Nuestro Planeta
|
Gripe Aviar: ¿pandemia generalizada?
Hedelberto López Blanch
Rebelión
La extensión de la gripe aviar por más de una docena de países europeos está
confirmando los pronósticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que en
agosto del pasado año alertó sobre la posibilidad de que el virus H5N1 podría
provocar la primera gran pandemia del siglo XXI.
La mortal cepa la portan las aves migratorias y aunque la mayor parte de las
infecciones se detectaron primeramente en Asia, en los últimos meses han
aparecido numerosas aves muertas a lo largo del extenso territorio del viejo
continente.
Con una fuerza inusual, el brote se ha detectado en Vietnam, China, Cambodia,
Corea del Sur, Japón, Tailandia, Indonesia, India, Mongolia, Iraq, Irán,
Kazajstán, Nigeria, Senegal, Turquía, Macedonia, Croacia, Gran Bretaña, Francia,
Austria, Italia, Grecia, Eslovenia, Alemania, Suiza, Rusia, Ucrania, Rumania y
otros países.
El virus H5N1 que portan algunas de estas aves se transmiten al ser humano por
inhalación de sus excretas secas que se pulverizan con el aire. El primer caso
de contagio en el hombre con el H5N1 se detectó en Hong Kong en 1997, con
síntomas similares a la gripe normal: fiebre, dolor de garganta, tos, malestar
generalizado.
La OMS informó que hasta febrero de 2006 han ocurrido 146 casos confirmados en
laboratorios y de estos han perecido 77 personas en Cambodia, Vietnam,
Tailandia, Indonesia, China y Turquía. Por tanto, la tasa de mortalidad es
sumamente alta con el 50 % de los infectados, muy superior al Síndrome
Respiratorio Agudo Severo (SRAS) que desde su aparición a finales del 2002 mató
a 800 personas de las 8 500 contaminadas.
A las previsiones de la OMS se unen las declaraciones del coordinador de
Naciones Unidas para una respuesta global a la gripe aviar, el doctor David
Nabarro que predijo una pandemia mundial la cual podría matar a 150 millones de
personas.
Nabarro consideró que el virus podría mutar rápidamente, expandirse entre los
seres humanos y transmitirse de una persona a otra. Hasta el momento se han
confirmado 15 cepas diferentes pero la única que afecta a los seres humanos es
la H5N1.
Otro estudio realizado por el instituto independiente Lowy, con sede en Sydney,
Australia, advirtió que una eventual epidemia de esa enfermedad podría cobrar la
vida de 142 millones de personas y costar cerca de 4 400 billones de dólares y
en el mejor de los casos la cifra llegaría a 330 000 millones de dólares.
Para los autores Warwick McKibbin, miembro del consejo de administración del
Banco Central de Australia y Alexandra Sidorenko, de la Universidad Nacional
australiana, los países en vías de desarrollo son los que sufrirían las
consecuencias económicas de la epidemia mientras América de Norte y Europa, con
mayores recursos para evitar la propagación, estarían menos afectados.
No obstante, la confirmación del H5N1 en varias aves migratorias muertas
halladas a mediados de febrero en Alemania, Francia, Eslovenia, Austria, Italia
y Grecia, han provocado un enorme pánico entre la población, con las
consecuentes perdidas para la economía de esas naciones europeas.
Por el momento, los gobiernos europeos ordenaron a los agricultores encerrar a
sus pollos en los corrales para evitar la contaminación que puedan traer las
aves migratorias tras los hallazgos del virus en Alemania, Austria y Eslovenia.
La poderosa industria avícola en Europa alcanza la suma de 20 000 millones de
euros al año, o sea, 23 820 millones de dólares. En total, los 25 países
integrantes de la Unión producen 11 millones de toneladas de esa carne.
La cría de pollos emplea dentro de la UE a 500 000 personas que atienden a cerca
de 1 800 millones de aves (pollos, patos y pavos). La exportación de ese
producto hacia Rusia, Arabia Saudita y Ucrania alcanzó el pasado año los 5 800
millones de euros.
Para que se tenga una idea de la afectación sufrida por algunos de esos países,
baste el ejemplo de Italia donde se ha registrado un descenso del 70 % en las
ventas desde que se detectaron casos de gripe aviar.
Entre las medidas que se han tomado para evitar la propagación se encuentran las
de eliminar masivamente las aves y huevos donde se detecte algún caso de la
enfermedad, a la par que se ordenó encerrar a los pollos de corral que se hallen
en un radio de 3 kilómetros de algún animal contaminado.
Se teme que el mayor calamidad económica y humana, por las posibles mutaciones
que pueda desarrollar el virus, serían en Africa y el Medio Oriente que no están
preparados para combatir la enfermedad.
Por los estudios realizados, entre los que aparecen el de la Universidad de
Aberdeen, en Gran Bretaña, se ha podido conocer que el virus se transporta en
los intestinos de los pollos el cual se expande por medio de las excretas y por
tanto las personas pueden comer la carne al no estar contaminada. De todas
formas, muchas personas han decidido mantener una abstinencia temporal a carne
avícola.
Vietnam y China, desde hace varios meses han experimentado con éxito la
vacunación masiva de sus aves y desde entonces no se han reportado nuevos casos
de la enfermedad a lo largo de los caudalosos deltas de sus ríos donde en 2004
aparecieron las mayores afectaciones.
Resulta sumamente importante para detener la epidemia que las naciones más
desarrolladas ayuden a las más pobres pues de otra forma el daño económico y en
vidas humanas para muchos países sería incalculable.