Medio Oriente - Asia - Africa
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Israel tomó como ejemplola guerra de Kosovo
El primer ministro Olmert se defendió con alusiones a los
Balcanes de las críticas por las muertes de civiles en Líbano
El periodista Seymour Hersh -quien desveló la matanza de May Lai (Vietnam) en
1969 y la existencia de torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib en 2004-
contaba en la primera parte de este trabajo de investigación, publicado ayer en
el suplemento Domingo, que la guerra de Líbano no había sorprendido a la Casa
Blanca. Según Hersh, el Gobierno de Estados Unidos conocía y compartía los
planes de Israel, muy parecidos a los suyos para desencadenar un ataque
preventivo contra el régimen iraní. Washington vio así en el inicio de las
hostilidades en Líbano un ensayo general de un eventual ataque contra las
instalaciones nucleares de Irán.
Seymour Hersh*
El País
En las primeras discusiones con funcionarios estadounidenses, según me han
contado el experto en Oriente Próximo y el asesor del Gobierno, los israelíes
citaban repetidamente la guerra de Kosovo como ejemplo de lo que querían
conseguir. Las fuerzas de la OTAN al mando del general estadounidense Wesley
Clark bombardearon y ametrallaron en operaciones metódicas no sólo objetivos
militares, sino túneles, puentes y carreteras, en Kosovo y otros lugares de
Serbia, durante 78 días, hasta que obligaron a las tropas serbias a retirarse de
la región. "Israel estudió la guerra de Kosovo como modelo", dice el asesor del
Gobierno. "Los israelíes dijeron a Condi Rice [secretaria de Estado]: 'Ustedes
lo hicieron en 70 días; nosotros necesitamos la mitad, 35".
Como es natural, hay grandes diferencias entre Líbano y Kosovo. A Clark, que se
retiró del Ejército en 2000 e intentó, sin éxito, ser candidato demócrata a la
presidencia en 2004, le molesta la analogía: "Si es verdad que la campaña
israelí está basada en la estrategia estadounidense en Kosovo, entonces se
equivocan. Nuestro objetivo era emplear la fuerza para obtener un resultado
diplomático, no matar a nadie". En un libro publicado en 2001, Waging modern
war, Clark decía que la amenaza de una posible invasión terrestre y los
bombardeos fueron las dos cosas que obligaron a los serbios a poner fin a la
guerra. "De acuerdo con mi experiencia -me dice-, al final, las campañas aéreas
tienen que estar respaldadas por la voluntad y la capacidad de culminar la tarea
sobre el terreno".
Varios funcionarios y periodistas israelíes se han referido públicamente a
Kosovo desde que comenzó la guerra. El 6 de agosto, el primer ministro, Ehud
Olmert, ante la condena europea de las muertes entre la población civil
libanesa, dijo: "¿Qué les da derecho a sermonear a Israel? Los países europeos
atacaron Kosovo y mataron a 10.000 civiles. ¡Diez mil! Y ninguno de sus países
había tenido que padecer antes un solo cohete. No digo que estuviera mal
intervenir en Kosovo. Pero, por favor, que no nos sermoneen sobre la forma de
tratar a los civiles". (Según los cálculos de Human Rights Watch, el número de
civiles muertos por los bombardeos de la OTAN fue de 500; el Gobierno yugoslavo
habló de entre 1.200 y 5.000).
La oficina del vicepresidente [de EE UU] Dick Cheney apoyó el plan, y también lo
hizo Elliott Abrams, un viceconsejero de seguridad nacional, según cuentan
varios funcionarios en activo y retirados (un portavoz del Consejo de Seguridad
Nacional niega que Abrams lo apoyara). Creían que Israel debía actuar
rápidamente en su guerra aérea contra Hezbolá. Según explica un ex funcionario
de los servicios de espionaje: "Dijimos a los israelíes: 'Si tenéis que atacar,
os apoyaremos hasta el final. Pero nos parece que deberíais hacerlo cuanto
antes; cuanto más esperéis, menos tiempo tendremos para evaluar los resultados y
hacer planes respecto a Irán antes de que Bush termine su mandato".
El argumento de Cheney, según el antiguo alto cargo de los servicios de
espionaje: "¿Y si los israelíes llevan a cabo antes su parte de la tarea y lo
consiguen? Sería magnífico. Podemos aprender qué hacer en Irán observando lo que
hagan los israelíes en Líbano".
El asesor del Pentágono me cuenta que la Casa Blanca está cometiendo con el
manejo de las informaciones sobre Hezbolá e Irán los mismos errores que cometió
en 2002 y principios de 2003, cuando acumulaba argumentos para demostrar que
Irak tenía armas de destrucción masiva. "La gran queja de los servicios de
información en la actualidad es que todos los datos importantes se envían
directamente arriba -por insistencia de la Casa Blanca- y se analizan muy poco o
nada", dice. "Es una política horrible que viola todas las normas de la Agencia
de Seguridad Nacional, y, si alguien protesta, se queda fuera. Cheney ha tenido
mucho que ver en esto".
El objetivo a largo plazo de la Administración era ayudar a establecer una
coalición árabe suní -con países como Arabia Saudí, Jordania y Egipto- que
colaborara con Estados Unidos y Europa para presionar a los mulás chiíes que
gobiernan en Irán. "Sin embargo, el plan se basaba en la tesis de que Israel iba
a vencer a Hezbolá, no salir derrotado", matiza el asesor vinculado a Israel.
Algunos funcionarios de la oficina de Cheney y el Consejo de Seguridad Nacional
estaban convencidos, por conversaciones privadas, de que dichos países
moderarían sus críticas a Israel y culparían a Hezbolá de haber creado la crisis
que había causado la guerra. Aunque al principio lo hicieron, variaron su
posición tras las protestas de sus respectivas poblaciones por los bombardeos
israelíes.
La Casa Blanca se sintió claramente decepcionada cuando, a finales del mes
pasado, el príncipe Saud al Faisal, ministro saudí de Exteriores, fue a
Washington y, en una reunión con Bush, le pidió que interviniera inmediatamente
para acabar la guerra. The Washington Post informó de que Estados Unidos
confiaba en contar con los Estados árabes moderados "en un esfuerzo para
presionar a Siria e Irán y obligarles a controlar a Hezbolá, pero la gestión
saudí... pareció enturbiar esa iniciativa".
Este artículo fue publicado originalmente en The New Yorke
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia. © 2006 Seymour Hersh.
Fuente: lafogata.org