Medio Oriente - Asia - Africa
|
"Israel y EEUU buscan un triunfo político tras su derrota militar"
El asesor de Hassan Nasrallah y miembro del Consejo Político de Hizbula,
Ghaleb Abu Zainab, aseguró ayer en una entrevista a Efe que, por la parte
libanesa, no habrá «peligro alguno» para los soldados de las fuerzas
internacionales que se desplieguen en el sur del país. «El principal peligro son
los israelíes, a quienes hay que obligar a cumplir las resoluciones», afirmó Abu
Zainab desde el cuartel general que Hizbula (Partido de Dios) ha improvisado en
un piso escondido del barrio sur beirutí de Haret Hreik.
A su juicio, la situación actual es «muy diferente» de la que se produjo a
comienzos de los años 80, cuando Israel invadió Líbano y llegó a sitiar Beirut y
decenas de soldados franceses y estadounidenses murieron en los ataques. En
aquella ocasión, recalca, el Ejército israelí «llegó hasta la capital y mató a
muchos soldados», mientras que en este conflicto los israelíes «no han alcanzado
sus objetivos».
Abu Zainab subraya que para que el alto el fuego sea estable se precisan dos
condiciones: que las tropas israelíes dejen de ocupar el sur del Líbano y que
detengan sus ataques e incursiones en el país.
Recalca que Hizbula, al contrario que Israel, «no ha realizado ningún ataque
desde el alto el fuego y respeta la resolución 1.701» del Consejo de Seguridad
de la ONU.
Abu Zainab asegura que la resolución aprobada el 11 de agosto en Nueva York no
menciona que las tropas de la ONU deban desplegarse en la frontera con Siria.
«Estados Unidos e Israel intentan lograr una victoria política tras su derrota
militar y por eso realizan ataques diarios y presionan a la ONU para poder
imponer a sus soldados en la frontera con Siria», afirma.
Pero su partido, asegura, rechaza la presencia de las fuerzas internacionales en
la frontera y también en los puertos y aeropuertos libaneses, que todavía sufren
el embargo marítimo y aéreo por parte de Israel. «El embargo y el despliegue en
la frontera es una ventaja para ellos para poder proseguir los ataques», recalca
y recuerda que Israel atacó a las Naciones Unidas en la reciente guerra y mató a
cuatro observadores internacionales.
Respecto al desarme de la milicia chií, Abu Zainab afirma que «no está
contemplado» en la resolución 1.701 y subraya que tienen que «permanecer fuertes
para que Israel no pueda volver a atacar».
«Israel intenta con sus ataques y su permanencia en el sur del país presionar a
Hizbula» para que rompamos el alto el fuego», dice y lamenta que la ONU no haya
condenado al Gobierno israelí por ello, ni haya «hecho nada» hasta el momento
para poner fin a esta situación.
El consejero de Hassan Nasrallah cree que los países europeos deben presionar a
Israel para que cese en sus ataques, se retire del sur y respete la resolución
1.701, así como las anteriores de la ONU.
El cuartel general de Hizbula se ha improvisado en una de las pocas viviendas
que quedan en pie en los barrios del sur de Beirut más castigados por los
bombardeos israelíes. Junto a él, frente a una inmensa montaña de escombros,
varias familias chiíes aguardan impacientes sobre sus desvencijados colchones a
que aparezca alguna de sus pertenencias entre las ruinas que remueven las
excavadoras del Partido de Dios.