Israel reclama a EEUU misiles M-26 que llevan bombas de racimo
Carlos Fresneda
El Mundo
El Gobierno israelí ha reclamado a la Administración Bush el envío de misiles de
corto alcance M-26, equipados con 644 submuniciones y bombas de racimo, que
pueden tener un efecto devastador en el caso de ser usados contra la población
civil.
Israel ha insistido en que los misiles M-26 serán usados exclusivamente contra
las líneas de fuego de Hizbulá en el sur de Líbano para neutralizar sus ataques
con cohetes katiusha. El Departamento de Estado mantiene de momento congelada la
partida, en medio de un tenso debate interno.
Fuentes próximas al Departamento de Estado, consultadas ayer por The New York
Times, aseguraron, sin embargo, que el Gobierno estadounidense podría dar
finalmente luz verde al envío de los M-26 -similares a los usados en la guerra
de Irak- con la condición de que Israel pusiera «extremo cuidado» en su uso y no
los utilizara contra objetivos en la población civil.
Según Human Rights Watch, Israel ha utilizado ya municiones de racimo contra la
población civil durante su reciente ofensiva en el Líbano, concretamente en la
localidad de Bilda, el pasado 19 de julio. El grupo ha ofrecido como pruebas el
testimonio de 12 heridos en ese ataque -incluidos siete niños- y las pesquisas
de sus propios investigadores que han obtenido fotos de municiones de racimo,
enviadas desde EEUU y almacenadas en el norte de Israel.
Contra civiles
Durante la década de los 80, y ante la sospecha de que Israel pudo usar bombas
de racimo contra civiles en el Líbano en 1982, EEUU mantuvo una moratoria en la
venta de este tipo de armamentos a Tel Aviv. La Administración Reagan levantó,
sin embargo, el veto y en los últimos 15 años se han estado suministrando
ocasionalmente.
La venta de los M-26 fue aprobada antes de que empezara la ofensiva en el
Líbano, pero las armas no habían sido entregadas aún y el envío estaba pendiente
de una revisión final por parte del Departamento de Estado. El mes pasado, la
Administración Bush aprobó el envío de un importante paquete de «municiones
guiadas de precisión»; entre ellas, al menos 25 bombas revientabúnkers de más de
2.000 kilos de peso.
Los M-26 figuran, sin embargo, en una categoría especial por estar equipados con
644 submuniciones que multiplican su capacidad destructiva. Los misiles precisan
de un sistema de lanzadera múltiples y están diseñados especialmente para barrer
a la artillería enemiga y a los soldados en las inmediaciones.