Israel persigue anexionarse las tierras más valiosas y la
mayoría de los recursos, incluida el agua, de Cisjordania
Noam Chomsky entrevistado por Amy Goodman
Rebekah Ward
Democracy Now
Traducido por Anahí Seri y revisado por Juan Aballe
El siguiente texto es la transcripción de una entrevista teléfonica,
realizada el pasado 15 de julio, sobre la crisis en el próximo oriente en la que
participaron Noam Chomsky, Dan Gillerman, embajador israelí ante las Naciones
Unidas, y Mouin Rabbani, analista de oriente próximo del Grupo Internacional de
Crisis. AMY GOODMAN: Acabamos de establecer conexión telefónica
con Noam Chomsky, catedrático de lingüística y filosofía en el Massachusetts
Institute of Technology, autor de docenas de libros. El último se titula
Failed States: The Abuse of Power and the Assault on Democracy ("Estados
fallidos: el abuso de poder y el ataque a la democracia"). En mayo, viajó
a Beirut, donde se reunió, entre otros, con el líder de Hezbollah Sayyed Hassan
Nasrallah. Lo tenemos al otro lado del teléfono, en Massachusetts. ¡Bienvenido a
Democracy Now!
NOAM CHOMSKY: Hola, Amy.
AMY GOODMAN: Nos alegramos de tenerle con nosotros. Bien, ¿puede hablarnos de lo
que está ocurriendo ahora, tanto en Líbano como en Gaza?
NOAM CHOMSKY: Bueno, por supuesto yo no tengo información privilegiada, distinta
de la que dispone usted o los oyentes. Lo que está ocurriendo en Gaza, por
comenzar con eso (básicamente la situación actual en la que nos encontramos; hay
mucho más) empieza con la elección de Hamás, a finales de enero. Israel y los
EEUU inmediatamente anunciaron que iban a castigar al pueblo de Palestina por no
votar lo correcto en unas elecciones libres. Y el castigo ha sido duro.
Al mismo tiempo, es parcialmente en Gaza, y en cierto sentido, -como escondido
pero aún más extremo- en Cisjordania, donde Olmert anunció su programa de
anexión, eufemísticamente llamada "convergencia" y aquí a menudo descrita como
"retirada", pero que de hecho consiste en una formalización del programa de
anexión de tierras valiosas y de la mayoría de los recursos, incluida el agua,
de Cisjordania, así como en una parcelación del resto, ya que Olmert también
anunció que Israel ocuparía el Valle del Jordán. Bueno, pues eso se lleva a cabo
sin violencia extrema y sin que se hable mucho de ello.
En Gaza por su parte, la última fase comenzó el 24 de junio. Fue cuando Israel
raptó a dos civiles de Gaza, un médico y su hermano. No sabemos sus nombres. No
se saben los nombres de las víctimas. Se supone que se los llevaron a Israel, y
nadie sabe lo que ha sido de ellos. Al día siguiente ocurrió algo de lo que sí
sabemos mucho. Militantes de Gaza, probablemente de la Jihad islámica,
secuestraron a un soldado israelí, a quien se llevaron al otro lado de la
frontera. Se trata del cabo Gilad Shalit. Y esto es bien conocido; el primer
secuestro, en cambio, no. A esto siguió la escalada de ataques de Israel a Gaza,
que no tengo que repetir. Hay información suficiente al respecto.
La siguiente fase fue el secuestro por parte de Hezbollah de dos soldados
israelíes, dicen que en la frontera. La razón oficial que dan es que quieren que
se liberen prisioneros. Hay unos cuantos, nadie sabe el número. Oficialmente,
hay tres prisioneros libaneses en Israel. Presuntamente se echan en falta varios
cientos de personas. ¿Quién sabe dónde están?
Pero la auténtica razón del secuestro, creo que en esto los analistas están por
lo general de acuerdo, es que -se lo leo del Financial Times, que
casualmente lo tengo aquí delante-: "La magnitud del ataque y la fecha escogida
apuntan a que la intención era, en parte, reducir la presión sobre los
palestinos forzando a Israel a luchar simultáneamente en dos frentes." David
Hirst, que conoce bien la zona, lo describía, creo que ha sido esta misma
mañana, como un despliegue de solidaridad con la gente que sufre, el impulso de
abrazarlos.
Se trata, ojo, de un acto muy irresponsable. Para los libaneses, puede dar
lugar, sin duda, a mucho terror y posiblemente a un desastre extremo. En cuanto
a si puede dar algún resultado, ya se trate de la cuestión secundaria de liberar
a los prisioneros o de la cuestión primaria, es decir, de algún tipo de
solidaridad con la población de Gaza, a mí me gustaría que así fuera pero las
probabilidades no me parecen muy altas.
JUAN GONZALEZ: Noam Chomsky, en la prensa comercial de aquí los últimos días, se
ha insistido mucho en señalar que Irán y Siria son, básicamente, quienes están
detrás de gran parte del resurgimiento de los combates en el Líbano. ¿Cuál es su
opinión sobre estos análisis que, por así decirlo, parecen quitar importancia al
movimiento de resistencia real que allí existe e intentan reducir éste una vez
más a indicaciones procedentes de Irán?
NOAM CHOMSKY: La verdad es que no tenemos información sobre eso, y mucho dudo
que la gente que lo escribe tenga información. Francamente, dudo que el servicio
de información de los EEUU tenga información. Desde luego es plausible. Quiero
decir, indudablemente hay conexiones, probablemente fuertes conexiones, entre
Hezbollah y Siria e Irán, pero sobre si esas conexiones contribuyerona motivar
los últimos actos, creo que no tenemos la más mínima pista. Cada cual tendrá su
idea. Es una posibilidad. Es incluso probable. Pero, por otra parte, hay muchas
razones para suponer que Hezbollah tiene sus propias motivaciones, tal vez
aquellas a las que apunta David Hirst, el Financial Times y otros. Eso
también parece verosímil. Mucho más verosímil, de hecho.
AMY GOODMAN: Ayer incluso se informó de que Hezbollah podría intentar enviar a
Irán los soldados israelíes que había capturado.
JUAN GONZALEZ: Bueno, Israel lo que dice es que tiene pruebas concretas de que
eso es lo que va a pasar. Por eso está intentando bloquear el mar y bombardear
el aeropuerto.
NOAM CHOMSKY: Eso es lo que afirman. Es cierto. Pero repito que no tenemos
pruebas de ningún tipo. Las afirmaciones de un estado que está llevando a cabo
los ataques militares realmente no tienen mucho valor en términos de
credibilidad. Si tuvieran pruebas sería interesante verlas. Y de hecho podría
ocurrir, pero aunque esto sucediera, no demostraría gran cosa. Si Hezbollah,
donde quiera que tengan a los prisioneros, los soldados, si deciden que no los
pueden mantener en el Líbano por la magnitud de los ataques de Israel, podrían
enviarlos a otra parte. Yo dudo que Siria o Irán los aceptaran en este momento,
o que los pudieran llevar ahí, pero es posible que esas sean sus intenciones.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, tenemos que hacer una pausa.
Cuando volvamos le preguntaremos por los comentarios que ha hecho sobre el
Líbano el embajador israelí ante las Naciones Unidas. Además también tendremos
con nosotros a Mouin Rabbani, que hablará con nosotros desde Jerusalén, un
analista del próximo oriente en el Grupo Internacional de Crisis. Luego vendrá
Ron Suskind, autor de The One Percent Doctrine: Deep Inside America’s
Pursuite of its Enemies Since 9/11. Siga con nosotros.
AMY GOODMAN: Nuestro invitado al otro lado del teléfono es Noam Chomsky,
catedrático de lingüística en el Massachusetts Institute of Technology. Su
último libro es Failed States: The Abuse of Power and the Assault on
Democracy ("Estados fallidos: el abuso de poder y el ataque a la democracia").
Quería preguntarle por el comentario del embajador israelí ante las Naciones
Unidas, que defendió las acciones de Israel como una respuesta justificada. Es
Dan Gillerman.
DAN GILLERMAN: Estamos aquí en estos días tan difíciles, y yo le insto a usted e
insto a mis compañeros a que nos planteemos esta cuestión: ¿qué harían ustedes
si sus países estuviesen sometidos a este tipo de ataques, si sus vecinos se
infiltrasen por las fronteras para secuestrar a la gente, y si les lanzaran
cientos de cohetes a sus ciudades y pueblos? ¿Se quedarían sentados como si tal
cosa, o harían exactamente lo que Israel está haciendo en estos mismos momentos?
AMY GOODMAN: Este ha sido Dan Gillerman, embajador israelí ante las Naciones
Unidas. Noam Chomsky, ¿cuál es su respuesta?
NOAM CHOMSKY: Se refería a Líbano, no a Gaza.
AMY GOODMAN: Efectivamente.
NOAM CHOMSKY: Sí. Bien, tiene razón al decir que se han lanzado cientos de
cohetes, y por supuesto eso hay que pararlo. Pero no mencionó, al menos no en
esta ocasión, que los cohetes se lanzaron después de los fuertes ataques
israelíes contra el Líbano, que mataron, según los últimos informes, unas 60
personas, y destruyeron mucha infraestructura. Como siempre, las cosas tienen
sus precedentes, y hay que decidir cuál fue el detonante. Desde mi punto de
vista, el detonante, en este caso, los detonantes, fueron los que he mencionado:
la represión intensa y constante; abundantes secuestros; numerosas atrocidades
en Gaza; la continua toma de poder en Cisjordania -que de hecho, si continúa,
supondrá simplemente el asesinato de una nación, el fin de Palestina-; el
secuestro, el 24 de junio, de dos civiles de Gaza; y por último la reacción al
secuestro del cabo Shalit. Y hay una diferencia, por cierto, entre secuestrar
civiles y secuestrar soldados. Incluso la legislación humanitaria internacional
establece esa distinción.
AMY GOODMAN: ¿Puede usted explicar esa distinción?
NOAM CHOMSKY: Cuando hay un conflicto -al margen de una guerra física, no en un
conflicto militar que está en marcha-, si se produce el secuestro o si se
capturan soldados, éstos deben ser tratados de forma humana. Pero no es un
delito del orden de la captura de civiles que son llevados al otro lado de la
frontera hasta el propio país. Eso es un delito grave. Y eso es de lo que no se
ha informado. Y de hecho, recuerde que, quiero decir, no hace falta que le diga
que en Gaza se producen ataques constantes, Gaza es básicamente una cárcel, una
enorme cárcel, todo el tiempo bajo un ataque constante: se la ahoga
económicamente, hay ofensivas militares, asesinatos, etc. En comparación con
eso, el secuestro de un soldado, cualquiera que sea la opinión que uno tenga
sobre eso, no ocupa un lugar muy destacado en la escala de atrocidades. JUAN GONZALEZ: También tenemos
al otro lado de la línea a Mouin Rabbani, un analista de oriente próximo del
Grupo Internacional de Crisis, y redactor de Middle East Report. Está en
Jerusalén. ¡Bienvenido a Democracy Now! MOUIN RABBANI: Hola.
JUAN GONZALEZ: ¿Nos podría exponer su punto de vista sobre esta escalada del
conflicto allí, y la posibilidad de que Israel se vea envuelto, una vez más, en
una guerra contra el Líbano?
MOUIN RABBANI: Es difícil decirlo. No he oído los comentarios del profesor
Chomsky. Sólo he oído una de cada seis palabras. Pero creo que Israel ahora,
básicamente, por así decirlo, está intentando reescribir las reglas del juego y
planteando unos términos nuevos para sus adversarios, fundamentalmente están
diciendo que no se permitirán ataques de ningún tipo a las fuerzas de Israel, y
que cualquier ataque de este tipo traerá consigo una respuesta severa que supone
un riesgo para la infraestructura civil de todo el país o territorio del cual
emane el ataque. A juzgar por lo que hemos visto hasta ahora, Israelmás o menos
goza del consentimiento internacional, ya sea tácito o explícito. Y pienso que
en este momento, hay una posibilidad real de que este conflicto se siga
expandiendo hasta convertirse en un conflicto regional que tal vez incluya a
Siria.
AMY GOODMAN: ¿Puede usted hablar sobre la resolución de la ONU, sobre la
votación del proyecto de resolución sobre Gaza, de 10 votoscontra 1, con el voto
negativo de EEUU y la abstención de cuatro países: Reino Unido, Dinamarca, Perú
y Eslovaquia?
MOUIN RABBANI: Pues creo que habría sido noticia si se hubiera aprobado esa
resolución. Creo que a lo largo de la última década, por no decir desde mucho
antes, la ONU se ha convertido de hecho en una organización incapaz de llevar a
cabo ninguna de sus obligaciones y responsabilidades por mantener o restaurar la
paz y seguridad en Oriente Próximo, principalmente debido al derecho de veto de
los EEUU en el Consejo de Seguridad. Y creo que ahora hemos llegado a un punto
en el cual incluso una condena retórica de las acciones israelíes, como las que
hemos visto en Gaza a lo largo de las últimas semanas, incluso una condena
retórica sin consecuencias prácticas se ha convertido en algo impensable, de
nuevo por el derecho de veto de los EEUU en el Consejo de Seguridad.
AMY GOODMAN: Mouin, ¿qué piensa usted que va a ocurrir ahora, en Gaza y en el
Líbano?
MOUIN RABBANI: Pues me temo que las cosas van a ir muy a peor. En el Líbano
parece que Hezbollah tiene una agenda más limitada que consiste en obligar a
Israel al intercambio de prisioneros, mientras que Israel apunta más alto, busca
obligar al desarme de Hezbollah, o al menos empujarlos a varias docenas de km de
la frontera entre Israel y el Líbano. Las perspectivas de ambos países sobre
este punto son totalmente incompatibles, lo cual significa que el conflicto
probablemente continuará escalando hasta que comience algún tipo de mediación.
En Gaza es un poco distinto. Creo que allí Hamás tiene objetivos más amplios,
entre los cuales el intercambio de prisioneros con Israel es sólo una parte, e
incluso diría que es algo secundario. Pienso que el objetivo principal de Hamás
es obligar a Israel a aceptar un cese mutuo de hostilidades y, lo que creo que
es aún más importante, asegurar su derecho a gobernar. Pienso que, al menos en
lo que respecta a la parte palestino-israelí, el objetivo principal de Hamás ha
sido enviar un mensaje muy claro, no sólo a Israel, sino a todos sus
adversarios, ya sean israelíes, palestinos o extranjeros, para recordar al mundo
que la integración política y la política democrática para ellos son un
experimento, que tienen alternativas, y que si no se les permite ejercer su
mandato democrático no dudarán, si es necesario, en ejercitar dichas
alternativas.
AMY GOODMAN: Por último, Noam Chomsky, ahora mismo los líderes del mundo
industrializado están reunidos en San Petersburgo con ocasión del G8. ¿Que papel
desempeña en esto EEUU?
NOAM CHOMSKY: ¿En la reunión del G8?
AMY GOODMAN: No. Qué papel desempeña (están reunidos justamente ahora) en este
conflicto, no cabe duda de que el asunto del Líbano, Gaza y Oriente Próximo
dominará las conversaciones. ¿Pero qué importancia tienen en esto los EEUU?
NOAM CHOMSKY: Creo que se parecerá mucho a la resolución de la ONU que usted ha
mencionado, (lo lamento, no pude oir lo que dijo Mouin Rabbani), el veto de los
EEUU es algo estándar. Desde hace décadas. Los EEUU han bloqueado, prácticamente
en solitario, la posibilidad de una acuerdo diplomático, la censura de los
crímenes y las atrocidades de Israel. Cuando Israel invadió el Líbano en 1982,
los EEUU vetaron de entrada varias resoluciones, apelando a que cesaran los
combates etc., y aquello fue una invasión espantosa. Y lo mismo ha ocurrido con
todas las administraciones. O sea que imagino que continuará en las reuniones
del G8.
Los EEUU consideran a Israel prácticamente como un retoño militarizado; lo
protegen de críticas o acciones, apoyan pasivamente y, de hecho, abiertamente,
su expansión, sus ataques a los palestinos y su progresiva apropiación de lo que
queda del territorio palestino.Actúan como para hacer realidad un comentario que
hizo Moshe Dayan a principios de los años 70 cuando era el responsable de los
Territorios Ocupados. Dijo a su gabinete que deberían decir a los palestinos que
no tienen solución para ellos, que vivirán como perros, y que quien se haya de
ir que se vaya, y ya veremos a dónde nos lleva eso. Esta es, en resumen, la
política a seguir. Supongo que EEUU continuará con esa política de una manera u
otra.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, quiero darle las gracias por estar aquí con nosotros.
Su último libro es Failed States: The Abuse of Power and the Assault on
Democracy ("Estados fallidos: el abuso de poder y el ataque a la democracia").
Y Mouin Rabbani, analista de Oriente Próximo en el Grupo Internacional de
Crisis, que se ha unido a nosotros desde Jerusalén. Gracias a los dos. http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=107&ItemID=10577