Argentina: La lucha continúa
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Polémicas y enseñanzas de la decisión de
una asamblea de trabajadores telefónicos
Prensa de frente
El acuerdo salarial alcanzado por los trabajadores telefónicos de FOETRA
–Capital y Gran Buenos Aires- con una de las dos grandes patronales de la
actividad, Telecom, se convirtió en una experiencia contradictoria, polémica y
rica en posibilidad de conclusiones y enseñanzas para las estrategias
reivindicativas de la clase obrera en estos tiempos por el propio contenido del
acuerdo, por su carácter parcial –con Telefónica no hay acuerdo y sigue el
conflicto-, por la duración y masividad de las luchas que lo precedieron y por
las alternativas y formas de toma de decisión que lo definieron.
FOETRA es uno de los gremios que lideró las luchas reivindicativas más fuertes y
ambiciosas de los últimos años y expresa, además, un funcionamiento interno en
el que la heterogeneidad política de los sectores que lo integran –incluso en su
conducción, en la que el secretario general es el antiguo militante del
Peronismo de Base y hoy moyanista Osvaldo Iadarola, y el secretario adjunto
Claudio Marín, de la CTA y el Movimiento Intersindical Clasista- se expresa en
niveles altos de participación de las bases y de los delegados.
Después de tres meses de conflicto en torno a la discusión paritaria, agravado
por el desconocimiento empresario de un acuerdo de reducción horaria que ya
había sido formalizado en diciembre de 2005, con duras medidas de fuerza en el
transcurso de la disputa, los trabajadores de FOETRA de Telecom decidieron
aceptar en una asamblea general, el jueves pasado, la oferta empresaria que
implica un aumento inmediato del 17 por ciento del que, aplicado a cada salario,
80 pesos permanecen como no remunerativos hasta enero de 2008, cuando se harán
remunerativos. Además, determina el otorgamiento de una suma fija no
remunerativa y por única vez de 1800 pesos a cada trabajador, escalonada en 900
pesos con los haberes de julio, 450 en noviembre próximo y otros 450 en enero.
La empresa se aviene también a respetar a partir de julio la reducción de media
hora en la jornada laboral que debió empezar a aplicarse en marzo según el
acuerdo homologado en 2005.
Esta oferta había sido convertida en un "preacuerdo" firmado entre los
paritarios del sindicato y los de Telecom hace 10 días, para ser sometido al
plenario de delegados de FOETRA. En el plenario de delegados una mayoría decidió
rechazarlo, básicamente con el argumentos de que aceptarlo implicaba dejar en
soledad a los trabajadores de Telefónica en su conflicto con una empresa que
sólo ofreció un aumento del 8 por ciento. También, porque el 17 por ciento
ofrecido por Telecom estaba lejos del porcentaje del 25 por ciento de aumento
salarial que el gremio planteó como exigencia en el inicio de la discusión
paritaria, y porque el acuerdo no reconoce la retroctividad de la implementación
de la reducción horaria al momento que en principio habían aceptado las mismas
empresas.
Tras el rechazo del plenario de delegados, se acudió a la decisión de la
asamblea general que se concretó el jueves pasado, y en el que una mayoría de
alrededor del 65 por ciento de los 3500 participantes dispuso contrariar la
resolución del plenario de delegados y aceptar la propuesta.
El debate sobre la decisión queda abierto, polarizado entre los argumentos de
los delegados y los de quienes, a favor de la aceptación, sostienen que con ella
se aisló a la patronal más dura, Telefónica -frente a la cual continúan los
paros ahora con la exigencia de que pacte un acuerdo similar al que firmó
Telecom-, que por eso mismo la continuidad del conflicto favorecía la
preeminencia de la posición de Telefónica en el frente empresario, y que se
impuso finalmente, aunque con retraso, el reconocimiento del acuerdo sobre
reducción horaria.