Desde el Movimiento Social Descubrir de Allen
Movimiento Social Dignidad de Cipolletti.- Rio Negro- Patagonia - Argentina
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Una mierda mas del neoliberalismo
Con la grandilocuencia que brota de las neoliberales neuronas gobernantes, se
anuncian los éxitos que muestran los índices de la macroeconomía. Y así actúan
tanto el gobierno nacional como los provinciales. Todas son cifras record, en
recaudación, en reservas y en proyecciones de progresos, ha!, Ah! Solo para el
capital. El gran caudal de riquezas que fluye torrentoso hacia arriba, no
produce derrame alguno, solo salpican pequeñas gotas hacia abajo, que caen por
las pinchaduras del tacho del capital. Mientras la sensación de los bolsillos
estrujados por la inflación no figuran en los índices. Y vale la pena
recalcarlo, esa fuerte sensación de que nos están esquilmando mal, se extiende
por todos los asalariados de este país, seguramente con distinta magnitud.
¿ Cómo no pedir aumentos de salarios frente a tanta acumulación creciente para
arriba y apenas humedad para abajo?
Esta sensación revienta por los causes que puede, y es por los sindicatos donde
existen mas condiciones de sensibilidad.
El gremio docente de Neuquen, como lo viene sosteniendo desde hace muchos años
atrás, no quiere entrar en la decreciente pendiente jabonosa del retroceso
salarial. Antes de que finalizara el año lectivo 2006, ya anunciaban que no
habría iniciación del año escolar. Pedirían antes aumento salarial.
Al cruzar apenas el puente, del otro lado del río Neuquen en la provincia de Río
Negro, ya conocimos los que significa llegar a tener una diferencia de hasta un
50% en los salarios con el otro lado del puente, cuando el costo de la canasta
básica es igual.
El impacto que tiene el ridículo aumento acordado desde el Gobierno Nacional,
para los docentes, no alcanzó a apagar el fuego, por el contrario lo incrementó.
Y el conflicto se desató con todos los ingredientes de su tradición: Paro,
Marchas, Cortes. Y la contradicción se despliega con fuerza. No hay posibilidad
que la formalidad institucional, ni la esencia de la política Gubernamental que
sostiene verticalmente Jorge Sobisch pueda dar cause a la aceptación de un
reclamo social. No hay ventanas, ni siquiera semi abiertas, para que la brisa de
un reclamo sople sobre los escritorios gubernamentales. Es que el mercado
gobierna sin mediación alguna y solo la rentabilidad se acepta como finalidad
institucional. La intolerancia del gobernador, su brutalidad represiva, expresan
en buena medida la situación de corporización y transnacionalización de un
Estado integrado al esquema del imperio. Hoy política, Estado y mercado
constituyen un núcleo cerrado. Es como si hubiera una gran fuerza de ocupación
del gran capital, constituida por los políticos en acción. Recibida y aplaudida
por las Cámaras empresarias, celosas custodias de la corporación que promueve el
capital. A esto recién entonces hay que integrar que el gobernador sostiene un
pensamiento de la derecha arcaica, dinosáurica, que no ha comprendido los nuevos
modos de la dominación que constituye la nueva derecha que mejor expresa al
poder de la dominación. Discursos progresistas que capturen sensibilidades
resistentes para garantizar la acumulación creciente.
Con el despliegue del conflicto docente las marchas comienzan a poblar las
callen, pero son apenas un ruido molesto desde abajo, para los encumbrados oídos
del palacio. Solo el escupitajo del desprecio por el reclamo, se escucha salir
desde la altura gubernamental. La brecha se va abriendo.
Los cortes van creciendo. Son intermitentes pero contundentes y van mostrando
una adhesión fuerte. Con una efectividad que paralizan momentáneamente a la
provincia. Al capital le duele y se empieza a quejar. El gobierno juega con la
prolongación de los tiempos para desgastar la lucha. El capital aprieta. El
gobernador presume antes sus socios como el guapo del poder. Su cerebro se ha
transformado en una urna, en el que los votos asumen el papel de las neuronas.
Así se siente como la proyección nacional de la derecha más anquilosada.
Y en este devenir de la lucha, un plenario gremial, no sin contradicciones,
resuelve efectuar un corte en la zona de Arroyito, ruta sensible para la
acumulación que produce el turismo, los combustibles y digamos que altera la
dinámica que el capital necesita para su reproducción
Zona desértica y agreste, fiera para piquetear. Sin espacio social que potencie
la resistencia o rechace la represión.
La situación se tensa al máximo, cuando ya el conflicto se ha extendido
taladrando el espacio empresarial e institucional.
La soberbia del poder se magnifica. La corporación se encuentra molesta y el
gobernador tiene el despacho lleno de recelamos de las cámaras empresariales.
Esta tensión se manifiesta con mediática claridad, la decisión de reprimir esta
tomada, cuando dos obispos en conferencia de prensa y antes del corte de
arroyito, se ofrecen para mediar en el conflicto. Pedían que no haya violencia
sobre todo por parte del gremio, como para hacer guiños a los de arriba y no
errar al viscachazo, con ese modo encubridor que tiene la jerarquía de esa
especie.
Desde aproximadamente las tres de la mañana, varios cientos de policías están ya
pertrechados esperando el corte que vendrá.
El gobernador se prepara para demostrar como se gobierna frente a un conflicto
social. Seguramente a su anhelo se le cruzaba un Felices Pascuas, la casa esta
en orden, dedicado al mundo empresarial.
Como para que no queden dudas de la profundidad de su resolución política, en la
zona del corte están sus lacayos presentes. El subsecretario de seguridad
dirigirá en el terreno el despliegue de la brutalidad.
La saña alevosa, el desprecio profundo que tiene la violencia criminal dispara
la jauría sobre la ruta y así marcha la policía a la cacería. No hay excesos, no
hay errores, todo esta premeditado con alevosía y se dispara sobre la VIDA con
buena puntería. Así queda tendida sobre la ruta en profunda agonía. El Fusilado
es Carlos Fuentealba, un gran compañero.
En declaraciones posteriores el subsecretario de Seguridad dirá que fue
un buen acto de gobierno, sí, del excelentísimo gobernador Jorge Sobisch.
Y en medio del dolor y la angustia de tantos, con la tranquilidad del deber
cumplido, al excelentísimo se le ocurre dar una conferencia de prensa desde la
casa de gobierno. Si, con la frescura que da la realización de un acto de
gobierno, para decir que asume toda la responsabilidad y luego verá si hubo
excesos.
Esto disparó la bronca y el repudio aún más.
Empujados por la dignidad, no pudimos esperar ni dejar pasar un minuto más y
salimos a cercar la casa de gobierno, a poner en penitencia a la maldad. Cuando
desde adentro el excelentísimo Gobernador sintió el ruido de las piedras golpear
contra los hierros y barrotes que amparan su legitimidad, cuentan los de la
prensa que lo vieron correr por los pasillos despavorido. Encerrado y con miedo
se apresuro a disparar. Si, lo vimos con nuestros ojos salir vestido de policía,
con ese,... su ropaje esencial. Allí estábamos circunstancialmente pocos, no
había cámaras de la televisión, ni dirigencia apostada esperando la salida de la
rata. Abriéndose paso con gases, si esos de la última generación, que no te
dejan sentido sin convulsión, se abrió paso el muy cabrón.
Para no dejarnos atrapar por el encubrimiento que realizan los medios de
comunicación, ni digerir y proyectar ese encubrimiento como sucede con muchos,
de que Sovisch es simplemente un gran demonio, queremos decir que esta escoria
humana, es un producto de calidad del neoliberalismo, que no sale de un diablo,
sino que ha sido parido por un proyecto político que esta implementado. Que es
Hijo de todo un sistema de dominación que seguirá produciendo grandes mierdas
como estas.
La bronca, la furia el dolor siguió empujándonos a las marchas, a hacer el
aguante frente al hospital, o reforzar los piquetes del puente, a vivir la
angustia por esa hermosa vida que se apagaba sin solución. Y Carlos se murió.
Se irradia la sed de justicia.
Aquí el conflicto cambia sustancialmente, ya no es solo la pelea por lo gremial.
La solicitud de incremento salarial se ha empequeñecido. La indignación y la
bronca recorren las pieles más sensibles de una sociedad harta de represión. Lo
que ahora esta en juego entonces es demostrar el hastío que produce la política
de echar mano sistemáticamente a la represión y la muerte como única respuesta
frente a un conflicto social. El dolor y la angustia se extenderán ahora al
país.
Aflora entonces en las gargantas con fuerza que sale del corazón, el que se
vayan todos y no quede ni uno solo. Sovisch es el asesino que corporiza este
hartazgo. Estos sentimientos hoy impregnan a la provincia. Entonces Sovisch se
tiene que ir.
No hay policía que pueda atravesar uniformado una zona sensible sin ser escupido
e insultado. Y los funcionarios están todos guardados, los lugares públicos se
han transformados en inseguros para unos y seguros para otros. Del paisaje
urbano la policía ha desaparecido y el delito parece haber disminuido.
Al no tener varios uniformados en cada cuadra, como sucede en Neuquen, se rompe
parte del paisaje urbano de la dominación y un aire de desvigilancia se respira
llenando pulmones de sensación de libertad. Y lo más notable es como en estas
situaciones de fuertes luchas, esta presente un fuerte impulso a encomunarse, a
colectivizarse, a proyectar solidaridades, rompiendo la individualización con la
que nos oprime y atrapa el sistema.
Así el vuelco hacia las calles es masivo. Las marchas se vuelven
multitudinarias. La ultima movilización golpea las sienes de la políticos, sin
que den mas respuesta que la estupidez. Entre otras, el pretender hacerle un
juicio político al gobernador suena como una joda de muchachos traviesos que
quieren proyectarse hacia el juego electoral.
Desde los luchadores y movilizados, la gran mayoría observa que el conflicto
esta muy trabado, que se ha complejizado la situación.
La mayoría solo piensa en una salida institucional. Las reflexiones son
variadas: Con quien sentarse a negociar?. Cómo se negocia un incremento salarial
con un compañero muerto? Con quien sentarse a negociar que no este comprometido
con esta política? Tiene que renunciar Sobisch, tienen que irse todos los
ministros y así sucesivamente.
El sabor, difícil de explicar que nos queda, parece estar envuelto en una suerte
de sentimientos encontrados. Unos de dolor de broncas fuertes. Otros
placenteros.
Ese profundo sentimiento de placer de haber estado en la movida colectiva,
enfrentando al poder, de sentir que nuestro cuerpo se ha llenado de nuevas
sensaciones. Que somos capaces de reaccionar frente a nuevos impulsos y
desafíos. Que no podemos dejar que el sistema nos atrape en su lógica para
borrar estas sensaciones e imágenes, estos nuevos sentimientos. Si estos nos
quedaran a muchos, que incorporación magnifica de nuevos deseos y anhelos
colectivos.