Argentina: La lucha continúa
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En medio del enojo, no hay que perder de vista a enemigo principal
Emilio Marín
La Arena
A raíz del diferendo agudizado con Uruguay por la puesta en funciones de Botnia,
un patriotismo exagerado cunde en el país. Un patriotismo sano está bien. Pero
poner en el banquillo a Uruguay y olvidar a la Casa Blanca y el Foreing Office,
está mal.
Cada presidente filtró la información con el tono que les resultaba más
propicio. El 'corre, ve y dile' de estos tres días de reunión en Chile estuvo a
la orden del día.
Pero en política lo que cuentan son los hechos. Néstor Kirchner adoptó un tono
de víctima de una decisión unilateral de Tabaré Vázquez, y éste aseguró que
decidió algo beneficioso para la economía de su país. El uno y el otro le
pidieron disculpas al rey de España por el final desastroso de su
'facilitación', aunque cada uno pensaba que el culpable era el otro.
Lo cierto es que la controversia por la instalación de la pastera terminó de la
peor manera, con autoridades de la región y tres países europeos como testigos
obligados.
Quien esto escribe piensa que la razón está de parte argentina, fundamentalmente
porque el vecino tomó como río propio uno binacional con un estatuto que fue
ignorado. La causa de esa gambeta a la legalidad fue económica. La seducción de
la inversión de Botnia (y de la relocalizada Ence) pudo más.
Pero de allí a fulminar a Uruguay como lo peor del planeta y de presumir que
Argentina es el reino de la ecología, media no un río sino un océano. ¿O Alto
Paraná, de capitales chilenos en Misiones, Papel del Tucumán, Papel Prensa,
Ledesma y otras productoras de celulosa no afectan los ríos y ensucian el medio
ambiente?
Esta discusión no se puede abordar con hipocresías que campean en los gobiernos
de las dos orillas. Uno se pone en ecologista y es un verde trucho. El otro se
pinta como nacionalista defensor de puestos de trabajo charrúas. Ambos envenenan
las conciencias de sus connacionales, al punto de quebrantar las relaciones
entre dos pueblos hermanos. Ayer el puente General San Martín parecía una zona
de guerra, con barreras, fuerzas de seguridad y exclusión aérea. Las autoridades
montevideanas habían puesto lo suyo y el ministro del Interior argentino
también, con medidas policíacas contra los manifestantes de Gualeguaychú.
Posiblemente ahora no quede más remedio que esperar el fallo de La Haya, con un
vínculo bilateral dañado por diez años, según pronosticaron cerca de Kirchner.
Si es así, el afectado podría trabar el funcionamiento del Mercosur. Mientras se
reconstruye el tejido dañado con Uruguay sería bueno que del lado argentino se
obligara a las papeleras y demás empresas que contaminan a que dejen de hacerlo,
so pena de multas y cierres. Sería la única forma de tener un discurso y no dos
o tres.
Durmiendo con el enemigo
Para Kirchner el malo de la película ha pasado a ser su ex amigo Tabaré, a cuyo
triunfo electoral considera haber hecho un aporte decisivo con las facilidades
de transporte y licencias dadas a los residentes en nuestro país para ir a votar
el 31 de octubre de 2004.
Que el argentino esté molesto con su colega es entendible. Pero no tendría que
traspasar el límite de una controversia diplomática. De allí la crítica hecha en
el Espacio Riesco de Santiago, la carta entregada por Roberto García Moritán al
embajador uruguayo y hasta el rumor de dejar nuestra embajada en Montevideo a
nivel de encargado de negocios.
Hasta allí estaría bien, vista la autorización charrúa para que la chimenea de
Botnia empiece a arrojar humo y la planta arroje residuos nada amigables al río
común.
Pero un 'bloqueo total' como el que recomiendan los enojados asambleístas de
Entre Ríos, no sería lo adecuado. Los bloqueos perjudican no sólo las relaciones
de país a país sino la calidad de vida de quienes vive en el lugar bloqueado. De
esto puede dar fe la valerosa nación cubana, que sufre una real situación de ese
tipo, impuesta por EEUU.
El desubicado Tabaré citó ese bloqueo a Cuba como si el corte de Gualeguaychú
fuera algo similar, siendo cosas diferentes en cantidad y calidad. Pero si los
asambleístas lograran presionar al Poder Ejecutivo a adoptar medidas draconianas
contra Uruguay como el bloqueo, entonces se habría dado un paso en falso. Y
paradojalmente, se habría dado la razón posterior a los hechos al mandatario que
comparó al módico sitio de Fray Bentos con la épica resistencia de La Habana.
Es contradictorio que el kirchnerismo se quiera llegar a las manos con las
autoridades uruguayas y que, en cambio, mantengan relaciones carnales con
España. ¿Qué se le agradeció al monarca español? Si éste no gastó ni una hora de
su tiempo sino que mandó a su embajador ante la ONU a poner la oreja ante
chicanas de argentinos y uruguayos. Más aún, lo hizo porque le interesa que el
ámbito iberoamericano siga siendo una suerte de Commonwealth o Comunidad
Británica de Naciones, donde César Alierta (Telefónica), Antonio Brufau
(Repsol), Emilio Botín (Banco Santander) y Francisco González (BBVA) tengan un
coto cerrado para sus negocios.
La corte borbónica está nutrida por los 'socialistas' como José Luis Rodríguez
Zapatero (PSOE) como antes por José María Aznar (PP). Y si alguien tenía alguna
duda la habrá disipado cuando supo que en Chile el jefe de gobierno actual, en
defensa de su antecesor Aznar, interrumpió a Hugo Chávez. Y en medio de la
discusión, el Borbón se retiró como manifestación de 'disgusto'. ¿Qué se cree
este gilipolla heredero del franquismo? ¿Un inmortal por encima de los súbditos?
Da grima que España, cuna de gran cultura, aún hoy dé al mundo el ejemplo de
atraso que supone tener un zángano coronado que con su dedo, o con otro órgano,
decida quién le sigue en línea sucesoria. ¿Se habrá enterado que ya corre el
siglo XXI?
Para los apologistas del capital extranjero, como Joaquín Morales Solá, el drama
del desencuentro rioplatense se reduce en que se habría faltado el respeto a ese
rey.
Empresarios de IDEA
Lamentablemente Kirchner trata con personajes como Juan Carlos y Rodríguez
Zapatero y los tiene como modelos de gobernantes; aún en mayor estima los tiene
su sucesora Cristina. De allí sus reuniones en Chile y ayer en Olivos con
Rodríguez Zapatero, que vino a defender los intereses de Edesur, Aerolíneas y
Repsol. Se fue con la certidumbre de que el nuevo gobierno no tocará los
acuerdos existentes sobre esas empresas. La eléctrica tendrá su aumento de
tarifas, la aérea contará con mayor presencia estatal y la petrolera podrá
vender el 25 por ciento de sus acciones al grupo Ezkenazi.
Con los políticos de la derecha y el centro un tanto silenciados por su
estruendosa derrota de dos domingos atrás, las mayores críticas al gobierno
provinieron de círculos empresarios reunidos en el Coloquio de Idea, en Mar del
Plata. Las autoridades de la entidad no tiraron directamente contra el plan
económico pero sí lo hicieron varios de sus invitados, que no se anduvieron con
miramientos y recibieron nutridos aplausos.
Por ejemplo, los especialistas del sector afirmaron que hay una crisis de
energía. Francisco Mezzadri, afirmó que las tarifas están atrasadas un 200 por
ciento y que no habrá ahora más generación porque K haya autorizado una suba del
20.
En esos círculos se piensa que los Kirchner deben permitir un aumento mucho
mayor y también pactar con el Fondo Monetario para arreglar con el Club de París
y pagar de más a los bonistas disconformes. Esa sería la ruta a recorrer para
recibir préstamos oficiales y privados que permitan una mayor inversión en el
área energética.
Allí se cree que los primeros calores fuertes van a provocar cortes de luz y
pondrán a Cristina en un plano de debilidad susceptible de tener que adoptar las
medidas reclamadas. Mauricio Macri, que viene golpeado por los comicios, también
espera los apagones. 'Nos vamos a tener que hamacar en el verano', declaró tras
hacer sumas y restas sobre lo que consumirán los equipos de aire acondicionado y
la energía acotada disponible.
Al final de cuentas, del proyectado Pacto Social esbozado por la presidenta
electa, la pata más firme es la sindical, pues Hugo Moyano y la CGT a lo sumo
pueden pedir un tanto por ciento más de salario pero sienten a este gobierno y
el que viene como suyos.
En cambio, en Idea y buena parte de la Unión Industrial, hay desconfianza y un
recelo que nunca desaparece del todo pese a los réditos que han recibido desde
2003 a la fecha. Es una pata algo floja del Pacto Social.
Y directamente donde el gobierno tendrá que cuidarse, porque allí campea una
oposición más frontal y cerril, es respecto al vulgarmente y mal llamado
'campo'. Las comillas tienen que ver con que no es lo mismo el peón que el
terrateniente, el minifundista que el exportador, el pequeño ganadero que el
frigorífico extranjero, el chacarero que el gran productor sojero, etc.
Bastó que esta semana el ministro Miguel Peirano, el secretario de Agricultura
Javier de Urquiza y el jefe de Gabinete Alberto Fernández anunciaran un aumento
de los impuestos a las exportaciones, en el rango del 5 al 10 por ciento, para
que la Sociedad Rural y demás entidades emitieran durísimos comunicados.
Si uno se dejara llevar por esas sempiternas quejas parecería que aquéllos han
sido expropiados. Nada que ver. Con el aumento de los precios internacionales de
los granos, esos campeones de la queja oligárquica ganarán incluso más dinero
que este año. Sólo que quieren la chancha, los chanchitos, la máquina de hacer
chorizos, el piolín y también toda la soja a precio dólar, para ellos solos.