Argentina: La lucha continúa
|
Un sacerdote será juzgado por cooperar con la dictadura militar
Fernando Cabrera
Radio Nederland
El rol de la Iglesia Católica en la dictadura
El ex capellán de la Policía de Buenos Aires, Cristian Von Wernick será el
primer sacerdote en enfrentar un juicio en Argentina por crímenes y torturas
durante la dictadura militar. El religioso está acusado de participar en
torturas, homicidios y privaciones ilegales de la libertad en centros de
detención bajo el régimen militar. El caso ha sido presentado por el fiscal
federal de la ciudad de La Plata, Sergio Franco y, si recibe luz verde, el
proceso oral podría tener lugar entre marzo y abril de 2007, según fuentes
judiciales. Cristian von Wernick está detenido desde el 25 de septiembre de 2003
en una celda de la División Antiterrorista de la Policía Federal, en el barrio
de Palermo. Según las acusaciones, el sacerdote actuó en la Policía Bonaerense
cuando al frente de la fuerza de seguridad estaba el fallecido general Ramón
Camps, que fue denunciado como uno de los más sanguinarios jerarcas del régimen.
Varios sobrevivientes atestiguaron haber sido interrogados bajo tortura por el
cura, e incluso sufrieron simulacros de fusilamiento. Uno de los casos que se
consideran en la causa es el secuestro del fallecido periodista Jacobo Timerman,
fundador del diario La Opinión, y el del empresario Osvaldo Papaleo, secretario
de prensa durante la presidencia de Isabel Perón (1974-1976). Von Wernick
renunció en mayo de 2003 a las funciones eclesiásticas que ejercía en Chile, en
una parroquia de la localidad costera de El Quisco. Allí había sido descubierto
por la revista Siete+Siete, que develó que usaba el nombre falso de Cristian
González para ocultar su pasado vinculado a la dictadura argentina. En
declaraciones a Radio Nederland, Lita Boitano, de la Comisión de Familiares de
Detenidos y Desaparecidos en Argentina, califica el caso de paradigmático.
Boitano define a von Wenick como un tipo demoníaco, del que conocía su
existencia desde mayo de 1976, cuando comenzó a sospechar que el sacerdote
actuaba como delator para la dictadura. Boitano expresa su decepción con la
jerarquía de la Iglesia Católica, especialmente con el Vaticano, donde un grupo
de familiares de desaparecidos del que ella formaba parte solicitó la
intervención de las máximas autoridades católicas, y no fue hasta el 28 de
octubre de 1979 que el Papa Juan Pablo II habló por primera vez del dolor de las
madres de los jóvenes desaparecidos, sin hacer referencia al terrorismo de
Estado. Así, Boitano narra que cuando alguien le dijo lo afortunada que era por
estar en Italia, tan cerca de Dios, ella contestó: "Agradezco a Dios haber
conservado la Fe, pero si hay un lugar donde uno puede estar más lejos de Dios,
es en el Vaticano".
Lita Boitano, de la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos en
Argentina es entrevistada en: http://www.informarn.nl/informes/americas/argentina/act061221_iglesiadictadura