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Abolir la Agencia Internacional de energía atómica y la Comisión Internacional de Protección Radiológica
Transcripción de la intervención de la Dra. Rosalie Bertell en la sesión
sobre Chernóbil del Tribunal Permanente de los Pueblos
Boletín "Armas contra las guerras"
Traducción: Fabio Gallego. Notas: Alfredo Embid.
El presidente:
- Agradezco al secretario del Tribunal Permanente de los Pueblos (1), el Dr.
Gianni Tognoni por esta introducción tan importante, y le doy la palabra a la
Dra. Rosalie Bertell (2), Presidente de la comisión Médica de Chernóbil, (3)que
es el origen de esta sesión.
- La comisión médica de Chernóbil aprecia mucho el hecho de que el Tribunal
Permanente de los Pueblos haya aceptado estudiar el caso de Chernóbil. Me
gustaría para empezar, recordar a una persona muy importante que ya no está
entre nosotros hoy. Me gustaría recordar a Petra Kelly (4), que habría sido la
primera en venir a este Tribunal.
Los problemas de Chernóbil están arraigados profundamente en nuestra sociedad.
Se trata realmente de problemas estructurales. Debemos identificar los
mecanismos de represión estructural de los que trataremos aquí. Debemos
igualmente llevar el problema de Chernóbil a la opinión publica. Chernóbil se
presenta como un problema científico, pero eso es falso: se trata de una
represión, de decisiones políticas que han dado resultado a las consecuencias
dramáticas que podemos observar.
Hoy en día, dado que la Conferencia de la Agencia Internacional para la Energía
Atómica (AIEA) acaba de reunir los autores del informe de 1991 sobre Chernóbil
(los que declararon que los problemas habían sido exagerados y que las
enfermedades no tenían nada que ver con la radiactividad). Estos expertos se
encuentran en el centro de las críticas. (5)
No obstante estimo que las raíces son aún más profundas. Precedieron lo que pasó
en la AIEA. Esta organización no es más que una fuerza que aplica de manera
irracional mecanismos preestablecidos. Actualmente es la AIEA la que más
criticas recibe. Estimo que su manera de aplicar el régimen de protección contra
la radiación a sido muy cruel, pero no son ellos quienes han creado este
régimen.
Trabajo desde 1968 como investigador sobre los efectos de la radiación en la
salud y me ha sorprendido descubrir en la literatura que las investigaciones
realmente detalladas fueron hechas antes de 1951.
Desde 1951, un mito fue establecido, según el cual sería imposible detectar los
efectos de las débiles dosis de radiación. 1951 es una fecha muy importante, la
de la apertura del centro de pruebas atómicas en la atmósfera, en Nevada, el
primer centro abierto en el continente americano. Los efectos de más de 500
pruebas atómicas se propagaron en todo el hemisferio norte (6). A partir de esta
época, una propaganda sabiamente orquestada decretó que las débiles dosis de
radiación no tenían peligro, que era imposible atribuirles ningún efecto
negativo.
Cuando observamos lo que paso en Hiroshima y en Nagasaki, vemos que a partir de
ese momento, la búsqueda se limitó casi solo a las consecuencias de los
escenarios de la guerra. Se trataba de saber cuantas personas morirían
rápidamente, cuantas quedarían fuera de combate. (7) He ahí cuales eran las
preocupaciones de los investigadores, y el objetivo de los que cálculos que
efectuaron. No se interesaban ni en los abortos, ni en los niños muertos durante
el nacimiento, ni en los niños enfermos, ni en las consecuencias a largo plazo.
Su investigación era muy selectiva y los daños debían ser mínimos. Quise
resaltar este desarrollo en un estudio que pongo ahora en disposición de los
jueces.
Estimo que el número de víctimas de la radiación se eleva a una cifra alrededor
de los 32 millones de personas, que es una cifra prudente: técnicos nucleares,
población japonesa, victimas de las pruebas nucleares en la atmósfera y victimas
de diversos accidentes e incidentes ocurridos. El más grave es la catástrofe de
Chernóbil, que es un terrible desastre del que hablaremos durante los próximos
días.
Debemos evocar también la definición que dan los burócratas de lo que debemos
calificar como "serio", una "seriedad" que definen para el conjunto de la
comunidad. Esto no concierne al individuo, el punto de vista individual es muy
diferente.
Para mí, 1954 constituye otro cambio en la historia. En 1954 tuvo lugar la
primera explosión con éxito -desde el punto de vista militar- de la bomba de
hidrógeno. La bomba H ha dado una potencia de fuego ilimitada a la explosión
atómica. ( La potencia de fuego de las bombas atómicas del tipo de bombas que
utilizamos en Hiroshima y Nagasaki era muy limitado. No es el caso de las bombas
de hidrógeno. Por lo tanto es en 1954 cuando los Estados Unidos en particular y
las potencias occidentales decidieron poner la bomba en el centro de su doctrina
estratégica.
El lanzamiento del programa del átomo comercial data de esta época, llamada
"pacífica" (9). Permitió convertir América del norte en una gran fábrica de
bombas, inclusive las minas de uranio, las fábricas de enriquecimiento, pero
también la implicación de las universidades encargadas de enseñar física y
tecnologías nucleares, etc. Había que asegurarse de la cooperación de los
civiles y es en esta época en la que nace la organización de la Comisión
Internacional para la Protección contra la Radiación (CIPR). (5)
Nacida en el secreto de las armas atómicas, esta organización ha estado desde su
creación bajo el secreto de la seguridad nacional. Se trata de una comisión
compuesta por 13 hombres (10) (hasta la llegada de la primera mujer en 1990),
que elabora todas las definiciones y toma todas las decisiones. Sus miembros se
reemplazan por cooptación y se auto-perpetúan. Son ellos los que elaboran las
recomendaciones para las normas de radioprotección que son posteriormente
adoptadas por todos los países y sobre las cuales se basan en particular los
reglamentos aplicados por la AIEA. La AIEA las aplicó de manera muy cruel, en
Chernóbil y en muchas otras ocasiones.
Es importante estudiar los documentos de la CIPR. Me impresionó mucho leer en su
edición de 1990 que hablaban de efectos "transitorios" de la radiación, efectos
que ellos estimaban no ser suficientemente graves para ser indemnizados o
reconocidos. No obstante se trata precisamente de los problemas que sufren las
poblaciones y que habría que dar a conocer al mundo entero. La existencia de
estos problemas es negada de manera constante por la AIEA, cuando en realidad es
admitida por la CIPR. La CIPR está muy al margen, apartada; en efecto su
credibilidad profesional está en juego. Estos 13 "expertos" no pueden permitirse
afirmar que estos efectos no existen, que no tienen ninguna relación con la
radiación. Dejan a los ingenieros y a los físicos de la AIEA al cargo de hablar
sobre las consecuencias de la radiación en la salud. Este es un aspecto
determinante del problema.
Hay varias maneras de utilizar definiciones, lo que la universidad de Harvard
califica como "disrepresentación". Hay maneras muy hábiles de mentir, si
queremos evitar ser llevados ante la justicia. Una es definir "el accidente". No
conozco bien la definición exacta del accidente de Chernóbil, pero me acuerdo
que para Three Mile Island, su definición del accidente sólo tiene en cuenta los
7 primeros días : todo lo que paso después está dentro de la definición de
"descontaminación". Cuando hablan de dosis que las personas recibieron después
del accidente, los limitan en consecuencia a los 7 primeros días. Por otra
parte, en el cálculo sustraen la dosis que la gente habría recibido trabajando
en una central nuclear en funcionamiento normal, sustraen además la radiación de
fondo, sustraen además las recaídas de las pruebas nucleares chinas (en
atmósfera en esa época), dado que todo esto era posible. La dosis recibida de
manera efectiva después del accidente es la que habían recibido los 7 primeros
días solamente, menos todo lo que habrían podido recibir por otra parte pero que
no recibieron efectivamente. Todo esto constituye un engaño en sí.
Me gustaría resaltar la diferencia entre las consecuencias del accidente de
Chernóbil y las del accidente de Bhopal (11) : en Bhopal, la mayoría de los
efectos eran visibles inmediatamente. Había daños directos en las personas
expuestas, y estos daños eran flagrantes, tanto para las personas como para el
público. En cuanto a las lesiones debidas a la radiación, se producen a nivel de
la célula y transcurre un cierto tiempo hasta que la persona afectada cae
enferma. Por lo tanto, no ponemos inmediatamente en común la enfermedad y la
exposición a la radiación. Cuando esta lesión afecta a un espermatozoide o a un
ovocito, el resultado solo aparece en las generaciones siguientes. Se perpetúa y
esto es precisamente lo que la industria nuclear pretende negar. Los expertos
han minimizado constantemente las consecuencias genéticas y las consecuencias
para las generaciones futuras. Como una persona de Chernóbil me ha explicado, se
trata de un accidente que comienza a pequeña escala y se agrava con el tiempo.
Chernóbil al contrario que Bhopal se agrava sin cesar. Desde un punto de vista
psicológico, este aspecto es esencial pues el temor de transmitir lesiones a las
generaciones futuras aumenta en la población. Querría enunciar aquí, para el
Tribunal por una parte los daños a las salud atribuidos a las radiaciones
reconocidas por la AIEA, y por otra parte los daños reales que rehúsa reconocer.
La AIEA ha creado dos categorías, tres desde que ha sido obligada a reconocer la
leucemia. Los expertos reconocen en principio los "cánceres mortales
radio-inducidos", siendo cada palabra esencial. Reconocen por tanto los cánceres
mortales, pero son muy reticentes a reconocer los cánceres que no serán mortales
o los tumores benignos. Por otra parte no consideran nada más que los cánceres
"radio-inducidos", rehusando admitir que las radiaciones favorecen los cánceres
inducidos por otras causas. Esto es porque imponen un límite de 10 años y no
reconocen ningún otro cáncer que haya sido favorecido por las radiaciones. Esta
categoría no es indemnizada.
La otra categoría está constituida por "las enfermedades genéticas graves en el
caso de los niños nacidos vivos". Aquí también cada palabra tiene su
importancia. Es necesario que se trate de una "enfermedad genética grave", es
decir, una enfermedad clásica, codificada , "enfermedad muy rara y muy grave".
Los daños más corrientes como el asma no son reconocidas. Es necesario, por otra
parte, que se trate de niños nacidos vivos, es decir, que no reconocen la
mortalidad perinatal, ni los abortos causados por malformaciones congénitas del
feto. En lo que concierne a los efectos teratogénicos, lesiones del feto in
útero, no aceptan en el presente nada más que "el retardo mental grave" y
limitan la exposición a 8-15 semanas del embarazo. Para la industria atómica,
"el retardo mental grave" implica la incapacidad de una persona en responder a
un saludo. o la incapacidad de alimentarse por sí misma. Nada más es tenido en
cuenta. Se trata visiblemente de estados límites, mientras que los habitantes de
las regiones contaminadas sufren otras enfermedades, como van a mostrar los
testimonios que vamos a oir. La mayor parte de estos daños no son reconocidos.
Debemos comprender que esta denegación es de orden estructural, inherente a la
situación política. A menudo se dice que la mayor parte de los problemas de
Chernóbil venían de que se trataba de un régimen comunista, y que las
estructuras políticas de entonces eran las responsables. Sin embargo, el mismo
grado de secreto existe en Occidente. Me gustaría citar a título de ejemplo el
accidente de Three Mile Island que se produjo en 1979 en Estados Unidos.
2000 víctimas de Three Mile Island no han sido todavía atendidos por los
tirbunales. En efecto, la industria atómica ha apelado ante la Corte Suprema,
para hacer admitir que el nivel de radiaciones a la que los habitantes fueron
expuestos en Three Mile Island era incapaz de causar los daños a la salud y que
en consecuencia ninguna demanda legal podía ser admitida. Esto ha sido rechazado
en marzo 1996, y el procedimiento acaba por fin de ser abierto para casos que
datan de 1979. Los 11 primeros casos serán juzgados en junio de 1996 por el
Tribunal Federal de Harrisbourg. La industria atómica ha intervenido una segunda
vez, invocando una ley que reglamenta las exposiciones de expertos. Pretenden
que un experto solo pueda testificar si su metodología y sus resultados
concuerdan con los que sus pares en el terreno de los daños a la salud
radio-inducidos. Ellos se auto-proclaman pares en este terreno.
En consecuencia, 11 sobre 12 de los expertos acaban de ser revocados por la
Corte. Actualmente las víctimas serán reducidas a defenderse sin la asistencia
de sus expertos, lo que representa una denegación estructural del derecho de
expresión y de la justicia legal. Me gustaría llamar la atención del Tribunal
sobre lo que yo llamaría los daños atómicos inminentes que nos amenazan a todos,
ya que la industria atómica se prepara para el próximo accidente nuclear. Pienso
que los daños inherentes a esta tecnología no son solamente los accidentes
estadísticamente previsibles, inherentes a toda industria, sino igualmente a las
emisiones rutinarias de materias radiactivas en el curso del funcionamiento
normal.
Creo que el Tribunal debería pronunciarse sobre la definición extremadamente
limitativa de los daños radio-inducidos que da la CIPR.
Creo que el Tribunal debería condenar la ausencia de toda agencia internacional
encargada de la protección de los trabajadores y de las comunidades amenazadas
por esta industria. La CIPR hace compromisos teniendo en cuenta "imperativos"
económicos. No habla a favor de la protección contra las radiaciones. Ningún
miembro de la CIPR ha tenido jamás formación específica en el terreno de la
salud pública o de la medicina del trabajo. Más del 50% de entre ellos son
físicos, defienden el compromiso, pues prácticamente todos ellos están ligados a
esta industria.
Pienso que deberíamos reconocer públicamente los sufrimientos humanos negados
por la AIEA. La "revictimización" de las víctimas por esta administración debe
ser condenada.
Debemos condenar el conflicto de intereses que existe en el seno de la AIEA,
encargados de la promoción de la industria atómica en los países en desarrollo.
Las Naciones Unidas dan una credibilidad pseudocientífica a esta agencia.
Pero creo que la cuestión más importante es el daño al medio natural, a las
bases mismas de la vida sobre la tierra. RECOMIENDO LA ABOLICIÓN DE LA CIPR Y DE
LA AIEA, MEDIDA ESENCIAL PARA UN FUTURO VIABLE.
Es igualmente necesario poner en marcha una de las recomendaciones de la
conferencia de Río. La Agenda 21 firmada por los países miembros prevé en efecto
dos nuevas agencia internacionales, la Agencia Internacional del Medio Ambiente
encargada de fijar las normas internacionales para la exposición a las materias
peligrosas y una Corte Internacional del Medio Ambiente, sección especializada
de la Corte Internacional de Justicia. Recomiendo igualmente la creación de un
Instituto Mundial para la Energía Sostenible, una agencia internacional neutra,
abierta a todos los asuntos y opciones energéticos.
Muchas gracias.
Notas:
1-Tribunal Permanente de los Pueblos. Permanent People´s tribunal. Via Dogano
Vecchia 5. I-00100 Roma Italia.
2-Dra. Rosalie Bertell Sobre R. Bertell hemos publicado el boletín nº 102.
"VÍCTIMAS DE LA ERA NUCLEAR". Hasta 1.300 millones de personas asesinadas,
mutiladas, y enfermas por las pruebas y las centrales nucleares. Dra. Rosalie
Bertell. - Precisiones y comentarios de la Dra. Rosalie Bertell sobre el
artículo. - Esbozo biográfico de la Dra. ROSALIE BERTELL y presentación de su
centro de documentación.. Alfredo Embid.
3-Comisión Médica de Chernóbil, Internacional Medical Comisión on Chernobyl.
IICPH,710-264 Queens Quay West. Toronto, Ontario, M5J. 1B5, Canada.
4- Petra Kelly. Activista del movimiento ecologista europeo.
5- Hemos criticado a la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) y a
la Comisión Internacional para la Protección contra la Radiación (CIPR) en
diversos documentos ya publicados anteriormente. Boletines nº 6, 34, 86, etc.
6- Pruebas nucleares realizadas entre 1945 y 1998: 2.055. aproximadamente la
mitad a cielo abierto. Fuente: Bull. Atomic Scientist.
7-Boletín nº 86 La falsificación de la ciencia (2ª parte). El fraude de los
estudios médicos sobre los supervivientes sirvió de base para establecer los
niveles "admisibles" de radiactividad que sigue contaminándonos. Alfredo Embid.
8- La bomba H. 1953 Explosión de la primera bomba H rusa con una potencia 1000
veces superior a la bomba A. 28 de febrero y 26 de marzo de 1954 los Estados
Unidos en Bikini realizan dos explosiones termonucleares, la primera "Bravo" de
15 megatones es decir 750 veces la de Hiroshima, la segunda "Romeo" 11 megatones
es decir el equivalente de 500 bombas de Hiroshima.
9- La campaña de átomos para la paz tenía el doble objetivo de borrar el crimen
contra la humanidad cometido en Hiroshima y Nagasaki y fundamentalmente producir
plutonio para la fabricación de bombas atómicas. El complejo militar-industrial
siempre ha imbricado estrechamente el uso civil y militar del átomo. Hay que
recalcar que el desarrollo de la energía nuclear ha sido exclusivamente militar
desde los años 40 hasta 1955. En ese año se intenta blanquear con la utilización
civil los intereses militares con la grotesca campaña de "átomos para la paz".
Las centrales civiles producirán balances energéticos globalmente negativos pero
producirán elementos básicos para la industria nuclear. Ver al respecto las
recomendaciones en este sentido del vicepresidente de Monsanto a la Comisión de
Energía Atómica de EEUU. A. Embid "Monsanto de las armas químicas a la soja" RMH
nº 74 pgna. 83
10- En 1990 la CIPR estaba compuesta de las siguientes personas: Presidente: Dr.
J. Beninson. Comisión Nacional de la Energía Atómica, Argentina. Vicepresidente:
DR. H. Jammet, Director de Centre d'Etudes Nucléaires de Fontenay aux Roses,
Francia. Secretario científico: Dr. H. Smith, Gran Bretaña. Miembros: Profesor
R.J.Berry y M.H.J. Dunster, Gran Bretaña. Prof. W. Jacobi, Alemania. Dr. Li
Deping, China. Prof. J.Liniecki, Polonia. M.C.B.Meinhold, Prof. A.K. Poznanski,
Dr. W.K. Sinclair, USA, Prof. P.V. Ramzaev, URSS. Dr. G.Silini, Austria. Dr. E.
Tajima, Japón. En el curso de 1990, los Dres. Tajima, Ramzaev, Poznanski y Berry
fueron reemplazados por los Dres. R.H.Clarke, la Prof, A.K. Guskova (la primera
mujer rusa especialista en síndromes de irradiación aguda), el Prof. F. Mettler
(redactor del estudio de la AIEA en 1991 sobre las consecuencias de Chernobil en
la salud) y el Dr. S. Shigematsu.
11- Sobre Bhopal ver A. Embid. "Bhopal, la mayor catástrofe química de la
historia, ¿un accidente o una consecuencia del orden mundial dominado por las
multinacionales que siguen contaminándonos? Revista de Medicina Holística. Nº 68
pgna.115.
Esta intervención figura en el libro del Tribunal Permanente de los Pueblos.
Sesiones celebradas en Viena 12-15 de Abril 1996. "Tchernobyl. Environemental,
Health and Human Rights implications." IPB.
El libro puede obtenerse : En Suiza: - Mouvement Ecologique Jurassien, c/o J.
Fernex-Ory, 2904 - Bressaucourt, Suisse, fax. : 041.32.466.7871. - Bureau
international de la Paix (BIP), 41, rue de Zurich, 1201 - Genève, Suisse, fax. :
41.22.738.9419, email : ipb@gn.apc.org - PSR./IPPNW, Suisse, Mühlelochstrasse
35, 8008 Zurich E-mail : bottomup@access.ch
En Bélgica : - Les VERTS au Parlement Européen, 97, rue Belliard, 1040 -Bruxelles,
Belgique, fax. : 32.2.230.78.37.
En Canadá : - International Institute of Concern for Public Health (IICPH),
710-264 Queens Quay West, Toronto/Ontario M5J 1B5, Canada.
Irlanda: - Chernobyl Children Project, 8 Sydneyville, Bellevue Park, St. Luke's,
Cork, Ireland, fax.: +353.21.55.15.44. Website: