción de un modelo de país inclusivo. Tomó como
eje central al genocidio y fue desgranando las experiencias de lucha del pueblo
organizado y del sector de los trabajadores en particular. El recorrido que
viene realizando por varias provincias y el contacto con las organizaciones
sociales le permiten afirmar que llegó el momento de "pasar a la ofensiva y
animarse a creer que es posible". Porque está demostrado que las grandes
transformaciones "no las genera la injusticia, sino la esperanza", evaluó.
Di Marco: 'Nuestros pastores hacen política'
Para el dirigente cristiano "También hacen política nuestros pastores desde hace
2000 años y nosotros como laicos sufrimos persecución cuando queremos poner en
práctica lo que ellos mismos escribieron y que después quieren borrarlo con el
codo" subrayó. Tras recordar que los obispos hicieron un llamamiento a los
católicos bautizados a "pasar de habitante a ciudadano" cuando hizo pública su
opción de postularse como candidato por el "Frente de la Dignidad 29 de Octubre"
rápidamente le negaron apoyo institucional.
Sin embargo, de la mano de Joaquín Piña abortaron junto a diferentes
organizaciones la posibilidad de reelección indefinida de Carlos Rovira,
comentó. Después de esta instancia electoral explicó cómo armaron una estrategia
de construcción política que sumó a distintos sectores. Porque la política no es
solo para los "profesionales".
Consideró que de la protesta deben surgir propuestas y precisamente es lo que
ocurrió en esa experiencia. "Hoy son el programa del Frente de la Dignidad y lo
hicimos organizaciones y dirigentes sociales", afirmó. Tras augurar un triunfo
de la coalición en las elecciones de octubre agregó que "debemos ser capaces de
construir colectivamente" y "no delegar más la representación política sino
ejercerla". En ese sentido destacó que debieron enfrentar las prácticas de la
vieja política desplegadas por los partidos tradicionales. "Estamos
alfabetizándonos" aludió en referencia al proceso iniciado en Misiones.
Víctor de Gennaro
El fundador de la CTA, rescató la capacidad del pueblo organizado para
sobreponerse a la adversidad, para exigir justicia y luchar contra la impunidad
en los últimos 30 años. Pero recordó que además de juzgar y castigar a los
genocidas todavía falta llevar a la justicia "a los responsables últimos, a los
beneficiarios primeros de ese genocidio: los grandes grupos económicos; que
financiaron y se beneficiaron con este modelo político, económico, social y
cultural".
En ese sentido señaló que "obviamos el genocidio" y lo que significa para cada
argentino. Remarcó que no se trata de un cambio en las relaciones de fuerza
porque está claro que "hoy los grupos económicos vienen por los recursos
naturales, necesitan medio ambiente para contaminar, energía para la industria y
bajos costos laborales. Por lo tanto tienen que inventar el hambre, la
desocupación y la pobreza y prohibir la libertad y la democracia sindical".
En esta línea aclaró que no se trata de un reclamo sectorial: "no hay libertad
ni democracia sindical en el país". Así, comentó que más de dos mil
organizaciones no tienen personería y que solamente el 15% de los
establecimientos puede elegir delegados.
También afirmó que la aplicación de este modelo económico posibilitó que entre
2001 y 2007 las empresas hayan aumentado sus ganancias y reducido los costos
laborales en un 20 por ciento de promedio y en un 40 en las empresas de mayor
rentabilidad.
"Nos han metido el terror en las tripas"
Pero el genocidio hizo algo peor -dijo-, "nos metieron el terror en las tripas"
y "nos volvimos defensivos". Tras reivindicarse como "sobreviviente", reivindicó
a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo como ejemplos de lucha. Luego trasladó
el mismo concepto a la realidad latinoamericana. "Evo Morales es capaz de decir
vamos por 500 años de gobierno, se acabaron 500 años de resistencia, porque hubo
sobrevivientes. Hubo quienes tuvieron que adorar a otros dioses, cambiarse el
apellido, ocultar su deseo como lo ocultamos nosotros. Porque decir lo que
deseamos, significó la muerte en nuestro país", subrayó.
El estallido del 19 y 20 de diciembre significó un punto de inflexión en la
historia porque "terminó la resistencia de la sobrevivencia y volvimos a colocar
la historia en su lugar". Otra experiencia similar ocurrió en 1975 cuando el
pueblo movilizado echó a Celestino Rodríguez y José López Rega. "Pateamos el
tablero, pero no fuimos capaces de transformar el No en gobierno". Y el clamor
popular de que se vayan todos no prosperó.
En relación a la crisis de representatividad manifestó que solo se resuelve con
voluntad política organizada. "Hay que dejar de ser un sobreviviente, empezar a
vivir y animarse a creer". Porque explicitar la estrategia de poder en la época
de la resistencia – aseguró- era algo grave pero ahora había que empezar a
discutir con el conjunto la estrategia para "pasar a la ofensiva".
Recordó además la experiencia de la Central cuando decidió iniciar un camino
donde una de las decisiones más acertadas fue amparar a todos los trabajadores
tengan o no empleo. Y evaluó que "con voluntad y construcción de poder de
mayoría hay que recuperar la identidad y no ocultarnos en el conjunto, porque si
la política es solo la elección de candidatos, estamos jodidos". Aludió a la
experiencia del Frenapo que priorizó un problema general, esto es, la pobreza,
por encima de las múltiples demandas sectoriales.
Sin embargo enfatizó que hoy los sindicatos de trabajadores permanentes son
capaces de discutir paritarias y avanzar en la recuperación del salario "y la
pobreza sigue". Los sectores productivos pueden exportar más, pero la pobreza
sigue, el mercado interno creció y la pobreza sigue, se derogaron las leyes de
Obediencia Debida y Punto final pero la pobreza sigue, porque ese es el modo
central de la dependencia en nuestro país que tienen que inventar el hambre, la
pobreza y la desocupación para quebrarnos la voluntad de autonomía de que se
puede transformar la realidad", aseguró.
En esa línea de análisis dijo que la pobreza es algo "planificado" y que para
revertirla "hay que construir un contrapoder". Pero advirtió que la militancia
está en crisis. "No alcanza con no mentir, hay que decir la verdad, no alcanza
con sobrevivir hay que vivir, porque la militancia está dudando".
Cuestionó la decisión del gobierno en relación al pago de la deuda externa
porque durante 30 años los diferentes sectores sociales valoraban que la deuda
era ilegítima. "Es una vergüenza que se le pague al FMI y que se difunda en tres
minutos de televisión sin explicarnos nada", consideró. Esto hizo según el
dirigente que muchos "explicaran lo inexplicable".
Porque de algún modo se elige "sobrevivir a la legalidad antes que discutir la
construcción con nuestro pueblo, y no arriesgarse". En este sentido elogió la
actitud del obispo misionero de animarse a disputar la voluntad popular.
Somos muchos más que en 2001
De cara al futuro, De Gennaro se manifestó optimista porque desde 2001, las
organizaciones populares han crecido en participación popular y evaluó como
positiva la realidad de los pueblos latinoamericanos. Pero estimó que "no se
construye desde la capital con 400 dirigentes". Caminar el territorio y "creer
que somos lo que somos: millones de personas que pensamos lo mismo y que podemos
ganar". Porque está demostrado que las grandes transformaciones "no las genera
la injusticia, sino la esperanza".
Tras realizar la cuarta marcha de los Chicos del Pueblo intentando persuadir al
poder de que "el hambre es un crimen", una vez más ningún gobernador los recibió
para escucharlos. "Cómo le contestás a un pibe mirándolo a los ojos", reflexionó
y contó que un pibe tucumano al ser consultado por un canal de televisión acerca
de qué fue lo que más le impresionó del viaje contestó "la cantidad de vacas".
Un cachetazo al sistema. Y aventuró ¿qué pasaría si un periodista descubriera
que un padre de familia tiene 50 millones de pesos en un banco y sus hijos
padecen necesidades?.
¿Hasta cuando vamos a ser incapaces de construir la unidad del campo popular?
Interpeló para luego señalar que es urgente avanzar en la articulación de "una
voluntad política organizada" que reúna a las experiencias de millones que
"creemos que se puede cambiar este sistema".