Argentina: La lucha continúa
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Fuentealba
Carlos del Frade
Postales del Sur
TMO
El por qué del asesinato del maestro Carlos Fuentealba se cifra en su nombre.
Fuentealba. El que da de beber a los amaneceres. El que alimenta amaneceres. Por
eso lo mataron. Fuentealba, el que alimenta amaneceres, explica su muerte pero
también su sobrevivencia en los ideales colectivos, en las necesidades de los
que son más, en la urgencia por convertir la alegría y la belleza en un derecho
real y concreto para las mayorías. Fuentealba, el que da de beber para las
auroras, estará allí, en cada pizarrón, en cada lugar de la vida cotidiana donde
se pelee por el amor, la justicia y la igualdad contra los heraldos prepotentes
de la muerte y el poder. Y los amaneceres llegarán, inexorablemente, llegarán.
Porque su vida fue coherente con su apellido.
Quiso enseñar a leer y escribir a los obreros de la construcción.
Para que no sean más explotados.
Hizo de su vida un alba para los demás.
Por eso lo mataron.
Para que no sembrara más amaneceres.
Pero si el por qué está en las dos palabras que componen su apellido, también el
futuro aguarda en el mismo desafío que será multiplicado por la memoria popular.
Ser fuentealba para los demás.
Vivir siendo alimento para los amaneceres que vendrán.
Para que los amaneceres sean para todos y no para unos pocos.
Desafío para los argentinos que lucharán por dejar la trampa del individualismo
y la especulación.
Fuentealba, el que alimenta amaneceres, explica su muerte pero también su
sobrevivencia en los ideales colectivos, en las necesidades de los que son más,
en la urgencia por convertir la alegría y la belleza en un derecho real y
concreto para las mayorías.
Fuentealba, el que da de beber para las auroras, estará allí, en cada pizarrón,
en cada lugar de la vida cotidiana donde se pelee por el amor, la justicia y la
igualdad contra los heraldos prepotentes de la muerte y el poder.
Y los amaneceres llegarán, inexorablemente, llegarán.