Argentina: La lucha continúa
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Se reafirma la política de entrega petrolera
Moreno
El gobierno de la Provincia del Chubut, con el acuerdo del Gobierno nacional,
acaba de prorrogar la concesión que el gobierno de Carlos Menem otorgara en 1997
a la firma británica BP o British Petroleum, del yacimiento de Cerro Dragón.
Con esta decisión se resuelve mantener la entrega petrolera de los años 90, sin
consulta de ningún tipo, ni al pueblo de Chubut ni al de la Nación.
Así, a pesar de las declamadas frases, estos gobiernos continúan sosteniendo el
modelo de saqueo del subsuelo argentino. En los años 90, cuando reinaba el
neoliberalismo y pretendía imponerse como pensamiento único, el gobierno
nacional negoció con algunas provincias (especialmente Salta, Santa Cruz y
Neuquén) junto a las privatizaciones de las grandes empresas públicas, la
entrega de acciones de YPF y el reconocimiento de discutidas regalías, a cambio
de la escandalosa reelección de Carlos Menem y la promesa de provincializar el
subsuelo.
La historia de las acciones de YPF y el destino del ingreso por su venta no
finaliza con el siglo XX, manteniéndose hasta hoy el misterio sobre su origen,
la renta financiera obtenida y su actual destino. En cuanto a la promesa de la
provincialización, fue cumplida con la reforma constitucional reeleccionista de
1994, pero ésta provincialización no sirve a los intereses provinciales, ya que
se continúa en una carrera de prórrogas -con una anticipación por demás
llamativa- de las concesiones anteriores y otorgamiento de nuevas concesiones de
exploración en las provincias.
Esta carrera por prorrogar, autorizar y conceder, muestra la perversidad de esta
política que entrega el petróleo a cambio de no se sabe qué ventajas.
La historia nos dirá para qué se eliminó a YPF, una de las principales empresas
petroleras del mundo, cuya sigla incluso la multinacional extranjera mantiene
hoy, por el prestigio histórico que alcanzara, a pesar de las miles de campañas
realizadas para desprestigiarla y justificar su destrucción
El perfeccionamiento de la política se consolidó con la promulgación, en enero
de 2007, de la Ley 26.197 -conocida por "Ley Corta"- ante la imposibilidad de
reformular integralmente la vigente Ley de Hidrocarburos 17.319. Con la "Ley
Corta" se reglamentó la norma constitucional de provincialización.
La prórroga, prácticamente hasta el año 2047, de Cerro Dragón, se hace
sospechosamente cuando aún faltan 10 años para completar el período de la
concesión, otorgada ya originalmente con diez años de prórroga, lo que ahora el
gobierno provincial repite. No se cumple con la Ley de Hidrocarburos, que aún no
han podido abrogar, en su exigencia de que, para prorrogar la concesión, se debe
haber cumplido con principios de racionalidad en la extracción y con los
intereses hidrocarburíferos de la Nación.
¡Cómo se puede prorrogar sin haberse definido tales obligaciones! En este modelo
concesional, para dar un nuevo período, se debió haber llamado a licitación
¿Quién se beneficia con esta entrega? Obviamente no el país, ya que una
provincia está entregando 40 años de extracción, lo que hará que, en el período
más exigente de la necesidad de petróleo en el mundo, los argentinos recibiremos
yacimientos agotados tras una exploración de muchas décadas. Es evidente que
únicamente la favorecida será la firma británica, con su socia minoritaria y
local, Bridas. Recibirán más de 10 mil millones de pesos por el petróleo
extraído.
La provincia, que muestra como un triunfo el aumento -condicionado- de un 3% de
la regalía, será la primera perjudicada cuando se agote el petróleo y luego de
40 años una mísera regalía del 15% -que no llegará a los 800 millones de pesos-
no haya servido para desarrollar nuevas fuentes de trabajo y producción para la
próxima generación de chubutenses y argentinos.
El MORENO ratifica la denuncia de esta entrega que muchas instituciones y
personas prestigiosas de Chubut y de todo el país vienen censurando, sin que los
gobiernos atinen y se animen a consultar a la población de la Provincia y de la
Nación.
Argentina, con estas medidas alejadas de las que se realizan en toda Sudamérica
y en gran parte del mundo, puede quedar con el desprestigio de ser el último y
único país que intenta mantener el neoliberalismo energético, que nos impide
crecer a más altos niveles que el presente, desarrollar nuestra industria y
realizar una política distributiva más justa.
Fuente: lafogata.org