Argentina: La lucha continúa
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Santa Fe
La mayoría automática, al palo
Notife – TMO
Daniel Erbetta será ministro de la Corte y Agustín Bassó ocupará la
Procuraduría General. La votación fue dividida, pero al oficialismo le bastó
para aprobar los pliegos enviados por Obeid.
El debate previo insumió cuatro horas, en las que se cruzaron acusaciones de
todo tipo. A Bassó (y también a Rafael Gutiérrez) lo tildaron de 'apretador de
jueces'. Repudio de las organizaciones sociales presentes.
Tras una larga Asamblea Legislativa, la mayoría justicialista convalidó los
pliegos de Daniel Erbetta y de Agustín Bassó, que se convertirán en ministro y
procurador general de la Suprema Corte de Justicia de la provincia,
respectivamente. El abogado rosarino llegaba con mayores posibilidades, y eso se
notó en la votación: hubo 49 afirmativos y 14 abstenciones. En cambio, el futuro
procurador -resistido desde vastísimos sectores- obtuvo números más apretados:
37 legisladores votaron por aprobar su pliego, mientras que 23 lo hicieron por
la negativa y uno se abstuvo.
A primera vista se puede observar una diferencia en el total de los
legisladores: 63 votaron el pliego de Erbetta, mientras que para el de Bassó,
votado apenas tres minutos más tarde, fueron 61. En el ínterin, los radicales -no
frentistas- Felipe Michlig y Juan Carlos Millet abandonaron el recinto de
sesiones de la Cámara de Diputados para no regresar. Desde la barra, militantes
de organismos de derechos humanos y de asociaciones intermedias repudiaron la
decisión de la Legislatura y dejaron sentado su rechazo particular hacia la
figura de Bassó.
Apenas pasadas las 14 hs. de ayer, la vicegobernadora y presidenta del Senado,
María Eugenia Bielsa, dio por iniciada la asamblea. La presencia de 63 de los 69
legisladores de la provincia (50 diputados y 19 senadores) alejó los fantasmas
de una eventual falta de quórum, que podría haber derivado en la aprobación 'ficta'
de los pliegos. El de Erbetta salió de la Comisión Bicameral de Acuerdos con un
voto de mayoría (aunque no de unanimidad, algo que se iba a reflejar en la
votación final). El de Bassó obtuvo un dictamen de mayoría y uno de minoría (del
oficialismo y de la oposición, respectivamente).
El primer legislador en intervenir del debate fue el diputado socialista Alfredo
Cecchi. Comenzó cuestionando el mecanismo vigente para el envío de pliegos para
vacantes en el Poder Judicial y luego manifestó su preocupación puntual por la
figura de Bassó. Cecchi se quejó por el breve plazo de que dispuso la oposición
para estudiar los antecedentes del camarista y hacer 'todas las averiguaciones
pertinentes'. Y luego, acusó al Ejecutivo provincial de 'mentir' sobre las
condiciones de transparencia y participación ciudadana que, se supone, tuvo el
proceso previo.
A la hora de criticar el actual sistema de designaciones, el argumento principal
del socialismo pasó por la 'inversión de la prueba': en el ámbito de la Corte
nacional, el candidato propuesto debe explicar detalladamente ante la sociedad
sus antecedentes, su patrimonio y sus opiniones sobre el actual estado del
sistema judicial; en la provincia, en cambio, 'se obliga a los ciudadanos a
convertirse en investigadores de los futuros jueces' (una expresión de Cecchi
que luego repitió su compañero de bancada Raúl Lamberto).
La primera interrupción de la barra tuvo lugar cuando Cecchi denunció la
'infiltración de los amigos del poder político' en la Justicia santafesina. Los
aplausos y la consigna 'No a la impunidad' obligaron al socialista a esperar
unos segundos para luego meterse de lleno en el debate que consumió buena parte
de la Asamblea Legislativa: las distintas posiciones sobre los jueces que fueron
nombrados durante la última dictadura militar. Cecchi apuntó que Bassó no
solamente fue designado en esa época (primero en 1978, con una ratificación
registrada en 1980), sino que agregó que las autoridades de facto 'premiaron' a
futuro procurador entregándole una cátedra en la Universidad Católica.
'La dictadura lo consideraba tropa propia', dijo Cecchi sobre Bassó, y luego
cargó duro contra el gobernador Jorge Obeid, a quien acusó de no querer
'desmantelar el aparato represivo' instaurado -en todos los ámbitos de la
administración pública- en 1976. 'Y los abogados del foro local saben muy bien
que tanto Bassó como Rafael Gutiérrez (primo del senador Carlos Reutemann y
ministro de la Corte provincial) son operadores del poder político en el ámbito
judicial, vulgares apretadores de jueces', añadió el legislador socialista.
Tras la intervención de Cecchi, tomó la palabra el diputado del ARI Aldo Strada.
'Confío en que ésta sea la última Asamblea Legislativa que se celebre en la
actual gestión', sostuvo. De esa manera, el legislador advirtió sobre la posible
repetición de procesos similares a los de Bassó y Erbetta, habida cuenta que hay
vacantes a cubrir en el Tribunal de Cuentas.
En los pasillos de la Legislatura, no son pocos los rumores que indican que esos
cargos ya están reservados para dirigentes muy cercanos a las actuales
autoridades del Ejecutivo provincial.
Danilo Kilibarda fue el primer legislador oficialista que defendió, en el
recinto, los nombres propuestos por el gobernador. Pero debió interrumpir su
discurso cuando, al aludir al ex gobernador Reutemann, una fuerte rechifla bajó
desde la barra. Inundados, familiares de víctimas de la represión de diciembre
de 2001, militantes de derechos humanos y dirigentes de asociaciones civiles
gritaron 'asesino' cada vez que Kilibarda pronunció el apellido del ex corredor
de Fórmula 1.
Luego, el diputado oficialista se dedicó a rechazar una por una todas las
impugnaciones que se le hicieron al pliego de Bassó. 'La inamovilidad es menos
importante que la integridad moral', opinó Kilibarda. 'No hay impedimentos para
sus designación'. Por último, el ex presidente del Colegio de Abogados de Santa
Fe definió al camarista en los siguientes términos: 'Un hombre de larga
militancia en el Poder Judicial'.
A su turno, el radical Hugo Marcucci planteó sus dudas respecto del momento que
eligió Obeid para firmar los decretos que disponían la remisión de los pliegos a
la Legislatura: unos días antes y unos días después de las recientes elecciones
generales, que determinaron el primer cambio de color político desde el retorno
de la democracia. El pliego de Erbetta está fechado el 30 de agosto; el de Bassó
ingresó al Palacio Legislativo el 4 de septiembre, pero fue firmado por el
gobernador un día antes: el mismo día que recibió a Hermes Binner en la Casa
Gris para comenzar a delinear una transición que, se suponía, iba a ser
tranquila.
El que citó explícitamente al gobernador electo fue el diputado Raúl Lamberto.
Explicó que el Programa de Seguridad y Justicia del futuro Gobierno prevé
establecer un mecanismo de selección de jueces similar al establecido por el
presidente Néstor Kirchner en el decreto Nº 222, de junio de 2003. El legislador
socialista evocó la presión social que determinó que el presidente avanzara
entonces hacia una recomposición de la Corte nacional que garantizara la
independencia de los poderes, para luego lamentarse por el hecho de que en la
provincia no haya ocurrido lo mismo.
Lamberto criticó a Obeid por haber enviado los pliegos pese a la negativa de
Binner y deslizó que el actual gobernador no quiso acatar la voluntar popular
expresada en las urnas el 2 de septiembre. 'El pueblo votó bien: votó en contra
de esta metodología', opinó. Más adelante, la radical Daniela Qüesta manifestó
su 'tristeza' ante la evidencia de que, durante todo el proceso previo, casi no
se hayan discutido cuestiones específicas de la Justicia. Y cerró su alocución
indicando que Bassó 'no es la persona adecuada' para ocupar un cargo de
relevancia en la nueva estructura judicial que surgirá de la implementación de
la reforma del Código Procesal Penal.
Antes de la votación de los pliegos, el presidente del bloque oficialista de la
Cámara de Diputados, Mario Lacava, ensayó una larga defensa de la propuesta de
Obeid, no exenta de las chicanas que definen el estilo del diputado. 'Que Binner
quiera cambiar el mecanismo (de designación de funcionarios para el Poder
Judicial) no debe empañar el actual procedimiento, que es absolutamente
transparente', argumentó. Lacava recordó que a Bassó lo ratificó en su cargo la
propia Legislatura, en 1984. Y se metió, sobre el final, en una serie de
comparaciones que no cayeron bien en la barra.
En pocas palabras, el diputado obeidista pidió que a Bassó se lo mida con la
misma vara que a Eugenio Zaffaroni, actual ministro de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, y a Elisa Carrió, candidata presidencial. Los motivos:
tanto Zaffaroni como Carrió fueron funcionarios judiciales (juez y secretaria)
durante la última dictadura y (siempre citando a Lacava) 'nadie puede negar sus
valores democráticos y su clara posición sobre la defensa de los derechos
humanos'. Eran las 18 y ya no quedaba tiempo para otra cosa que no fuera la
votación.
A la salida del Palacio Legislativo, Celeste Lepratti (hermana de Pocho,
asesinado por la Policía provincial en Rosario, en diciembre de 2001) opinó
sobre esa última chicana: 'Es muy tonto lo que dice Lacava. Hay que fijarse la
práctica que han tenido uno y otro (por Zaffaroni y Bassó) en cuanto a derechos
humanos. Zaffaroni está de nuestro lado y se jugó mucho en los años de plomo; no
podemos decir lo mismo de esta persona servil'. Antes, desde la barra, Queca
Koffmann -presidenta de Madres de Plaza de Mayo filial Santa Fe- increpó a los
legisladores que se aprestaban a votar los pliegos: 'El nombramiento de Bassó',
gritó, 'es para garantizar la impunidad'.