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Suecia 2020: ¿no más petróleo?
Armando Páez G.
El pasado 31 de enero en su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, indicó que promovería alternativas energéticas para "romper" la adicción al petróleo del pueblo norteamericano: la energía solar, autos eléctricos y de hidrógeno, el etanol, entre otras opciones tecnológicas, permitirían sustituir para 2025 más del 75 por ciento del petróleo que este país importa del "inestable" Oriente Medio.
El pronunciamiento de Bush hizo declarar al primer ministro sueco, Göran Persson, que "le aliviaba que al menos había alguien más que entendía el problema". El propósito de este artículo no es analizar si Bush realmente entiende el problema energético, tampoco comentar libros publicados en Estados Unidos durante la década de 1970 que plantearon alternativas para disminuir el consumo de petróleo, sino presentar la iniciativa del gobierno encabezado por Persson que busca crear las condiciones para que Suecia corte su dependencia del hidrocarburo hacia 2020. Cerca del 35 por ciento de la energía consumida en la nación escandinava proviene de derivados del petróleo.
El 1 de octubre de 2005, cuatro meses antes del anuncio de Bush, Mona Sahlin, ministra para el Desarrollo Sostenible de Suecia, publicó en el diario Dagens Nyheter un artículo donde expone las principales características del programa nacional sueco contra la dependencia del petróleo, estas son:
Beneficios fiscales para la conversión del petróleo.
Más energía renovable.
Medidas para incrementar los combustibles renovables.
Investigación y nuevo conocimiento para una sociedad renovable.
Inversión duradera para la calefacción a nivel distrital.
A mediados de ese mes el Comité de Energía de la Real Academia Sueca de Ciencias presentó una Declaración sobre el Petróleo, señalando como puntos clave, entre otros, la disminución de la producción, consideraciones económicas (aumento del precio) y preocupaciones ambientales.
En diciembre de 2005 Göran Persson anunció la creación de la Comisión sobre la Independencia del Petróleo, la cual preside. La integran un experto en metabolismo industrial y cambio climático, un experto en bioenergía, una experta en energía, una empresaria del sector biotecnológico, un empresario del sector automotriz (ejecutivo de la Volvo), un empresario del sector siderúrgico, un empresario del sector agrícola y forestal (ejecutivo de una cooperativa) y la secretaria general del Consejo Sueco de Investigación para el Ambiente, las Ciencias Agrícolas y la Planificación Espacial. El secretario es el arquitecto Anders Nylander (experto en energía) y el secretario general el biólogo Stefan Edman (exconsejo sobre asuntos ambientales del primer ministro).
La Comisión trabaja abiertamente, ha celebrado tres audiencias públicas, en la primera (13 diciembre 2005) el tema fue: "¿Se agotará el petróleo – si es así, cuándo?" (en esta audiencia participó Kjell Aleklett, académico sueco, presidente de la Asociación para el Estudio del Cenit del Petróleo y el Gas [ASPO]); en la segunda (20 enero 2006) se planteó: "El oro verde de Suecia – ¿Qué potencial ofrecen la silvicultura y la agricultura para la bioenergía, en la actualidad y en el futuro?"; en la tercera (17 febrero 2006): "¿Cómo podemos reducir la dependencia del petróleo y otros combustibles fósiles en el sector transporte?". La última audiencia se celebrará el 22 de marzo, la pregunta planteada es: "¿Cómo podemos reducir la dependencia del petróleo y otros combustibles fósiles para la calefacción y la producción de poder?". Se toman en cuenta dificultades, propuestas, buenas prácticas y actitudes.
La línea de pensamiento de la Comisión se puede resumir en las siguientes estrategias, las cuales están interrelacionadas:
1. Más tecnología que sea eficiente en el uso de recursos, combinada con un
empleo más inteligente de la misma (por ejemplo, automóviles eficientes en el
consumo de combustible y ecoconducción [ecodriving o conducción inteligente],
calentadores adecuadamente ajustados y duchas más cortas).
2. Conversión del petróleo y los combustibles fósiles a combustibles renovables
(etanol, biogas, biomasa).
3. Desarrollo de infraestructura (transporte público, planificación urbana,
política energética con un enfoque sistémico).
4. Cambios en la conducta (desarrollo de una conciencia energética). Este punto
incluye fomentar la investigación, la educación, la enseñanza, estudios de
movimientos populares, servicios de asesoría sobre energía a nivel local.
La Comisión considera que la dependencia del petróleo no se podrá romper sólo reemplazando el hidrocarburo con combustibles renovables, también se requieren medidas para reducir el consumo total de energía y hacer que su uso sea más efectivo. Se espera que este grupo de trabajo presente para finales de la primavera de 2006 un documento con propuestas para que Suecia reduzca su dependencia del petróleo en el corto y el mediano plazo.
Esta iniciativa comenzó a ser comentada por la prensa de varios países después del discurso del presidente estadounidense. Algunos cuestionan si se podrá alcanzar el objetivo planteado y si este programa puede servir de ejemplo para otros países, incluyendo Estados Unidos, ya que las condiciones demográficas, socioeconómicas, ambientales, energéticas y políticas de Suecia le permiten instrumentar un proyecto tan ambicioso. Otros no dudan que la meta se alcanzará, pero no en 2020.
No es la primera vez que los suecos toman la iniciativa en temas relevantes para el mundo: en 1967 crearon la primera agencia de protección ambiental y al año siguiente propusieron a los países miembros de las Naciones Unidas celebrar la primera cumbre sobre problemas ambientales (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano se desarrolló en Estocolmo en junio de 1972).
¿Qué podemos aprender del programa "pospetrolero" sueco? México también debe pensarse más allá del petróleo considerando no sólo aspectos energéticos, sino alimentarios y de sustitución de materiales derivados de la petroquímica. Tarde o temprano las reservas petroleras se agotarán, de hecho las importaciones de petrolíferos ya impactan significativamente a la balanza comercial. Una estrategia pospetrolera debe implementarse mucho antes de que los campos de la Sonda de Campeche, el Paleocanal de Chicontepec y las aguas profundas del Golfo de México dejen de ser productivos. El desarrollo de una cultura energética sostenible y sus respectivas tecnologías e instituciones demanda más tiempo que el desarrollo de un yacimiento gigante. México también requiere una comisión para gestionar su independencia del petróleo: para 2020, incluso antes, nuestro país podría ser importador neto de este recurso no renovable –como Estados Unidos y Suecia.
http://www.ecoportal.net/* Por Armando Páez G.
Arquitecto, maestro en Antropología Social y Desarrollo.
Se ha especializado en la dimensión energética y cultural de la
sostenibilidad.
Publicado en El Reporte de la Transición Energética, No. 31, 3 Marzo 2006.