Argentina: La lucha continúa
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La paradoja de decir que el cambio es seguir en la misma dirección política
Emilio Marín
La Arena
El lanzamiento de Cristina de Kirchner fue la principal novedad de la semana,
aunque se había confirmado tal decisión en los días previos. Y la paradoja es
que la candidata dijo que el cambio es seguir en la misma dirección.
Aferrada a las formas y quizás a las cábalas, la senadora de Kirchner lanzó su
candidatura presidencial en el mismo teatro platense donde en 2005 inició su
carrera hacia la banca por Buenos Aires, cuando cambió la cabalgadura de Santa
Cruz a mitad del río.
Sus publicitados tres ejes centrales no fueron novedosos. Fortalecer el Estado
democrático, mantener un modelo económico supuestamente de inclusión social y
auspiciar cambios culturales en la valoración de las posibilidades de los
argentinos, son en definitiva latiguillos largamente utilizados en piezas
anteriores de ella y su esposo Néstor.
El tono impostado de su voz agregó otro matiz poco auténtico a su personalidad
cuestionada de mujer frívola y 'producida' en exceso. Todo lució demasiado
teatralizado, como puesta en escena para la TV, rindiendo culto a la imagen de
una mujer decidida, inteligente, capaz y guapa. ¿Creerán que así doblegarán la
campaña de los opositores que cuestionan su falta de experiencia ejecutiva?
Las cosas se hicieron como ella quería: un acto de dirigentes. Las barras
traídas por los caudillos del interior bonaerense quedaron afuera, con sus
bombos, banderas y algunas facturas pendientes, que se saldaron con algunos
pocos puñetazos. Los movimientos masivos o de ancha base popular como el
peronismo son así, con luces y sombras. Pero eso quedó afuera del teatro, sólo
disponible para dirigentes. Sin embargo, símbolos de 'El Padrino' de Francis F.
Coppola, que la candidata vituperó en 2005, como el inmortal Manolo Quindimil,
estuvieron adentro.
Los gordos de la CGT, que no son precisamente la imagen de renovación del
justicialismo, poblaron los palcos y anunciaron un comunicado de apoyo con la
sumatoria a la campaña de la candidata.
La mayoría de los empresarios, que ya habían dicho presente en la asunción de
Miguel Peirano, ocuparon sus asientos en el Teatro y coincidieron con la
oradora. Uno de los más obsecuentes fue el banquero Jorge Brito, titular de
Adeba, quien señaló: 'estamos cien por ciento de acuerdo con su discurso'.
Los que habían estado el día anterior con la esposa de Kirchner fueron los
dirigentes de la AMIA y la colectividad judía, de excelente llegada y afinidad
con ella.
Las encuestas dirán en esta semana que CFK tiene tantos puntos de ventaja sobre
Elisa Carrió y Roberto Lavagna. Eso no se discute. Pero hay que ver si puede
romper el hielo o al menos escarcha que se interpone entre ella y la gente
común, incluso con las mujeres a las que dedicó un par de frases en su discurso
inaugural.
En medio de tanta mediocridad en las oratorias políticas, incluida la de su
esposo, el mensaje del jueves podría considerarse elevado y culto. El gran
límite de contenido es que no propuso flamantes ideas o propuestas para la
gente. Afirmar que el cambio es seguir en la misma dirección sonó a decir que la
novedad es que no hay nada nuevo. Esas expresiones son tan chatas como la
metáfora elegida por el presidente para promocionar la administración de su
sucesora: 'será un nuevo amanecer de la Patria'.
Chau Miceli
Un par de días antes del lanzamiento platense, el gobierno le soltó la mano a
Felisa Miceli, bajo la presión judicial que la citó a indagatoria por el
hallazgo de los 200.000 pesos en el baño de su despacho. ¿Para qué demoraron esa
salida, pagando un alto costo político, si al final iban a aconsejarle la
renuncia?
En principio el que salió más chamuscado del asunto, además de la propia
dimitente, fue el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Fue el encargado de
ratificar a la ministra en los días previos y jurar por su honorabilidad.
Similar trámite le tocó en suerte para respaldar a la secretaria de Medio
Ambiente, Romina Picolotti, en el ojo de la crítica luego de un informe de
'Clarín' sobre presuntas irregularidades en el gasto y contrataciones de su
dependencia.
Tales sacudones a la figura de Fernández puede haber causado gracia en sus
adversarios de gabinete, en especial a Julio de Vido, quien había sido
zamarreado antes por el caso Skanska. De todos modos el jefe de Gabinete
mantiene una mejor relación con Cristina de Kirchner y forma parte de la mesa
chica que discute los asuntos del poder junto a ella, el presidente y el
Secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. En consecuencia, está seguro de
que estos malos ratos serán recompensados en el nuevo turno presidencial.
Lo cierto es que las explicaciones dadas por Miceli no tuvieron ni fuerza ni
credibilidad y salió eyectada del Palacio de Hacienda. El fiscal Marijuan está
convencido de que el dinero hallado sería parte de una coima que alguno de los
visitantes de Economía dejó el último día de audiencias, o bien tener algún otro
origen sucio.
Las sospechas recaen en la Financiera Cuenca y en ciertos directivos del Banco
Hipotecario, algunos de los cuales figuran en la agenda del día crítico. Los
aludidos han desmentido una y otra vez esos razonamientos de la fiscalía, que
está hurgando en las declaraciones patrimoniales de Miceli, en sus tarjetas y
movimientos bancarios.
Quizás la recorrida por todo ese espinel termine por aclarar lo sucedido o
inclusive beneficiando con la duda a la ex funcionaria. Pero mientras tanto el
gobierno necesitaba vía libre para lanzar la candidatura presidencial, por lo
que dispuso su salida y reemplazo por el entonces secretario de Industria,
Miguel Peirano.
La ceremonia de asunción del reemplazante fue un muestrario de cómo los grandes
grupos industriales se posicionan para ganar posiciones más expectables que en
turnos anteriores. Paolo Rocca, pope de Techint, estaba a sus anchas en el Salón
Blanco, toda vez que asumía quien fue su asesor financiero durante años. Juan
Carlos Lascurain, presidente de la Unión Industrial Argentina, otro tanto de
feliz pues Peirano fue diez años asesor de la entidad.
A lo sumo eran los directivos de la Sociedad Rural quienes tenían cara de
póquer. Quizás desconfían en que ese compromiso industrialista del funcionario
termine succionando en esa dirección algunas rentas del campo. No abrieron el
paraguas antes que llueva, pero miraban el cielo por las dudas.
Otro interrogante después de la dimisión es si todas las cosas que se facturan
como mal hechas en el gobierno son responsabilidad de mujeres. Miceli, Picolotti,
Nilda Garré, etcétera: ¿vapuleadas por casualidad o cierto machismo de los
medios permeados por la oposición? Si fuera lo último no sería un buen augurio
para Cristina.
Cúpula energúmena
En el 13º aniversario del atentado terrorista de la AMIA los argentinos han dado
muestras de solidaridad con las 85 víctimas mortales y han repudiado a los
responsables de tan deleznable hecho. Nunca será suficiente repudiar tal
atentado y reclamar a la justicia que lo esclarezca, para que haya castigo
efectivo a quienes lo pergeñaron y llevaron a cabo. Hizo bien en tal sentido la
Corte Suprema de Justicia de considerarlo un crimen de lesa humanidad y por ende
imprescriptible, cuando la cadena de impunidades, complicidades y manejos
políticos podía llevar la causa a la prescripción.
Pero eso es una cosa. Y otra, muy diferente, es que los dirigentes de la mutual
judía AMIA tengan bill de inmunidad para decir cualquier cosa en sus actos,
incluso ante la presencia de las máximas autoridades de la Nación como sucedió
el miércoles.
Allí se escuchó al titular de la mutual, Luis Grynwald, chicanear al presidente
con que no se animaba a romper relaciones con Irán por confundir soberanía con
balanza comercial. Otro orador, Sergio Burstein, calificó de dictador al
venezolano Hugo Chávez, que ganó una docena de elecciones limpias desde 1998 a
la fecha.
Primero, hay que aclarar que la supuesta responsabilidad de Irán en el atentado
no se basa en pruebas firmes sino en testimonios de 'arrepentidos' iraníes de
muy dudosa veracidad. Y fueron colectados por jueces sancionados por manejos más
que turbios, como Juan J. Galeano, que entre tantas irregularidades empleó
400.000 dólares de la SIDE para pagar el testimonio de CarlosTelleldín e
incriminar a determinadas personas.
Segundo, si el fiscal Alberto Nisman y el juez Rodolfo Canicoba Corral pidieron
la extradición de personalidades iraníes, y ese pedido está en curso, ¿qué tiene
que entrometerse la AMIA condicionando al Ejecutivo?
Tercero, si el atentado fue contra todos los argentinos y no contra una
colectividad dada, ¿por qué esos dirigentes se arrogan el derecho de todos los
compatriotas de adoptar determinada política internacional del país?
Cuarto, estas entidades AMIA y Daia, ¿no son las mismas que con dirigentes como
el banquero Rubén Beraja (Banco Mayo), apoyaron al juez Galeano, Carlos Corach y
Carlos Menem?
Quinto, y por último, los dirigentes mencionados no están en condiciones de
cuestionar por violaciones de derechos humanos a Irán ni a nadie. Ellos dieron
tribuna el año pasado al embajador de Israel en nuestro país, Rafael Eldad,
quien defendió la guerra del gobierno de Ehud Olmert en Gaza y El Líbano. Allí
fueron masacradas 2.000 personas y semidestruidas Beirut y otras ciudades. No
conformes con eso, delegaciones de AMIA y Daia viajaron a Tel Aviv a llevar
solidaridad con una obra tan macabra. Sería funesto que la política exterior
argentina quedara bajo el lobby de estos halcones sionistas, confiados en
influir más en el mandato de Cristina de Kirchner.