Argentina: La lucha continúa
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Luego de ser liberado, el refugiado político peruano Raúl Paiba dijo que denunciará los apremios recibidos
Raúl Paiba Cossios, dirigente Docente Universitario de Perú, había sido detenido en Argentina el 17 de abril por un pedido de su país, pero fue liberado el viernes 12 de mayo por orden del gobierno, ya que recibió certificado de Refugiado Político de las Naciones Unidas. Había sido acusado de "terrorista" por ser opositor al régimen de Fujimori y Alan García.
ANRed - M
Luego de varios pedidos por parte de sus abogados, Claudio Pandolfi y Rodolfo
Yanzón, el martes 9 de mayo el gobierno argentino lo consideró refugiado
político conforme la declaración de la ONU y lo declaró no extraditable, auque
fijó que debía abandonar el país en el término de 72 horas hacia Chile, donde
residía desde hace 14 años. Recuperó la libertad el viernes 12 de mayo y el
lunes 15 a las 18 horas partió hacia Chile, luego de que le devolvieran sus
documentos y que Migraciones lo habilitara.
Sus abogados informaron que llegó a Chile sin problemas, previa confirmación en
vuelo de que se encontraba sobre el avión (fue citado a la cabina por el
comandante del avión cuando ya habían despegado).
Sin embargo, Raúl Paiba declaró que realizará una denuncia al servicio
penitenciario por apremios. Sus abogados en Argentina recibirán un poder
judicial para tramitar la causa.
En una Carta que escribió desde la cárcel de Ezeiza, el 6 de mayo pasado, y que
publicó ANRed, Raúl Paiba denunció los malos tratos recibidos por el personal
penitenciario.
Testimonio de Paiba: "Cerca de las 9 AM del miércoles 2 de mayo, 40 efectivos
del Grupo Requisa ingresaron violentamente, obligando a los internos a dirigirse
como estaban al patio del pabellón (...) En el patio, fuimos apiñados en 5 filas
pegaditos con la cabeza agachada, pegada a la espalda del de adelante,
golpeándonos con palos a algunos, los más bajos en la cabeza y a los más altos
en la espalda (...) Al grito de ¡¡alto!! corríamos donde estaban armando un
nuevo grupo con lo que alcanzábamos a ponernos, cabeza gacha, recibiendo
insultos permanentes: "apestosos", "dan asco". (...) Después te llamaban por
celda y tenías que ir corriendo a tu celda, en el camino como callejón oscuro te
golpeaban con palo donde te cayeras, en tu celda te esperaban tus pertenencias
revueltas y algunos con preguntas que contestar.
"Yo no pude hacer las cosas con la velocidad que querían, porque las escaleras
son de fierro, resbalan. Cuando llegué abajo me hicieron regresar para que
repitiera mi bajada, compitiendo con otros que trataban de pasar todos a la vez
para no ser castigados, en la punta de la salida al patio (en mi caso debido a
mi tumor en el cerebro lado parietal derecho pierdo el equilibrio fácilmente).
Cuando llegué a la puerta me empujaron con escudos y golpes con palos por la
cintura y brazos (cada uno tenía casco con protector de rostro que desformaba su
cara, un escudo, unos palos de madera y otros con palos de gomas). En el patio,
cuando me desnudé, me preguntó: "¿de donde eres?", "peruano", le contesté,
agarró un palo y me golpeó un brazo diciéndome: "por culpa de tu país perdimos
Malvinas, peruano que viene a quitarle el trabajo a los nuestros". Cuando llegué
a mi celda había 6 del equipo de Requisa con el que los dirigía. Todas mis cosas
estaban en el suelo y los documentos en la mesa, que eran fotografiados con
cámara digital. El que dirigía el grupo me dijo: "peruano senderista, ¿a cuantos
te cargaste?, eres igual que el otro senderista Ruthi, seguro que están
coordinados para cargarse más gente". (...) Posteriormente me preguntó "¿estos
son tuyos?" (un billete de $10 argentinos y un billete de 1000 pesos chilenos).
"Si señor", le respondí. "¿Usted sabe que está prohibido tener dinero en el
penal?" Le respondí que nadie me había comunicado de ello.
(...) Me dijo "Esto es un delito, es una infracción y te voy a sancionar".
(...) Quedaron en mi celda tres de la requisa, me amarraron, me esposaron las
manos adelante y uno de ellos me puso el paquete hecho con mis sábanas en las
manos y me dijo "Corre viejo" y me sacó corriendo de mi celda, bajando las
escaleras con el que llevaba del brazo (...) En la administración me embarcaron
en un bus que pasó por varios lugares dentro del penal hasta que me entregó a
los encargados de las celdas de sancionados.