Medio Oriente - Asia - Africa
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EE.UU: Ojo con el petróleo africano
Noelio Tiuna
Rebelión
Mientras crece la demanda de petróleo, los precios se disparan y el Medio
Oriente sigue mostrando una volatilidad en aumento, -gracias a la política
aventurera de Washington-, los propios Estados Unidos miran a otras zonas del
planeta, incluso África, cuya ascendencia podría incluso considerarse relegada
por las ex metrópolis europeas. Así, ese continente, preterido por la mayor
potencia del planeta que fue sostén y soporte del régimen del apartheid, podría
estar entrando de lleno en la agenda de la Casa Blanca, aunque no para ayudar a
las víctimas del SIDA o encarar las secuelas de la explotación colonial y
neocolonial, sino más bien para seguir en la misma senda. Ya el Imperio tenía
una experiencia adversa en Somalia, donde sus marines debieron salir a toda
prisa tras sufrir bajas y vejaciones por parte de facciones armadas locales. En
la administración del presidente Bush se ve con preocupación el avance del Islam
en el también llamado Continente Negro, e incluso en la propia Somalia, donde
interviene para tratar de impedir la consolidación de las denominadas Cortes
Islámicas, que controlan buena parte de esa empobrecida nación. Una entrevista
para Asia Times Online publicada en el otoño de 2003, refleja los criterios del
analista de seguridad de Estados Unidos, Michael Klare, autor de Resources Wars
(Los recursos de la Guerra), quien ya advertía entonces de una potencial
implicación de Washington en esa región. A su vez Walter Kansteiner, ayudante
del subsecretario de Estado para asuntos africanos, apuntaba en febrero de 2002:
"El petróleo de África se ha convertido para nosotros en una estrategia nacional
atrayente". Para entonces en el Consejo Nacional de Seguridad circulaba un
documento en el cual se preveía que tal área geográfica devendría en una de las
principales zonas de suministro de combustibles para la economía norteamericana.
Eso explica las giras de encumbrados generales del Pentágono y las maniobras que
en el Golfo de Guinea y la costa occidental, donde varias naciones africanas se
disputan el petróleo, ejecutan barcos de la Armada USA. La presencia militar
yanki se refuerza en África, a tenor de la llamada cruzada global
antiterrorista. Por ello el despliegue de unidades de fuerzas especiales en la
región del Sahel, incluida Mauritania, Chad, Mali y Nigeria, siempre bajo la
llamada Iniciativa Pansaheliana, de un formal corte antiterrorista, pero cuña de
entrada para otros intereses. Actualmente Nigeria suministra el 10 por ciento de
las necesidades petroleras de EE.UU., pero Washington considera a ese territorio
como inestable. La producción de crudo en los países del Golfo de Guinea
(Nigeria, Congo, Gabón, Camerún y Guinea Ecuatorial) ya sobrepasa los 4,5
millones de barriles diarios y supera a la de Irán, Arabia Saudita o Venezuela.
Se pronostica que para el 2025 la Unión aumentará hasta el 25 por ciento sus
importaciones de petróleo desde allí, asiento de algunos de los países más
pobres del mundo, pero donde no habría que asombrarse porque esas naciones
comiencen a ser visitadas por destructores o portaaviones yankis. (AIN) 06