Argentina: La lucha continúa
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El segundo gobierno de la era Kirchner está en marcha
Que voy, que vengo… para aquí, para allá
Victor Ego Ducrot
Púlsar
La esposa del flamante ex presidente, Cristina Fernández, asume la primera
magistratura rodeada tanto por amigos como por enemigos del país. Tendrá que
despejar dudas.
¡Qué días en Buenos Aires! Altas temperaturas en el termómetro preveraniego,
curiosidades, guiños para todos los gustos y muchas incógnitas. Por primera vez
en la historia, un presidente le transmite el mando del Ejecutivo a su esposa.
Se lanzó el Banco del Sur. El príncipe Felipe de España se habrá desvelado con
la posibilidad de saludar al líder venezolano Hugo Chávez, y Evo Morales, quien
acaba de conmover a la derecha de su país con la convocatoria de un referéndum
revocatorio sobre su mandato, se hizo presente para recordar la necesidad de un
proceso de integración regional de signo contrario al modelo neoliberal.
Sin embargo, la plana mayor del Fondo Monetario Internacional (FMI) logró un
destacado lugar en la primera agenda de la nueva jefa de Estado, Cristina
Fernández de Kirchner.
La presidenta habló muy poco sobre lo que piensa hacer, más allá de todos los
indicadores expresos y tácitos de que, el suyo, será un gobierno continuador del
de su marido, Néstor Kirchner, aunque, quizá, con matices. El desafío será
descubrir esos matices.
Por lo pronto, se rodeó de empresarios en puestos claves, como por ejemplo la
designación del ex titular de una corporación francesa al frente de la embajada
argentina en París y la de un economista muy joven al mando de un ministerio
decisivo (el de Economía, claro), funcionario que hace unos días no se animó – o
no le dieron permiso- a aclarar personalmente una controversia surgida en torno
a la autoría de un documento programático para su área.
Ambos nombramientos dejan en claro dos aspectos de vital importancia: una
porción estratégica de la política exterior se someterá a los intereses
empresarios corporativos, y la economía será conducida por la propia presidenta
(no se sabe si esa no será una de las ocupaciones de su marido).
De acuerdo a lo informado el domingo último por la agencia noticiosa oficial
TELAM, Cristina Fernández continuará el camino establecido por su antecesor y
cónyuge, de dotar al Ejecutivo, especialmente al influyente jefe de Gabinete,
Alberto Fernández (quien ocupó el mismo cargo durante toda la gestión de Néstor
y fue allegado próximo del ex poderoso ministro y numen neoliberal Domingo
Cavallo), de gran peso en las decisiones económicas.
La cámara de Senadores – informó TELAM- buscará aprobar el próximo miércoles las
iniciativas que prorrogan la vigencia de la ley de Emergencia Económica y de
impuestos vitales para la recaudación fiscal.
La ley de Emergencia Económica le permite al Ejecutivo renegociar contratos de
servicios públicos, así como reordenar el sistema financiero, bancario y el
mercado de cambios, reactivar la economía, mejorar el nivel de empleo y la
distribución de ingresos y crear las condiciones para la reestructuración de la
deuda pública, dice el reporte de la agencia oficial de noticias.
¡Vaya con las paradojas del apasionante tablero político local y
latinoamericano! Las últimas horas vividas en Buenos Aires dan cuenta de ello.
El domingo, un día antes de la asunción de la nueva presidenta, hizo lo propio
el jefe de Gobierno (alcalde) de la ciudad capital, Mauricio Macri, un lumpen
empresario de derecha que, como diputado, batió el récord de inactividad
parlamentaria.
Podría decirse, y efectivamente los últimos comicios realizados en el país así
se expresaron, que Macri y su gente – una corte de ex procesados por manejos
económicos dudosos, defensores de la pasada dictadura y empresarios de umbrías
trayectorias- se encuentran en las antípodas del proyecto político del
matrimonio Kirchner. Sin embargo, algo tienen en común: su demostrada pasión por
dejar que hombres de negocios ocupen funciones públicas.
En distintos artículos, libros (Bush & Ben Laden S.A.; Ediciones Norma, Buenos
Aires, 2004, por ejemplo) y exposiciones, quien esto escribe definió a la actual
etapa del sistema capitalista hegemónico como Imperio Global Privatizado (IGP),
fenómeno que, entre otras cosas, se caracteriza por la "privatización" de las
funciones gubernamentales, por el desplazamiento de la política o por la
asociación íntima entre políticos profesionales y corporaciones.
Será por eso que, para este primer breve análisis de las primeras breves horas
del nuevo gobierno argentino, hemos preferido hablar de dudas y de incógnitas.