Yo tenía un compañero entrañable y entero como pocos,
que solía decir: "cuando hayamos construido el socialismo común en Palestina
y en el Estado de Israel entonces sólo nos faltara prender la luz para la
fiesta".(El Zheide)(*)
Atravesados estamos por la indignación, el dolor, la impotencia con que la
sangría constante de Oriente Próximo ha estigmatizado esta contemporaneidad que
denigra día a día la existencia. Sin embargo, sobreponiéndonos a las descarnadas
imágenes del horror de la guerra, pretendemos abordar un análisis (resignados
casi ya a la inexistencia de un debate sano) puntos que a nuestro entender han
sido manipulados y tergiversados de tal modo que únicamente generan una realidad
adecuada a intereses y consignas, a sus propias existencias y miserias
políticas, fogoneando el fanatismo, la irracionalidad, impulsando la vacuidad de
las palabras y alejándolas del sentido mismo del lenguaje.
Y por ello y porque es necesario decirlo hasta más allá del cansancio:
reconocimiento del Estado Palestino, paz, justicia, autodeterminación,
reconocimiento del Estado Palestino, paz, justicia, autodeterminación...
Y desde este punto de partida –porque es también el punto de llegada- no podemos
obviar que desde la implantación del Estado de Israel (1948) ha planeado y
planificado las políticas expansionistas y fanáticas que aseguran la existencia
de dicho estado tanto con la supresión del poder ofensivo y/o defensivo de los
países limítrofes, como con el dominación de un pueblo al que ha dejado sin
estado y sin todos sus recursos naturales, y que le ha llevado a la guerra
permanente y continuada que parecería no tener fin si no cambian radicalmente
elementos deparadores de la misma, como también la elaboración de nuevas
perspectivas para buscar la urgente e impostergable solución de este drama.
Cientos de notas y artículos se han escrito en este tiempo. Se han superpuesto
–como es lógico- análisis y eslóganes, pero ha habido sin embargo, un elemento
que ha provocado mucho más que asombro, estupor, y un altísimo rechazo, y este
ha sido que desde la "izquierda" se ha manifestado un grave nivel de ignorancia
junto a un alarmante tinte antijudío deslizado no sólo en lemas, sino en
"sesudos" ensayos de "intelectuales" que sin ningún rigor ni rubor han lanzado
frases y parrafadas propias de la irracionalidad, buscando que con paráfrasis
humeantes a pólvora, demagógicamente ganar mayor prestigio de "izquierdistas".
Es inconcebible que aún hoy haya que distinguir sionismo, judaísmo, israelí,
israelita, semita... pero parece que vuelve a ser necesario reiterar que las
palabras tienen su sustento y su contexto sino no sólo son ruido: "pueden ser
basura" (Julio Cortázar). Y sería bueno tal vez que algunos plumíferos se
dieran una vuelta por la historia y por las gentes, por las bibliotecas y por la
vida. En tiempos de barbarie y bestialidad como vivimos, la banalidad, la
ligereza, se apodera de todo, con el agregado que desde internet todo vale.
Pero no, ni desde lo virtual ni en lo real, no vale todo, no todo vale.
El sionismo es una concepción y una realidad política que no está en
los genes judíos, porque es ideología que con intereses y elementos
concretos, viene provocando desde el final de la Segunda Guerra Mundial,
devastación y muerte, en el pueblo palestino y sus vecinos, pero que también ha
destruido la pluralidad de las numerosas tradiciones judías de la diáspora, y
aún siendo problemas menores frente al genocidio palestino, el estado de Israel,
anuló la historia de las comunidades judías orientales, impuso el hebreo como
lengua oficial, el yiddish fue y es relegado a punto de negación, (1) se
manipula el holocausto en el plano del victimismo y no de la justicia, mientras
se reniega de la resistencia del Ghetto de Varsovia. (2)
El sionismo eliminó valores éticos y humanistas de la antigua cultura judía y lo
sustituyó por la lógica guerrera y militarista en todos los ámbitos de la
sociedad israelí.
Es el sionismo el que engendra además del rechazo árabe, el terrorismo, con
independencia de cuál sea el partido o a la coalición gobernantes.
No repuesta la comunidad internacional del genocidio llevado a cabo por los
nazis, el entonces minoritario movimiento sionista impulsado por las naciones
vencedoras, tomó la iniciativa de reclamo y ocupación de Palestina, iniciativa
con fuertes referencias religiosas y "nacionalistas" (después de haber desechado
establecer el estado de Israel en la Patagonia), y se extendió rápidamente en la
colectividad judía europea. El proyecto de Theodor Herzl –padre del sionismo- se
abocó en exaltar un estado-nación, en consonancia con la época –la conquista
colonial- tomó posesión de un territorio, y la puesta en práctica del
colonialismo coincidente con viejas prácticas de estados europeos, lo que
facilitó el apoyo y la financiación de gobiernos que a su vez querían
desprenderse rápidamente de los miles de refugiados que erraban por Europa.
Convivían dentro del movimiento sionista diversas corrientes, el sionismo
político, el práctico, el sintético, el socialista, el revisionista, el
religioso; se impuso el sionismo general que aparentemente garantizaba elementos
integradores de las otras posiciones, pero especialmente reforzado por las
tendencias más reaccionarias, con el objetivo de contrarrestar –en parte- el
afluente socialista proveniente de movimiento obrero europeo, con una
trayectoria no excluyente. Pero en los hechos el sionismo de ser una ideología
originariamente nacionalista llevó a cabo el más devastador colonialismo de los
últimos tiempos.
Y así mediante una resolución de Naciones Unidas, el 14 de mayo de 1948, sin
consultar con los ciudadanos de Palestina, se dictamina la constitución de un
estado Palestino y otro israelí y se determina la condición internacional a la
ciudad de Jerusalém. (Al Qods para los árabes). Se trata de dos hechos
fundadores-destructores del ritmo del tiempo que mezclan, en registros
diferentes, espacios y tiempos europeos y orientales.
Con la partición de Palestina se expulsa a más de medio millón de palestinos sin
posibilidad alguna de retorno. Estalla entonces la primera guerra con una
victoria aplastante por parte de los israelíes; al final de la misma en abril de
1949, el estado de Israel se había anexionado mucho más territorio. No sólo fue
el triunfo militar por parte del estado de Israel, sino que además consiguió que
se negara el derecho al pueblo palestino a su propio Estado. Es casi desde el
mismo nacimiento que el estado de Israel se constituye en una fuerza militar que
avanza sobre todas las fronteras, militariza a toda su población, avasalla y
viola derechos fundamentales de la población palestina. Además del robo de
tierras, el desvío y uso del agua, el sindicato israelí Histadrut
(perteneciente a la CIOLS (¡!) impone el empleo exclusivo de mano obra
judía, además de promover el boicot a productos palestinos y árabes. En el
transcurso de la Segunda Intifada, el estado de Israel suplantó trabajadores
palestinos por filipinos y tailandeses, fragmentando así a la clase trabajadora
autóctona.
Todos los gobiernos israelíes han impuesto la modalidad del apartheid, adaptando
el modelo sudafricano del Bantustan con una suerte de aldeas y poblaciones,
cantones separados y desestructurados. El estado de Israel además establece un
encadenamiento financiero por el que confisca los ingresos de los habitantes
palestinos, y son devueltos en parte, por lo que muchas familias dependen de los
envíos de sus familiares que viven en la actual "diáspora palestina".
Por su parte el apoyo incondicional de los EEUU elevó las condiciones sociales
internas del estado de Israel, y ello pasó a ser un elemento más de fuerza
frente a la división mundial de entonces. Derrumbado el denominado "campo
socialista", EEUU reforzó aún más la alianza política y militar ya que operaba
como garantía frente a amenazas regionales menores, pero siempre adversarios más
que potenciales, sean Irák, Irán, Libia...
Impuesto por EEUU en la actualidad, y asumido por prácticamente la totalidad de
la comunidad internacional el nuevo campo del mal, el nuevo enemigo a batir es
el "terrorismo" y por mor de precisión, el "terrorismo islámico", la guerra
contra éste ha reforzado mucho más la alianza de EEUU y el estado de Israel. Más
aún, después del fatídico 11-S, la administración USA abandonó cualquier
posibilidad y búsqueda de acuerdos de paz como se intentara desde la
administración demócrata -siempre y cuando se protegieran los intereses de
Israel- pero con el actual inquilino de la Casa Blanca, se pasó a la ofensiva
política no sólo ignorando a los gobernantes y autoridades palestinos, y a muy
contados gobiernos árabes, que cuando no se les acusó de complicidad, se les
tildó de terroristas, dando así por zanjada la cuestión se abocó a apoyar todas
las monstruosas operaciones militares recientes y a la defensa de las mismas en
el circo de la ONU. Esta nueva escalada en Oriente Próximo refuerza la
estrategia del control mundial desde Washington.
Israel y EEUU se negaron a reconocer el resultado de las elecciones en que
triunfó el movimiento Hámas; retomó inmediatamente la práctica de ocupar
territorios palestinos, secuestró a la práctica totalidad del nuevo gobierno
palestino, y por supuesto, más muertes en la población, más destierros, más
prisioneros. Se estima que en las cárceles israelíes hay casi 10.000 presos
políticos, incluyendo menores y mujeres. Completando el presente panorama, la
acción de Hezbollah –el secuestro de dos soldados israelíes, fue la excusa
detonante para que nuevamente Israel ocupara territorio libanés y bombardeara
inclementemente Beirut y otras tantas ciudades, justificando la búsqueda de
terroristas sin consideración alguna por los trágicos estragos en la población,
de la que muy difícilmente costará reponerse, no sólo en Líbano y en Palestina,
sino en el conjunto de la conciencia internacional que parecería haber "sufrido
un bloqueo moral invasivo".
Una vez más se ha visto que no son las fantochadas de la ONU las que obligará al
estado de Israel al cumplimiento de la legalidad internacional, el respeto de
los derechos de los pueblos palestinos y de otros pueblos vecinos, como el
libanés, el sirio... ya que otros integrantes del mundo árabe priorizaron sus
relaciones políticas y comerciales, y a través de Liga Árabe se emitió un tibio
comunicado cuyo objetivo real era y es garantizar la continuidad de sus negocios
petroleros con clientes privilegiados: EEUU y el estado de Israel.
Penoso panorama éste, difícil de encontrar puntos coincidentes con aquellas
lejanas propuestas de "nación panárabe". El panarabismo nació de un deseo de
unidad basado en una historia y una cultura compartidas. Sin embargo, la
existencia de Estados-Nación impone nuevas tareas a los nacionalistas, tareas
que difieren de aquellas del siglo XIX o de las del periodo inmediatamente
posterior a la era poscolonial. Los nacionalistas no deben ser condescendientes
con el panarabismo como una fórmula doctrinal de escapismo. (Azmi Bishara)
(3).
A contracorriente de los movimientos islamistas que se consolidan día a día, aún
hoy tímidas intenciones de postular un nacionalismo árabe laico e integrador.
Todo este vuelo de pájaro sobre la política de un estado, que lleva sobrados
elementos abyectos para combatir su infamante política colonialista, su criminal
accionar, y reiterar hasta el cansancio que es su estructura ideológica el
sionismo, y no por el origen étnico y/o religioso de sus partidarios.
La simplificación mental conduce a una suerte de exclusión tal que el arribo al
racismo es a veces un paso imperceptible, pero que una vez dado el derribo del
mismo puede llegar a ser imposible. Simplificación de pensamiento que también
conduce a afirmar que todo lo inherente al Islam es fundamentalismo, fanatismo
reaccionario, etc. Simplismo este que rechazaba con tanta energía y convicción
el añorado lingüista y escritor palestino Edward Säid.
Simplificación que puede ejercer peligrosamente un tal Aznar desgranando su
ignorancia en foros "adaptados" a sus límites, pero que no puede reflejarse en
modo alguno en quiénes se reclaman de la izquierda, la de los postulados de la
igualdad, fraternidad, la de los enunciados por los judíos Karl Marx, León
Trostky, Rosa Luxemburgo...
Tal vez el simple hecho de rememorar algunos nombres, se pueda enunciar nuevas
búsquedas a "la cuestión judía"; ¿son los judíos un grupo étnico-nacional, o
sólo religioso, y por ende sólo naturales o ciudadanos de sus respectivas
‘patrias’? ¿O a pesar del sionismo (destructor de tradición e identificación)
las colectividades judías a lo largo y ancho del mundo mantiene aún la
característica de minorías nacionales con independencia de su vinculación
religiosa?
Hasta ahora el identificar judío con sionista es y ha sido el objetivo del
sionismo, y en gran medida lo ha alcanzado ya que lo asumen aquellos que
proclaman oponérseles. Asimismo han arrebatado el carácter étnico –semitas-
compartido con los árabes, y en el uso constante del mito lingüístico que
antisemitismo es sólo rechazo al judío vuelve a evidenciar el manejo del sentido
de las palabras y el abandono que de su contenido se permite.
Ya lo hemos dicho anteriormente, pero es doloroso oír cacareos de supuestos anti-imperialistas
que paralelizan toda una colectividad con una ideología, y con argumentos más
propios de la Inquisición y de burdos escribas. Nada ni nadie niega el derecho
al odio que provoca que descendientes de supervivientes del holocausto, sean hoy
genocidas: es la más terrible afrenta a las víctimas de aquel holocausto.
Y es tal vez, también momento para que separemos el carácter y naturaleza de los
términos, holocausto (del griego, sacrificar con fuego) es una figura
religiosa, y ya hemos padecido y padecemos por todas las confesiones, los
horrores que en su nombre se cometen, y a fuerza de repetir, tal como el
sionismo lo utiliza, nos debería obligar desde el campo político encauzar los
hechos en los conceptos que los perfilan sin confusión: exterminio, genocidio.
Mucho se ha adelantado en los prejuicios jurídicos y políticos para admitir
"genocidio" a los crímenes de lesa humanidad cometidos por estados-naciones, por
gobiernos dictatoriales, y resulta más que indecente ver comparaciones
cuantitativas y cualitativas, y peor aún, el pasar por alto la existencia de
algunos, como si la admisión de los mismos (por ejemplo, el del pueblo kurdo
llevado a cabo por Sadam Hussein; el del pueblo bosnio, etc.) restara fuerza a
justos argumentos contra esas guerras y ocupaciones militares.
Finalmente, la ya manida idea del "lobby" judío, chirría a las famosas
acusaciones de conspiraciones "judeo-masónicas" más propias de militares
paranoicos.
Si damos por admitido el vocablo inglés (vestíbulo, la pieza de entrada, de
acceso a un edificio), el origen del término con el significado actual de
"grupo de presión" hay que buscarlo en los pasillos del Capitolio de Washington,
donde quien pretendiera influir en la política debía ir por los pasillos o
lobbies en busca de un legislador; tenemos también que dar por hecho que en todo
aquello que rodee al poder hay grupos de presión, incluso en los más
insignificantes partidos y asociaciones. Otra demostración más de la
simplificación y reducción del análisis y del pensamiento. Parece que no asombra
a nadie que autoridades israelíes y embajadores, manifestaran las molestias que
le causaban sus pares en los pasillos de la Unión Europea recabando como ellos,
apoyo a sus encontradas causas, como viene sucediendo en todos los conflictos de
la historia.
Nos parece de sumo interés las consideraciones de Claudio Katz : "En
la izquierda el uso de la vieja fórmula "destruir el estado de Israel" es
claramente inconveniente. Es un planteo que se malinterpreta con facilidad ya
que las luchas nacionales tienden a adoptar siempre un programa positivo de
reclamo de independencia, en desmedro de la faceta negativa (eliminar el estado
opresor). En las luchas antiimperialistas de cualquier país no es común convocar
al "aniquilamiento del estado norteamericano, ni francés o inglés" y ni siquiera
el desmonte del apartheid se realizó bajo un llamado a "destruir el estado
sudafricano". En los hechos, cualquier transformación progresista requiere
abolir la situación colonial, pero este objetivo tiene a ser enunciado en
función de lo que se quiere construir y no de lo que se busca eliminar."
Reiteramos, separar el sionismo de los judíos es colaborar con la causa
palestina, y nos parece aleccionador el momento cuando Vanessa Redgrave
recibió un premio Oscar, acudió a recibirlo con un tradicional vestido
palestino, y proclamó: "no me voy a dejar intimidar por un grupo de
sionistas rufianes cuyo comportamiento insulta la estatura de los judíos del
mundo".
Para concluir y con el deliberado propósito de aislar cada vez más al sionismo,
pero también para cercar y expulsar prejuicios, sentimientos y actitudes
peligrosas en la izquierda, impropios con el ideario de igualdad, justicia y
fraternidad, acudimos a una de las páginas más hermosas que se han escrito
historia de la solidaridad: las Brigadas Internacionales que acudieron a
defender la República Española. Es posible que algunos lo ignoren, y otros que
lo sepan lo eviten contar deliberadamente:
Miles de judíos acudieron a la defensa de la República Española; de una
población mundial de 16,5 millones de judíos, se estima que participaron
7.758 (4) voluntarios judíos en las Brigadas Internacionales, repartidos en
las siguientes cifras
Polonia : 2.250; EEUU: 1.236; Francia: 1.043; Gran Bretaña:
214; Palestina: 267; Hungría, Austria, Checoslovaquia, Yugoslavia,
Canadá, Italia, Escandinavia y Alemania: 1.093: otros Países : 1.062;
URSS: 53.
Sin embargo, se supone que el número de combatientes judíos era mayor, ya que
solían cambiarse el nombre para evitar ser identificados y así impedir
represalias en sus familias que habían quedado en la Alemania, agregar además
que desde la llegada de Hitler al poder –1933- fue la República Española que
daban asilo y refugio a los judíos perseguidos.
Además de los que acudieron a las brigadas hay que incorporar en la memoria los
judíos que participaban en la Olimpíada Popular en Barcelona, y ante el
levantamiento fascista se quedaron a defender la legalidad republicana; como
también médicos, periodistas, enfermeras, de los comités antifascistas judíos
en apoyo a España en diferentes países, como también de los partisanos y
miembros judíos de la Resistencia Francesa, muchos de ellos ex combatientes de
la guerra civil española, y de fotógrafos como Robert Capa que vino a
plasmar y denunciar en imágenes de lo que ocurría en España. Judíos llegados del
mundo entero no sólo en estaban encuadrados en las Brigadas, muchos judíos se
incorporaron a las columnas anarquistas, a la UHP, al POUM, como
el caso de Mika Feldman. (5)
De más está decir que muchos de los judíos combatientes en los distintos
encuadramientos, siguieron combatiendo al nazismo, muchos fueron asesinados en
los campos de exterminio nazis y muchos otros en los campos de concentración
soviéticos.
Concluir con una breve reseña a la Unidad Judía de Combate, pensamos que
es la mejor lección y el mejor aprendizaje, el mejor camino a recorrer para
abatir y desinfectar fútiles hipótesis y baladíes ensayos izquierdistas.
A pesar que desde el inicio de la guerra, se propuso por parte de brigadistas
judíos, la creación de una unidad judía de combate, como fuera Nahumi Witz
(polaco) influyeron consideraciones políticas que demoraron que recién en otoño
de 1937 se funda en la XIIIª Brigada Bombrowski, la Compañía Judía
Naftali Botwin, encuadrada en el Batallón Palafox.
Varios nombres se había barajado: Bar Kochbar, Makkabi, Rosa Luxemburgo,
Ferdinand Lasalle,Berek Joselewicz, astón Crémiueux, ... pero finalmente se
adopta el nombre de Naftalí Botwin (1908/1926), obrero polaco que a los 17 años
fue encargado de ajusticiar a un confidente que denunció a miembros clandestinos
del Partido Comunista Polaco que fueron asesinados. Botwin fue apresado y además
de salvaguardar a sus compañeros, en el juicio realizó un encendido alegato.
Botwin fue fusilado
Dos elementos :
La bandera de Unidad Judía, era roja, y tenía bordado el lema. "Por vuestra
libertad y la nuestra", escrito en yiddish, polaco y español.
El brigadista palestino musulmán Fawzi Nabulusi cayó en el frente como
soldado de la Unidad Judía Botwin de la Brigada Dombrowski.
Antes de la constitución de Unidad Judía Naftalí Botwin, eran emitidos en Radio
Barcelona, programas en yiddish.
Ahora sí, concluyendo, la memoria es el contenido que le da sentido a los
recuerdos, es el continente colectivo, y del mismo se pueden iniciar andares de
futuro.
Aquí dejamos estos apuntes. En otro paso siguiente será elaborar si dos estados,
un solo estado, sin estado... para entonces seguirá en mi memoria y en mi
corazón un compañero entrañable y entero como pocos, que solía decir: "cuando
hayamos construido el socialismo común en Palestina y en el Estado de Israel
entonces sólo nos faltara prender la luz para la fiesta".
Notas
(*) Zheide, Adolfo Ernesto Chorni, detenido-desaparecido por la dictadura
militar el 27 de junio de 1978.
El hebreo es el idioma ritual, religioso y elitista; el yiddish idioma popular y
laico El yiddish es el resultado de una complicada unión lingüística de tres
componentes: el germánico (dominante desde un punto de vista cuantitativo),
derivado de las variedades urbanas medievales del alto alemán medio; el semita
derivado del hebreo y del arameo pos-clásicos, y, ya dentro de los dialectos
modernos, el eslavo (del polaco, ucraniano, bielorruso, y ruso). Edelman Marek, dirigente de la rebelión del Ghetto de Varsovia, formó
parte de Unión Laboral Judía, y de la Organización Judía de Lucha Judía; estuvo
en Israel pero regresó a Polonia. Amir Bishara, palestino, ciudano israelí, miembro del Parlamento israelí
(Knesset) Josef Toch, Historia contemporánea, Viena, 1974 Mika Feldman, nació en Moisesville, provincia de Santa Fe (Argentina) en
1902, Capitana de la columna del POUM