La última dictadura militar es un fantasma que todavía acecha con sus
representantes mediáticos, culturales, políticos y económicos. La
desaparición del testigo Julio López constituye un claro ejemplo de la vigencia
que tienen los procedimientos utilizados en los años más nefastos de la década
del 70 y principios de los 80.
Actualmente, los representantes mediáticos de la última dictadura militar se
vinculan de manera permanente con los grupos económicos más
concentrados. Casualmente, la dictadura genocida encabezada por Jorge Rafael
Videla se encargó de que fueran las grandes empresas las que se beneficien de la
forma más descarada en perjuicio de las mayorías. Los mismos grupos económicos
que hoy hacen "lobby" para mantener el índice de sus ganancias son los mismos
que formaban parte del gabinete de la Junta Militar.
El 24 de marzo de 1976 se consolidó la destrucción de un aparato productivo y se
aniquiló a los obreros, los estudiantes, los militantes que pensaban distinto a
los halcones del modelo neoliberal. Esto se relaciona con el presente y los
derechos humanos. Hoy son los pobres los que reflejan las consecuencias de la
imposición de ese modelo económico.
La dictadura llegó al poder para imponer un modelo económico. Este modelo
económico sigue vigente ya que los despidos y un aparato productivo devastado
forman parte del paisaje del país real. José Alfredo Martinez de Hoz, quién
fuera el primer ministro de economía de Videla, sigue en libertad dando rienda
suelta a la mayor de las impunidades. La clase política que actualmente permite
que Videla y otros jerarcas de la dictadura pasen su vejez en la comodidad de
confortables departamentos, es la misma que permitió que un hombre como Domingo
Cavallo sea dos veces ministro de eoconomía en diferentes gestiones.
Eso no es todo. Se sabe perfectamente que los Estados Unidos han intervenido en
América Latina para colaborar con la implementación de gobiernos de facto. Todo
para cuidar los intereses de sus empresas imperialistas. Lo peor de todo es que
el gobierno actual, encabezado por Nestor Kirchner, le rinde pleitesía a cada
emisario de Bush que viene a pedir explicaciones. Parece que el jefe de
Gabinete, Alberto Fernandez, cree que es necesario satisfacer con respuestas
positivas cada reproche que haga Washington. El tema de los últimos días fue
Transener y la relación de Kirchner con el presidente venezolano Hugo Chávez.
Es probable que la historia siempre se repita. Puede ser porque quiénes tienen
el poder político, económico, cultural y judicial no les interesa cambiar el
legado de todas las dictaduras militares que han existido en Argentina. El
autoritariasmo, la deuda externa, los luchadores olvidados parecen consignas que
sirven al acostumbramiento y a las frases hechas. Por ejemplo, "pobres hubo
siempre", "algo habrán hecho", "a mi todavía no me pasó", "no te metás", "somos
derechos y humanos", etcétera.
Otro factor que sigue vigente es la ley de radiodifusión de la dictadura
militar. Si uno recorre las radios todavía se percibe el adoctrinamiento
conservador que censura la crítica al modelo económico.
Además el ejemplo de la desaparición de Julio López demuestra que la influencia
de la ditadura en la actualidad no es sólo cultural, económica y política. Tal
como lo plantea la abogada del CeProDH Myriam Bregman "los militares no van a
resignar tanta impunidad fácilmente. La desaparición de Julio López y el
secuestro de Gerez, son una terrible confirmación de esto, y más aún, confirman
la capacidad operativa que al día de hoy tienen los represores".
Otro ejemplo que muestra la vigencia de los siniestros ejecutores del llamado
"Proceso de Reorganización Nacional", es la negativa por parte del gobierno
actual a la posibilidad de que la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) posea
una personería jurídica como la que tienen los "gordos" de la CGT. Es una
verguenza que sean Moyano y Lingieri quienes representen a la clase obrera en la
discusión por los salarios. ¿Cómo es posible que sindicalistas que se han
enriquecido de la mano del poder económico sean los representantes de los
trabajadores ocupados y desocupados? Son los sindicalistas que hablan de
salarios con la misma clase política que llegó al poder masacrando
históricamente a los luchadores sociales.
Por ejemplo, Nestor Kirchner llegó al poder en Argentina gracias al "presidente"
que ordenó asesinar a los militantes de la Coordinadora Aníbal Verón,
Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. La clase politica que los mandó a matar
es la misma que amplió el brazo económico de la dictadura con las
privatizaciones y dio el puntapié inicial al terrorismo de Estado con la Triple
A.
La historia se repite. Esa parece se una consigna obligatoria para aplicar en
una sociedad conservadora. La oligarquía y el fascismo siguen manejando los
destinos del país, decidiendo cuánta deuda hay que pagar sin consultar al pueblo
y quiénes van a representar a los que que creen que el país es "su" estancia.
Para finalizar, resulta interesante la reflexión de abogada Bregman. "El
genocidio en Argentina, fue dirigido contra todos aquellos que representaban un
obstáculo para el cambio de la estructura económica y social del país que la
dictadura vino a imponer". Es que la democracia sigue vigilada con el fin de
mantener aquello que el Terrorismo de Estado impuso por la fuerza.