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El científico Juan Carlos Bolcich, presidente de la Asociación
Argentina del Hidrógeno, considera que el siglo XXI será la era de la
hidrogenación
Dante Reyes
Tiempos del Mundo
Pico Truncado, en la austral y patagónica provincia argentina de Santa Cruz
aproximadamente a 2.000 kilómetros al sur de Buenos Aires, se convirtió en la
primera ciudad latinoamericana en utilizar como combustible el hidrógeno, a
partir de la energía eólica, es decir, nacida de los vientos.
Gigantes molinos, como los que combatió 'El Quijote', son ahora fuentes de
energía para miles de personas, que aprovechan otro elemento que la naturaleza
brinda, y que, como lo explicó a Tiempos del Mundo el científico y presidente de
la Asociación Argentina del Hidrógeno, Juan Carlos Bolcich, constituyen el
germen de la matriz energética del futuro.
"El siglo XIX fue la era de la mecanización, el XX lo fue de la electrificación
y el siglo XXI será el de la hidrogenación y de la eficiencia energética", dijo
el experto, quien acotó que "estamos siendo partícipes de un momento de una gran
evolución de la humanidad".
En esta misma línea, el investigador del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (Itba),
Alberto Garibaldi, explicó que "en el futuro dos elementos decidirán el destino
de la humanidad: el agua y la energía, por los cuales este siglo va a asistir a
grandes luchas".
Destacó que el del hidrógeno "es un camino absolutamente irreversible",
sentencia que amparó en el recuerdo de que "la fuente más primaria del universo
es el hidrógeno. Es el elemento más abundante en la naturaleza, hasta donde
sabemos, y vivimos gracias a un sol que es una gigantesca bomba de hidrógeno".
Desde el Instituto de Fisicoquímica de la Universidad Nacional de La Plata, el
científico Arnaldo Visintin opinó que "no sé si el hidrógeno será la forma de
energía más importante, tal vez sí", pero coincidió en que en la actualidad
"todo va apuntando a resolver el problema de que el petróleo se acaba, y que el
gas natural también".
Agregó por ello que "vamos a tener que pensar en alternativas, la biomasa, la
mareomotriz. La nuclear tendrá que seguir usándose; y la del hidrógeno, por lo
que en conjunto todas estas energías van a traer solución al problema energético
actual".
Garibaldi, en tanto, insistió en que con los hidrocarburos "podremos discutir
hasta el infinito si están, si alcanzan o si se van a acabar. Pero que se van a
acabar no hay ninguna duda, porque son recursos no renovables. Serán
inmensamente caros en función de que cada vez habrá menos".
El gran desafío para este siglo XXI, según dijo, es con qué reemplazar a los
tradicionales combustibles fósiles. "Hay varias alternativas, pero la más
racional parece ser el hidrógeno", acotó.
http://www.tdm.com/Economia/2006/01/20060112-421561.htm