Argentina: La lucha continúa
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¿Periodismo militante o militancia periodística?
Prof. Juan Carlos Sánchez
Un día como hoy, pero de 1810, nacía la 'Gazeta de Buenos Ayres' de la mano
de Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli marcando el inicio de un
periodismo militante por la reciente Revolución y que difundía las ideas que
llevaban un aire fresco al Río de la Plata, despertando las mentes de los
pobladores de una Ciudad de Buenos Aires conmocionada por los sucesos del 25 de
mayo.
Mucho tiempo después, nacía Prensa Latina, de la mano de Jorge Masetti y Rodolfo
Walsh, con la premisa de dilucidar las oscuridades de su tiempo y revelarlas al
mundo que continuaba girando al son de las intenciones imperiales, con el claro
objetivo de un periodismo ejercido como militancia, como obsesión por la verdad
aunque ella fuese cruel.
En la actualidad, nos encontramos ante un periodismo que no es militante, como
el ejercido en los multimedios y ante una ausencia de militancia periodística,
salvo quienes todavía seguimos resistiendo los embates del poder a través de los
medios alternativos. Sin embargo, en este día en el cual honramos a los
compañeros y a las compañeras caídas en el ejercicio profesional, cabe
reflexionar acerca del interrogante que nos hemos propuesto con el fin de
encontrar una mirada que nos permita discernir acerca de los límites que
encontramos y de aquellos que nos autoimponemos en esta tarea de narrar una
realidad tan frágil como violenta.
Ahora bien, ¿qué podemos entender por periodismo militante?. ¿Es aquel que se
realiza para la difusión y la defensa de lo político partidario o el realizado
en una militancia por la verdad de los hechos en sí misma? ¿Es lo mismo ser
periodista militante que tener militancia periodística?. Muchas preguntas que
nos llevan a múltiples respuestas, que inclusive nos llevaría a repreguntarnos
sobre la necesidad de nuestro rol en esta sociedad compleja y, a la vez, tan
frívola.
Si tenemos en cuenta que militancia es la permanencia en el ejercicio de la
defensa de una idea en particular, de una ideología que nos marca, no hay duda
que hacemos un periodismo militante. Cualquiera sea el signo ideológico, siempre
se tratará de plasmar la imagen de aquello que defendemos y buscando el camino o
el atajo que nos lleva a reinterpretar los datos y los hechos que se encuentran
en la sociedad para ajustarlos a nuestro ideario.
En cambio, si nos aferramos a la verdadera esencia del periodismo, entendiendo
por ella a la interpretación fiel de los hechos que acontecen, podemos decir que
ejercemos una militancia periodística, sea en un medio propio o ajeno. Es la
militancia que acuñaron, mirando con distintas ópticas, Moreno y Walsh aunque
parezca contradictorio.
Hoy, el periodismo se encuentra ante las imposiciones multimediales antes que el
fuego sagrado del ejercicio de la profesión. Solamente puede encontrarse una
verdadera militancia en aquellos que sostienen sus propios medios o que pueden
expresar su voz en aquellos cuya línea editorial así lo permite. En efecto, nos
encontramos ante una globalización periodística que impide el surgimiento de
voces divergentes con el pensamiento único y cuyo objetivo es el de acomodar la
realidad para sustentar los embates del capital pero todavía, sin dudas, quienes
estamos en la otra vereda, la de la militancia periodística, la de aquellos que
tratamos de transcribir fielmente esa realidad que nos acosa, que nos carcome y
que, a decir verdad, nos asusta seguimos en la trinchera de revelar todo aquello
que se encolumna en contra de los intereses populares.
Dos periodistas, Mariano y Rodolfo. Dos miradas, dos formas de ejercer el
periodismo. De ambas, podemos sacar una conclusión que nos lleve a repensar
nuestro rol en tiempos de periodismo censurado y amenazado, de iras
presidenciales y no tanto, de una realidad social que tenemos la obligación de
mostrar para no quedar encerrados en un discurso que la evade sistemáticamente.
Y allí encontramos el quid de la cuestión. Necesitamos un periodismo
comprometido con la verdad, mediante una militancia por los intereses populares
que trate de comprender el contexto histórico y social en el cual nos
encontramos, en una síntesis que permita aunar lo militante con la verdadera
militancia por el fuego sagrado de nuestra profesión.
Se trata simplemente de un ejercicio de compromiso con nuestras propias
convicciones, pero teniendo presente lo que sucede a nuestro alrededor. Como lo
harían Mariano Moreno y Rodolfo Walsh, Mario Bonino y José Luis Cabezas, Haroldo
Conti y Raimundo Gleyzer...
¡Feliz Día del Periodista!, aunque poco tengamos para festejar...