Argentina: La lucha continúa
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Héctor Bustos: reapareció 13 días después
Héctor Bustos, militante de derechos humanos de Venado Tuerto, fue encontrado
en la medianoche del domingo, y quedó internado.
Le dijo a su madre que estuvo secuestrado y que fue sometido a torturas.
El Ciudadano
Tras trece días apareció en la ruta 94, en las afueras de María Teresa,
Héctor Darío Bustos, de 35 años, militante de derechos humanos de Venado Tuerto.
En esa ciudad el 15 de diciembre pasado se inició una causa en el juzgado a
cargo de Hugo Perazzi por averiguación de su paradero. Bustos apareció en la
medianoche de anteayer, semidesnudo, con marcas en su cuerpo –una cruz esvástica
en su pecho y quemaduras en los brazos, según informaron los investigadores– y
quedó internado en terapia intensiva en el hospital Alejandro Gutiérrez de
Venado Tuerto.
Bustos declaró que durante los últimos diez días estuvo encerrado en una
habitación (no sabe dónde), encapuchado, atado de pies y manos con alambres, y
que sufrió tormentos de todo tipo. Su familia dice que su "extraña" desaparición
–como califican el hecho fuentes policiales– se trata de "un hecho político",
vinculado a su militancia por los derechos humanos y a su postura política
dentro del justicialismo local, en franca oposición a la línea del intendente
Roberto Scott.
Lo cierto es que desde el primer momento, cuando se denunció la desaparición de
Bustos, Perazzi solicitó que la investigación estuviese a cargo de la División
de Asuntos Internos de la Policía, que depende directamente del Ministerio de
Gobierno provincial. Por eso, este hecho despertó varias conjeturas sobre la
posibilidad de que en la desaparición de Bustos estuviese involucrado algún
agente policial.
Nélida Caseri, madre de Bustos, dijo que durante los días previos a la
desaparición del militante de derechos humanos, agentes policiales de la
comisaría 2º de Venado Tuerto merodeaban el barrio "estudiando los movimientos"
de su hijo. La mujer fue la primera que se enteró sobre la aparición de Bustos,
quien la llamó a su celular pasada la medianoche desde el teléfono móvil del
remisero que lo había levantado en la ruta 94. De acuerdo al relato de Nélida,
se encontró con su hijo en la entrada de Venado Tuerto. Desde allí se
trasladaron hasta el hospital Alejandro Gutiérrez, donde Bustos quedó internado
en la sala de terapia intensiva. Caseri dijo que "en el trayecto" su hijo le
contó "parte de las torturas y vejaciones que había sufrido durante su
cautiverio".
Y también Bustos relató a su madre cómo lo habían secuestrado. Nélida aseguró
que cuando su hijo transitaba por la ciudad, un vehículo particular lo
interceptó. "Bajaron dos hombres que lo redujeron y lo metieron en un auto. Él
escuchó que uno hablaba por un celular y decía: «Operativo cumplido. Resultado
positivo. Lo chupamos»", señaló la madre del militante. Durante su cautiverio,
según Caseri, su hijo sufrió todo tipo de torturas "físicas y psicológicas". "Lo
picanearon, le pegaron en todo el cuerpo, lo quemaron y le hicieron una
esvástica en el pecho, mientras le gritaban: «Te vamos arrancar del corazón esas
ideas»". En el hospital, Bustos fue atendido por las lesiones. Lo revisó un
médico forense que –según fuentes de Asuntos Internos– comprobó que su cuerpo
"tenía quemaduras en sus brazos, que habrían sido ocasionadas con cigarrillos",
y una marca en el pecho de una cruz esvástica, que "podría haber sido originada
con un hierro caliente".
Bustos denunció también que durante el cautiverio sufrió vejaciones. Sin
embargo, según las fuentes policiales, "no se pudieron comprobar esas lesiones".
El viernes pasado, por orden del Ministerio de Gobierno, unos 130 uniformados
realizaron un intenso rastrillaje en la zona, y hallaron en las afueras de Santa
Isabel, en un descampado cercano a un arroyo, el auto de Bustos.
El Fiat Regatta blanco estaba vacío, pero en la guantera del vehículo se
encontró la documentación del auto y el DNI de Bustos. A partir de la aparición
del Regatta, la División de Asuntos Internos de la Policía empezó a barajar
otras hipótesis, que conducían la investigación a la provincia de Buenos Aires,
de donde Bustos es oriundo. Las fuentes señalaron que un punto llamativo es que
Bustos apareció antes de que se hiciera un nuevo rastrillaje en la zona, que
estaba previsto que se realizaría entre hoy y mañana.
Durante la tarde de ayer, el secretario de Derechos Humanos provincial, Domingo
Pochettino, viajó a Venado Tuerto.
Las intrigas de un caso todavía oscuro
Héctor Bustos es oriundo de Chacabuco, provincia de Buenos Aires. Desde hace
unos años reside en Venado Tuerto junto a su familia, que durante los últimos
días sufrió algunos contratiempos. Militaba en el justicialismo, en la línea
política del intendente Roberto Scott, más precisamente con su yerno, José Luis
Freyre, quien fue concejal en la ciudad.
Desde hace un tiempo, Bustos se alejó de este sector político y se convirtió en
un ferviente opositor a la gestión de Scott. Pasó a integrar las filas de la
agrupación 17 de Octubre, que lidera el secretario general de la CGT local,
Jorge Viano. A la par, el hombre empezó a hacer gestiones por temas relacionados
con los derechos humanos. Se acercó a la edila Patricia Romero, a quien el año
pasado le propuso presentar un proyecto para que en el Concejo se colgaran las
fotos de los 13 desaparecidos durante la dictadura militar en la zona, uno de
ellos, Tacuarita Brandazza.
Bustos se vinculó con Abuelas de Plaza de Mayo, y en agosto pasado logró que la
presidenta de esta asociación, Estela Carlotto, visitara la ciudad, donde dio
una charla en el auditorio del sindicato Luz y Fuerza, perteneciente al sector
17 de Octubre. Además, Bustos comenzó a tener presencia mediática en la ciudad
con las protestas que lideraba en el barrio 102 Viviendas, un Fonavi que está en
pésimas condiciones. Realizó marchas y cortes de calle junto a los vecinos en
reclamo de una solución al problema del agua, contaminada por los residuos que
arrojaba a las napas una fábrica que se encuentra en el lugar.
Con esas actividades, según señala su madre, Nélida Caseri, Bustos se ganó la
enemistad de varios funcionarios municipales, entre ellos el secretario de
Gobierno municipal, Juan Vidal, a quien el militante denunció por "amenazas"
ante la fiscalía de Venado Tuerto en dos oportunidades, en octubre y noviembre
pasado. Según la madre de Bustos, Vidal "es un hombre de la dictadura. Fue
intendente de Santa Isabel en la década del 70, donde se fotografiaba con
policías que estuvieron involucrados en secuestros".