Argentina: La lucha continúa
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La Pampa: Mayoría de 18 votos aprobó regulación de abortos no punibles
La Arena
Se opusieron a la ley presentada por Peppino los justicialistas Pepa, Iturrioz,
Vicente, Re y Lezcano. Los católicos presentes en el recinto se opusieron al
proyecto al grito de 'asesinos'.
La Cámara de Diputados sancionó la ley presentada por el socialista Adrián
Peppino, mediante la cual se regula el procedimiento a llevarse a cabo en los
establecimientos sanitarios oficiales frente a casos de abortos no punibles
contemplados en el Código Penal desde 1921.
La sesión del cuerpo parlamentario contó con una nutrida concurrencia de
católicos, de la Diócesis de Santa Rosa, que liderados por el sacerdote Juan
Carlos Cipolla se hicieron notar con cánticos, rezos, consignas efectistas y
livianos juicios de valor sobre el comportamiento de quienes apoyaron la norma
en tratamiento.
'Sí a la vida, no al aborto' o 'Asesinos', fueron los mensajes más usados por
los representantes de la Iglesia Católica, que compartieron tribuna con un
reducido grupo de Mujeres por la Solidaridad, el que portaba una bandera verde
con la leyenda 'Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, seguro y
gratuito'.
La reunión en Diputados, presidida por César Ballari, comenzó a las 12.40 y a
los pocos minutos se pasó a un cuarto intermedio para que los titulares de los
bloques políticos recibieran a una delegación de sacerdotes y fieles católicos
portadores de una manifestación escrita en contra del proyecto de Peppino.
Fue así que el hall adyacente al recinto de deliberaciones se convirtió en una
inédita comisión en la que cada uno decía lo suyo (los argumentos legales
colisionaban con los dogmáticos), pese a que el tema tenía estado parlamentario
desde hacía un año.
Superada esta instancia, que se repitió poco después con los funcionarios
electos de 25 de Mayo, que fueron a pedir por una mayor participación de la
localidad en las regalías petroleras, y luego del tratamiento de una serie de
temas sobre tablas, se alteró el orden del día y se puso la iniciativa del
representante socialista para su consideración en primer lugar.
Peppino expuso los fundamentos del proyecto por el que el Estado pampeano
garantiza sin necesidad de autorización judicial alguna la realización de un
diagnóstico y las intervenciones médicas necesarias para la interrupción del
embarazo sin riesgos, como también la atención médica y psicológica de la mujer
pre y post aborto, en los casos tipificados en el artículo 86 del Código Penal:
en caso de peligro para la vida o para la salud integral de la mujer y en caso
de violación a una 'mujer idiota o demente'.
Los médicos que por razones de conciencia no quieran practicar esos abortos,
deberán manifestarlo por escrito a las autoridades del hospital dentro de los 30
días siguientes de promulgada la norma. Esta acción deberá repetirse cada dos
años y quienes no tengan objeciones no podrán negarse a efectuar las
intervenciones.
Peppino cerró su extensa oratoria reivindicativa de los derechos de las mujeres
citando a Ciro Ongaro, penalista santarroseño recientemente fallecido. El
abogado, en una de sus últimas intervenciones públicas, había expresado que no
podía ignorarse que mueren cientos de mujeres por abortos clandestinos y en
condiciones precarias. '¿Y qué son?. '¿No son vidas humanas', planteó, para
concluir que esas mujeres habían cometido 'el peor de los delitos: nacieron
pobres y murieron en la pobreza'.
Elsa Labegorra fue la segunda en hablar y adelantó su voto a favor del proyecto
basándose en el 'derecho a la igualdad y a la salud'.
La primera voz disidente fue la del peronista Antonio Vicente. Invocando
argumentos de la Conferencia Episcopal y tratados morales, expresó su negativa,
postura que compartieron sus pares de bancada Alicia Re, Oscar Pepa, Rodolfo
Iturrioz y Jorge Lezcano.
Las últimas expositoras fueron Delia Gette (Frente para la Victoria), que se
sumó a lo dicho por Peppino, y la justicialista Josefa Alegre, que defendió su
condición de católica y peronista al fundamentar su voto afirmativo, pidiéndole
a las autoridades religiosas que 'cuiden el mensaje que les llevan a sus fieles'
y que 'en cada hogar hagamos lo que pensamos'.