La situación que conmueve desde hace unas semanas al Medio Oriente comenzó
formalmente (aunque los medios occidentales lo oculten) cuando en Gaza el 24 de
junio, Israel secuestró a dos civiles (nadie sabe lo que ha sido de ellos). Al
día siguiente guerrilleros palestinos en réplica, capturaron a un soldado
israelí. Inmediatamente Israel "en respuesta" atacó brutalmente a la Palestina
ocupada.
Unos días después Hezbolla, abatió a ocho soldados isrelíes y apresó a dos, y
exigieron el cambio de prisioneros militares por libaneses presos en las
cárceles de Israel (hay miles de detenidos civiles de Líbano y Palestina en las
prisiones de Israel). Esta operación se realizó contra una unidad del ejercito
en el territorio ocupado de las granjas de la zona de Shebaa que no pertenece a
Israel y que sirios y libaneses reconocen como del país de los cedros. Todo
indica que Hezbolla cumplió con su deber de solidaridad para con el movimiento
Hamas y así aliviar la presión israelí sobre los palestinos, y con su proclamado
derecho de luchar con las armas (este derecho es reconocido por la Convención de
Ginebra) para recuperar este territorio que le pertenece a la nación árabe.
Entonces sobrevino la agresión de Israel contra Líbano a todas luces cobarde,
injusta y desproporcionada.
¿Secuestro o capturado y prisionero?
La palabra secuestro, utilizada por los medios occidentales es ridícula pues los
soldados uniformados de un país invasor y ocupante se capturan y son
prisioneros. Entre Israel (dada su agresividad expansionista), Palestina y sus
vecinos árabes existe un largo conflicto militar. Los medios quisieron convencer
a los lectores del mundo especialmente a los de EE.UU. y Europa de la crueldad
de Hamas y de Hezbolla calificados desde hace años por EE.UU. e Israel como
terroristas.
Tres soldados prisioneros no pueden valer cientos de muertos y miles de heridos
y pérdidas por millones y millones de dólares en infraestructuras destruidas.
¡Cuánto sufrimiento para el millón de personas que han tenido que huir
despavoridas de sus viviendas! ¿Qué harán los ancianos, las mujeres en estado de
gestación, los niños, los discapacitados? ¿Y los enfermos graves de los
hospitales? ¿Cuantos morirán en estas condiciones?.
Las verdaderas causas de la agresión no pueden ser tan simples. Es como creer
que la I Guerra Mundial se produjo por el magnicidio del Archiduque austriaco en
Sarajevo. Es imaginar que factores coyunturales o casuales puedan ser las
razones de los grandes y telúricos sucesos mundiales que ocurren en la
actualidad y no la naturaleza ambiciosa del capitalismo. Es en su esencia
expansionista y explotadora siempre en busca de ganancias para la clase de los
poderosos, donde está y estará siempre el verdadero secreto de todas estas
agresiones y guerras modernas, aunque las arropen con consignas patrióticas o de
luchas contra el terrorismo.
Israel pretende hacernos olvidar que permanentemente humilla y comete
atrocidades, secuestra civiles, los tortura, hace asesinatos selectivos de los
dirigentes de los movimientos guerrilleros árabes en donde quiera que estén y
mata a mujeres y niños en sus ataques indiscriminados. No dice que ocupa el
territorio de Palestina y hace vivir a sus habitantes en ghettos, destruye las
viviendas de los que considera guerrilleros, les quita las tierras y el agua a
los campesinos.
Siglo XXI de los EE.UU.
La ultraderecha norteamericana que está actualmente en el poder representada por
Bush tiene como estrategia que el siglo XXI sea el de los Estados Unidos y así
poder ejercer su dominio sobre el resto del mundo. Las burguesías europeas, dado
el inmenso poder militar y financiero de los EE.UU. han optado por acomodarse,
convertir a la Unión Europea en el socio menor de los EE.UU. (Gran Bretaña fue
la primera que lo decidió después de la II Guerra Mundial) tratando de perpetuar
de esta manera sus intereses explotadores, mantener el despilfarro de sus
sociedades consumistas y tratar de aplacar las luchas sociales, a costa del
hambre y el subdesarrollo del Tercer Mundo.
Los grandes intereses geopolíticos de Estados Unidos en el Medio Oriente apuntan
a la necesidad de garantizar el suministro de petróleo de ese país por encima de
cualquier obstáculo y a obtener ganancias para las transnacionales petroleras
vinculadas estrechamente con el grupo del presidente Bush como la conocida
Halliburton. El gobierno de Bush, y las direcciones de los Partidos Demócrata y
Republicano siempre van a apoyar a Israel. El lobby pro-israelí en Washington es
demasiado poderoso para hacer otra política y son iguales en esencia las dos
concepciones estratégicas imperialistas-genocidas.
Israel: gendarme de EE.UU. en la región
Israel es el socio principal de EE.UU. para el Medio Oriente y con su agresión a
Líbano realiza lo que EE.UU. quiere hacer y no ha podido, o sea atacar a
cualquiera de los 60 "oscuros lugares", cuyas políticas independientes molesten
al Imperio. Por eso es tan importante detener la agresión y evitar el triunfo de
la política genocida de Israel. La resistencia irakí y Hezbola están luchando
por el destino de la humanidad.
Los intereses de Israel como gendarme de EE.UU. en la región también tienen sus
especificidades. Para alcanzar el sueño de crear el "Gran Israel" necesita
extender sus fronteras a costa de sus vecinos, expulsar a las poblaciones árabes
de sus tierras y dominar las fuentes de agua.
Israel con la ayuda de EE.UU. se proponía imponer su absoluta superioridad
militar, destruir al movimiento Hezbolla o en su lugar lograr su desarme y
debilitamiento, ocupar el sur de Líbano y con ello, alejar de sus fronteras a la
guerrilla libanesa. De los resultados de este ataque dependería en alguna
medida, una futura agresión a Siria y más tarde a Irán. Al establecer su dominio
sobre Líbano se lograría un posicionamiento estratégico en el decisivo
enfrentamiento con Siria e Irán, en los momentos en que EE.UU. está
involucrándose cada vez más en la guerra de Irak y se comienza a avizorar una
debacle para su ejército. De esta manera se establecería un cerco a Siria, entre
Israel y las tropas norteamericanas en Irak. Otros objetivos importantes serían
el de impedir que el movimiento Hamas gobierne en Palestina y el atemorizar y
desmoralizar a los gobiernos y a los pueblos árabes y al resto del mundo.
Todo indica que Israel había planeado esta operación hacía tiempo y que su
primer ministro Ehud Olmert la había coordinado con el gobierno de los EE.UU. en
su última visita a ese país. Sólo esperaban una excusa y la encontraron en la
captura de los soldados israelíes por los movimientos guerrilleros Hamas y
Hezbolla.
Idearon una guerra breve, al estilo de las fascistas alemanes, porque temían que
pese a la complicidad de los grandes medios, al fin la verdad del brutal ataque
y su efecto en la población civil, sería conocida por los ciudadanos del mundo.
Verdadero genocidio
No esperaban encontrar una fuerte resistencia en un país pequeño y débil, con un
gobierno que mostraba simpatías hacia EE.UU. y un ejercito fantasma que no ha
tenido ningun papel en esta contienda. Es conocida la eficiencia de sus
servicios de inteligencia pero como en este caso, los regímenes
fascistas-racistas tienden a despreciar y a subestimar a los pueblos que anhelan
avasallar, pierden su sentido racional y cometen severos errores.
Estimaron que la administración libanesa ante la ofensiva israelí le exigiría a
Hezbolla el cese al fuego y su desarme. El movimiento guerrillero tomado entre
el ataque israelí, las críticas del gobierno libanés y las exigencias de los
EE.UU. se encontraría en una situación muy difícil.
Pero la realidad ha sido diferente: Han cometido un verdadero genocidio,
Hezbolla demostró mayores posibilidades de combatir a Israel que lo que EE.UU. e
Israel suponían y el gobierno libanés resistió las presiones para que se
enfrentara con el movimiento Hezbolla. En esto puede haber incidido en gran
medida, el apoyo de la mayoría de la población, especialmente de los chiítas a
Hezbolla, (pese a que no se ha realizado un censo los chiítas pueden llegar a
ser más de la mitad de los habitantes del Líbano).
La resistencia del movimiento Hezbolla y la actitud del gobierno libanés de no
aceptar el cese al fuego si no había retirada del ejercito invasor, pese a la
ausencia de solidaridad de los gobiernos árabes, han logrado lo que parecía
imposible. Las poderosas fuerzas armadas israelíes que han derrotado a los
ejércitos de varios países árabes al mismo tiempo, se vieron detenidas ante el
empuje de un pequeño movimiento guerrillero, lo que demuestra que ante una
organización revolucionaria con una dirección inteligente, con combatientes
dispuestos a morir por su patria y sus ideales no hay agresor que pueda
triunfar.
Israel es un gigante militar pero con pies de barro. Posee unas 300 bombas
atómicas (que, por supuesto, no puede usar en esta contienda dadas las cortas
distancias entre sus fronteras con Líbano y la implicación internacional que
tendría tamaña salvajada), pero con una pequeñísima población. Cada muerte de un
soldado repercute con fuerza en sus barrios y Kibutz.
El prestigio del ejercito de Israel esta basado a que en las pasadas guerras, la
de 1948, la Guerra de los seis días y la de Yon Kipur, Israel, ayudado por los
EE.UU., se enfrentó a gobiernos burgueses débiles o corruptos y mediatizados, y
a ejercitos sin moral combativa. El resultado de esta guerra genocida ha hecho
que Israel pierda el mito de su invencibilidad.
Por encima de los grandes medios, la verdad se va abriendo paso especialmente en
el mundo occidental y este estado de opinión se va convirtiendo en una fuerza en
su contra. Israel ha perdido apoyo en amplios estratos del mundo.
Consejo de Seguridad de la ONU se pronuncia, pero no condena
Los EE.UU., que durante semanas no había permitido ninguna resolución, ni
crítica del Consejo de Seguridad de la ONU, ahora ha tenido que cambiar su
posición. El consejo de Seguridad de la ONU acaba de aprobar una resolución
sobre Líbano de acuerdo a las exigencias de EE.UU. e Israel que con seguridad no
va a solucionar el fondo del problema, que consistiría en la retirada de Israel
de los territorios ocupados por la fuerza y que abandone su política agresiva.
Esto solo se podría lograr cuando desaparezca el Sionismo y esto no es posible
por el momento.
El gobierno sionista y EE.UU. necesitaban esta resolución (era la única opción
viable que tenían) al no obtener los objetivos militares que se proponían.
Hezbolla no ha sido destruida y moral y miltarmente ha quedado como el ejemplo
para los árabes de como enfrentar a Israel. El gobierno israelí que desprecia a
los pueblos y al derecho internacional tampoco olvidará esta segunda afrenta que
el movimiento guerrillero le ha infligido.
En el documento no se menciona la agresión, ni la guerra no declarada de los
sionistas y reduce todo a un conflicto entre Israel y Hezbola (de acuerdo a la
resolución el causante del conflicto es Hezbolla), no condena ni le exige a
Israel por el genocidio practicado en Líbano, que ha provocado la muerte de mil
libaneses y miles de heridos y la destrucción de objetivos civiles por más de
cinco mil millones de dolares. En el acuerdo se establece que Israel se retirará
de lo poco que ha podido ocupar del sur de Líbano cuando lleguen los soldados de
la ONU en número de 15 mil y los libaneses en número similar.
El documento señala que la fuerza de la ONU se desplegará sólo cuando haya "un
cese completo de las hostilidades" y que sólo entonces Israel retirará sus
soldados. La resolución pide a Israel el cese inmediato de todas las
"operaciones militares ofensivas", y a Hezbolla "el cese inmediato de todos los
ataques". ¿Saldrán los soldados isralíes del sur de Líbano como establece la
resolución?. La ocupación de una zona al sur de Líbano no será una solución pues
volverá a crearse una zona de inseguridad con las consiguientes consecuencias
que esto traería.
Es posible que puedan presentarse dificultades en organizar estas fuerzas. EE.UU.
no parecen tener soldados suficientes para contribuir a formar ese contingente
militar, los países de la OTAN enfrascados en una lucha cada vez más difícil y
poco atractiva en Afganistán, tampoco. Y por otra parte esta fuerza deberá
contener a la guerrilla libanesa, la que ya logró expulsar de ese mismo corredor
en el sur de Líbano a las tropas israelíes.
Israel y los EE.UU. acusan a Siria y a Irán de ayudar a las guerrillas
palestinas y libanesas. De esto no hay ninguna prueba y mucho menos en cuanto a
este sonado caso de la captura de tres soldados israelíes, pero sería lógico que
los débiles se unieran contra un enemigo común tan feroz y agresivo. Por otra
parte Hezbolla y Hamas han demostrado que son absolutamente independientes.
El ataque israelí a Líbano expresa otra vez la total incapacidad de la ONU para
enfrentar situaciones de crisis a causa de su dependencia a los EE.UU. Jamás se
ha aprobado una resolución en el Consejo de Seguridad, ni siquiera una de
carácter retórico, contra Israel y su política abusiva con el mundo árabe,
debido al derecho de veto de los EE.UU. El Consejo de Seguridad no detuvo la
agresión a Irak, y ahora aprobó una resolución para que Irán no continúe
desarrollando su capacidad de producir electricidad con la energía nuclear.
Detrás de esto se halla el inmenso poder de los EE.UU., la complicidad de Gran
Bretaña y la pasividad del resto de los miembros del Consejo. La ONU se ha
convertido con la anuencia de todos sus miembros, en un Foro de apoyo a las
acciones de los EE.UU. (Por ello es la feroz oposición de EE.UU. a que Venezuela
ingrese al Consejo de Seguridad como miembro no permanente).
La piedra angular de la política exterior de los gobernantes de EE.UU. en los
últimos años ha sido la de la lucha contra el terrorismo. Utilizan el miedo que
provocan estas acciones en el mundo desarrollado para socavar las libertades
democráticas en sus propios países y ejecutar guerras y ataques a otras naciones
(siempre débiles y pequeñas). Hezbolla y Hamas son movimientos
político-guerrilleros que luchan por la libertad de sus pueblos, al igual que lo
hicieron los patriotas estadounidenses, o latinoamericanos por alcanzar la
independencia de sus países.
¿Cómo reaccionarían los EE.UU. si fueran masacrados?
Cuando vemos lo que hace Israel a los palestinos y ahora al Líbano me viene a la
mente la famosa "Guerra de los mundos" de G. H. Wells. Imaginemos que los
Estados Unidos sean invadidos y atacados por extraterrestres que consideren al
igual que hicieron los marcianos en "La guerra de los mundos" (o que hacen los
israelitas actualmente en Palestina o Líbano) a los pobladores nativos de La
Florida o Texas como insectos a los que se puede destruir sin remordimientos.
¿Como reaccionarían los estadounidenses atacados al ver masacradas sus familias,
asesinados sus hijos, destruidas sus casas, sus fabricas, sus fuentes de
electricidad, sus abastos de agua, sus carreteras y puentes? O tratados como
escoria, peor que esclavos como lo hacen los israelitas con los palestinos. Con
seguridad veríamos jóvenes y hasta niños obcecados por el dolor y la
desesperación provocada por la muerte de sus padres, amarrarse una bomba a la
cintura y tratar de que con su vida acabe la de algunos de los invasores
asesinos.
No podemos estar de acuerdo con el terrorismo que no discrimina a la población
civil, pero es necesario entender cuáles son sus causas para poder erradicarlas.
En el caso del Medio Oriente estas son la política de terrorismo de Estado del
Imperio y de Israel con los pueblos árabes.
En esta época el tiempo siempre está contra los agresores. Si los atacantes no
logran sus objetivos rapidamente se empantanan y comienza un proceso de desgaste
como le ocurre a EE.UU. en Irak y a la OTAN en Afganistán, de donde no desean
irse, pero serán vencidos y expulsados algún día no muy lejano. Si el gobierno
de Yugoeslavia hubiera resistido unos pocos días más el bombardeo de la OTAN
esta se habría visto obligada a suspender sus ataques por la presión creciente
de los pueblos. Lo que pasó después todos lo conocemos y debe servir de
experiencia.
La organización y el valor demostrados por Hezbolla en la defensa de su patria
elevará su autoridad y su fuerza moral ante los pueblos árabes y el resto del
mundo. Con seguridad se fortalecerá la conciencia de los pueblos árabes, ya que
han podido comprobar que la unidad y la resistencia son las únicas que pueden
permitir alcanzar la victoria. Algo que temen los EE.UU. e Israel es que se
demuestra ahora en Líbano como en Irak, y antes en Viet Nam que los pueblos
organizados en guerrillas no pueden ser derrotados por los imperios pese a su
poderío técnico-militar.
Al igual que la resistencia en Irak está impidiendo el desarrollo de la política
hegemónica de los EE.UU. en el resto del mundo, del desenlace de este conflicto
dependerá en alguna medida los planes de agresión de EE.UU. e Israel, para con
Siria, Irán y otros países. Ha quedado ratificada la convicción de que Europa no
adoptará posiciones propias diferentes a la de los EE.UU.
La lección que Hezbollá está ofreciendo al mundo árabe, deja mal parados a
algunos de los gobiernos árabes que no se atreven a enfrentar a los EE.UU. y a
Israel, y complicará la situación de estos ante sus pueblos. El ejemplo de
Venezuela país a miles de kms. que ha retirado su Embajador de Israel debe hacer
sonrojar de vergüenza a esos gobiernos. Esta situación contribuirá a aumentar el
descrédito de Israel en el mundo, así como el de su padrino: los EE.UU.
Los sionistas hablan de la Tierra prometida y de cómo esta les pertenece desde
tiempos inmemoriales ¿Es que los habitantes de Palestina no tienen derechos a
vivir en la tierra en la que han vivido siempre?. Los israelitas que ya en la
antigüedad tomaron por la fuerza de la espada parte de estas tierras, ahora 2000
años después han regresado con el apoyo de Europa y de los EE.UU. para con las
armas y el dinero recuperar las tierras que ya no eran suyas. Imaginemos que los
indios norteamericanos o los mexicanos en nombre del "Gran Espíritu" o de la
"Virgen de Guadalupe" exijan recuperar las tierras que hace muchos menos años,
los norteamericanos les arrebataron.
Es singular, diría que excepcional, la historia de este pueblo israelí que ha
sabido resistir embates de todo tipo y que supo crear una memoria
legendaria-religiosa que le ha permitido mantener una sorprendente cohesión y
supervivir en la historia cuando tantos otros pueblos han desaparecido a través
de los siglos.
Es vergonzoso que el pueblo israelí olvidando toda su historia de sufrimientos,
especialmente en Europa, en donde fueron humillados y asesinados durante la
etapa de la cristiandad y en específico en la época de la alemania nazi, permita
que en su nombre el sionismo haya creado un Estado fascista, fanático y racista
que cometa las mismas salvajadas con el pueblo palestino y libanés.
El ataque a Líbano al parecer ha creado algunas divisiones en la sociedad
israelí y hay sectores que comienzan a manifestarse de forma activa contra la
política agresiva de su gobierno y exigen el inmediato cese al fuego y la
liberación de los presos políticos. Esperemos que el verdadero pueblo israelí
despierte y cumpla con su responsabilidad histórica de destruir al Sionismo.
Sudáfrica es un ejemplo de cómo con la desaparición del Apartheid, al ser
eliminadas la cruel discriminación y las barreras legales entre las razas que
oprimían a los negros y a otras etnias, se impuso la paz, se establecieron
relaciones amistosas con el resto de África y comenzó un nuevo período de
desarrollo en todos los sentidos, imposible de alcanzar antes.
¿Que va a pasar?. La situación es muy compleja y peligrosa por lo que podría
significar para la región y para el mundo. Solo la unidad de los libaneses (y de
los palestinos), su decisión de resistir y de no rendirse y el apoyo creciente
de los pueblos del planeta pueden inclinar la balanza a favor de la verdad y la
justicia.
La situación creada por Israel y EE.UU. va dirigida al agravamiento de los
problemas en esta zona, lo que puede ser catastrófico para todo el mundo. Un
aumento desmesurado del precio del petróleo podría provocar una crisis económica
mundial de efectos devastadores. ¿Querrá el gobierno de los EE.UU. crear una
situación de crisis planetaria en un mundo ya sumergido en severos y crecientes
aprietos, para adelantar sus propósitos de implantar el fascismo?. ¿O es su
irracional deseo de transformar la realidad a su antojo o su notoria incapacidad
para reconocerla?. Tampoco debemos olvidar que de las grandes crisis
económico-sociales surgen las grandes revoluciones.