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Medio Oriente - Asia - Africa

Pensar sin prejuicios, vivir con memoria

Por Andrea Benites-Dumont

Yo ten�a un compa�ero entra�able y entero como pocos,
que sol�a decir: "cuando hayamos construido el socialismo com�n en Palestina y en el Estado de Israel entonces s�lo nos faltara prender la luz para la fiesta".(El Zheide)(*)

Atravesados estamos por la indignaci�n, el dolor, la impotencia con que la sangr�a constante de Oriente Pr�ximo ha estigmatizado esta contemporaneidad que denigra d�a a d�a la existencia. Sin embargo, sobreponi�ndonos a las descarnadas im�genes del horror de la guerra, pretendemos abordar un an�lisis (resignados casi ya a la inexistencia de un debate sano) puntos que a nuestro entender han sido manipulados y tergiversados de tal modo que �nicamente generan una realidad adecuada a intereses y consignas, a sus propias existencias y miserias pol�ticas, fogoneando el fanatismo, la irracionalidad, impulsando la vacuidad de las palabras y alej�ndolas del sentido mismo del lenguaje.

Y por ello y porque es necesario decirlo hasta m�s all� del cansancio: reconocimiento del Estado Palestino, paz, justicia, autodeterminaci�n, reconocimiento del Estado Palestino, paz, justicia, autodeterminaci�n...

Y desde este punto de partida �porque es tambi�n el punto de llegada- no podemos obviar que desde la implantaci�n del Estado de Israel (1948) ha planeado y planificado las pol�ticas expansionistas y fan�ticas que aseguran la existencia de dicho estado tanto con la supresi�n del poder ofensivo y/o defensivo de los pa�ses lim�trofes, como con el dominaci�n de un pueblo al que ha dejado sin estado y sin todos sus recursos naturales, y que le ha llevado a la guerra permanente y continuada que parecer�a no tener fin si no cambian radicalmente elementos deparadores de la misma, como tambi�n la elaboraci�n de nuevas perspectivas para buscar la urgente e impostergable soluci�n de este drama.

Cientos de notas y art�culos se han escrito en este tiempo. Se han superpuesto �como es l�gico- an�lisis y esl�ganes, pero ha habido sin embargo, un elemento que ha provocado mucho m�s que asombro, estupor, y un alt�simo rechazo, y este ha sido que desde la "izquierda" se ha manifestado un grave nivel de ignorancia junto a un alarmante tinte antijud�o deslizado no s�lo en lemas, sino en "sesudos" ensayos de "intelectuales" que sin ning�n rigor ni rubor han lanzado frases y parrafadas propias de la irracionalidad, buscando que con par�frasis humeantes a p�lvora, demag�gicamente ganar mayor prestigio de "izquierdistas".

Es inconcebible que a�n hoy haya que distinguir sionismo, juda�smo, israel�, israelita, semita... pero parece que vuelve a ser necesario reiterar que las palabras tienen su sustento y su contexto sino no s�lo son ruido: "pueden ser basura" (Julio Cort�zar). Y ser�a bueno tal vez que algunos plum�feros se dieran una vuelta por la historia y por las gentes, por las bibliotecas y por la vida. En tiempos de barbarie y bestialidad como vivimos, la banalidad, la ligereza, se apodera de todo, con el agregado que desde internet todo vale.
Pero no, ni desde lo virtual ni en lo real, no vale todo, no todo vale.

El sionismo es una concepci�n y una realidad pol�tica que no est� en los genes jud�os, porque es ideolog�a que con intereses y elementos concretos, viene provocando desde el final de la Segunda Guerra Mundial, devastaci�n y muerte, en el pueblo palestino y sus vecinos, pero que tambi�n ha destruido la pluralidad de las numerosas tradiciones jud�as de la di�spora, y a�n siendo problemas menores frente al genocidio palestino, el estado de Israel, anul� la historia de las comunidades jud�as orientales, impuso el hebreo como lengua oficial, el yiddish fue y es relegado a punto de negaci�n, (1) se manipula el holocausto en el plano del victimismo y no de la justicia, mientras se reniega de la resistencia del Ghetto de Varsovia. (2)
El sionismo elimin� valores �ticos y humanistas de la antigua cultura jud�a y lo sustituy� por la l�gica guerrera y militarista en todos los �mbitos de la sociedad israel�.
Es el sionismo el que engendra adem�s del rechazo �rabe, el terrorismo, con independencia de cu�l sea el partido o a la coalici�n gobernantes.

No repuesta la comunidad internacional del genocidio llevado a cabo por los nazis, el entonces minoritario movimiento sionista impulsado por las naciones vencedoras, tom� la iniciativa de reclamo y ocupaci�n de Palestina, iniciativa con fuertes referencias religiosas y "nacionalistas" (despu�s de haber desechado establecer el estado de Israel en la Patagonia), y se extendi� r�pidamente en la colectividad jud�a europea. El proyecto de Theodor Herzl �padre del sionismo- se aboc� en exaltar un estado-naci�n, en consonancia con la �poca �la conquista colonial- tom� posesi�n de un territorio, y la puesta en pr�ctica del colonialismo coincidente con viejas pr�cticas de estados europeos, lo que facilit� el apoyo y la financiaci�n de gobiernos que a su vez quer�an desprenderse r�pidamente de los miles de refugiados que erraban por Europa.
Conviv�an dentro del movimiento sionista diversas corrientes, el sionismo pol�tico, el pr�ctico, el sint�tico, el socialista, el revisionista, el religioso; se impuso el sionismo general que aparentemente garantizaba elementos integradores de las otras posiciones, pero especialmente reforzado por las tendencias m�s reaccionarias, con el objetivo de contrarrestar �en parte- el afluente socialista proveniente de movimiento obrero europeo, con una trayectoria no excluyente. Pero en los hechos el sionismo de ser una ideolog�a originariamente nacionalista llev� a cabo el m�s devastador colonialismo de los �ltimos tiempos.

Y as� mediante una resoluci�n de Naciones Unidas, el 14 de mayo de 1948, sin consultar con los ciudadanos de Palestina, se dictamina la constituci�n de un estado Palestino y otro israel� y se determina la condici�n internacional a la ciudad de Jerusal�m. (Al Qods para los �rabes). Se trata de dos hechos fundadores-destructores del ritmo del tiempo que mezclan, en registros diferentes, espacios y tiempos europeos y orientales.

Con la partici�n de Palestina se expulsa a m�s de medio mill�n de palestinos sin posibilidad alguna de retorno. Estalla entonces la primera guerra con una victoria aplastante por parte de los israel�es; al final de la misma en abril de 1949, el estado de Israel se hab�a anexionado mucho m�s territorio. No s�lo fue el triunfo militar por parte del estado de Israel, sino que adem�s consigui� que se negara el derecho al pueblo palestino a su propio Estado. Es casi desde el mismo nacimiento que el estado de Israel se constituye en una fuerza militar que avanza sobre todas las fronteras, militariza a toda su poblaci�n, avasalla y viola derechos fundamentales de la poblaci�n palestina. Adem�s del robo de tierras, el desv�o y uso del agua, el sindicato israel� Histadrut (perteneciente a la CIOLS (�!) impone el empleo exclusivo de mano obra jud�a, adem�s de promover el boicot a productos palestinos y �rabes. En el transcurso de la Segunda Intifada, el estado de Israel suplant� trabajadores palestinos por filipinos y tailandeses, fragmentando as� a la clase trabajadora aut�ctona.

Todos los gobiernos israel�es han impuesto la modalidad del apartheid, adaptando el modelo sudafricano del Bantustan con una suerte de aldeas y poblaciones, cantones separados y desestructurados. El estado de Israel adem�s establece un encadenamiento financiero por el que confisca los ingresos de los habitantes palestinos, y son devueltos en parte, por lo que muchas familias dependen de los env�os de sus familiares que viven en la actual "di�spora palestina".

Por su parte el apoyo incondicional de los EEUU elev� las condiciones sociales internas del estado de Israel, y ello pas� a ser un elemento m�s de fuerza frente a la divisi�n mundial de entonces. Derrumbado el denominado "campo socialista", EEUU reforz� a�n m�s la alianza pol�tica y militar ya que operaba como garant�a frente a amenazas regionales menores, pero siempre adversarios m�s que potenciales, sean Ir�k, Ir�n, Libia...

Impuesto por EEUU en la actualidad, y asumido por pr�cticamente la totalidad de la comunidad internacional el nuevo campo del mal, el nuevo enemigo a batir es el "terrorismo" y por mor de precisi�n, el "terrorismo isl�mico", la guerra contra �ste ha reforzado mucho m�s la alianza de EEUU y el estado de Israel. M�s a�n, despu�s del fat�dico 11-S, la administraci�n USA abandon� cualquier posibilidad y b�squeda de acuerdos de paz como se intentara desde la administraci�n dem�crata -siempre y cuando se protegieran los intereses de Israel- pero con el actual inquilino de la Casa Blanca, se pas� a la ofensiva pol�tica no s�lo ignorando a los gobernantes y autoridades palestinos, y a muy contados gobiernos �rabes, que cuando no se les acus� de complicidad, se les tild� de terroristas, dando as� por zanjada la cuesti�n se aboc� a apoyar todas las monstruosas operaciones militares recientes y a la defensa de las mismas en el circo de la ONU. Esta nueva escalada en Oriente Pr�ximo refuerza la estrategia del control mundial desde Washington.

Israel y EEUU se negaron a reconocer el resultado de las elecciones en que triunf� el movimiento H�mas; retom� inmediatamente la pr�ctica de ocupar territorios palestinos, secuestr� a la pr�ctica totalidad del nuevo gobierno palestino, y por supuesto, m�s muertes en la poblaci�n, m�s destierros, m�s prisioneros. Se estima que en las c�rceles israel�es hay casi 10.000 presos pol�ticos, incluyendo menores y mujeres. Completando el presente panorama, la acci�n de Hezbollah �el secuestro de dos soldados israel�es, fue la excusa detonante para que nuevamente Israel ocupara territorio liban�s y bombardeara inclementemente Beirut y otras tantas ciudades, justificando la b�squeda de terroristas sin consideraci�n alguna por los tr�gicos estragos en la poblaci�n, de la que muy dif�cilmente costar� reponerse, no s�lo en L�bano y en Palestina, sino en el conjunto de la conciencia internacional que parecer�a haber "sufrido un bloqueo moral invasivo".

Una vez m�s se ha visto que no son las fantochadas de la ONU las que obligar� al estado de Israel al cumplimiento de la legalidad internacional, el respeto de los derechos de los pueblos palestinos y de otros pueblos vecinos, como el liban�s, el sirio... ya que otros integrantes del mundo �rabe priorizaron sus relaciones pol�ticas y comerciales, y a trav�s de Liga �rabe se emiti� un tibio comunicado cuyo objetivo real era y es garantizar la continuidad de sus negocios petroleros con clientes privilegiados: EEUU y el estado de Israel.
Penoso panorama �ste, dif�cil de encontrar puntos coincidentes con aquellas lejanas propuestas de "naci�n pan�rabe". El panarabismo naci� de un deseo de unidad basado en una historia y una cultura compartidas. Sin embargo, la existencia de Estados-Naci�n impone nuevas tareas a los nacionalistas, tareas que difieren de aquellas del siglo XIX o de las del periodo inmediatamente posterior a la era poscolonial. Los nacionalistas no deben ser condescendientes con el panarabismo como una f�rmula doctrinal de escapismo. (Azmi Bishara) (3).
A contracorriente de los movimientos islamistas que se consolidan d�a a d�a, a�n hoy t�midas intenciones de postular un nacionalismo �rabe laico e integrador.

Todo este vuelo de p�jaro sobre la pol�tica de un estado, que lleva sobrados elementos abyectos para combatir su infamante pol�tica colonialista, su criminal accionar, y reiterar hasta el cansancio que es su estructura ideol�gica el sionismo, y no por el origen �tnico y/o religioso de sus partidarios.

La simplificaci�n mental conduce a una suerte de exclusi�n tal que el arribo al racismo es a veces un paso imperceptible, pero que una vez dado el derribo del mismo puede llegar a ser imposible. Simplificaci�n de pensamiento que tambi�n conduce a afirmar que todo lo inherente al Islam es fundamentalismo, fanatismo reaccionario, etc. Simplismo este que rechazaba con tanta energ�a y convicci�n el a�orado ling�ista y escritor palestino Edward S�id.

Simplificaci�n que puede ejercer peligrosamente un tal Aznar desgranando su ignorancia en foros "adaptados" a sus l�mites, pero que no puede reflejarse en modo alguno en qui�nes se reclaman de la izquierda, la de los postulados de la igualdad, fraternidad, la de los enunciados por los jud�os Karl Marx, Le�n Trostky, Rosa Luxemburgo...
Tal vez el simple hecho de rememorar algunos nombres, se pueda enunciar nuevas b�squedas a "la cuesti�n jud�a"; �son los jud�os un grupo �tnico-nacional, o s�lo religioso, y por ende s�lo naturales o ciudadanos de sus respectivas �patrias�? �O a pesar del sionismo (destructor de tradici�n e identificaci�n) las colectividades jud�as a lo largo y ancho del mundo mantiene a�n la caracter�stica de minor�as nacionales con independencia de su vinculaci�n religiosa?
Hasta ahora el identificar jud�o con sionista es y ha sido el objetivo del sionismo, y en gran medida lo ha alcanzado ya que lo asumen aquellos que proclaman opon�rseles. Asimismo han arrebatado el car�cter �tnico �semitas- compartido con los �rabes, y en el uso constante del mito ling��stico que antisemitismo es s�lo rechazo al jud�o vuelve a evidenciar el manejo del sentido de las palabras y el abandono que de su contenido se permite.

Ya lo hemos dicho anteriormente, pero es doloroso o�r cacareos de supuestos anti-imperialistas que paralelizan toda una colectividad con una ideolog�a, y con argumentos m�s propios de la Inquisici�n y de burdos escribas. Nada ni nadie niega el derecho al odio que provoca que descendientes de supervivientes del holocausto, sean hoy genocidas: es la m�s terrible afrenta a las v�ctimas de aquel holocausto.

Y es tal vez, tambi�n momento para que separemos el car�cter y naturaleza de los t�rminos, holocausto (del griego, sacrificar con fuego) es una figura religiosa, y ya hemos padecido y padecemos por todas las confesiones, los horrores que en su nombre se cometen, y a fuerza de repetir, tal como el sionismo lo utiliza, nos deber�a obligar desde el campo pol�tico encauzar los hechos en los conceptos que los perfilan sin confusi�n: exterminio, genocidio.

Mucho se ha adelantado en los prejuicios jur�dicos y pol�ticos para admitir "genocidio" a los cr�menes de lesa humanidad cometidos por estados-naciones, por gobiernos dictatoriales, y resulta m�s que indecente ver comparaciones cuantitativas y cualitativas, y peor a�n, el pasar por alto la existencia de algunos, como si la admisi�n de los mismos (por ejemplo, el del pueblo kurdo llevado a cabo por Sadam Hussein; el del pueblo bosnio, etc.) restara fuerza a justos argumentos contra esas guerras y ocupaciones militares.

Finalmente, la ya manida idea del "lobby" jud�o, chirr�a a las famosas acusaciones de conspiraciones "judeo-mas�nicas" m�s propias de militares paranoicos.
Si damos por admitido el vocablo ingl�s (vest�bulo, la pieza de entrada, de acceso a un edificio), el origen del t�rmino con el significado actual de "grupo de presi�n" hay que buscarlo en los pasillos del Capitolio de Washington, donde quien pretendiera influir en la pol�tica deb�a ir por los pasillos o lobbies en busca de un legislador; tenemos tambi�n que dar por hecho que en todo aquello que rodee al poder hay grupos de presi�n, incluso en los m�s insignificantes partidos y asociaciones. Otra demostraci�n m�s de la simplificaci�n y reducci�n del an�lisis y del pensamiento. Parece que no asombra a nadie que autoridades israel�es y embajadores, manifestaran las molestias que le causaban sus pares en los pasillos de la Uni�n Europea recabando como ellos, apoyo a sus encontradas causas, como viene sucediendo en todos los conflictos de la historia.

Nos parece de sumo inter�s las consideraciones de Claudio Katz : "En la izquierda el uso de la vieja f�rmula "destruir el estado de Israel" es claramente inconveniente. Es un planteo que se malinterpreta con facilidad ya que las luchas nacionales tienden a adoptar siempre un programa positivo de reclamo de independencia, en desmedro de la faceta negativa (eliminar el estado opresor). En las luchas antiimperialistas de cualquier pa�s no es com�n convocar al "aniquilamiento del estado norteamericano, ni franc�s o ingl�s" y ni siquiera el desmonte del apartheid se realiz� bajo un llamado a "destruir el estado sudafricano". En los hechos, cualquier transformaci�n progresista requiere abolir la situaci�n colonial, pero este objetivo tiene a ser enunciado en funci�n de lo que se quiere construir y no de lo que se busca eliminar."

Reiteramos, separar el sionismo de los jud�os es colaborar con la causa palestina, y nos parece aleccionador el momento cuando Vanessa Redgrave recibi� un premio Oscar, acudi� a recibirlo con un tradicional vestido palestino, y proclam�: "no me voy a dejar intimidar por un grupo de sionistas rufianes cuyo comportamiento insulta la estatura de los jud�os del mundo".

Para concluir y con el deliberado prop�sito de aislar cada vez m�s al sionismo, pero tambi�n para cercar y expulsar prejuicios, sentimientos y actitudes peligrosas en la izquierda, impropios con el ideario de igualdad, justicia y fraternidad, acudimos a una de las p�ginas m�s hermosas que se han escrito historia de la solidaridad: las Brigadas Internacionales que acudieron a defender la Rep�blica Espa�ola. Es posible que algunos lo ignoren, y otros que lo sepan lo eviten contar deliberadamente:

Miles de jud�os acudieron a la defensa de la Rep�blica Espa�ola; de una poblaci�n mundial de 16,5 millones de jud�os, se estima que participaron 7.758 (4) voluntarios jud�os en las Brigadas Internacionales, repartidos en las siguientes cifras

Polonia : 2.250; EEUU: 1.236; Francia: 1.043; Gran Breta�a: 214; Palestina: 267; Hungr�a, Austria, Checoslovaquia, Yugoslavia, Canad�, Italia, Escandinavia y Alemania: 1.093: otros Pa�ses : 1.062; URSS: 53.

Sin embargo, se supone que el n�mero de combatientes jud�os era mayor, ya que sol�an cambiarse el nombre para evitar ser identificados y as� impedir represalias en sus familias que hab�an quedado en la Alemania, agregar adem�s que desde la llegada de Hitler al poder �1933- fue la Rep�blica Espa�ola que daban asilo y refugio a los jud�os perseguidos.

Adem�s de los que acudieron a las brigadas hay que incorporar en la memoria los jud�os que participaban en la Olimp�ada Popular en Barcelona, y ante el levantamiento fascista se quedaron a defender la legalidad republicana; como tambi�n m�dicos, periodistas, enfermeras, de los comit�s antifascistas jud�os en apoyo a Espa�a en diferentes pa�ses, como tambi�n de los partisanos y miembros jud�os de la Resistencia Francesa, muchos de ellos ex combatientes de la guerra civil espa�ola, y de fot�grafos como Robert Capa que vino a plasmar y denunciar en im�genes de lo que ocurr�a en Espa�a. Jud�os llegados del mundo entero no s�lo en estaban encuadrados en las Brigadas, muchos jud�os se incorporaron a las columnas anarquistas, a la UHP, al POUM, como el caso de Mika Feldman. (5)
De m�s est� decir que muchos de los jud�os combatientes en los distintos encuadramientos, siguieron combatiendo al nazismo, muchos fueron asesinados en los campos de exterminio nazis y muchos otros en los campos de concentraci�n sovi�ticos.

Concluir con una breve rese�a a la Unidad Jud�a de Combate, pensamos que es la mejor lecci�n y el mejor aprendizaje, el mejor camino a recorrer para abatir y desinfectar f�tiles hip�tesis y balad�es ensayos izquierdistas.

A pesar que desde el inicio de la guerra, se propuso por parte de brigadistas jud�os, la creaci�n de una unidad jud�a de combate, como fuera Nahumi Witz (polaco) influyeron consideraciones pol�ticas que demoraron que reci�n en oto�o de 1937 se funda en la XIII� Brigada Bombrowski, la Compa��a Jud�a Naftali Botwin, encuadrada en el Batall�n Palafox.
Varios nombres se hab�a barajado: Bar Kochbar, Makkabi, Rosa Luxemburgo, Ferdinand Lasalle,Berek Joselewicz, ast�n Cr�miueux, ... pero finalmente se adopta el nombre de Naftal� Botwin (1908/1926), obrero polaco que a los 17 a�os fue encargado de ajusticiar a un confidente que denunci� a miembros clandestinos del Partido Comunista Polaco que fueron asesinados. Botwin fue apresado y adem�s de salvaguardar a sus compa�eros, en el juicio realiz� un encendido alegato. Botwin fue fusilado

Dos elementos :

La bandera de Unidad Jud�a, era roja, y ten�a bordado el lema. "Por vuestra libertad y la nuestra", escrito en yiddish, polaco y espa�ol.
El brigadista palestino musulm�n Fawzi Nabulusi cay� en el frente como soldado de la Unidad Jud�a Botwin de la Brigada Dombrowski.

Antes de la constituci�n de Unidad Jud�a Naftal� Botwin, eran emitidos en Radio Barcelona, programas en yiddish.

Ahora s�, concluyendo, la memoria es el contenido que le da sentido a los recuerdos, es el continente colectivo, y del mismo se pueden iniciar andares de futuro.

Aqu� dejamos estos apuntes. En otro paso siguiente ser� elaborar si dos estados, un solo estado, sin estado... para entonces seguir� en mi memoria y en mi coraz�n un compa�ero entra�able y entero como pocos, que sol�a decir: "cuando hayamos construido el socialismo com�n en Palestina y en el Estado de Israel entonces s�lo nos faltara prender la luz para la fiesta".

Notas
(*) Zheide, Adolfo Ernesto Chorni, detenido-desaparecido por la dictadura militar el 27 de junio de 1978.
El hebreo es el idioma ritual, religioso y elitista; el yiddish idioma popular y laico El yiddish es el resultado de una complicada uni�n ling��stica de tres componentes: el germ�nico (dominante desde un punto de vista cuantitativo), derivado de las variedades urbanas medievales del alto alem�n medio; el semita derivado del hebreo y del arameo pos-cl�sicos, y, ya dentro de los dialectos modernos, el eslavo (del polaco, ucraniano, bielorruso, y ruso).
Edelman Marek, dirigente de la rebeli�n del Ghetto de Varsovia, form� parte de Uni�n Laboral Jud�a, y de la Organizaci�n Jud�a de Lucha Jud�a; estuvo en Israel pero regres� a Polonia.
Amir Bishara, palestino, ciudano israel�, miembro del Parlamento israel� (Knesset)
Josef Toch, Historia contempor�nea, Viena, 1974
Mika Feldman, naci� en Moisesville, provincia de Santa Fe (Argentina) en 1902, Capitana de la columna del POUM


Fuente: lafogata.org

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