Argentina: La lucha continúa
|
Maestrazo
Ricardo Fierro
El infame asesinato de Carlos Fuentealba conmovió al país. El repudio fue
masivo, exigiendo la condena a los autores materiales y a Sobisch. También se
repudió la política represiva de Kirchner y Sancho en Santa Cruz y de Romero en
Salta; y se redobló la lucha salarial.
1. El fusilamiento de Carlos Fuentealba
Carlos Fuentealba fue fusilado por reclamar un salario digno para los maestros y
una mejor educación para la juventud.
Hasta ahora, el único responsable directo de ese infame asesinato, es el
sargento de la policía neuquina, Darío Poblete, condenado dos veces por
"apremios ilegales" (es decir, por torturar); la segunda condena es de 2 años de
prisión y 4 de inhabilitación. En esas condiciones fue incorporado al GEOP, un
grupo para "operaciones peligrosas", que dispone de todo tipo de armas de fuego,
supuestamente para combatir a "bandas" fuertemente armadas. Para que un
delincuente condenado e inhabilitado como Poblete esté en el GEOP tiene que
haber jefes que oculten su prontuario; jefes que lo pueden usar para cualquier
trabajo sucio.
¿Por qué Sobisch mandó a una organización superarmada como el GEOP a reprimir
una lucha docente pacífica? Porque quiso demostrar la "eficacia" de la política
represiva de la derecha fascista para acabar con los cortes de ruta, imponiendo
a sangre y fuego el orden que garantice salarios en la línea de pobreza. Son los
que consideran que hay que cerrar, de cualquier manera, la crisis de
hegemonía que tuvo su pico en el 2001. Por eso Sobisch, con cinismo, afirmó:
"Yo soy el responsable político".
2. La lucha salarial
Carlos Fuentealba no es el primer asesinado por la represión durante el gobierno
de Kirchner. Antes, la policía jujeña asesinó a los jóvenes Marcelo Cuéllar y
Cristian Ibáñez, en Libertador (Jujuy), en medio de un brutal operativo
represivo. Libertador es considerada un feudo de los Blaquier. Y el gobernador
jujeño Fellner, jefe político de esa policía que asesinó a Cuéllar e Ibáñez, era
y siguió siendo el presidente del PJ nacional impuesto por Kirchner.
Kirchner no puede lavarse las manos en nombre de un "federalismo" que su
gobierno no practica: se queda con la mayor parte de los impuestos que se
producen con el trabajo del pueblo de cada provincia, su "dedo" hace y deshace
candidatos a gobernador y legisladores. Más aún, Kirchner mandó a la Gendarmería
, que es una fuerza nacional, a ocupar Las Heras contra los petroleros, y ahora
a militarizar las escuelas de Santa Cruz contra los docentes.
El problema de fondo es que el punto de partida del conflicto salarial de los
docentes, arrancó de decisiones del gobierno nacional. Primero, Kirchner
pactó con patronales y dirigentes sindicales un "tope salarial" que condena a la
mayoría de los trabajadores a salarios de pobreza. Luego arrasó con el Indec
para ocultar la inflación. Así, ahora, después de publicar que los precios de la
canasta básica habían subido en marzo un 3,6%, el gobierno lo cambió por el
0,8%. Este dato es fundamental para la negociación salarial: con el 3,6% de
inflación en marzo (que solo en parte refleja la suba de precios), los aumentos
de precios de esa canasta básica suman el 13,3% en los últimos 6 meses, y se
proyecta a más del 25% en todo el 2007. De donde el "tope salarial" del 15% deja
a los salarios muy por debajo de la inflación real.
Para proyectar la candidatura de Filmus en la Capital Federal , Kirchner decidió
promover un piso salarial para los docentes de $ 1.040; se lo impuso a los
docentes y a las provincias sin siquiera consultarlos. La CGT y la CTA avalaron
esas políticas, y dieron la espalda a los conflictos salariales que estallaron
desde abajo (ver nota en pág. 3). En un país que crece, y en un gobierno con
"superávit fiscal" record, los trabajadores están hartos de tener salarios de
pobreza, en negro, y ser superexplotados, como los docentes con dos, tres o más
cargos, corriendo de escuela en escuela para juntar un salario.
La represión a los docentes de Neuquén, a los de Salta, y la militarización de
las escuelas en Santa Cruz (incluyendo las bombas molotovs arrojadas contra un
auto frente a la sede sindical, y a una fiesta para recaudar fondos para la
huelga), muestran que el ataque a los docentes es provincial y nacional:
todos los de arriba quieren quebrar a los docentes que luchan por un salario
básico de acuerdo a la canasta familiar.
3. Las borradas de K