Argentina: La lucha continúa
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Salta: un juez pacificador y el "contra-piquete" legislativo
(AW). Una jornada más de contrastes e insólitas derivaciones se registró
en torno al conflicto docente en Salta. Un juez angustiado por la situación puso
ayer todos sus esfuerzos personales y logró una conciliación no obligatoria de
las partes lo que generó un principio de tregua en la lucha. A esta altura, ya
no queda duda que Juan Carlos Romero es un hoy el primer mandatario
"desaparecido".
Salta Libre
Una jornada más de contrastes e insólitas derivaciones se registró en torno
al conflicto docente en Salta. Un juez angustiado por la situación puso ayer
todos sus esfuerzos personales y logró una conciliación no obligatoria de las
partes lo que generó un principio de tregua en la lucha.
La ministra de Educación Esther Altube que no logró aun un acuerdo completo con
docentes técnicos (AMET): aclaró que "no duerme bien pensando en la solución del
conflicto y en los miles de niños que no tienen clases". Pero la caricatura
institucional del día fue dibujada por la mayoría agravada de los diputados
salteños que resolvieron como "contra-piquete", no trabajar en resguardo de su
integridad física", "desanimados por los cortes de ruta; por temor a "Quebracho"
y a los "diputados encapuchados del PO".
También a esta altura ya no queda duda que Juan Carlos Romero es un hoy el
primer mandatario "desaparecido" de la lucha docente en Salta.
El juez de la Sala II de la Cámara de Casación, Luis Félix Costas, se reunió
anoche en la Plaza 9 de Julio con un grupo delegados de la Asamblea Provincial
Docente, encabezada por Víctor Gamboa, para explicar el pedido de amparo de
incidencia colectiva.
De esta forma anunció a la prensa su intención de resolver de una forma global
el conflicto mediante una conciliación no obligatoria, que tendría como
finalidad que los ministros María Esther Altube, Javier David y Víctor Manuel
Brizuela retornen al diálogo con los delegados de los docentes autoconvocados
para superar de una forma integral el conflicto.
La resolución judicial del magistrado se emitió hoy antes del mediodía y la
reunión de conciliación no obligatoria entre las partes se concretará en la
Ciudad Judicial.
La conciliación debería entonces, convocar a las partes dentro de la causa
judicial abierta en la Cámara de Casación. El juez Costas tomaría medidas
cautelares que suspenden acciones de la partes -que se caratularían como
"actores" y "demandados"-.
No se hablará de "sectores" en la resolución judicial. El juez instará a las
partes a evitar las siguientes acciones: por la parte demandada (el gobierno)
lanzar nuevas resoluciones que irriten la conflictividad del problema; por los
actores, los cortes de ruta, sin que esto signifique renunciar a su derecho de
huelga y a sus manifestaciones.
La mayoría de los docentes resolvieron mantener el paro y están dispuestos a
suspender los cortes y permanecer a la vera de las rutas hasta el término de la
reunión de conciliación.
Este sería el marco de distensión que se debería crear para alcanzar un acuerdo.
Si éste es alcanzado el juez dictará una sentencia sobre lo que las partes
acordaron, la que tendrá plena "ejecutoriedad" y deberá ser cumplida y
observada, ya que obligará tanto a las partes involucradas a acatarla como al
juez a verificar que se cumpla. Se aclaró también que existe la posibilidad
incluso de tener instancias apelativas.
En fuerte contraste con la incuria legislativa, el juez Félix Costas -quien ya
admitió un amparo presentados por docentes para garantizar derechos
constitucionales de los huelguistas- muestra interés, esfuerzo y preocupación
personal por resolver el conflicto en forma íntegral.
En una entrevista con Salta Libre, del juez Costas explicó que su intervención
en este conflicto es por preocupación personal. Dijo: "En primer término tuve un
Habeas Corpus, en segundo término tuve un amparo de los padres, en tercer
término tuve un amparo de los empleados del Grand Bourg para la libre
circulación, en cuarto término tuve un amparo por la impugnación de las
Resoluciones del Ministerio de Educación, y en quinto lugar la de un personal
desplazado".
"Ya tengo cinco amparos y no estoy solucionando la cuestión de una forma
integral. Entonces, yo vi en mi esfuerzo que no estaba contribuyendo a una
alternativa válida. No puedo prometer resultados, solo me cabe hacer gestiones
de buenos oficios. El resultado dependerá de las partes y no de mi".
Los delegados departamentales aceptaron la conciliación. El vocero de la
Asamblea Provincial Docente, Víctor Gamboa, le dijo a Salta Libre "Esperemos que
el acuerdo sea serio y responsable, porque hay un juez que está involucrado en
esta negociación. Es lo que nosotros buscamos siempre en todas formas. Si
realmente el gobierno quiere se podrá superar el conflicto. Ellos ya conocen
perfectamente nuestras demandas: no al escalonamiento, no al descuento",
enfatizó.
Hay grupos que proponen no aflojar sino endurecer las medidas para negociar con
mayor fuerza. Los delegados apuestan a seguir aguantando un alto porcentaje de
paro en toda la provincia. "No es lo mismo negociar con el un porcentaje de 20 o
30% que con un 80% o 90%. Que sigamos en las plazas, a la vera de la ruta, que
sigamos sosteniendo este paro, porque si se llega a un buen resultado, iremos
directo a una nueva asamblea donde vamos a discutir y determinar si sigue la
lucha o si volvemos a las aulas", explican en la recova del cabildo.
A casi siete semanas de paro docente el panorama del conflicto tiene una fuerte
incidencia social en la provincia: la huelga de hambre y protesta con foro
permanente en el cabildo, cerca de 200 mil chicos sin clases en toda la
provincia, unos diez mil docentes sin sueldo o con descuento de gran parte de
sus haberes, las marchas del dolor y del silencio, las vigilias en el Grand
Bourg, en plaza 9 de Julio y en las plazas de los pueblos, las resoluciones de
reemplazos y cesantías del ministerio de Educación, los cortes de ruta en
distintos puntos de la provincia, las guardias nocturnas, las carpas docentes,
los asedios a la Legislatura y la sede del Ejecutivo en busca de soluciones, la
huída de los gobernantes, la angustia, la desesperación, el temor permanente a
la represión, la violencia psicológica, y decenas de etcéteras son un daño
constante no sólo a las comunidades educativas sino a toda la sociedad.