Argentina: La lucha continúa
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Se perdió prueba que pudo ser fundamental para buscar a López
El fiscal Sergio Franco pidió que se investigue al Servicio Penitenciario
Federal por haber obstaculizado las investigaciones sobre la desaparición de
Jorge Julio López. Denunció irregularidades en el penal de Marcos Paz, donde
está detenido Etchecolatz.
Adriana Meyer
³Han perjudicado la investigación a tal punto que se ha perdido prueba que
podría haber sido fundamental para arribar a resultados positivos en la búsqueda
de Jorge Julio López y de los responsables de su desaparición. Ello es así
porque la investigación ha sido desviada hacia lugares inconducentes.² La
contundente frase se refiere al Servicio Penitenciario Federal (SPF) y es la
conclusión del fiscal federal Sergio Franco para denunciar penalmente a ese
organismo federal por haber obstaculizado las investigaciones sobre el paradero
del testigo.
Tal como anticipó Página/12, el fiscal le pidió al juez federal Arnaldo Corazza
que investigue las ³irregularidades con las líneas telefónicas a disposición de
los internos² detenidos por violaciones a los derechos humanos en la cárcel de
Marcos Paz, y las ³irregularidades en la inscripción en el libro en donde se
asientan las visitas a los detenidos². El fiscal acusó a catorce miembros del
SPF, incluidos los dos últimos jefes de Marcos Paz, de haber cometido ³falsedad
ideológica de documento público, ocultamiento de información y abuso de
autoridad². Hoy se cumplen once meses de la desaparición de este albañil de 77
años, que contribuyó con su testimonio a la condena del ex comisario Miguel
Etchecolatz, preso en esa cárcel.
El fiscal Franco describió con detalle las ³graves anomalías² en que incurrió el
SPF, y aseguró que ³así podrá observarse la dimensión de los obstáculos puestos
y las falaces respuestas ante los requerimientos judiciales², tal como consta en
el escrito al que este diario tuvo acceso.
- Ubicación de líneas telefónicas en lugares distintos de los indicados.
Para determinar las comunicaciones establecidas entre los represores, el juez
Corazza había ordenado la escucha de los teléfonos asignados a sus pabellones.
Según la denuncia, quedó establecido que la línea informada como la del pabellón
7 módulo 1, donde está Etchecolatz, en realidad estaba en el módulo Enfermería,
donde también hay represores. Durante el segundo allanamiento al penal, el 28 de
junio, las autoridades informaron una nueva asignación y distribución de nuevas
líneas. Los investigadores concluyeron que ³es dable destacar la variación que
desde un comienzo de la presente investigación, como mínimo en tres
oportunidades detectadas, de cambios en las líneas correspondientes a los
pabellones donde se encuentran alojados los internos por delitos de lesa
humanidad². Por otra parte, el sistema VAIC detectó la realización de ³ocho
comunicaciones al entorno de Etchecolatz a través de un teléfono que,
supuestamente, se encontraba ubicado en otro sector del penal². Los
investigadores se vieron ante ³varios dilemas difíciles de dilucidar: ¿Etchecolatz
se trasladó a otro módulo para realizar llamadas a su entorno? ¿Esas llamadas
las hicieron internos alojados en Enfermería? Y de una forma u otra ocurrieron
fuera del horario legalmente establecido². Son llamadas del 12, 14, 15, 16, 20 y
26 de septiembre de 2006, algunas de ellas pasadas las 21, y la del 20 es de las
2.18 de la madrugada.
- Abonados nunca informados. Son cinco líneas telefónicas que nunca fueron
reportadas por el SPF a los investigadores, pero que recibían llamados del
entorno de los detenidos por crímenes de lesa humanidad. Dos de ellas están
publicadas en la página web del SPF. Entre el 10 y el 20 de septiembre de 2006
hubo siete llamados ³intramuros² hechos por estas líneas. ³Esto quiere decir que
(los funcionarios del SPF) conocían perfectamente la existencia de los teléfonos
no declarados porque, evidentemente, había comunicaciones a través de ellos².
- Libros de visitas. El informe da cuenta de dos irregularidades: ³distintos
registros de visitas a los detenidos por crímenes de lesa humanidad poseen el
mismo DNI, y el DNI registrado de varias visitas no corresponde con la persona²
que aparece en el libro. Esto impidió saber en forma fehaciente la veracidad y
totalidad de las visitas que tuvieron cada uno de los internos, por lo cual ³es
imposible indicarlas como parámetro de búsqueda al sistema informático VAIC². A
modo de ejemplo, dos amigos del procesado Norberto Cozzani fueron registrados
con el mismo DNI; lo mismo ocurrió con tres amigos de Eduardo Cabanillas; la
hermana y el cuñado de Orlando Generosos comparten el mismo documento; la esposa
de Isabelino Vega fue registrada con idéntico DNI que su tío y que el de una
amiga de Víctor Ríos; dos personas de nombre José y Angel Eiris visitan con
similar identificación a los internos Etchecolatz, García y Vega. ³Ante
semejantes irregularidades no puede tenerse por cierto ningún dato plasmado en
esa planilla², concluyó el informe.
Muchos avisos, ninguna reacción Aunque Nilda Eloy sobreviviente de los campos
de exterminio, testigo y querellante expresó su preocupación desde el primer
día y los funcionarios judiciales coincidieron en poner bajo la lupa a los 40
represores que conviven en Marcos Paz, nada impidió que se produjera el daño de
la hipótesis que vincula a una banda mixta de represores retirados y en
actividad con los que están encarcelados como autores de la desaparición de
López. ³Nos vamos a reagrupar y vamos a pasar al frente², fue la inquietante
frase del ex chofer de Etchecolatz, Mario Guallama, que alertó al fiscal Franco.
El propio juez Corazza transmitió estos temores durante una reunión en el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, pero le respondieron que no hay otro
lugar donde tenerlos presos. ³Guardan jerarquías, se comunican entre ellos y
tienen gente afuera, se consideran Oprisioneros de guerra¹², describió el juez.
Ante la segunda desaparición de López (la primera fue en 1976 a manos de la
patota de Etchecolatz), los organismos de derechos humanos de Justicia Ya!
pidieron el allanamiento a la cárcel. Esa medida se produjo seis meses después,
pero no acudió ningún funcionario judicial y los detenidos supieron de las
mismas 48 horas antes.
El alerta también provino de la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense: el
14 de marzo informó que el director de Seguridad de Marcos Paz ordenó a su
personal tener ³trato privilegiado² con los ex miembros de fuerzas armadas y de
seguridad, a quienes definió como ³presos políticos². Y describió que ³tendrían
acceso a un teléfono interno del complejo, con comunicación al exterior². El
segundo allanamiento a la cárcel comprobó que esto era cierto, así como el
flexible régimen de visitas. Hubo relevos en Marcos Paz y hace pocas semanas el
jefe del SPF, prefecto Hugo Soza, fue reemplazado por un civil. Sin embargo, el
ministerio de Justicia negó que lo ocurrido en Marcos Paz tuviera que ver con
esa decisión. De todos modos, Etchecolatz sigue compartiendo sus horas con
Carlos ³Oso² García, Raúl Guglielminetti, Eduardo Ruffo, Julio Simón y Pascual
Guerrieri, entre otros.