Argentina: La lucha continúa
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Movimientos sociales y medios
Argentina: Un piquete televisivo
Andrea Romero
APM
El Canal 4 "Darío y Maxi" busca quebrar la lógica de los medios de comunicación
hegemónicos y luchar por un espacio en el aire. Herramienta para un proyecto
político de cambio social en Argentina.
"Desconecte el cable y conecte su antena de aire". Esta es la propuesta del
Canal 4 TV "Darío y Maxi", cuya transmisión oficial comenzó el pasado 30 de
junio. Se trata de "un medio masivo de comunicación alternativo, comunitario y
autogestionado", resultado de años de experiencias compartidas que hoy convergen
en una "trinchera de comunicación", tal como lo definen sus propios integrantes.
Es también un colectivo de trabajo compuesto tanto por miembros de
organizaciones sociales como por personas fuera de ellas.
La experiencia comenzó hace tres años, durante los aniversarios del 26 de junio,
fecha altamente significativa para los movimientos sociales argentinos porque
recuerda los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, militantes
sociales caídos en 2002 por la represión policial en la "Masacre de Avellaneda",
quienes asimismo dieron nombre a ese medio.
Ambos integraban el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) hoy Frente
Popular Darío Santillán (FPDS). Actualmente las transmisiones, como parte de la
lucha popular, se realizan a partir de las 16, desde un Avellaneda, una
localidad al sur de la ciudad capital, en la provincia de Buenos Aires.
"La televisión de barricada, transmisiones de eventos particulares como fueron
los del 26 de junio, nos permitía pensar en la imagen que mostramos, en la
comunicación. Montábamos un canal, como una radio abierta pero en TV, en la que
nosotros éramos la palabra", explicó Martín Sande, integrante del colectivo del
canal de Avellaneda.
Es que para los movimientos sociales argentinos la producción de medios de
comunicación alternativos no es una novedad: desde mediados de los ‘80,
militantes sociales trabajan en la realización de radios y canales comunitarios.
No obstante, el desafío actual de organizaciones autodefinidas como "autónomas"
–por no responder a ninguna estructura partidaria, sindical o gubernamental- es
lograr, como proyecto de máxima, un canal de televisión de la misma envergadura
que aquellos de alcance nacional.
Los medios de comunicación son vistos como una herramienta para la concreción
del proyecto político de los llamados "movimientos piqueteros", que a finales de
los ‘90 y principio de 2000, formaron parte de la efervescencia popular causada
por la crisis económica, política y social.
Cientos de desocupados, trabajadores flexibilizados y sectores de la clase media
"defraudada" por un gobierno elegido con las esperanzas de cambio se lanzaron a
la calle. El inicio del gobierno de Néstor Kirchner, en mayo de 2003, modificó
la dinámica de los movimientos sociales.
Guido Galafassi, docente investigador del área de Sociología en la Universidad
Nacional de Quilmes e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones
científicas y Técnicas (CONICET), manifestó al respecto: "De ese primer grito
desesperado, de piqueteros comenzaron a considerarse trabajadores desocupados.
Por lo tanto, se emparentaron con los trabajadores ocupados, por una
politización creciente".
En este nuevo escenario "los más reformistas terminaron integrándose al
oficialismo -el kirchnerismo- gracias a la anulación de la Ley de
Convertibilidad, de la mano del entonces presidente Eduardo Duhalde, que cambió
ciertas condiciones económicas, e hizo que la desocupación bajase. Entonces, la
excusa de los desocupados dejó de tener cierto sentido", indicó Galafassi.
La opción de los denominados movimientos autónomos "está en una búsqueda de
dejar de ser desocupados; dejar de ser una organización de desocupados para
pasar a ser una organización política. Y creo que en este contexto es que tiene
lugar la importancia que le vienen dando a la producción de medios alternativos,
ya que al intentar transformarse en una organización de ese tipo, pasan a
preocuparse por otros temas, más allá de la simple supervivencia del desocupado.
Empiezan a pensar la política en términos más integrales. Ya el Frente Popular
Darío Santillán (FPDS) es un salto. En ningún lado aparece el nombre desocupado.
Cuando armaron este frente, más allá que la mayoría de ellos vienen de
organizaciones de desocupados, en ningún lado aparece el término de desocupado",
añadió.
En este mismo sentido, Ezequiel Arauz, integrante del Frente Popular Darío
Santillán y del medio electrónico Prensa de Frente, coincidió en señalar la
necesidad que tuvieron los movimientos de generar medio propio, "porque no
estábamos pudiendo llegar más allá de los medios que titulaban `Caos de
tránsito, otra vez los piqueteros´, y no era lo que nosotros queríamos que se
refleje".
Para ello la consigna fue la participación del pueblo: el medio "no tenía que
ser de la organización". Es así que comenzaron a tejerse relaciones con
periodistas de medios y articulando producciones como "un boletín y dos envíos
quincenales y editoriales sobre cómo ve el movimiento la situación general",
aseguró Arauz.
Ricardo Leguizamón es integrante del colectivo de Canal 4 y militante social
desde la década del ´70. Es uno de los pocos técnicos del grupo y ha participado
en la instalación de casi 70 canales de televisión en todo el país. Su
experiencia lo llevó a valorar la convergencia de los jóvenes que recién
comienzan a andar ese camino y la de aquellos no tan jóvenes que pueden aportar
años de militancia y a considerar la mejor mecánica de funcionamiento de un
proyecto como Canal 4.
"La organización que nos damos es de tipo asamblearia, todos tienen voz y voto,
todos los que participan pueden ser radiodifusores o dueños del medio, en la
gestión del medio", dijo Leguizamón.
Asimismo, al referirse al futuro del canal aseguró que "si bien reconocemos que
la comunicación comunitaria, local, territorial y barrial es el futuro de la
comunicación, porque cada comunidad merece tener su radio y su canal,
proyectamos una emisora netamente institucional, que no dependa de la
publicidad, sino que dependa de los aportes de las organizaciones, de las
personas".
El discurso fundamental es: "Venga, este canal va a tener sentido en la medida
en que usted esté presente, vamos a seguir insistiendo hasta que vengan; sin la
participación del barrio de la gente no tiene sentido".
Para algunos, Canal 4 es un medio de comunicación que no puede competir con
medios de alcance nacional "de igual a igual, porque son medios muy poderosos",
reflexionó Arauz.
Sin embargo, propone una necesidad de medios abiertos a la participación de la
comunidad y a la reivindicación del poder popular, una fuerza que para el FPDS
implica "un cambio que se hace todos los días a través de modificar las
relaciones sociales de explotación, pero también de marginalidad, más allá de
que varíen los ejes reivindicativos por los cuales luchamos".
Andrea Romero cursa el Seminario Virtual de Postgrado "Periodismo en Escenarios
Políticos Latinoamericanos" que APM dicta desde la Facultad de Periodismo y
Comunicación Social de la UNLP.