La vida no tiene nada que ver con las instituciones del estado, que garantizan con más efectividad la muerte.

Desde el momento de la desaparición de OTOÑO URIARTE se han sucedido todo tipo de atrocidades.

Tal es el estado de descomposición que nos gobierna que para ser elegidos tienen que ocultar sus crímenes. Es que la vida no vale nada para la aristocracia política que es la hacedora de esta nueva IMPUNIDAD.

Esconder, manipular, engañar corromper, encubrir, son las acciones institucionales más acentuadas en la comarca rionegrina de la descomposición y la barbarie.

Para cuidar la vida es necesario desinstitucionalizar las vidas. Desburocratizar la existencia, desjerarquizar las relaciones.

Desestatizar el pensamiento.

¡¡¡ PORQUE RESISTIR ES VIVIR !!!

COMO PATINANDO EN EL MISMO CHARCO.

Decíamos esto en la última movilización reclamando por la desaparición de Otoño Uriarte, luego... Las reflexiones sobre los acontecimientos que estamos viviendo, se dispararon rápidamente. Los crímenes se siguen amontonando en la región llenando nuestra existencia de pesares, incrementados en estos últimos tiempos con todo lo que envuelve a su desaparición.

Como muestra evidente de la descomposición y la barbarie que se vive y de cómo las instituciones van alejándose cada vez más, y en forma acentuadamente violenta de la sociedad, se observa como los gobernantes de la Región están sentados en sus sillones sin patas, sino sobre una parva de muertos y desaparecidos, con una comodidad que causa estupor.

Observamos que en todos los casos recientes existe una implicancia de la policía ya sea realizando una inteligencia que manipula a la opinión publica, produciendo ocultamientos de pruebas, zonas liberadas, ya sea directamente implicada en crímenes, o todas juntas a la vez. Y se ha llegado a tal estado de cosas, que un jefe de la policía puede llegar a decir que al haber ganado las elecciones el oficialismo, se ha aprobado lo actuado frente a lo sucedido con Otoño Uriarte. Que barbarie institucional se despliega, porque después de estos dichos, los llamados poderes del Estado, hacen su aporte de silencio por el forro.

La Institución judicial se muestra cada vez más funcional con los crímenes. Ya no se trata de desaciertos o errores de enfoques, sino más bien de actuaciones deliberadamente injustas.

Los políticos se han convertido en grandes expertos. La última elección fue una enseñanza del arte de tejer una trama minuciosa de la impunidad, haciendo que nunca nada se esclarezca y que a su vez, tanta sangre no salpique para nada las urnas. Este modo de avance de la impunidad, hace empalidecer a la última Dictadura Militar. El consenso de la muerte, seguramente hubiese llenado las aspiraciones de los militares.

Los medios de comunicación bailan al compás del ritmo político institucional, o bien, a paso redoblado siguen la marcha de las nuevas formas de la impunidad.

Arrastrando el dolor, los padecimientos, las broncas, salimos a la calle a manifestarnos, a protestar y a luchar y lo seguiremos haciendo siempre. Y valoramos profundamente la determinación que ponen tantos intentando que los crímenes no queden impunes.

Claro que como nunca antes, desde que hicieron desaparecer la alegría de Otoño, cegando su vida, como si nos hubieran cargado una gran piedra más en las espaldas, una pesada sensación de estar viviendo algo muy repetitivo, nos ha invadido. Es decir esa sensación de estar haciendo algo que ya hicimos antes, apenas hace poquito tiempo atrás, con cada uno de los crímenes y frente a cada una de las tantas muertes de la región.

Esa conmoción que esta sensación produce, dispara nuestras pocas reflexiones.

Así entonces las respuestas frente a tanto crimen son las del señor cura siempre en sus misas, para el consuelo de las almas y la pacificación de los espíritus. Un buen rebaño sigue al pastor.

Respetar el dolor y el de todos, no quiere decir someterse a las absurdas verticalidades.

Las respuestas de los familiares, centralizando cada vez más el dolor, apropiándose hasta lo primitivo de la muerte y los muertos, accionan creyendo que toda razón los asiste solo a ellos, verticalizan los reclamos, funcionalizando las luchas al poder.

Así jerarquizadas las cosas, es decir, miradas solo desde la centralidad del dolor, se afirma la legitimidad para los únicos con razón. Se burocratizan los ACTOS, y se encaran los reclamos con mirada vertical para el lado del poder y las instituciones. Y así reiterativamente, la mirada hacia la búsqueda antes que nada de la condena social, aparece alejada y se va distanciando a medida que avanza el reclamo de Justicia hacia la institucionalidad injusta. Peras al olmo.

Otros, cargados de dolor y de impotencia, pretenden resolver en pocos actos "contundentes", las disputas con el poder, pretendiendo derrotar de un saque, una larga política de muerte, y generalmente se logra algo menos.

En el caso de OTOÑO, los estudiantes secundarios, se pliegan a lo que hacen unos u otros. Desperdiciando sus capacidades de desenvolvimiento, profundizan sus conocimientos en disciplinamiento. Lejos y empequeñecida queda la autodeterminación y soberanía, haciendo perder potencia a la multiplicidad que deberían tener las luchas.

También aparecen las acciones de los especialistas, de distintos tipos que suelen aportar más funcionalidad con la institucionalidad que otros. Llevando las luchas a dirimirse siempre en el terreno de lo estatal, charco de la impunidad.

En las organizaciones sociales, hay oportunidades en las que parecemos convertidos en damas de compañías, seguidores y adoradores del dolor.

Estas negatividades que producimos, ponen en una encrucijada a las luchas, a la resistencia y a la búsqueda de parar el camino de descomposiciones y de muertes. Porque si no hay una condena social sobre las políticas de la barbarie, difícilmente dejen de regarse crímenes y de florecer nuevas impunidades.

Conclusiones nuestras, diversificar las luchas, no apoderándose del dolor. Romper los egocentrismos y sectarismos que nos disparan siempre hacia el poder, o a pensar demasiado en la institucionalidad estatal, institucionalizando las luchas.

Mirar más los caminos de la condena social, en todas sus manifestaciones posibles, en sus diversidades y diferenciaciones, nos parece de un potencial que se abriría a más creaciones y a la profundización de las luchas contra las muertes.

Y apenas nos da para pensar esto de otras búsquedas, aferrados al profundo deseo de más vida .

Hacer que ese deseo se extienda parece ser el desafío.

TODOS SOMOS LOPEZ.

TODOS SOMOS FUENTEALBA

TODOS SOMOS OTOÑO

Una situación de gran preocupación nos envuelve y moviliza al conjunto de nuestro Movimiento.

En estos días pasados tres compañeras, han sido seguidas por personas en automóviles sin identificación. Les han sacado fotografías y en el caso particular de una de ellas, uno de los ocupantes de un automóvil , se bajó y la persiguió hasta tomarla de sus cabellos. Anteriormente había sido seguida hasta las puertas de nuestro espacio comunitario del Barrio 1200 Viviendas.

Inmediatamente se hicieron las denuncias correspondientes, resultando llamativa la actuación de la Fiscal García, que en lugar de dar curso a la denuncia que presentaba una de las compañeras, se dedicó a realizar una indagatoria respecto a su participación en las marchas y movilizaciones en reclamo por lo acontecido a OTOÑO URIARTE.

Queremos entonces hacer públicas estas preocupaciones y manifestar nuestra fuerte voluntad de denunciar todo acto de atropello que atente contra la libertad, pretendiendo sembrar miedos y condicionar su participación en cualquier reclamo de justicia.

Convocamos a una próxima conferencia de prensa para el día Viernes 1 de Junio a las 10 HS. frente a la Fiscalía de calle España y Urquiza de Cipolletti, para ampliar esta denuncia

Solidaridades sentidas

En esta oportunidad nos acompañaron la agrupación HIJOS, Los obreros de FASINPAT, las compañeras de LA REVUELTA, LA CORRIENTE MILITANTE POR LOS DERECHOS HUMANOS, Los compañeros de ARTE VIVO. Estudiantes del CEM 5, El POLO OBRERO.

Nuestros inseparables compañeros del Movimiento Social DESCUBRIR de Allen.

Todos con una actitud solidaria que reconocemos profundamente.

Porque CON LA VIDA NO SE JODE.

También debemos destacar el trabajo solidario de todos los que difundieron por la cadena de correo nuestro comunicado y que se solidarizaron también con actitud interesada por la vida.

Los compañeros de la red WOGAN de los EE.UU. del MTD SOLANO, Los compañeros del País VASCO, del MTD MAXIMILIANO KOSTEKI, de la cooperativa LAVACA, del Colectivo SITUACIONES, Compañeros de La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. La RED DE SOLIDARIDADES REBELDES. Entre otros que no quisiéramos olvidar.

ha presentado en varias escuelas de la ciudad.

La primera vez que se presentaron los "brazos del poder" fue en el acto por el 24 de marzo que se realizó en Cipolletti. Ese acto se caracterizó por ser un acto como todos los demás: marcha, oradores, documentos, presencia preponderante de organizaciones de derechos humanos y también de partidos políticos; por lo menos hasta que el muñeco de 4 metros, con sus cuatro brazos por delante, hizo su entrada por uno de los accesos diagonales de la plaza. llamando la atención de los más y también la indiferencia de otros.

La representación se llevó a cabo más o menos como lo habíamos pensado, a pesar de que los ensayos previos fueron pocos. Sin embargo las repercusiones fueron muchas y variadas. Entre las repercusiones, surgió una

Invitación para hacer la representación, para el acto del 24 de marzo, en la escuela primaria del Barrio Anahi Mapu (barrio-ghetto en el que Cipolleti pretende esconder su marginalidad).

La invitación se discutió en la asamblea y, a pesar del miedo escénico de algunos compañeros, la aceptamos sin mucha discusión. Realmente fue una caricia para el alma hacer la representación ahí, ver la cara de los chicos, esa mezcla de asombro y gozo frente a tanto despliegue de color y muñecos fue maravilloso. Pero más grande fue nuestra satisfacción, cuando a raíz de esa presentación nos llega una invitación para hacer la representación en el colegio secundario Estación Limay (colegio privado al que asisten los hijos de la crema y nata de Cipolletti). Esa invitación nos hizo ver que la obra había tocado alguna fibra, algún sentir profundo sobre lo que hemos venido viviendo como sociedad, al punto de que a algunos docentes les parecía importante que se presente en las escuelas. Y allí fuimos con toda la carga de muñecos y vergüenzas, en este caso la presentación se hacía para estudiantes de 3º a 5º año, lo que suponía un público más crítico, aunque los ensayos seguían siendo más bien pocos y desordenados. A pesar de ello la representación salió bien, el mensaje llegó claro y profundo ante los ojos atónitos de esos 180 chicos que no podían creer que un grupo de chicos de su misma edad, de los barrios más pobres de Cipolletti, les estuvieran dando a ellos una clase sobre cómo el poder extiende sus brazos para subyugar y dominar al pueblo y cómo entre esos brazos tranquilamente se podrían sentir identificados sus padres, dado que muchos de ellos son hijos de jueces y políticos. Tan atónitos quedaron que no pudieron articular devolución alguna de lo que habían visto y pareció que la obra había pasado sin pena ni gloria por ese colegio. Pero la primera devolución no tardó en llegar, aunque esta vez por parte de la directora del colegio. Ella, le hizo llegar al docente que nos había invitado la preocupación de algunos padres sobre el contenido de la representación y sobre cómo este tipo de mensajes se filtraba dentro del colegio. Les preocupaba que se criticara abierta y profundamente al papel que juega la justicia, mejor dicho el poder judicial, dentro de la sociedad actual. No nos resultó llamativo que existieran ese tipo de quejas dentro del colegio, lo que sí nos pareció llamativo es el carácter anónimo de la crítica. Debe ser que le preocupa a esta madre que el movimiento se ande presentando sin ningún pudor por los colegios diciendo que la justicia, o más bien el poder judicial, en estos días está a la misma altura de los militares, en cuanto se trate de servir al poder. A esta madre, la señora jueza federal Berenguer, que entiende en la causa por la desaparición de Otoño Uriarte y que dos días después de la representación sufrió un escrache, del que participó el movimiento; le preocupa que le digan a su hijo o hija que el poder judicial, que la casta política, que los medios comerciales de comunicación, la iglesia, las fuerzas armadas y policiales son funcionales sólo al poder. Le preocupa que quien le dice a su hijo que el poder sólo busca acumular más poder, haciendo uso de todos sus recursos, dentro de los cuales se encuentran ella y la misma directora, es otro chico de 16 años. Más le debe preocupar que lo haga, no detrás de un piquete, no desde una marcha, no desde un volante; sino a través del arte y dentro de su propia escuela.

A pesar de que la obra se pensó para salir hacia afuera, también devino en un fuerte proceso interno.

Lo más importante de las representaciones que venimos realizando, son los cambios en las actitudes de todos los compañeros que en ella participamos. Así queremos pensarnos en el proceso que se abre hacia el interior de nuestro movimiento.

Buscamos que estos espacios que se constituyen para las representaciones estén poblados de libertades y soberanías, las cuales se sostienen pensándonos en un proceso de colectivización del movimiento, nutriendo el mosaico de diversidades que lo constituyen.

Esto ha sido producto de una práctica que busca el encomunamiento de todos los compañeros, en lo que definimos como cambio social, que lo entendemos desde una práctica cotidiana.

Aquello que surge como una necesidad de romper desde nuevos espacios de resistencia, a los nuevos modos de la dominación. De esta manera generan y potencian producciones de creación, de quienes participamos de esta experiencia, que busca conjugar lo mas sentido de nuestros cuerpos. Porque si hay algo que se muestran, son los cuerpos en acción que rompen y desarticulan los procesos de individuación, a lo cual el sistema nos busca someter. Principalmente vemos como se va colectivizando nuestra práctica, a través de rupturas fuertes como reconocer al otro como parte de uno mismo.

Para nosotros que no somos actores ni actrices, esto a significado un procesos de liberación como una práctica novedosa que no tiene precedentes en nuestro movimiento, que rompe y desarticula miedos y vergüenzas.

Por un lado hay compañeros realmente desenvueltos que son un incentivo para los que no se animan. A medida que van pasando las representaciones la misma parece mostrar mayor espíritu colectivo. Aparece como proceso llamativo, una dualidad en los comportamientos y las conductas.

Cuando tratamos de hacer un ensayo hay mucha dispersión. Mostrando como el sistema se manifiesta en los compañero que participan. Existe una gran atomización, se desintegra lo colectivo y se pasa por una fuerte disgregación, y pareciera que la representación va a salir mal. Sin dudas esto es por la construcción de valores extrínsecos a nosotros que llevan a ese desinterés que se manifiesta.

Pero lo tremendamente llamativo que aquello que no se logra en el ensayo, si se pone de manifiesto al momento de la representación. Se transforman las actitudes al tener un receptor presente, al tener público hace que tome sentido llevar adelante la representación. El hecho de estar haciéndolo para otro, para alguien que nos esta viendo potencia las actitudes y las aptitudes de los compañeros. La relación con el otro consuma el sentido de poner los cuerpos a transmitir aquello que se representa.

A medida que se van repitiendo las puestas en escena los compañeros vamos internalizando más y más el sentido del mensaje. Vamos entendiendo que las relaciones de poder representadas no son ajenas a nosotros sino que por el contrario nos atraviesan. Al ir apropiándonos del texto, se fue transformando en un concepto profundo, al que se le pone cada vez mas energía y fuerza. Porque el compromiso con lo que se esta haciendo es cada vez mayor.

Romper con nuestras vergüenzas solo es posible desde una integración colectiva, que contenga y sostenga a cada compañero en su propio proceso de emancipación. Entendemos a los miedos y vergüenzas como limitantes sociales y de opresión, que no son propios, sino ajenos, del sistema y su lógica de poder que han sido naturalizadas. La práctica sostenida en la cotidianidad es lo que en definitiva termina siendo aquello que se plasma en un trabajo puntual. Se refleja la capacidad del hacer que solo es posible como una forma de ruptura a las lógicas del poder. Los lugares donde no toca hacer las representaciones son espacios de poder cada vez mas naturalizadas, es por ello, que buscamos mostrar como actúa el poder, no como algo ajeno a nosotros, sino como un desafío de que el cambio es posible a partir de cada uno y sobre todo colectivamente.

Porque la constitución de nuevas relaciones sociales emancipadoras se constituye a

cada momento, en todos los lugares y colectivamente.