Argentina: La lucha continúa
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Argentina: ¿soberanía sobre los recursos naturales?
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Estabilidad institucional garantizada para la minería contaminante
La reciente y polémica visita de una funcionaria de Medio Ambiente a la
ciudad de Tucumán; la ausencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)
en una audiencia pública a la que debía presentarse en San Rafael, Mendoza; el
inicio del juicio contra vecinos de Esquel en lucha contra la Meridian Gold,
propiedad de la familia Bush; y la continuidad de asambleas comunitarias, cortes
de ruta y otras acciones informativas en La Rioja, Mendoza y Sierra de la
Ventana, entre otros lugares, son hechos recientes que van poniendo sobre la
mesa el debate sobre las explotaciones mineras en todo el país. Una discusión
estratégica, como aspecto particular de la pelea por la apropiación de los
recursos naturales: el agua, el aire, los nutrientes de la tierra, el gas y el
petróleo, bienes comunes en disputa.
La actividad minera, en nuestro país, se encuentra regulada por 16 paquetes de
leyes -que conforman un total de 20 normativas- sancionadas en su mayoría en los
'90. En estos momentos hay operaciones de exploración o explotación de metales
en por lo menos la mitad de las provincias argentinas: Santa Cruz, Chubut, Río
Negro, Neuquén, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Jujuy y Buenos Aires.
Casi todas se encuentran sobre la cordillera de Los Andes, rica en recursos. La
minería a cielo abierto consiste en un proceso de remoción de enormes cantidades
de suelo y subsuelo que luego son procesadas con químicos para extraer metales.
Esta actividad requiere también de grandes volúmenes de agua en el proceso de
separación de los minerales, a través de la llamada "sopa química" que se arroja
sobre los cráteres de las montañas antes dinamitadas. El proceso contamina aire,
agua y suelo, con consecuencias sobre la salud de las personas, afectando además
a otras actividades productivas como la agricultura.
Al efecto directo sobre las poblaciones de las provincias con yacimientos
instalados se suman Tucumán y Santiago del Estero, provincias de tránsito y
desagote de deshechos.
Bajo la Alumbrera es una explotación ubicada en Andalgalá, provincia de
Catamarca. El recorrido de saqueo y contaminación de esos metales funciona como
una metáfora de lo que pasa en todo el país. Se estima que desde esta mina, la
más grande de América, se extraen concentrados de cobre por un valor aproximado
de 650 millones de dólares anuales, entre otras riquezas, que se envían por un
mineraloducto hasta Tucumán, donde se deshecha el agua, se solidifican los
metales que son trasladados al puerto de San Lorenzo, en las afueras de Rosario,
desde donde salen del país. "¿Quieres oro?, Ahora impórtalo", dice Javier
Rodríguez Pardo, de la Unión de Asambleas Ciudadanas.
En todas las explotaciones, con el oro, la plata y el cobre como elementos
principales, los empresarios también se llevan los llamados "metales raros".
"Los funcionarios dicen que ni siquiera sabemos qué hacer con eso", señala
Rodríguez Pardo. Las tierras raras, como las que se usan en las industrias
química, electrónica y de comunicaciones. "En todo el mundo están en la búsqueda
del superconductor. Para darte un ejemplo, de la energía que sale del Chocón
sólo llega el 40 por ciento a Buenos Aires. Así que imagínate lo que vale eso".
El ambientalista sostiene que la situación actual de la minería y el medio
ambiente "tiene que ver con una política de Estado. Primero tendríamos que
preguntarnos qué país se quiere hacer, de qué forma. Cuando hablamos nosotros de
desarrollo sostenible y nos preguntan 'bueno, ¿pero qué minería es la que hay
que hacer?', nosotros les decimos que hay que contestar cuatro o cinco preguntas
básicas. La primera es que país quieres y en función de eso vas a generar una
política: qué minerales necesitas para desarrollarte como tal, de dónde los vas
a sacar y cómo los vas a sacar".
Mientras crecen y tienden a unirse las protestas sociales, aparecen también
persecuciones judiciales que en opinión de la socióloga Maristella Svampa
"encuentra paralelismos significativos con lo que sucede desde hace años
respecto de la protesta social.
Recordemos que la judicialización de la protesta se inició en 1996 y tuvo como
blancos predilectos piqueteros y militantes sindicales (maestros, empleados
públicos). Hoy en día se estima que existen más de 4 mil personas procesadas.
Una parte importante de estas causas se originaron en las localidades petroleras
(Salta, Neuquén y, más recientemente Santa Cruz), y varias de ellas fueron
iniciadas por empresas multinacionales". La socióloga de la UBA se pregunta "si
no estamos entonces frente al inicio de una segunda oleada de judicialización,
que ahora incluye los explosivos conflictos ambientales.
Pero ¿cuál es la opinión -y la intervención- del gobierno nacional? En
reiteradas oportunidades el presidente Kirchner se ha referido a la relación
entre recursos naturales y soberanía. "Sabido es que la defensa de la soberanía,
de nuestros intereses y recursos nacionales, así como nuestra voluntad de
alcanzar un desarrollo sustentable e integrarnos a nivel regional desde una
fuerte identidad nacional, configuran ejes esenciales de un proyecto de Nación
que requiere la participación de todos los argentinos", señaló en un discurso en
la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso hace menos de dos años.
Sin embargo, en Santa Cruz, Chubut y recientemente en La Rioja, los vecinos
fueron agredidos por patotas entre quienes identificaron a punteros del gobierno
junto a grupos de choque de sindicatos, entre ellos sectores de la UOCRA. Por
otro lado, en el plano del desarrollo productivo y el modelo económico, continúa
la vigencia de las llamadas "leyes del saqueo". Mientras las comunidades exigen
la derogación del código minero, los gobernantes se pasan decididamente a la
vereda de las multinacionales.
Como para confirmar el rumbo se puede citar la reunión realizada días pasados en
la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán, entre Lourdes
Bascary, directora de Participación y Comunicación Social de la Secretaría de
Medio Ambiente de la Nación y vecinos que están organizándose y luchando contra
la contaminación en la cuenca Salí – Dulce, a causa de Bajo La Alumbrera y en
menor medida, otras industrias. En la reunión, Bascary negó la posibilidad de la
Secretaría de constituirse como querellante, admitiendo que el gobierno tiene
decidido no hacer nada para frenar la contaminación. "Si desde la Secretaría
enjuiciamos a las empresas, nos podría costar el puesto", confesó la
colaboradora de Romina Picolotti, titular del área. De esta manera, dejó en
claro que el máximo órgano encargado de cuidar el medio ambiente a nivel
nacional no tiene injerencia en las actividades mineras, a pesar de que los
efectos sobre la salud están estudiados y esa información adquiere cada vez
mayor estado público, sobre todo a partir de las crecientes luchas sociales. En
su lugar, recomendó a los vecinos presentes dirigirse a la Secretaría de Minería
de la Nación para efectuar sus reclamos. Esto se suma al faltazo de la CNEA en
San Rafaela, donde 400 vecinos se presentaron a la audiencia pública para
expresar su rechazo a la posición oficial y exigir el cierre de la mina de
uranio de Sierra Pintada.
Pero no todo es inacción en materia minera: la propia página web del Ministerio
de Economía de la Nación, por ejemplo, publicita desde hace tres años las
oportunidades de inversión para La Rioja, y en un apartado titulado "Las
principales ventajas que ofrece la provincia", la Agencia de Desarrollo de
Inversiones nacional destaca: "en la minería, las ventajas que ofrece el sector
tienen que ver el potencial que representan los recursos mineros (con una
importante superficie sin explotar), los incentivos económicos a la exploración
y explotación minera, la integración regional y la seguridad jurídica".
Estas ofertas se complementan con un detallado informe para el conjunto del
territorio argentino, donde además de la "amplia disponibilidad de recursos
mineros en el país", el gobierno central destaca el "adecuado marco legal para
el desarrollo de la actividad, brindándole así la estabilidad institucional que
requiere" y la existencia de "importantes incentivos fiscales y económicos que
hacen muy atractiva a la Argentina como destino de las inversiones. Tanto las
compañías argentinas como las extranjeras pueden acceder a los beneficios. Para
ello sólo necesitan inscribirse en el registro de inversiones mineras de la
Secretaría de Minería de la Nación".