Medio Oriente - Asia - Africa
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Israel respondió a un ataque no provocado de Hezbollah, ¿verdad? Mentira
El asalto israelí contra el Líbano fue premeditado. La captura
de los soldados simplemente proporcionó la excusa
George Monbiot
The Guardian
Traducido para Rebelión por LB.
Sea lo que sea lo que opinemos sobre el asalto israelí contra el Líbano,
parece ser que todos coincidimos en un hecho: que se trató de una respuesta,
aunque desproporcionada, a un ataque realizado por Hezbollah sin mediar
provocación. Repetí este "hecho" en mi última columna cuando escribí que "Hezbollah
disparó los primeros tiros". Siendo eso así, los partidarios del Gobierno
israelí preguntan a los pacifistas como yo: ¿qué habrías hecho tú? Es una
pregunta importante. Pero su premisa, según acabo de descubrirlo, es incorrecta.
Desde que Israel se retiró del sur del Líbano en mayo del 2000 se han producido
centenares de violaciones de la "línea azul" que separa a ambos países. La
Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (Unifil) informa de que la aviación
israelí cruzó la línea "de forma casi diaria" entre el 2001 y el 2003, y
"de forma persistente" hasta el 2006. Estas incursiones "causaron una
gran preocupación en la población civil, especialmente los vuelos a baja altura
que rompen la barrera del sonido sobre áreas habitadas". Algunas veces
Hezbollah trató de derribarlos utilizando baterías antiaéreas.
En octubre del 2000 el ejército israelí disparó contra palestinos desarmados que
se manifestaban en la frontera, matando a tres e hiriendo a 20. En respuesta,
Hezbollah cruzó la línea y secuestró a tres soldados israelíes. En varias
ocasiones Hezbollah disparó salvas de misiles y morteros contra posiciones del
ejército israelí, y éste respondió con tiros de artillería pesada y a veces con
bombardeos aéreos. Incidentes de este tipo mataron a tres israelíes y tres
libaneses en el 2003; a un soldado israelí y a dos combatientes de Hezbollah en
el 2006. En el 2004, 2005 y 2006 se dispararon cohetes contra Israel desde el
Líbano en varias ocasiones, a veces lanzados por Hezbollah. Sin embargo, hace
constar la ONU, "ninguno de esos incidentes derivó en una escalada militar".
El 26 de mayo de este año, dos oficiales de la Jihad Islámica —Nidal y Mahmoud
Majzoub— murieron por la explosión de un coche bomba en la ciudad libanesa de
Sión. Tanto en Líbano como en Israel la opinión generalizada fue que se trató de
un atentado organizado por el Mossad, el servicio secreto israelí. En junio, un
hombre llamado Mahmoud Rafeh confesó la autoría de los crímenes y admitió que
llevaba trabajando para el Mossad desde 1994. Militantes en el sur del Líbano
respondieron, el mismo día del atentado, disparando ocho cohetes contra Israel.
Un soldado resultó ligeramente herido. En toda la frontera se produjo un
zafarrancho general en el curso del cual un miembro de Hezbollah murió y varios
fueron heridos. También resultó herido un soldado israelí. Pero aunque la zona
fronteriza "se mantuvo en situación tensa y volátil", la Unifil afirma
que estuvo "en general tranquila" hasta el 12 de julio.
Ha surgido en Internet un acalorado debate sobre si los dos soldados israelíes
secuestrados por Hezbollah ese día fueron capturados en Israel o en el Líbano,
pero hoy parece bastante claro que fueron capturados en Israel. Eso es lo que
dice la ONU, e incluso Hezbollah parece haber olvidado que se suponía que habían
sido capturados mientras se infiltraban en las afueras de la aldea libanesa de
Aita al-Shaab. Ahora dice simplemente que "la resistencia islámica capturó a
dos soldados israelíes en la frontera con la Palestina ocupada". Los
militantes [de Hezbollah] mataron a otros tres soldados israelíes. También se
discute acerca de cuándo, el día 12 de julio, disparó por primera vez sus
cohetes Hezbollah. Unifil deja claro que los lanzamientos se produjeron al mismo
tiempo que la incursión, a las 9 am. Parece que su objetivo era distraer la
atención. Nadie fue alcanzado.
Sin embargo, no surge ninguna discusión seria sobre por qué fueron capturados
los dos soldados israelíes: Hezbollah buscaba cambiarlos por los 15 prisioneros
de guerra apresados por los israelíes durante la ocupación del Líbano y que (en
vulneración del artículo 118 de la tercera Convención de Ginebra) nunca liberó.
Parece claro que si Israel hubiera entregado a los prisioneros habría recuperado
a sus hombres –sin causar más derramamiento de sangre– y habría reducido la
probabilidad de que se produjeran más secuestros. Pero el Gobierno israelí se
negó a negociar. En lugar de eso, bueno, todos sabemos lo que sucedió en lugar
de eso. Hasta ahora ya han muerto casi 1.000 civiles libaneses y 33 civiles
israelíes y un millón de libaneses están desplazados de sus hogares.
En otras palabras, el 12 de julio Hezbollah disparó los primeros tiros. Pero ese
acto de agresión simplemente fue un eslabón más de una larga cadena de pequeñas
incursiones y ataques llevados a cabo por las dos partes en los últimos seis
años. Así las cosas, ¿por qué la respuesta israelí fue tan diferente de todas
las anteriores? La respuesta es que no se trató de una respuesta a los sucesos
de ese día. El asalto había sido planeado meses atrás.
El San Francisco Chronicle informa de que "hace más de un año, un alto
oficial del ejército israelí comenzó a ofrecer con carácter oficioso
presentaciones de PowerPoint a diplomáticos, periodistas y thinktanks tanto
usamericanos como de otras nacionalidades, mostrando el plan de la actual
operación en significativo detalle". El ataque, dijo, duraría tres semanas.
Comenzaría con un bombardeo y culminaría con una invasión terrestre. Gerald
Steinberg, profesor de ciencias políticas en la Universidad Bar-Ilan, declaró al
diario que "de todas las guerras que ha librado Israel desde 1948, esta es
aquella para la que Israel estaba mejor preparada... Para el 2004, la campaña
militar programada para durar unas tres semanas que estamos viendo hoy había
sido ya desbloqueada y en el último año o dos ha sido simulada y ensayada en el
tablero".
Un "alto funcionario israelí" dijo al Washington Post que la
incursión de Hezbollah había proporcionado a Israel una "ocasión única" para
aniquilar a esa organización. El editor del New Statesman, John Kampfner,
declara que varias fuentes oficiales le informaron de que el gobierno
usamericano conocía de antemano la intención de Israel de emprender una acción
militar en el Líbano. La Administración Bush se lo hizo saber al gobierno
británico.
Así pues, el asalto israelí fue premeditado: simplemente, estaban esperando que
se presentara una buena excusa. Igualmente, fue innecesario. Es cierto que
Hezbollah había estado haciendo acopio de municiones cerca de la frontera, como
demuestran sus actuales ataques con cohetes. Pero lo mismo estaba haciendo
Israel. Igual que Israel podía alegar que sólo pretendía disuadir las
incursiones de Hezbollah, Hezbollah podía argüir –también justificadamente– que
trataba de disuadir las incursiones de Israel. El ejército libanés es, desde
luego, incapaz de hacerlo. Sí, el Gobierno libanés debió haber retirado a
Hezbollah de la frontera israelí y debió haberlo desarmado. Sí, la incursión y
el ataque con cohetes del 12 de julio fueron injustificados, estúpidos y
provocadores, exactamente igual que todo lo que ha sucedido en torno a la
frontera en los últimos seis años. Pero la sugerencia de que Hezbollah podría
invadir Israel o que constituye una amenaza para al existencia del Estado es
absurda. Desde que finalizó la ocupación, todos sus actos de guerra han sido
menores, y casi en su totalidad han sido acciones de respuesta.
Así pues, no es difícil responder a la pregunta relativa a qué habríamos hecho
nosotros. Primero, dejar de crearnos enemigos retirándonos de los territorios
ocupados de Palestina y Siria. Segundo, cesar de provocar a los grupos armados
del Líbano con violaciones de la línea azul –especialmente los insistentes
vuelos transfronterizos. Tercero, liberar a los prisioneros de guerra que
permanecen ilegalmente encarcelados en Israel. Cuarto, continuar defendiendo la
frontera, manteniendo simultáneamente la presión sobre el Líbano para que
desarme a Hezbollah (evidentemente, esto sería mucho más fácil de conseguir si
se pusiera fin a las ocupaciones). Aquí es donde lanzo mi desafío a los
partidarios del gobierno israelí: ¿os atreveríais a sostener que este programa
habría causado más muertes y destrucciones que los que ha provocado la aventura
actual?
http://www.guardian.co.uk/israel/Story/0,,1839281,00.html
Fuente: lafogata.org