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Argentina: La lucha continúa

"¿Cuánto ganará BOTNIA?"
¿Cuánto deja esta inversión extranjera a los Uruguayos?

Gustavo Melazzi; William Yohai
Integrantes de la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay
(REDIU)

EL ESCENARIO HOY En Uruguay vivimos una rápida expansión de la forestación que, acorde con lineamientos adoptados años atrás por el Banco Mundial que la estimuló en todo el mundo, se destina básicamente a fabricar celulosa; la primera gran fábrica es la de BOTNIA (aunque con otro nombre comercial). Comienza a producir en cualquier momento, y el capitalismo se rige por la rentabilidad.
Entonces: ¿cuánto es la ganancia que BOTNIA va a obtener? Esto importa para entender por qué la inversión extranjera viene a nuestro país, y especialmente, además, por los anuncios y (muy posibles) negociaciones en curso para la instalación de varias plantas de celulosa adicionales (STORA ENSO; ENCE; ¿portugueses?; ¿japoneses?; ¿estadounidenses?).
¿Cómo se para el gobierno frente a esto? ¿Qué medidas y exigencias adopta? COSTOS Y PRECIOS INTERNACIONALES En la medida que la celulosa es un commodity, es decir, una materia prima relativamente homogénea, existe información internacional que nos permite realizar estimaciones muy confiables y que nos brindan un panorama claro[1]  , hasta que, en el futuro, se publiquen los balances de BOTNIA.
En los últimos años, el precio de la celulosa presenta un alza significativa. Si en 2005 oscilaba entre 480 y 520 dólares la tonelada, a junio de 2007 se ubica en US$ 735 en EE.UU.; 700 en la Unión Europea, y 650 en Asia. Consideremos el precio europeo.
En los costos encontramos diferencias importantes, como se visualiza en la gráfica adjunta. Los costos en EE.UU. y Canadá resultan unos 100 y 120 dólares por tonelada más altos que en Brasil, respectivamente.
También los costos muestran tendencia al alza y, para considerar cifras de 2007, supongamos que su crecimiento es similar al de los precios (40% desde 2005).
Todo hace suponer que en Uruguay los costos de producción son similares a los de Brasil. Para los cifras de este país, en general, esto implica que el costo se ubica en torno a los US$ 350 la tonelada (más adelante veremos que para el gigante ARACRUZ es menor).
GANANCIAS Y LO QUE SE LLEVA En definitiva: estas estimaciones nos muestran que si el precio es US$ 700 y el costo US$ 350,  el margen bruto de ganancia por la venta de cada tonelada sería de US$ 350. Su porcentaje de ganancias sobre ventas alcanzaría el 50%.
De acuerdo a las propias cifras presentadas por BOTNIA, su producción anual será un millón de toneladas de celulosa, con un ingreso por su venta de US$ 700 millones. Por lo tanto, sus ganancias totales anuales oscilan en los 350 millones de dólares. Si la inversión total en la fábrica es de US$ 1.200 millones, la rentabilidad del capital sería del 29 %.
Sin ninguna duda: la rentabilidad es altísima. Pensemos que con la producción de tres años y cinco meses, aproximadamente, desquitan el total de la inversión realizada. Pero la planta tiene una vida útil de 20 años, de modo que durante 16 años (y algo más) seguirá produciendo. A precios actuales, al multiplicar la utilidad anual de US$ 350 millones por 16 años, llegamos a que BOTNIA acumulará ganancias por US$ 5.600 millones.
En otras palabras: al comparar con la inversión inicial, por cada dólar que invierte, la empresa se lleva 4.5. El negocio es espectacular.
Precisemos: hablamos de la planta en Uruguay. Por ejemplo: en su conjunto, la empresa trasnacional M-real Corporation, propietaria del 47 por ciento de las acciones de BOTNIA, en el primer semestre de 2007 tuvo pérdidas por 95 millones de euros[2] . Esto habla de la necesidad de que la planta en  Fray Bentos opere cuanto antes.
Por otro lado, la decisión del gobierno de Jorge Batlle de otorgarle exacción impositiva y otras ventajas inherentes a una zona franca, lleva a que los uruguayos sacrifiquemos impuestos para subsidiar la rentabilidad de una gran trasnacional.
¿CUÁNTO DEJA? Tenemos ahora una idea de cuánto gana la empresa, y cuánto se lleva del Uruguay. Sin considerar costos en el exterior por amortizaciones, insumos importados, intereses, etc., BOTNIA, en el país, paga salarios; materias primas; algunos insumos o servicios de mantenimiento. Entonces, importa plantearnos la otra pregunta: ¿cuánto deja esta inversión extranjera a los uruguayos? Hace casi un año analizamos precisamente este punto (Véase Voces del FA; 19/10/06). En resumen: si asumimos como buenas las declaraciones de la propia empresa, la cual (calculando la evolución del producto bruto nacional (PBN), lo que es metodológicamente correcto), señaló que su aporte a la economía uruguaya sería de 80 millones de  dólares por año[3] El resultado la beneficia enormemente: se lleva 350 millones de dólares por utilidades, y deja 80 millones. Es imprescindible recordar que por estar en zona franca, no paga un solo peso de impuestos por tales utilidades[4] En un plano más conceptual e ideológico, al introducir la zona franca en los razonamientos habría que comenzar a ser más rigurosos y afirmar que BOTNIA vende celulosa a ella misma y a otras empresas en el mundo, pero Uruguay sigue exportando troncos.
OTRAS INFORMACIONES DE 2007 Si analizamos la información oficial de STORA ENSO para el segundo trimestre de 2007, sus ventas totales de celulosa sumaron 3.800 millones de euros, logrando un beneficio antes de impuestos de 164 millones de euros.
Su porcentaje bruto de ganancia sobre ventas, por tanto, oscila en torno al 4.3 %. Tengamos claro que si bien es un porcentaje no despreciable para inversiones industriales en los países centrales, no es bueno. Pero Jouko Karvinen (CEO de STORA ENSO) lo considera positivo pues pese a señalar dificultades, es mayor al logrado en el segundo trimestre de 2006. A futuro, prevé aumento de costos y un difícil panorama productivo en Europa[5] Hay que destacar que la empresa paga aproximadamente un 24% de impuestos por sus ganancias.
ARACRUZ, el gigante brasileño de la celulosa (sólo en este segundo trimestre de 2007 produjo 832.000 toneladas) en este período realizó ventas por US$ 494: 200.000. El porcentaje de ganancias bruto sobre ventas fue de 49 %, muy similar al 50% que estimamos para BOTNIA[6]  .
Tuvo un costo de US$ 311 por tonelada.
En este trimestre, pagó 32 por ciento de impuestos sobre sus ingresos netos, lo cual muestra la coherencia del gobierno brasileño, ya que por ejemplo en 2003 pagó el 34 por cierto de impuestos.
LOS TEMAS EN DEBATE ¿Puede causar extrañeza entonces que otras empresas extranjeras "estén en las gateras" (y/o negociando ya) su instalación en Uruguay? El escenario y los números de BOTNIA explican la altísima rentabilidad, propiciada por nuestros (?) generosos recursos naturales; apoyos, y facilidades extremas para operar sin interferencias de parte del Estado; no pago de impuestos; garantías de seguridad por un Tratado de Protección de Inversiones; mínimos aportes al país, etc.
Estimados lectores; no compremos mitos. No toda inversión extranjera es buena. Por algo en América Latina comenzamos a hablar de un  "neocolonialismo", para poner en claro los verdaderos objetivos de las empresas transnacionales, y lo negativo que resulta abdicar de nuestros procesos de desarrollo; de nuestras decisiones soberanas en función de los objetivos democrática y colectivamente adoptados[7] Si la empresa se rige por la ganancia, nuestro gobierno erraría si se rigiera por la ganancia de la empresa. Este debiera buscar satisfacer las necesidades de la gente y el desarrollo autónomo y sustentable del país.
¿Cuál será la postura del gobierno frente a estas nuevas inversiones extranjeras? ¿Se evaluará entre todos cuál será el impacto sobre el uso productivo del suelo nacional? ¿Tiene alguna justificación que esos enormes beneficios no paguen impuestos? ¿Seguirán siendo sólo los extranjeros los que decidan nuestras líneas de desarrollo? ¿No habrá llegado el momento de evaluar a fondo las zonas francas, esa "extraterritorialidad" o "agujeros de soberanía"? ¿Qué beneficios les seguiremos ofreciendo, y a cambio de qué? La inversión extranjera no es mala de por sí; bienvenida sea, siempre y cuando no afecte nuestra soberanía, se encuadre en una estrategia de desarrollo nacional y exista un reparto adecuado de beneficios y se asuma la cuota parte de responsabilidad a la hora de redistribuir las cargas en la sociedad;  los tratados de protección reciproca de inversiones y las zonas francas no parecen ser instrumentos adecuados para esos fines.    

Fuente: lafogata.org