Argentina: La lucha continúa
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Destino de político....
Un día, mientras caminaba por la calle, un dirigente de un importante partido
político es trágicamente atropellado por un camión y muere.
Su alma llega al paraíso y se encuentra, en la entrada, a San Pedro en persona.
Bienvenido al paraíso, le dice San Pedro; antes de que te acomodes, parece que
hay un problema. Verás, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no
estamos seguros de qué hacer contigo.
Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y
luego podrás elegir dónde pasar la eternidad. Y con esto, San Pedro acompaña al
político al ascensor y baja, baja hasta el infierno.
Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf.
A lo lejos hay un club y, de pie, delante de él, están todos sus amigos
políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y muy
contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los
que se enriquecían a costa del pueblo.
Juegan un agradable partido de golf y luego, por la noche, cenan juntos en el
Restaurante Gourmet del club, con langosta como plato principal.
Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas.
Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se
divierte mucho contando chistes y bailando. Se está divirtiendo tanto que, antes
de que se de cuenta, es ya hora de irse.
Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor.
El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro
lo está esperando.
Ahora es el momento de pasar al paraíso.
Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas
saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando.
Antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.
Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu
eternidad.
El hombre reflexiona un momento y luego responde:
- Bueno, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el
infierno.
Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja,
hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren, se encuentra en
medio de una tierra desierta cubierta de mierda y desperdicios. Ve a todos sus
amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas
negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
No entiendo, balbucea el político. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un
campo de golf y un club, comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos
mucho. Ahora todo lo que hay es
un terreno desértico lleno de porquerías... y mis amigos parecen unos
miserables.
El Diablo lo mira, sonríe y dice:
Ayer estábamos en campaña.
Hoy... ya votaste por nosotros...