Nuestro Planeta
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Los beneficios del desarrollo sostenible
Jorge Planelló
Centro de Colaboraciones Solidarias
Si toda la población mundial consumiese al mismo ritmo que se hace en los países
enriquecidos, el planeta sólo podría satisfacer las necesidades de 1.900
millones de personas, afirma el informe Signos vitales de WorldWatch. Basta
sumar a los 1.700 millones de personas que pertenecen al mundo consumista
aquellos que se incorporen con el crecimiento económico de China e India para
comprender que no hay posibilidad de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM).
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), mediante su lema
"Proteger nuestro planeta en beneficio de los pobres", persigue una gestión
eficaz de las riquezas naturales que permita reducir la pobreza. El PNUD alienta
a los gobiernos a que tengan en cuenta el medio ambiente como un elemento
imprescindible en el desarrollo.
El hecho de que el 80% de la energía mundial proceda de combustibles fósiles es
la causa principal del calentamiento global. De ahí que sean necesarias
soluciones sostenibles como la puesta en práctica en una aldea de Tanzania,
donde existe una estación de bombeo que funciona con energía solar y el dinero
obtenido de ella se invierte en llevar a los niños a la escuela, comprar
alimentos y reparar sus viviendas. "El planeta no pertenece a quienes ejercen el
poder. Debemos apoyar el Protocolo de Kyoto en la medida de nuestra capacidad.
Cada pequeña cosa que hacemos cuenta", afirma Wangari Maathai, Premio Nobel de
la Paz en 2004.
El derroche de las riquezas no sólo hará que todo desarrollo sea en vano,
también alejará el progreso y agravará las situaciones de pobreza. Un ejemplo es
el caso de la gestión del agua. El uso abusivo del oro azul favorece la
inestabilidad política, de la que se derivan los conflictos en la Cuenca del
Jordán, del Eúfrates, del Tigris, del Nilo o del Zambeze. Para el desarrollo es
esencial que la atención política se concentre en el bienestar de sus
comunidades. También hay que evitar gastos innecesarios como consecuencia del
negocio lucrativo de las multinacionales. En Kenia, debido a la privatización
del suministro, un litro de agua cuesta el doble que uno de gasolina. Si se
contase con una red pública de suministro ese dinero podría invertirse en otras
necesidades sociales.
Para que haya auténtico desarrollo deben darse una serie de condiciones. Que sea
endógeno y sostenible, es decir, impulsado por los pueblos de acuerdo a su
entorno y a sus necesidades. La estrategia marcada por las Naciones Unidas para
cumplir alguno de los Objetivos del Milenio, como el de acabar con el hambre,
pasa por lograr una agricultura sostenible que respete la diversidad biológica
local. Se evita así la dependencia de un sólo producto y el ser vulnerable ante
plagas o desastres naturales. Sin embargo, los países del norte sociológico
practican una agricultura intensiva que inunda los mercados de las naciones
empobrecidas con excedentes a bajo precio. Por ello el desarrollo ha de ser
global. El sistema económico ha de hacer posible el progreso de todos y no debe
imponerse como una nueva forma de colonialismo. Es también esencia del
desarrollo que sea equilibrado, de acuerdo a los usos y costumbres de la
sociedad, ya que paralelo al cambio se han de adaptar los valores sociales. En
China, los referentes de la sociedad, sus normas y valores se pierden ante la
presencia creciente del capitalismo y la competencia. La industria de las
falsificaciones o la meta del éxito económico son indicios de un fenómeno de
anomia moral, según un estudio del Foreign Policy.
Mayor crecimiento económico no quiere decir más bienestar. Mientras que los
gigantes China e India ocupan los primeros puestos en la lista del PIB por
países, su posición en la lista del índice de desarrollo humano es la 85 y la
127, respectivamente. El coste de las guerras, la destrucción de los bosques o
los efectos del calentamiento global son las consecuencias de un modelo que
busca el beneficio económico a toda costa. Se asocia el crecer a la perfección,
cuando el desarrollo pasa por diseñar un uso justo de las tecnologías existentes
al servicio de la población más que por la destrucción del medio ambiente. No es
cuanto más mejor, sino cuanto mejor más.