Medio Oriente - Asia - Africa
|
Nasralá frente a bin Laden
Bob Finch
Políticamente, las tácticas y la estrategia de Hassan Nasralá están al
extremo opuesto del espectro político de aquellas impulsadas por Osama bin Laden.
En primer lugar, Nasralá condenó los atentados de bin Laden contra el Pentágono
y en Nueva York.
En segundo lugar, mientras bin Laden ha alentado una guerra civil en Iraq entre
las dos ramas del Islam (para gran beneficio de judíos y estadounidenses),
Nasralá ha mantenido una estrategia que une a chiíes y suníes en Líbano. El
líder de al-Qaeda en Mesopotamia, Abu Musab al-Zarqaui, solía condenar a Nasralá
por tratar de lograr una semejante cooperación religiosa. El beneficio de la
estrategia de Nasralá se ha hecho evidente durante el ataque de Israel contra
Líbano. "El 21 de julio, nueve días después que sus fuerzas capturaran a dos
soldados israelíes, Nasralá respondió a Zarqaui y a Tartusi. De aspecto
tranquilo y razonable, en una entrevista cuidadosamente preparada con Al Yazira,
mencionó la declaración de Zarqaui. "Hoy, somos chiíes que combaten a Israel,"
señaló, en una peroración con un cierto parecido con la que hizo el día de la
muerte de su hijo. "Nuestra lucha y determinación son una victoria para nuestros
hermanos en Palestina, que son suníes, no chiíes. Así que, nosotros, chiíes y
suníes, combatimos juntos contra Israel, que es apoyado, patrocinado y que
recibe su poderío de USA." (Annia Ciezadlo ‘Sheik Up’ 28 de julio de 2006). (1)
Tercero: Nasralá es un pluralista religioso que ha buscado un acercamiento
político con los cristianos libaneses. "Como Sadr, sin embargo, él (Nasralá)
comprende perfectamente la multitud del sistema confesional de Líbano, sin
llamar ni una sola vez a constituir un Estado islámico en Líbano, proclamando
siempre su firme creencia en el derecho de todos los libaneses, sin tener en
cuenta su religión, de vivir en armonía." (Sami Moubayed ‘Lebanon guided by the
Nasrallah factor’ Asia Times 26 de febrero de 2005).
A principios de este año, Nasralá logró un acercamiento con el antiguo dirigente
exiliado de los cristianos libaneses, el general Aoun. "La semana pasada Ya
Libnan informó que el general Aoun declaró que Hezbolá es su aliado más
cercano. Ayer lo oficializó. Aoun y Sayyed Hassan Nasralá, Secretario General de
Hezbolá se reunieron para firmar su acuerdo. Aoun y Nasralá se habían
posicionado en extremos opuestos. Aoun fue uno de los principales defensores de
las protestas antisirias después del asesinato del ex primer ministro Rafik
Hariri en febrero del año pasado. Su organización apoyó la Revolución del Cedro
del 14 de marzo, mientras que Nasralá organizó la manifestación pro-siria del 8
de marzo. Pero Aoun rompió con otros grupos antisirios y emprendió su propio
rumbo moderado con Siria y con sus aliados en Líbano. Nasralá, mientras tanto,
rompió una antigua alianza con el político antisirio Walid Jumblatt, y con otros
asociados en la coalición. El abrazo chií-cristiano, que Nasralá y Aoun
insistieron repetidamente no constituía "una alianza política o frente contra
otros partidos, sino más bien un acercamiento político," tuvo lugar en la
iglesia Mar Mikhail, ubicada a unas pocas cuadras de la central de Hezbolá en
los suburbios del sur de Beirut. Nasralá dijo que la reunión no incluyó el tema
de la presidencia, pero insistió en que su partido apoyará la candidatura a
presidente de Aoun. "Vemos en Aoun a un candidato serio y competente que goza de
amplia popularidad," dijo Nasralá said." (Es oficial: Aoun y Hezbolá son
aliados, 7 de febrero de 2006). En otras palabras, Nasralá apuntaló el sistema
político confesional de Líbano al apoyar a un candidato cristiano a la
presidencia a pesar de que sabía que ya que los chiíes libaneses forman de lejos
el mayor grupo étnico en Líbano, deberían tener derecho, democráticamente, a
competir por y ganar la presidencia. (2)
Hasta qué punto este acercamiento dio resultados para Nasralá se evidencia en el
hecho de que la comunidad cristiana de Líbano no se volcó contra Hezbolá después
de que los judíos iniciaron su guerra relámpago contra el país. "Cuando
comenzaron a caer las bombas israelíes sobre Líbano cristiano, los cristianos no
culparon a Hezbolá. Si se trata de una guerra contra Hezbolá, razonaron, ¿por
qué nos están atacando? Atacarlos significaba que era una guerra contra Líbano –
todo Líbano, no sólo los chiíes y Hezbolá," (Sami Moubayed ‘Hezbollah banks on
home-ground advantage’ 26 de julio de 2006). Judíos y usamericanos creían que
uno de los beneficios políticos de una guerra relámpago tan generalizada sería
la provocación de una guerra civil que facilitaría en mucho la ofensiva
terrestre israelí de Líbano. No resultó porque Nasralá había logrado ganar
aliados en todos los grupos religiosos de Líbano. "Aunque los neoconservadores
creyeron que la destrucción de Líbano y la muerte de civiles incitarían a los
libaneses a actuar contra Hezbolá, el primer ministro libanés Fouad Siniora, el
presidente del parlamento Nabih Berri, Saad Hariri (hijo del primer ministro
asesinado Rafik Hariri), el general Michel Aoun, el presidente Emile Lahoud y
otros importantes dirigentes de Líbano se unieron, previsiblemente, contra las
acciones israelíes, a pesar de los pasos iniciales de Hezbolá." (Neda Bolourchi
‘Iran's changing fortunes’ 9 de agosto de 2006). (3)
En cuarto lugar, Nasralá es un nacionalista libanés cuyos objetivos políticos
primordiales son reconquistar la libertad de los libaneses inocentes detenidos
ilegalmente en prisiones judías (incluyendo a miembros del Ejército Libanés del
Sur que colaboraron con la invasión de Israel después de 1982) y, además,
terminar con la ocupación de territorio libanés por Israel. Ha buscado la
cooperación política con todos los que apoyan los mismos objetivos. Como
consecuencia, cuando llegó a ser jefe de Hezbolá, abrió la organización a todos
los ciudadanos libaneses. "Nasralá capitalizó ese momento de popularidad,
abriendo las filas a libaneses de todas las sectas y formando las Brigadas
Libanesas, una unidad con varios miles de reclutas no-chiíes." (Annia Ciezadlo
‘Sheik Up’ 28 de julio de 2006). Nasralá sigue impulsando el nacionalismo
libanés. "Dios no lo quiera, si el techo se cae, caerá sobre todos nosotros,"
dijo Nasralá a por lo menos 100.000 musulmanes chiíes reunidos para Ashura, el
evento más solemne de su almanaque. "Hoy somos todos responsables por una nación
que salió de la guerra civil… pero enfrentamos problemas agudos, especialmente
este año y en los pasados meses," dijo el clérigo de turbante negro. "Como
libaneses, no tenemos otra alternativa para remediar nuestras crisis y problemas
que discutir y reunirnos, incluso si estamos enojados y tensos," dijo. "No
debemos repetir los errores del pasado." (Alistair Lyon ‘Hizbollah Tells
Lebanese to Cool Anti-Syria Line – 19 de febrero de 2005).
Nasralá ha buscado la colaboración con sus así llamados enemigos. "Incluso el
más feroz enemigo libanés de Hezbolá, el líder druso, Walid Jumblatt, quien
durante la "Revolución del Cedro" elogió la estrategia de transformación de Bush
como "el comienzo de un nuevo mundo árabe" comparable a la caída del muro de
Berlín, declaró esta semana a Financial Times que se vio forzado a apoyar
a la milicia chií contra la "brutal agresión israelí" que resultaría en el
debilitamiento del gobierno central y en el fortalecimiento de Hezbolá y, con
ello, de Siria e Irán." (Jim Lobe ‘U.S. Watches Dreams of Transformation
Dissolve’ 3 de agosto de 2006).
En quinto lugar, Nasralá apoya la democracia. Osama bin Laden no la apoya.
Nasralá convirtió a Hezbolá en un partido político para participar en las
elecciones locales y nacionales de Líbano. Si las elecciones nacionales de 2005
hubiesen sido realizadas con un sistema de "una persona, un voto", Hezbolá
habría obtenido muchos escaños más en el parlamento libanés y en el gabinete
libanés. "El ala política de Hezbolá controla 14 de 128 escaños en el parlamento
libanés, dos ministerios en el gabinete." (Thomas Frank y Yaakov Katz ‘Hezbollah
Maintains its Rocket Barrage’ 27 de julio de 2006).
A propósito, el ridículo apóstol de la democracia, George Bush, había tratado de
disuadir a Líbano de permitir que Hezbolá participara en las elecciones. "USA
bajo Clinton había advertido consistentemente a Beirut que no admitiera a
Hezbolá en el gobierno, e incluso el gobierno Bush todavía adoptó esa posición
en enero de 2004." (Juan Cole ‘Is the Arab Spring turning to Dust under Israeli
Bombardment?’ 14 de julio de 2006).
Sexto: la principal prioridad de Osama bin Laden es atacar a USA y a los
usamericanos. Nasralá no considera a USA el principal enemigo de Líbano. En lo
que toca a su persona, y por lo tanto a Hezbolá, el principal enemigo de Líbano
es el Estado racista judío. "Durante la reciente crisis, Hezbolá no ha atacado
objetivos usamericanos. Hezbolá no tiene interés en atacar a USA porque "nuestra
reacción sería rápida y bastante definitiva," dice el coordinador de
contraterrorismo del Departamento de Estado Henry Crumpton. "Hezbolá es, sin
duda, el oponente más formidable de Israel," dice Bob Baer, un ex agente de la
CIA en Oriente Próximo que investigó a Hezbolá en los años ochenta. Baer dice
que Hezbolá quiere "señalar a los musulmanes que la guerra es contra Israel. La
idea no es destruir la civilización occidental, sino combatir a un enemigo que
oprime a los palestinos." (Thomas Frank y Yaakov Katz ‘Hezbollah Maintains its
Rocket Barrage’ 27 de julio de 2006).
Finalmente, Nasralá ha renunciado a su pasado terrorista: "El tema principal
presentado por esta Primavera Árabe es si Washington podrá continuar
considerando a Hezbolá como nada más que una organización terrorista. Sea lo que
sea, es claramente un importante partido político libanés. Y la evidencia de que
haya realizado un ataque terrorista internacional en los últimos 7 años parece
frágil." (Juan Cole ‘Hizbullah Wins Big in South Lebanon’ 6 de junio de 2005).
Como resultado de sus amplias actividades empresariales, sociales,
educacionales, sanitarias, y políticas, Hezbolá se ha ido integrando cada vez
más en la sociedad y la política libanesas, lo que con el pasar del tiempo
habría llevado a su moderación total. "Después de todo, Hezbolá forma parte del
gobierno de coalición de Líbano y, según un informe de los medios israelíes de
hace sólo dos meses, un general israelí declaró que Hezbolá estaba moderando e
integrando el proceso político de Líbano." (Kaveh L Afrasiabi ‘A war without
borders in the making’ 29 de julio de 2006). "Aunque muchos de los cristianos,
drusos, y musulmanes suníes que encontré en Beirut antes de que comenzaran los
bombardeos consideraban la militancia de Hezbolá como una amenaza para este
futuro, también se sentían optimistas de que la creciente participación de
Hezbolá en el proceso político del país conduciría a una atenuación gradual de
la posición militante del movimiento. Un cierto progreso en esta dirección ya
era evidente: la cantidad de combatientes activos de Hezbolá había disminuido
significativamente desde la retirada de Israel del sur de Líbano en 2000, y la
mayor parte de las actividades del movimiento se concentraban ahora en temas
sociales y políticos, suministrando servicios sociales a los pobres en los
vecindarios chiíes, construyendo escuelas y participando en la política
electoral. Dejando de lado las ansiedades por sus milicias armadas, Hezbolá se
había mostrado cada vez más como una fuerza social positiva en el país. Y aunque
la mayoría de los libaneses que encontré no deseaban ver que su nación estuviera
nuevamente involucrada en un conflicto con Israel, veían la posición militante
de Hezbolá como un resultado deplorable pero natural de la beligerancia israelí
– después de todo, Hezbolá emergió por primera vez después de la invasión
israelí de 1982 para liberar al sur de Líbano de los ocupantes israelíes. Aunque
el desarme del ala militar de Hezbolá – como lo pide la resolución 1559 de la
ONU – constituía un objetivo inminente para las personas con las que hablé en
Beirut, también comprendían que esto no podía imponerse al movimiento sin llevar
al país al borde de otra guerra civil. El consenso entre los críticos de Hezbolá
era que el único camino para desarmar al ala militar del movimiento era a través
de la presión política y el diálogo." (Charles Hirschkind ‘"Doing the Lebanese a
Favor" 9 de agosto de 2006).
Nasralá se ubica, por lo tanto, al extremo opuesto del espectro político que
Osama bin Laden. Se ha llegado a la conclusión que: "Ni Hezbolá ni Hamas son
motivados por un deseo de "eliminar a los judíos," como se pretende a menudo,
sino por un sentido fundamental de injusticia que no permitirán que sea
olvidado." (Anders Strindberg ‘Hizbullah's attacks stem from Israeli incursions
into Lebanon,’ 1 de agosto de 2006).
La creciente integración de Hezbolá en la sociedad libanesa fue algo que los
judíos no podían tolerar. Irónicamente, los judíos habían invadido Líbano en
1982, precisamente porque Arafat estaba a punto de capitular ante el Estado
judío racista. "En 1982, Israel tenía un problema: Yasir Arafat, basado en
Beirut, se preparaba para anunciar que la OLP estaba dispuesta a sentarse con
Israel e iniciar negociaciones pacíficas, de buena fe, hacia una solución de dos
estados." (Alexander Cockburn ‘Hezbollah, Hamas and Israel: Everything You Need
To Know,’ 21 de julio de 2006). Lo que Israel trata de hacer actualmente es
obligar a Hezbolá a convertirse nuevamente en una organización terrorista para
poder utilizarlo como un pretexto para seguir oprimiendo a Líbano y llegar a
anexar el sur de Líbano hasta el río Litani. Los judíos están dispuestos a
llevar a cabo una táctica semejante aunque podría presentar una seria amenaza
para USA. "Hezbolá, sin embargo, es un grupo chií libanés contrario a Israel (Al
Qaeda es árabe suní). Considerando que la amenaza de Al Qaeda no ha sido
eliminada (sobre todo, si se considera que Osama bin Laden y Ayman al-Zawahiri
siguen libres en algún sitio en Pakistán), lo último que USA puede permitirse es
crear innecesariamente nuevos enemigos terroristas y dar a grupos como Hezbolá
(presentado por algunos analistas como el grupo de elite de las organizaciones
terroristas) motivos para atacar objetivos usamericanos." (Charles Peña ‘The
Lebanon Conundrum’ 3 de agosto de 2006). Sólo se puede concluir que: "Ellos
(Hezbolá) también proveen una amplia gama de servicios sociales al pueblo
libanés, y que no son terroristas. La mayor organización terrorista en Oriente
Próximo es el Estado de Israel, que mata a cientos de civiles." (Charley Reese
‘Disaster in the Making,’ 22 de julio de 2006).
La importancia creciente de Nasralá
Nasralá ha trascendido su condición de clérigo chií y dirigente de una
organización chií para convertirse en un pluralista político y religioso,
nacionalista y demócrata. En consecuencia, los ataques de Israel contra Líbano
han unido al país alrededor de Hezbolá, y convertido a Nasralá en un héroe
nacional. Los que luchan contra la aventura imperialista del imperio judío en
Líbano incluyen a todos los nacionalistas libaneses no sólo chiíes sino también
suníes y cristianos. Nasralá es un nacionalista, no un religioso
fundamentalista: "El pragmatismo, el nacionalismo y las redes de ayuda social,
en lugar de la ideología musulmana, son los secretos del éxito de Hezbolá.
Hezbolá goza de autoridad y cuenta con la lealtad inquebrantable de los chiíes
porque siempre se presenta como un partido político fiable que realiza una labor
honorable en la lucha contra Israel. Además del aspecto nacionalista, existe el
social, que consiste en que mucha gente en la comunidad chií, sobre todo entre
las bases, cuentan con Hezbolá para las actividades de beneficencia y de ayuda
social. Hezbolá ha tenido éxito en su promoción a través de los medios, creando
confianza y seguridad entre los 10 millones de televidentes de la estación
Al-Manar, por ejemplo. Muchos de estos televidentes son chiíes. Al-Manar, por
ejemplo, nunca muestra a los espectadores a un miembro de Hezbolá derrotado. En
su lugar, muestra imágenes de israelíes muertos, secuencias reales de
operaciones de Hezbolá y de programas que destacan las obras benéficas de
Hezbolá. Hezbolá es un movimiento inspirado por el nacionalismo, en lugar de la
religiosidad." (Sami Moubayed ‘It's war by any other name’ 15 de julio de 2006).
Nasralá también se ha convertido en un héroe en todo Oriente Próximo. "Un líder
intrínsecamente chií – incluso un clérigo – ha trascendido su secta para
convertirse en un héroe nacional. Mientras más bombardea Israel a Hezbolá y a
los chiíes libaneses, más bruñe la imagen de Nasralá como defensor de la umma."
(Annia Ciezadlo ‘Sheik Up’ 28 de julio de 2006). Pero, sería engañoso concluir:
"Nasralá ha dejado atrás su identidad chií, y se ha transformado en un líder
pan-libanés, pan-árabe y pan-islámico. El hecho de que sea clérigo, musulmán y
chií es en realidad de poca importancia en esta etapa de su guerra con Israel."
(Sami Moubayed ‘Nasrallah and the three Lebanons,’ 3 de agosto de 2006). Es más
exacto sugerir que Nasralá se ha convertido en un universalista: "En un discurso
televisado del sábado pasado, el jeque Nasralá trató de apaciguar los temores
sobre un predominio chií. ‘Digo a los libaneses que ninguno de vosotros debe
temer la victoria de la resistencia, pero deberíais temer su derrota,’" dijo.
"Será una victoria de cada persona árabe, musulmán, cristiana y honorable en el
mundo que se opuso a la agresión y defendió a Líbano.’" (Neil MacFarquhar
‘Hezbollah’s Prominence Has Many Sunnis Worried’ 4 de agosto de 2006).
¿Cuántas diferencias políticas más tienen que haber entre Nasralá y Osama bin
Laden antes de que Raimondo deje de equiparar a los dos? Pero utilizar las
palabras de Osama bin Laden para condenar a Hassan Nasralá es absurdo. Raimondo
sólo refuerza las tácticas de propaganda de los medios dominados por judíos en
todo el mundo que calumnian a Nasralá y a Hezbolá como un agente, o un vástago
de Osama bin Laden. Juan Cole también ha denunciado a Nasralá y a Hezbolá como
"el partido chií fundamentalista, Hezbolá" (Juan Cole ‘Is the Arab Spring
turning to Dust under Israeli Bombardment?’ 14 de julio de2006).
Nota 1.
Para dar otro ejemplo, el jeque Bilal, un adjunto cercano del jefe de Hezbolá
Hassan Nasralá fue entrevistado por Syed Saleem Shahzad y tuvo lugar el
siguiente intercambio: "Shahzad: Hezbolá y la Hermandad son muy próximos. ¿Cuál
es el secreto de su proximidad, a pesar de que Hezbolá es chií y la Hermandad es
predominantemente Suní? Bilal: Sí, es verdad que somos muy cercanos y ambos
trabajamos por la causa islámica más allá de toda diferencia sectaria. Pero
permítame que le diga que eso no significa que nos gusten los takfiris [los que
militan en la intolerancia de los "infieles"] como Al Qaeda. Los odiamos porque
matan a gente inocente y destruyen lugares sagrados." (Syed Saleem Shahzad ‘'We
are just hit-and-run guerrillas,' 10 de agosto de 2006).
Nota 2.
"Los grupos religiosos han formado la base principal de la organización política
en Líbano. El Pacto Nacional de 1943 incluía a un presidente cristiano maronita,
un primer ministro musulmán suní, y un presidente del parlamento musulmán chií.
También determinó que la proporción de escaños en el parlamento sería de seis
cristianos por cada cinco musulmanes. Los musulmanes buscaron más poder cuando
posteriormente sobrepasaron a los cristianos como la población mayoritaria en
Líbano. Las tensiones estallaron en una guerra civil, que terminó en un acuerdo
de paz que redujo la autoridad del presidente maronita a favor del primer
ministro musulmán suní, y dio a musulmanes y cristianos un número igual de
escaños en el parlamento." (Roxana Saberi ‘Lebanese Christians Caught in
Political Crossfire’ 9 de agosto de 2006).
Nota 3.
Este punto de vista es compartido por otros comentaristas: "Esta semana, en Al
Yazira, Aoun reiteró su posición de que un Líbano unido debe incluir a miembros
de Hezbolá porque forman "parte integral del pueblo." Ahora que han partido las
tropas sirias, Aoun considera que el país puede reunificarse más allá de los
antecedentes religiosos. Como dirigente del tercer partido político por su
tamaño, el Movimiento Patriótico Libre, Aoun incluso llegó a un acuerdo de
entendimiento con Hezbolá el invierno pasado." (Israeli Onslaught May Spark
Aounist Resurgence’ http://www.antiwar.com/news/?articleid=9408 26 de julio de
2006); "Al llegar el segundo día de bombardeos en agosto, habían logrado la
extraordinaria proeza de llevar al patriarca católico maronita – el líder
espiritual de la población más pro-occidental – a reunir a los dirigentes
religiosos de Líbano – musulmanes chiíes y suníes y varias confesiones
cristianas. El grupo publicó una declaración conjunta de solidaridad, condenando
la "agresión" israelí y saludando ‘la resistencia, dirigida sobre todo por
Hezbolá, que representa a uno de los sectores de la sociedad."’ (Alexander
Cockburn ‘Halutz's Bombing War. Hezbollah's Top Ally in Israel’ 3 de agosto de
2006).
.
http://www.israelshamir.net/Contributors/Contributor37.htm
Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es),
la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.